Por Helio Bacha
La salud en el mundo tiene indicadores de importantes avances en las últimas décadas. La tasa de mortalidad infantil está cayendo rápidamente. En el año 2000 morían anualmente 5 millones de niños de 0 a 5 años, actualmente es la mitad. Enfermedades como la tuberculosis, el sida, la malaria, gracias al esfuerzo de los organismos internacionales multilaterales y al compromiso de los países de llevar a cabo programas de salud supervisados y comprometidos con metas definidas, han reducido su impacto en términos de daños.
Brasil se asoció a estos avances con compromisos, inversiones y metas gubernamentales, así como la participación fundamental de organizaciones no gubernamentales con iniciativas de educación, difusión y organización de servicios a nivel local.
¿Entonces está todo bien? Infelizmente no. El multilateralismo se ve amenazado en sus iniciativas por el surgimiento de políticas “nacionalistas” e irracionales, de base ideológica anticientífica, con su máxima manifestación en el terralismo plano y los movimientos de derecha neodarwinista que conspiran contra los fundamentos de prácticas ya establecidas en salud pública como la prioridad de la prevención de enfermedades a través de la vacunación masiva.
El tema ambiental cobra gran importancia ante las nuevas amenazas a la salud con la expansión de las fronteras epidémicas de enfermedades como fiebre amarilla, dengue, zika, chikungunia, sarampión, hambre, enfermedades oncológicas, enfermedades pulmonares crónicas, entre muchas otras. El calentamiento global, la deforestación y el crecimiento urbano caótico amenazan con la regresión de los logros en salud en las últimas décadas.
El desarrollo económico que propone la nueva derecha política, a cargo de gobiernos de países de importancia económica, militar y social como Brasil, Rusia, Estados Unidos, Inglaterra, es incompatible con el bienestar civilizatorio en términos de salud y vida sana.
Y el mundo reacciona y denuncia. Desde el Papa Francisco hasta la hasta hace poco desconocida Greta Thunberg, implementan acciones de protesta de millones de personas en todo el mundo.
¿Se salvará el mundo? Sí, de momento sí, aunque no se sabe a qué precio. Como nunca antes, este es el momento de reafirmar nuestro deseo de construir un mundo sin fronteras para la solidaridad, la fraternidad y las ideas.
El tema del medio ambiente es muy amplio, trataré de abordar más detalles en los "próximos capítulos".
*HolaYo Bacha él es un infectólogo