El laberinto de las ilusiones

Imagen: Paul Basel
Whatsapp
Facebook
Twitter
Instagram
Telegram

por ANTONIO CARLOS MAZZEO*

Prólogo del libro recién publicado de Anderson Deo

En buen momento llega el libro de Anderson Deo, que, en un panel amplio, certero y riguroso, analiza los proyectos desarrollistas que fueron apalancados tanto en los gobiernos de Fernando Henrique Cardoso como en los gobiernos de la “socialdemocracia tardía” (PT) de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff.

A partir de las diferencias entre los proyectos propuestos por los gobiernos del PSDB y del PT –la socialdemocracia tardía, en la que se destacan políticas públicas de cierta positividad–, Deo esboza los elementos que constituirán los obstáculos más complejos para el avance social, precisamente al dimensionar la forma histórica de objetivación del capitalismo brasileño.

Lo más relevante del libro de Anderson Deo es el develamiento de la trayectoria que se despliega a partir de dos conceptos marxistas de gran calado: el primero es el que revela el elemento morfológico ubicado en su núcleo constitutivo de particularidad histórica; el segundo, como consecuencia de esta base conformacional, la forma desigual y combinada, a través de la cual Brasil se inserta en la economía imperialista.

En cuanto al primer aspecto, la particularidad, revela el alcance histórico de la conformación del Estado nacional brasileño a partir de una economía basada en la forma forzada/esclavista y en la actividad primaria, basada en la exportación de productos agrícolas, en particular azúcar , sino también en la extracción de oro y también en otras producciones regionales, incluyendo actividades pecuarias, extractivistas y pesqueras. Esta forma de producción fuertemente agrario-exportadora, con reducida actividad manufacturera, perfila el espectro de una economía complementaria y subordinada en el concierto de las actividades económicas mundiales.

En cuanto al segundo elemento, Deo destaca el carácter del desarrollo económico del Brasil colonial —y, posteriormente, de su condición de Reino Unido con Portugal y los Algarves, a partir de 1808—, que se desarrolla desde el siglo XVI sin rupturas. con la subsunción formal del trabajo al capital, constitutiva del amplio proceso de acumulación originaria del capital[i] en que precisamente esa inserción histórica, en la conformación de las actividades económicas generales, incidirá, desde el mismo proceso de desarrollo desigual y combinado, en el carácter del capitalismo que se estructurará en Brasil.

Con este instrumento conceptual, nuestro autor profundiza el enfoque sobre la entificación de la forma socio-metabólica en la particularidad brasileña, que se materializa, por un lado, en una economía en la que prevalece la modernización conservadora realizada “desde arriba”, o sea , sin el pueblo y contra él y, por otra parte, la constitución de un Estado controlado por una burguesía autocrática, de origen colonial-esclavista ya veces antidemocrático.

Es en esta perspectiva que Deo utiliza en su obra la expresión italiana actualización, que tiene un significado exacto: modernización —, es decir, se actualiza sin dejar de referirse al vínculo estructural del pasado —a adaptación; se adapta, pero no cambia en su esencialidad. Esto significa que el proceso de objetivación del capitalismo brasileño desde su origen ha sido actualizado y adaptado para seguir integrándose en el ámbito del concierto de las economías centrales en la forma que llama el autor del modernismo-conservador, pero que también podría definirse como reaccionario. -Modernismo.-Subalterno.

Este universo conceptual utilizado por el autor amplía el espectro de la dinámica de un capitalismo dependiente, que en su esencia es subdesarrollado, pero que también trae elementos de desarrollo, cercanos e incluso iguales a los existentes en las economías centrales, y que, en el dialéctica del desarrollo desigual y combinado, puede ser comprendida en la perspectiva caiopradeana del “sentido de la colonización”, en su elemento ontológico, en el que “[...] la historia brasileña presenta, en el curso de su desarrollo, desde los inicios hasta la actualidad, una marcada continuidad”[ii], en el que lo nuevo queda subsumido a lo viejo, elemento que delimita los contornos del proceso de objetivación de la forma sociometabólica histórico-particular del capitalismo brasileño.

Precisamente la característica particular del capitalismo brasileño constituirá un obstáculo histórico complejo. En el contexto de una economía subalterna, la burguesía que emerge de esta socialidad no sólo caracteriza el elemento tardío del capitalismo industrial, que tuvo su proceso de acumulación de capital basado en la cruel forma esclavista/trabajo forzado que determinó la realización de una forma-revolución -burguesía efectuada tardíamente y “desde arriba” (Lenin) por una burguesía “transformista” (Gramsci) y contrarrevolucionaria.

Este proceso, como dijimos, conlleva el carácter autocrático del Estado nacional y, en consecuencia, la formación de una sociedad civil incompleta y “gelatinosa”. Excluyendo inicialmente a la mayoría esclavizada de los trabajadores, compuesta por negros, pardos e indios, y luego, tras la abolición de la esclavitud, el 13 de mayo de 1888, con la Lei Áurea –que en su fundamento político objetivo decreta la exclusión y marginación de los negros y poblaciones pardas en la vida social brasileña, por lo que el proceso de abolición e inclusión sociopolítica de negros, pardos e indios es una lucha política aún en curso en la sociedad brasileña –, el Estado nacional impone a todos los trabajadores, del campo y de la ciudad, brasileños e inmigrantes, una legislación autocrática, mediante la cual mantiene al pueblo excluido de los procesos de toma de decisiones de la vida política y económica nacional.

De manera que la permanencia de lo “viejo” que subsume lo nuevo en la sociedad brasileña caracteriza el “modo” brasileño de objetivar el capitalismo, en la perspectiva del modo prusiano-colonial[iii] y que oscila entre el bonapartismo, otrora colonial -colonial-bonapartismo- y la legalidad burguesa, que resulta de la articulación construida por la habilidad histórica de los políticos burgueses. Objetivamente, la legalidad burguesa no es más que un liberalismo al estilo brasileño, construido por la clase dominante, con origen en la sociedad colonial; reelaborada lógica e históricamente, pero sin perder su elemento genético autocrático, propio de una burguesía débil que nació, creció y se multiplicó a raíz de la contrarrevolución permanente.

Como acertadamente señaló Deo, la conformación societal brasileña genera una burguesía interna sin proyecto de nación, que articula y vincula programas económicos y sociales a ventajas empresariales que subordinan las políticas nacionales a sus intereses de clase. Estos componentes estructurales constitutivos de la autocracia burguesa son los obstáculos que impiden la expansión de la democracia en la sociedad civil brasileña.

No por otra razón, toda la lucha de clases librada en Brasil, principalmente por el proletariado urbano y rural, tuvo y ha sido, como punto decisivo, la lucha por la democratización de la sociabilidad brasileña, vista aquí desde la perspectiva lukacsiana, desarrollada en su “El proceso de democratización”[iv]. No es casual que, a lo largo de su historia, el movimiento obrero, ya sea el movimiento anarcosindicalista de finales del siglo XIX y principios del XX, o el actual, que libró luchas decisivas contra el militar-bonapartismo, se instalara el 1 de abril de 1964, tuvo en la cuestión democrática el elemento que demarcó los campos de las luchas políticas. El propio PCB, el primer partido obrero brasileño desde su organización en marzo de 1922, como resultado de las luchas y huelgas obreras realizadas en las dos primeras décadas del siglo XX, centró su lucha en la expansión de la democracia en Brasil.

En un principio, a partir de la propuesta de una “revolución democrático-pequeñoburguesa”, que englobaría a la pequeña burguesía en rebeldía, a través del Tenentismo, hasta 1929 y posteriormente, en el marco de una alianza reformista con sectores de una presunta “ burguesía nacional”; desde 1992, en el contexto de una profunda autocrítica de su línea política, el PCB sienta las bases para la construcción de una propuesta de acción política centrada en la construcción del Poder Popular, hacia el socialismo, destacando la expansión de un proceso de democratización desde la perspectiva de los trabajadores y sectores explotados de la sociedad. Por su parte, el PT, partido que nació de las huelgas obreras en la región del ABC de São Paulo a fines de la década de 1970, centrando inicialmente la lucha contra la contracción salarial impuesta por el "modelo" económico de la dictadura militar-bonapartista y, posteriormente, ampliándose a la noción de articulación positiva de luchas por la democratización de espacios en la sociedad para amplios grupos de trabajadores, por lo menos hasta mediados de la década de 1980, cuando, ya en el campo de la conciliación de clases, rearticula su línea política en la perspectiva de la democracia formal de la sociedad burguesa, dejando de lado la cuestión de la lucha por el socialismo.

La lucha por la democracia en Brasil, sin embargo, dado el elemento histórico presente en su sociabilidad que demuestra el autor, será posible si el movimiento social en su conjunto, especialmente los trabajadores, logra construir las condiciones para la derrota de la autocracia burguesa. Por eso, ninguna política social será victoriosa si no se sitúa en el ámbito de la lucha contra la autocracia burguesa y su vía de sociabilidad prusiano-colonial; y en un proyecto político que vincule la lucha democrática con la lucha por el socialismo.

El libro que tenemos el honor de presentar es el resultado de una madura reflexión de Anderson Deo, que contribuirá no sólo a la comprensión de las condiciones históricas de Brasil, sino fundamentalmente para que la posibilidad de superar los obstáculos de los brasileños pueda vivir plenamente otras experiencias sociales, que nos permiten romper con el laberinto de las ilusiones, en el que las conciencias se pierden en rutas circulares que llevan a callejones sin salida. Por lo tanto, la ruptura debe ser de un práctica que tiene como norte la emancipación humana.

*Antonio Carlos Mazzeo, profesor jubilado de la Unesp, actualmente integra los programas de posgrado en Historia Económica de la FFLCH-USP y en Trabajo Social de la PUC-SP.

 

referencia


Anderson Deo. El laberinto de las ilusiones: consolidación y crisis de la socialdemocracia brasileña tardía. Curitiba, Appris, 2021, 312 páginas.

 

Notas


[i] Ver MARX, K. ElCapital. Libro I. Capítulo inédito. Buenos Aires: Siglo XXI, 1974, pág. 54 y posteriores y O Capital. Crítica de la Economía Política. São Paulo: Boitempo, 2013, Libro I, sección VII, cap. 24, pág. 785 a 844.

[ii] Ver PRADO JR., C. Historia y Desarrollo. São Paulo: Brasiliense, 1972, pág. 28.

[iii] Ver MAZZEO, AC Estado y burguesía en Brasil: orígenes de la autocracia burguesa en Brasil. São Paulo: Boitempo, 2015.

[iv] LUKÁCS, G. El proceso de democratización. Socialismo y Democratización: Escritos Políticos, 1956-1971. Río de Janeiro: Editora UFRJ, 2008, p. 82 y posteriores.

Ver todos los artículos de

10 LO MÁS LEÍDO EN LOS ÚLTIMOS 7 DÍAS

Ver todos los artículos de

BUSQUEDA

Buscar

Temas

NUEVAS PUBLICACIONES

Suscríbete a nuestro boletín de noticias!
Recibe un resumen de artículos

directo a tu correo electrónico!