por MÁRIO MAESTRI*
¿Por qué Jones Manoel ya no quiere a Losurdo?
El 2 de abril de 2016, Jones Manoel publicó en Facebook: “No, no le damos ningún apoyo al Gobierno del PT y no entramos en la histeria del golpe. Estamos en la calle contra el ajuste fiscal, la criminalización de la lucha popular y los ataques de la derecha dentro y fuera del gobierno”. (Resaltamos) Meses después, el golpe del imperialismo y del gran capital demostró que sí fue real y que atacó al gobierno del PT para hacer huelga a los trabajadores, a la población, a la nación brasileña.
Jones Manoel es un transformista político nato, eternamente a la caza de “me gusta”. O YouTuber siguió adelante, sin contrición por el desconocimiento arrogante de la realidad política que echó agua al molino del golpe de Estado. Posteriormente, se reconstruyó como el niño del cartel del neoestalinismo y su profeta brasileño, el farsante Domenico Losurdo, quien también sufría de amnesia severa sobre sus pecados pasados, especialmente los muy graves.
Lado oscuro de la luna
El "regenerador" italiano del marxismo, en un sesgo oriental supuestamente emancipador, nunca tuiteó ni gritó sobre su propuesta, en la década de 1970, de una alianza entre la izquierda y la derecha italianas, el fascismo y el imperialismo, para oponerse, según él, a un invasión de Italia por la URSS, asociada al Partido Comunista Italiano! O su apoyo, al mismo tiempo, al imperialismo en Angola, atacando duramente al MPLA y calumniando a los luchadores internacionalistas cubanos. (Cfr. MAESTRI: A, 2021, p. 78-82.)
Ahora, Jones Manoel se ha superado a sí mismo. Sintiendo que, para continuar con su cabotaje político, navegaba con “mucho lastre y poca vela”, como veremos más lentamente, tiró por la borda todo lo que había dicho y defendido anteriormente, en especial a su maestro e ídolo, Domenico. Losurdo! En “Un paso atrás para dar dos pasos más atrás (...)”, ataca violentamente al economista Plínio Arruda Sampaio Júnior, para lanzar una cortina de humo que encubra su operación transformista, es decir, el abandono de las propuestas escénicas. (LAZZARI Y MANOEL, 2021.)
El artículo es de difícil lectura en cuanto a forma y aproximado en cuanto a datos históricos, económicos y políticos, tergiversados según las necesidades. Está firmada en sociedad con Gabriel Lazzari, Secretario Político Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas del PCB, lo que sugiere el objetivo general de la operación, como también veremos. Hasta la publicación del presente ensayo, como se ha señalado, Jones Manoel se había movido con éxito y con el apoyo de los medios de comunicación, principalmente publicitando a Domenico Losurdo y su apología del neoestalinismo procapitalista, con sabor a “socialismo de mercado”.
Losurdo anuncia la muerte del socialismo
Losurdo anunció y pregonó la muerte y el fracaso del marxismo “occidental”. Esto, siempre según el italiano, debido al utopismo y mesianismo, de sesgo judeocristiano, que arrastraría el marxismo, desde su fundación por Marx y Engels. Una tradición patológica que habría sido seguida y agravada por la élite de élite que abrazó y expandió el marxismo "occidental": Franz Mehring, Rosa Luxemburg, Lenin, Trotsky y muchos otros.
El megalómano italiano se dispuso a enseñar cómo superar aquel estrepitoso fracaso. Se encontraría en el “marxismo oriental”, que habría abandonado Quimera la emancipación del trabajo, el poder obrero, la superación internacionalista de los Estados nacionales, la construcción del socialismo, en el aquí y ahora, construyendo Estados nacionales fuertes, en estrecha colaboración con la burguesía nacional e internacional, abrasando a los trabajadores.
El ejemplo concreto del éxito de la receta marxista oriental sería China, de Deng Xiaoping y Xi Jinping, con su “socialismo de mercado”, que propone un preámbulo histórico, fuertemente capitalista, de quizás un siglo, anterior al inicio de la construcción de ¡socialismo! Siglo durante el cual el trabajador chino trabajará doce horas diarias, seis días a la semana, los famosos 9.9.6, generalmente sin derecho a vacaciones pagadas, sin sanidad pública, etc. a favor del florecimiento de multimillonarios nacionales y extranjeros. (Cf. MAESTRI: A, 2021. p.83 y siguientes.)
Stalin y la revolución por etapas
O Amor de Losurdo de J. Stalin se debió principalmente a que el estalinismo había obligado al movimiento comunista y al proletariado internacional a tragarse por la fuerza la propuesta de una “revolución por etapas”, es decir, la sumisión de los trabajadores a sus burguesías nacionales, en los países avanzados y tardíos. . La misma propuesta china, recién mencionada, es la necesidad de un primer largo período bajo el mando-asociación con el capital para que, algún día, en un lejano e hipotético futuro, avance el segundo, es decir, la lucha y construcción del socialismo. (MAESTRI, A, 2021.)
O stepismo El colaboracionista fue hegemónico en el PCB hasta que fue denunciado, sin éxito, por Luis Carlos Prestes y Anita Leocádia Prestes, en 1980, cuando reivindicaron el carácter socialista de la revolución brasileña, en la “Carta a los comunistas brasileños”. (PRESTES, 1980.) Política adoptada en 1992, doce años después, durante la “reconstrucción revolucionaria del PCB. (PINHEIRO, 2019.) En Brasil, solo las organizaciones que se decían parte de la IV Internacional, desde la década de 1930, y el POLOP, desde 1961, defendían el programa socialista para la revolución brasileña. (MAESTRI, 2019, p. 201 y siguientes.)
Y ahora, de repente, pero discretamente, Jones Manoel arroja a Losurdo al montón de historia, el lugar que efectivamente le corresponde, y, con su colaborador en el citado artículo, se declaran partidarios del programa socialista y enemigos de la etapa, desde principios de siglo. tiempo. Y, citando a la revolución cubana, emprenden una bochornosa defensa de la “revolución permanente”, propuesta por León Trotsky, desde 1905, y por Lenin, en las tesis de abril de 1917. (TROTSKY, L. 1963; LÊNIN, V. , 1917 . )
buey piraña
Lazzari y Manuel defienden ahora, acertada pero confusamente, la necesidad de que los trabajadores de los países semicoloniales y coloniales avancen de manera asociada a las tareas democráticas y socialistas. Y, por supuesto, Jones Manoel, para disfrazar su camaleonismo político y no divorciarse del todo del público neoestalinista, realiza un velado ataque al “trotskismo”, cuando irresponsablemente afirma que Plínio Sampaio Filho estaría “históricamente vinculado al trotskismo que sigue siendo, para Manoel, la quintaesencia del mal. En este artículo, Plínio Sampaio funge como el “buey piraña” del paso, por parte del ahora exlosurista, del margen del etapismo al del programa socialista.
Creo que no me equivoco al proponer que Plínio Sampaio Júnior compita con las propuestas de Florestan Fernandes de una “revolución en el orden”, seguida de una “revolución contra el orden”. Figura siempre revolucionaria, el brillante economista marxista militó habitualmente junto a camaradas, grupos y organizaciones que se dicen trotskistas, sin haber pertenecido nunca a una organización con esa orientación. Lo cual lamento sinceramente.
A pesar de no estar de acuerdo con la formulación clásica de Florestan Fernandes, estoy totalmente de acuerdo con Plinio Arruda Sampaio Filho en su propuesta de “reversión neocolonial” que, creo, nunca fue analizada con la debida atención. Una realidad que, por mi parte, defino como una metamorfosis “neocolonial globalizada” del Estado y de la nación brasileña. (MAESTRI, 2019, p-331 y siguientes.)
El diablo no existe
Formulación contra la que se levantan Jones Manoel y su cómplice, registrando simplemente la incomprensión de la centralidad del imperialismo en el golpe de 2016. YouTuber transformista ya aceptó la materialidad. Ambos acusan a Plínio Sampaio Júnior de ser un “mistificador”, por denunciar que, en Brasil, el poder político también tiende a ser capturado cada vez más por el imperialismo y el gran capital. Simplemente no ven ni oyen la manada que marcha furiosa sobre la sociedad brasileña.
Por el contrario, juran que, “pese a todas las injerencias externas”, “no hay indicios de que el control político-administrativo” de Brasil “será (se) realizado por otro Estado”, estando todo ello en manos de las clases dominantes nacionales. Hemos visto que Jones Manoel, al negar la existencia del golpe, cuando estaba a punto de lanzar su asalto al Estado, la nación y la sociedad, apoyó y legitimó al gran capital.
Ahora, en 2021, repitiendo 2016, la YouTuber fortalece la acción ininterrumpida del imperialismo en el golpe y su institucionalización, planteándolo como inexistente y, quizás, otra ilusión colectiva “histérica”. Y aún más El artículo define la existencia de una extrema derecha con un “pie plantado en la coerción”, muy malvada, y una “derecha clásica” con un “pie plantado en el consenso”, con “matices progresistas”. ¡Cree a quien quieras!
Breve revisión
Especialmente a partir de finales del siglo XVIII, la hegemonía capitalista dio lugar a la formación de estados-nación. Territorios delimitados bajo hegemonía política burguesa, con una comunidad nacional con la misma legislación y, en general, la misma lengua, tradiciones, etc. — Inglaterra, Francia, Holanda, Italia, Alemania, etc. En Europa, esta transición se produjo con la victoria de las burguesías nacionales sobre las clases feudales, o mediante la extensión de las revoluciones burguesas. Garantizaba un mercado cautivo para la producción industrial nacional. (HOBSBAWM, 1990).
En América, durante la crisis del colonialismo ibérico, surgieron Estados independientes, que no se convirtieron en Estados-Nación, ya que no realizaron sus revoluciones democráticas —Brasil, México, Argentina, etc. El marxismo definió estos y otros estados independientes como regímenes semicoloniales, gobernados por clases dominantes nativas pero mantenidos bajo el dominio económico “metropolitano”. Solo un ejemplo. Después de 1822, Inglaterra mantuvo un dominio económico superior sobre la antigua colonia lusitana, pero recién en 1850 logró imponer el fin de la trata transatlántica de esclavos, defendida con uñas y dientes por el Estado y por las clases esclavistas hegemónicas brasileñas. (CONRAD, 1975.)
La “Era de las Naciones” fue un período de gran apogeo del capitalismo nacional y su inevitable desbordamiento de sus fronteras, a través de los imperialismos insignia —inglés, francés, estadounidense, japonés, etc. El modo de producción capitalista ha mantenido su esencia, desde su exordio hasta nuestros días, en el contexto de la actual radicalización patológica de sus tendencias profundas, permitida por una supervivencia que superó con creces su “período de uso”.
capitalismo senil
La actual “Era de la Globalización” es la época del “capitalismo senil”. (MANDEL, 1985.) El fracaso de la revolución mundial hizo imposible la imposición esencial de una organización socialista internacional, más allá de las fronteras nacionales, una de las grandes razones del fracaso de la URSS y de los estados obreros. En este contexto, las profundas tendencias de la producción capitalista dieron origen a sus núcleos hegemónicos para acometer la internacionalización de la economía, las sociedades y las naciones. Realidad requerida por el desarrollo de las fuerzas productivas materiales, frente a las tenencias y necesidades patológicas de la producción capitalista.
La Era de las Naciones se superó mediante el impulso supranacional del gran capital, apoyado en núcleos estatales singulares, como EE.UU., China, Alemania, Japón, etc. Es un período de transición que avanza combatiendo y doblegando las resistencias sociales, nacionales, etc., procediendo a una barbarización social global literal. Las fuertes tendencias sociales depresivas actuales, intrínsecas al patrón de reproducción y acumulación del capitalismo en su etapa senil, ponen en riesgo la supervivencia misma de la humanidad. Solo pueden ser superados por la revolución socialista y la reorganización de las naciones.
Em Revolución y contrarrevolución en Brasil: desde 1530 hasta 2019, traté de esbozar el proceso de evolución de nuestro país de una nación colonial a una semicolonial y su metamorfosis en un estado-nación, a partir de la década de 1930, cuando el capital industrial nacional hegemónico, concentrado en Río de Janeiro y São Paulo, tomaron las riendas del país, desplazando el dominio de las clases dominantes precapitalistas. (MAESTRI, 2019.)
Autonomía y Sumisión
Un movimiento de autonomía económica y política de la burguesía nacional, al que siempre se ha opuesto el imperialismo, especialmente el imperialismo norteamericano, apoyado por clases y fracciones de clases internas asociadas y sometidas a él. Paradójicamente, los momentos de mayor autonomía nacional burguesa, con un relativo alejamiento del carácter semicolonial del país, se dieron durante el desarrollismo populista, en los años 1930-1950, y en los años posteriores a 1967, en un contexto dictatorial.
Con el fracaso de esos dos movimientos, quedó demostrada la falta de decisión y capacidad de las clases dominantes brasileñas para dirigir la lucha por la emancipación nacional, esencial para el desarrollo capitalista autónomo. Dejaron un espacio vacío nunca ocupado por las clases trabajadoras nacionales, las únicas capaces de dirigir esta emancipación, en sentido social y nacional. Es decir, asociar el cumplimiento del programa democrático inconcluso al programa socialista.
Desde el triste desenlace del “Milagro Brasileño” y la llamada redemocratización del país, en 1985, todos los sucesivos gobiernos nacionales, sin excepción, han abandonado toda ambición autonomista. Por el contrario, permitieron y promovieron la internacionalización, desnacionalización y desindustrialización del país, según los requerimientos del gran capital. Literalmente prepararon el empalamiento, por parte del gran capital internacional, más allá de las apariencias, de la efectiva dirección política del país, antes ejercida, para bien o para mal, por las clases dominantes nacionales.
Nada será como antes
Un proceso ininterrumpido que preparó al país para el golpe de Estado de 2016, completamente diferente al régimen político que prevaleció tras el “revolución na revolución” de 1967, cuando el liberalismo castelista fue defenestrado por el nacional-industrialismo autoritario, impulsado por la capital industrial paulista. Régimen que pretendía construir, sobre las espaldas de los trabajadores y de la población nacional, un “Brasil Gran Nación”, inaceptable para el imperialismo.
A partir de 1967, la dictadura militar condujo a la fuerte expansión de las fuerzas productivas en Brasil. El golpe institucional de 2016 fue organizado y coordinado por el imperialismo estadounidense, durante la última administración de Obama. Tenía como administradores locales a los altos mandos de las fuerzas armadas, los altos y medios tribunales, los principales medios de comunicación, una clase política ya comprometida únicamente con intereses económicos particulares. Facciones sociales y profesionales consolidadas por la desintegración acelerada de la sociedad nacional en décadas anteriores.
El golpe de Estado de 2016 ha tenido como objetivo y ha llevado a la destrucción de las fuerzas productivas del país. Promovió una profunda metamorfosis de la nación, promoviendo y buscando consolidar su transición de un país semicolonial, con autonomía política de la clase dominante nativa y control económico central del capital internacional, una nación de estado definido por Plínio Sampaio Junior como “neocolonial” y, por mí, como “neocolonial globalizado”. Proyecto actualmente en fase avanzada de ejecución.
Neocolonial globalizado
La “Era de la Globalización” se caracteriza por la disolución del anterior modelo de Estado-nación, sustituido por una organización nacional donde el dominio eminente de la gestión económica y política, en cuanto a las grandes decisiones, pasa a manos del gran capital internacional, lógicamente a través de gerentes locales, como se señaló. Es vergonzoso tener que explicar que esto no es un regreso a estado colonial clásico, como el del Brasil Colonial, con control político ejercido directamente desde Lisboa y por los nacidos en el Reino.
Es un nuevo orden en ciernes en el que las decisiones políticas nacionales están enmarcadas-limitadas por la legislación y las normas internacionales y por la autonomía de facto de los conglomerados nacional bajo control imperialista directo. Este proceso se ha impulsado, especialmente después de la destrucción de la URSS, en innumerables regiones del mundo, a través de diferentes modalidades y ritmos.
Tenemos casos extremos de nación-marionetas o semi-marionetas nacido de la destrucción de la URSS, Yugoslavia, etc. y la victoria de la contrarrevolución mundial en la década de 1990. Naciones desprovistas de autonomía política y económica de facto, como Eslovenia, Albania, Macedonia del Norte, Bosnia y Herzegovina, etc., gestionadas en muchos casos a través de la OTAN y la Unión Europea. O como Haití en el Caribe, Libia en el norte de África, etc.
elegancia no tan sutil
Hay viejos estados-nación que están perdiendo su autonomía en un proceso cada vez menos sutil, como es el caso de Italia, Portugal, Grecia, bajo el estricto control del Deutsche Bundesbank y la Unión Europea. Ya no tienen el derecho de facto de definir el presupuesto nacional, de elegir máximos líderes antieuropeos, etc. La expansión extracontinental de la OTAN constituyó un instrumento de este gobierno supranacional según los intereses del capital imperialista hegemónico.
En Brasil, el actual impulso de reversión neocolonial globalizado procede a través de un salto cualitativo en el movimiento pluridecenal de desindustrialización, internacionalización y desnacionalización de la economía nacional. Radica la transformación del país en productor de bienes industriales de bajo valor agregado y exportador de minerales; energía – petróleo, gas, etc.; de grano Un país hoy ya dominado por el consumo de tecnología extranjera. Todo bajo la hegemonía del gran capital internacional.
Con el golpe de 2016, ese salto de calidad se materializó a través de la arrasadora-desorganización-liliputización de lo poco que había del capital monopolista nacional, en favor del gran capital extranjero, con énfasis en las grandes contratistas — Odebrecht, AOS, Camargo Corrêa, Andrade Gutierrez , etc.; Embraer; JBS/Friboi; Petrobras, Banco do Brasil, Caixa Econômica Federal, etc. Movimiento de devastación económica acompañado de destrucción de la legislación laboral; la desregulación y liberalización general de la legislación nacional en favor de las grandes empresas; etc.
La ilusión de la autonomía nacional se debe al manejo de la nación por parte de políticos, miembros del poder judicial, administradores, etc., nacionales, altamente remunerados, conformados por los grandes capos del capital, con énfasis en miles de hambrientos oficiales de las fuerzas armadas, tal como se propone. Comportamiento ya naturalizado en el nuevo orden. Un movimiento de desmantelamiento de la nación, llevado a cabo sin resistencia —si no con la colaboración— de las diversas corrientes de la llamada oposición, igualmente interesadas en una participación incluso marginal y formal en la administración del Estado.
¡Todo el poder a los soviéticos!
Jones Manoel y su socio fantasean con un Brasil intacto, donde abundan los “grandes monopolios de la burguesía nacional”, junto a “conglomerados internacionales” que conocen igualmente la “participación” del “capital nacional”. En 2021, no habría nada nuevo en el frente del “Estado-nación” brasileño, donde, según ellos, reinaría la “plena democracia burguesa”. Otra defensa sesgada de la inexistencia de la acción deletérea del capital imperialista, no solo de EE.UU.
El dúo emprende una fuerte crítica a las propuestas de Plínio Sampaio Júnior para un programa de transición esencial, especialmente en el actual momento de reflujo del movimiento social, aplastado por la contrarrevolución de 2016, que Jones Manoel parece seguir sin creer. Entre las pretensiones del crítico están la “suspensión de la deuda pública”, la “nacionalización del sistema financiero” y “bancario”, la expropiación del Vale do Rio Doce, etc. ¡Hambre de león, por un reformista propuesto!
Curiosamente, el artículo no avanza propuestas que completen o sustituyan los puntos programáticos criticados. Serían inútiles, porque, según Manoel & Lazzari, “el proletariado” no tendría “condiciones objetivas para cambiar el patrón de acumulación antes de cambiar el patrón de dominación política”. Es decir, antes de hacer la revolución y “hacerse una clase dominante (…)”.
Aturdidos en defender el “programa socialista”, que desconocen, unos y otros plantean, como programa mínimo, todo, en el aquí y ahora. Es decir, el asalto al Palácio do Alvorada, ¡por ahora! ¡Cualquier propuesta, consigna o programa de transición que no sea el Brasil soviético, por lo tanto se convierte en reformismo pequeñoburgués! ¡Sin embargo, el llamado a las armas, a las bayonetas, a los cañones de la población va acompañado de críticas indirectas al derecho a las armas de la población!
¡Cambio de rumbo, cambio de líderes!
Jones Manoel abandona repentinamente la revolución por etapas, el “socialismo de mercado”, su gurú en cursiva, y comienza a defender, como si siempre lo hubiera hecho, el “programa socialista” y la “revolución permanente”. No cite su ídolo la ideología de ayer. Rey muerto, post rey. Pero sigue teniendo la costumbre de los elogios sin freno. Manoel & Lazzari elogian a Edmilson Costa y su artículo “Brasil está maduro para el socialismo”. (COSTA, 2013.)
El interesante texto del actual secretario general del PCB, escrito hace ocho años, tres antes del golpe, con un optimismo que resultó desmedido, es objeto de devotos elogios, al estilo de los estudiantes que le hacen la mamada al profesor. El breve ensayo se define como una de las “mejores síntesis para comprender el carácter plenamente capitalista del modo de producción que domina en Brasil”. Describen al líder académico y comunista como un marxista “ortodoxo”, “creador” y “analítico”.
Edmilson Costa es elogiado por plantear la necesidad de “construir un partido de vanguardia”, con lo que coinciden miles de militantes marxistas en Brasil. El quid de la cuestión es, sin embargo, cómo hacerlo, en un sentido revolucionario, especialmente en el contexto de la profunda desarticulación del mundo en el mundo, con énfasis en Brasil. Un paso adelante en esta construcción es precisamente afinar el programa de reivindicaciones transitorias, imprescindible en tiempos de reflujo.
Necesidad de que los dos críticos rechacen, defendiendo, como programa, la propuesta de la revolución socialista, ya esencialmente propagandística e inocua. Por tanto, Jones Manoel abandona la vistosa camiseta del lusordismo escénico y procapitalista que lució en los últimos años por la inesperada, aunque confusa, defensa del “programa socialista” y la “revolución permanente”, que sugiere haber abrazado siempre. Nos arriesgamos a proponer una explicación meramente exploratoria de la extraña operación político-ideológica.
¿A dónde va el PCB?
Los avances y retrocesos políticos, ideológicos y organizativos del Partido Comunista Brasileño son de interés para todos aquellos que creen en la necesidad imperiosa de reagrupar a los comunistas revolucionarios e internacionalistas en Brasil, en el que se espera que esta organización tenga un papel destacado. Lo que ha suscitado preocupación y perplejidad hacia la Renacimiento neoestalinista en el PCB, con énfasis en la Unión de Jóvenes Comunistas.
Este movimiento, nunca apoyado ni reprimido explícitamente por la dirección pecebista, tiene como firma el siniestro grito de guerra “Stalin mató muy poco”. Sus principales animadores han sido los YouTuber Jones Manoel y su referente ideológico, Domenico Losurdo, introducido entre nosotros por el Partido Comunista de Brasil, totalmente solidario con la prédica del italiano, en el pasado maoísta aludía, como hemos visto, a la colaboración de clases, al “marxismo oriental”, al revolución dictada por la etapa del “socialismo de mercado” chino.
Estamos a las puertas del XVI Congreso Nacional del Partido Comunista Brasileño. La dirección del PCB comprende un núcleo restringido que realiza diversos grados de defensa oblicua del “estalinismo” y el “neoestalinismo”, no pocas veces a través de formulaciones como “no soy ni estalinista ni antiestalinista”; “Stalin derrotó al nazismo”; “Stalin construyó la URSS”; “Trotsky propuso abandonar la construcción de la URSS para hacer la revolución mundial”; el “Fin de la URSS comenzó con Jruschov”, etc. En el PCB también hay un polo de izquierda claramente antiestalinista.
Tres grandes éxitos parecen militar contra los viejos remanentes estalinistas y el fortalecimiento del neoestalinismo en el PCB. Primero, el repliegue de la vieja generación del Partidao, educada en la etapa, en la colaboración de clases y en el autoritarismo, por la acción segadora del tiempo. En segundo lugar, el trote del PCdoB, núcleo organizado para la difusión del neoestalinismo procapitalista en Brasil, hacia una posible fusión con el PSB y el abandono de las últimas referencias meramente simbólicas al comunismo. El PC do B es hoy estructuralmente social-liberal.
Y, por último, la reciente, importante y poco conocida opción del Partido Comunista de Grecia (KKE) por el programa socialista y su durísima crítica a la etapa y la época estalinista. El partido, incluso en un pasado no muy lejano, era incondicionalmente estalinista. A fines de la década de 1990, el KKE promovió “Reuniones” anuales y eclécticas de “Partidos Comunistas y Obreros”, todos con vínculos orgánicos o políticos con la “ortodoxia”, con énfasis en la del PCUS. Ahora, el KKE avanza en la explosión de esa organización, exigiendo la ruptura con las organizaciones colaboracionistas que la integraban y la opción radical por el socialismo y el internacionalismo. Plantean la necesidad de reconstruir la Internacional Comunista liquidada por J. Stalin, en 1943, para tranquilizar al gran capital internacional. (MAESTRI, B, 2021.)
¿Qué camiseta me pondré en el Congreso...
En los últimos años, la YouTubers, bloggers, influencers, etc. se impusieron a los medios virtuales de comunicación, conquistando a un público joven, nacido en plena era digital, comúnmente poco habituado a la lectura y, en muchos casos, a una reflexión y estudio más profundo. Contando con importantes apoyos, Jones Manoel aprovechó la difusión de los libros y propuestas neoestalinistas de Domenico Losurdo para transformarse en una joven estrella mediática del PSCB.
Jones Manoel ha apostado por un perfil mediático de polemista polémico, agresivo y se ha construido un cuerpo mediático atractivo y cada vez más histriónico. Un proyecto político-comunicacional que se enmarca en la actual orientación pecebista fuertemente identitaria. En este proceso se construyó un espacio cautivo externo, con el público joven, y uno interno, en relación con la parte de la militancia y dirección del PCB. Por lo tanto, no puede participar en el próximo congreso en las condiciones propuestas.
Presentarse al cónclave nacional pecebista con la camiseta losurista y neoestalinista significa comprometer fuertemente la posibilidad de progresión institucional apalancada por las decenas de miles de “me gusta” conquistados en los últimos años. Jones Manoel se quita la camisa neoestalinista, olvida a Domenico Losurdo, rápidamente saca de su sombrero de prestidigitador una flamante virginidad socialista. Los objetivos de la operación parecen valer “una masa”.
* Mario Maestro es historiador. Autor, entre otros libros, de Revolución y contrarrevolución en Brasil: 1500-2019 (FCM Editora).
Agradecemos a la lingüista Florencia Carboni ya la historiadora y arquitecta Nara Machado por su lectura.
Referencias
CONRAD, Roberto. Os úúltimos años de la esclavitud en Brasil. (1885-1888). Río de Janeiro: Brasilia, INL, 1975.
COSTA, Edmilson. “Brasil está maduro para el socialismo”. Resistir. https://resistir.info/brasil/edmilson_01nov13.html#c4 (2.11.2013)
HOBSBAWM, EJ Naciones y nacionalismo desde 1780: programa, mito y realidad. Río de Janeiro: Paz y Tierra, 1990.
LAZZARI, G. & Manoel, J. “Un paso atrás para dar dos aún más: el “reverso neocolonial” y la estrategia democrática de Plínio Sampaio Jr.” Blog Boitempo. 17/05/2021. https://blogdaboitempo.com.br/2021/05/17/um-passo-atras-para-dar-dois-mais-atras-ainda-a-reversao-neocolonial-e-a-estrategia-democratica-de-plinio-sampaio-jr/
LENIN, VI “Las tareas del proletariado en la presente revolución” (Las Tesis de Abril). (1917) PCB. https://pcb.org.br/portal/docs/astesesdeabril.pdf
MAESTRI, Mario. Revolución y Contrarrevolución en Brasil: 1530-2019. 2 edición Engrandecido. Porto Alegre: FCM Editora, 2019. https://clubedeautores.com.br/livro/revolucao-e-contra-revolucao-no-brasil
MAESTRI, Mario. Domenico Losurdo, un farsante en el país de los loros. 2 edición engrandecido. Porto Alegre: FCM Editora, 2021. https://clubedeautores.com.br/livro/domenico-losurdo-um-farsante-na-terra-dos-papagaios (A)
MAESTRI, Mario. “El Partido Comunista Griego cruzando el Rubicón: la revolución es socialista, mundial y carece de internacional”. Contrapoder, 11 de marzo de 2021. https://contrapoder.net/colunas/o-partido-comunista-grego-atravessando-o-rubicon/ (B)
MANDEL, Ernesto. El capitalismo tardío. São Paulo: Nueva Cultural, 1985.
PINHEIRO, Iván. La revolucionaria reconstrucción del PCB. TARJETA DE CIRCUITO IMPRESO. 1 de diciembre de 2019. https://pcb.org.br/portal2/24421/a-reconstrucao-revolucionaria-do-pcb-2/
PRESTES, Luis Carlos. Carta a los Comunistas – 1980. CEPPES. https://ceppes.org.br/biblioteca/biblioteca-marxista/luiz-carlos-prestes/carta-aos-comunistas
TROTSKY, León. La revolución permanente. París: Minult, 1963. 377 p.