por WALNICE NOGUEIRA GALVÃO*
No faltan buenas películas sobre el golpe que aniquiló el gran experimento socialista en Chile
El cine se ha centrado en el golpe del 11 de septiembre de 1973, que derrocó a Salvador Allende y aniquiló el gran experimento socialista en Chile. No faltan buenas películas: ya sean ficción o documentales; desafiar directamente el golpe o centrarse en el período anterior; centrarse en el experimento socialista o atenerse a una represión brutal; hablar de consecuencias inesperadas o de lo que pasó en esos días; o incluso elegir direcciones insospechadas en alusiones oblicuas. El golpe ha atraído a directores de otros países de renombre internacional, así como a elencos estelares. Lo cual dice bien del rechazo planetario con el que fue recibido y de los horrores que cometió.
Para facilitar la comprensión, podemos dividir las películas en dos lotes heterogéneos pero completos. De un lado, los que se realizan en torno a la fecha de los hechos, y del otro, los que, ya en el presente siglo, alejan y multiplican los acercamientos. Entre ambos existe un desfase temporal, que muestra signos de un esfuerzo compensatorio, tal es la cantidad y calidad de las películas surgidas.
1.

Pero, en cualquier caso, brilla en el cielo como un estandarte insuperable la trilogía de Patrício Guzmán, quien, habiendo participado con entusiasmo en el “experimento Allende”, filmaría luego el golpe y sus consecuencias. La trilogía se titula La batalla de Chile (1979) y un subtítulo que lo explica: La lucha de un pueblo sin armas. Documenta detalladamente como testimonio de cuál fue el proyecto socialista e innovador del gobierno de Salvador Allende. Y luego registra cómo la derecha tomó el poder en 1973, en medio de un baño de sangre, y comenzó a desmantelar meticulosamente el proyecto. Filmada durante muchos años, se completó en 1979.
Se compone de tres películas: La insurrección de la burguesía, El golpe militar e el poder del pueblo, durante un total de unas seis horas. Fue producido por Chris Marker, el francés que fue el mayor realizador de documentales políticos que jamás haya existido, dedicándose a filmar las revoluciones del siglo XX. Es una obra maestra y ciertamente el logro cinematográfico más importante jamás realizado sobre las dictaduras de América Latina.
Aún en esta primera fase de películas cercanas a los hechos, tenemos:
Llueve sobre Santiago (1976) – Película francesa, pero dirigida por un chileno, se centra directamente en el golpe, dándole todo el énfasis al colectivo (el pueblo) y a la Unidad Popular. Elenco de estrellas europeas y banda sonora de Astor Piazolla. Fue el primero en tener repercusión internacional.
Compañero presidente (1971) – Antes del golpe, este documental recupera una entrevista entre Allende y Régis Debray.

desaparecido (1982) – Más conocido como Desaparecido. Prestó el gran servicio de dar a conocer la brutalidad del régimen de Pinochet al mundo, gracias a que fue producida en Estados Unidos, hablada en inglés y protagonizada por Jack Lemmon, quien también ganó el Oscar al mejor actor, lo que generalmente catapulta a la película a un récord de taquilla. . Todo esto es la visión de largo plazo de un cineasta militante, Costa-Gavras, que ya había alcanzado la fama con la película. Z, que, aunque se trataba de un ataque más antiguo, sirvió como denuncia de la dictadura militar griega, la llamada “dictadura de los coroneles”, vigente en ese momento. Tuvo un rotundo éxito internacional y un extraordinario Jack Lemmon en el papel de un padre estadounidense cuyo hijo, un periodista de izquierda en el Chile de Allende, es uno de los desaparecidos.
Años antes, y bajo la égida de Salvador Allende, este director ya había realizado una película militante en Chile, esgrimiendo el cine como arma en la lucha política. Se trata de estado de sitio (1972), que cuenta, ligeramente ficticia, el viaje de Dan Mitrione, un agente secreto de Estados Unidos que llegó al Cono Sur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) para enseñar a las fuerzas armadas a torturar.
El agente fue secuestrado y castigado por los Tupamaros, la guerrilla urbana fundada en Uruguay por un puñado de valientes, entre ellos José Mujica y Raúl Sendic. La película fue prohibida entre nosotros, ya que mostraba la aplicación práctica de las clases a un prisionero, bajo la bandera brasileña colgada en la pared. Censurado durante ocho años por la dictadura militar que amordazó a Brasil.
La casa de los espíritus (1993) – Película danesa dirigida por Bille August, miembro del Grupo Dogma, liderado por Lars von Trier. Adaptación de la novela de memorias de Isabel Allende, la hija del presidente.
Actas generales de Chile (1986) –Del director Miguel Littin, quien volvería a abordar el tema. Su hazaña fue regresar clandestinamente a Chile para filmar el régimen de Pinochet.
Estas son las películas realizadas en el pasado, más cercanas a los hechos.
2.
Después de un largo período de silencio, en el presente siglo hay un resurgimiento del interés por el tema, que culmina en torno al medio siglo del golpe de Estado (1973-2023). Este resurgimiento se siente después de casi haber sido olvidado, cuando las encuestas se volvieron raras. A partir de este intervalo, se solicita el registro de películas que o bien cuestionan los entresijos del golpe o, lo que aumenta su relevancia, abordan las derivaciones más inesperadas.

Entre ellas destacan las nuevas películas de Patricio Guzmán, quien, si bien mantiene los pies en el pasado, comenzaría a abordar sus novedades. El botón de perla (2015) está dedicada a una vasta reflexión sobre los desaparecidos, muchos de ellos arrojados desde un avión al mar, elemento de la naturaleza que controla el reflejo en la película. También fue una práctica en Brasil, ejemplo de lo cual es el caso de Stuart Angel, hijo de Zuzu Angel (en la tranquilizadora “Angélica”, de Chico Buarque: “Solo quería mecer a mi hijo/ Que vive en la oscuridad del mar").
el cine argentino Kóblico, protagonizada por el gran Ricardo Darín, cuenta la historia de un piloto de la Fuerza Aérea que, para escapar de la macabra misión que se extendía hasta Argentina, se ve obligado a huir y esconderse. Nostalgia por la luz (2010) filma, en el desierto de Atacama, los cementerios secretos de muertos y desaparecidos donde, treinta años después, los familiares acuden a desenterrar huesos. Tiene una belleza plástica incomparable. Y, lo que aún faltaba, el director nos ofrece una biografía completísima: Salvador Allende (2004).
Otra biografía que faltaba es la de Víctor Jara, titulada Masacre del estadio (2019). El documental recorre la vida y la muerte de este popular trovador militante, activo en el “experimento Allende”, uno de los primeros masacrados por los militares victoriosos. El viaje de Víctor Jara recuerda la contribución del cantante Zeca Afonso, cuyo proselitismo en sindicatos y escuelas fue decisivo para la Revolución de los Claveles en Portugal: no es de extrañar que su composición “Grândola vila morena” fuera la contraseña transmitida por la radio, que desencadenó la insurrección.
Leyendas de la música Woody Guthrie y Pete Seeger personas Los norteamericanos también estuvieron al frente de las luchas populares, la primera en la Gran Depresión de los años 1930 y la segunda después, en canciones de protesta y marchas por los derechos civiles. En Brasil, Geraldo Vandré iba camino de ser uno de ellos, si la dictadura no hubiera acabado con su carrera de juglar. En cuanto a Víctor Jara, se convertiría en un símbolo de la lucha por la libertad.
Calle Santa Fe (2007) – El título alude al domicilio donde vivió una familia de militantes del gobierno de Allende, luego perseguidos sin piedad por los verdugos.
Allende, mi abuelo Allende (2015) trae las reminiscencias íntimas y afectuosas de una de las nietas del presidente.
Neruda (2016), ambientada muchos años antes del golpe, está narrada desde la perspectiva de un policía encargado de localizar y no perder de vista al poeta comunista Pablo Neruda, Premio Nobel de Literatura. El policía es interpretado por el popular actor mexicano Gael García Bernal.
Tony Manero (2008) presenta a un chileno obsesionado con el protagonista de Fiebre de sábado por la noche, cuyas peculiaridades y tics imita y a quienes encarna en concursos televisivos. El telón de fondo es el golpe de 1973.

Un buen ejemplo de tratamiento indirecto es Machuca (2004), que cuenta la historia de la improbable amistad entre dos niños de la época de Allende, uno de la burguesía y el otro de zonas pobres, unidos en un experimento educativo socialista. En particular, la forma en que viven durante este tiempo y la posterior represión.
NO (2012) – Nuevamente protagoniza Gael García Bernal, involucrado en la campaña por el “No” al plebiscito convocado para garantizar la permanencia de Pinochet en el poder, que el voto popular se negó a avalar.
De Chile, o de cineastas chilenos en el exilio, también llegaron hasta nosotros Isla Dawson 10 (2009), del nombre de una isla donde existía un campo de concentración clandestino, y Post mortem (2011), el golpe desde el punto de vista del trabajador de la morgue que procesa los montones de cadáveres que llegan. Dirigida por Pablo Larraín, al igual que NO, Neruda y Tony Manero, y que anuncia la sátira El Conde, película de terror en la que Pinochet es un vampiro…
Las películas relevantes procedieron de cineastas extranjeros. De Suecia, el caballero negro (2007), narra las hazañas del embajador sueco y los riesgos que corrió para salvar a un gran número de perseguidos, abrigarlos y alejarlos de sus verdugos, para transportarlos sanos y salvos fuera de los muros. De Alemania, Amor y Revolución (2015), también titulado Colonia, sobre otro campo de concentración y tortura, dirigido por un ex oficial nazi disfrazado de misionero.
Santiago, Italia (2018) es obra del gran director Nanni Moretti, que se remonta a 1973 para investigar el papel de Italia y su embajador en el rescate y concesión de asilo a un gran número de personas perseguidas con sus vidas en peligro, como la posición adoptada por Suecia.

Brasil contribuyó con un importante documental, Operación Cóndor (2007). Las dictaduras de los años 1960 y 1970 predominaron no sólo en Brasil, sino en todo el Cono Sur, donde estuvo vigente la infame Operación Cóndor. Allí vemos cómo las policías y el ejército de los países de la región formaron un acuerdo de información y servicios mutuos, siendo responsables de ataques, torturas, asesinatos y desapariciones. Y todo bajo el control de Estados Unidos. Dirigida por un brasileño, la película desmantela pieza a pieza la máquina de represión y revela sus monstruosidades.
La torsión del tema produjo incluso un resultado sorprendente, centrándose con cierto desplazamiento en las derivaciones del golpe, cualesquiera que fueran. Es culpa de fidel (2006). Dirigida por la hija de Costa-Gavras, Julie Gavras, y protagonizada por una niña, cuenta la historia de las penurias de ser hija de izquierdistas, incluso en un país tan civilizado como Francia. Muestra lo difícil que es entenderse a uno mismo, en medio de los dolores de crecer, en un hogar que acoge los barbudos, como explica la niña. Ciertamente vemos cómo la experiencia de ser hija de artistas militantes no es nada banal, junto con la notoriedad y los riesgos que conlleva tal dedicación.
3.
Y cerramos hablando de un notable cineasta chileno, casi desconocido en Brasil, Raúl Ruiz, quien al fallecer dejó una colección de alrededor de 100 películas, entre largometrajes y cortometrajes. Su trabajo no es fácil de asimilar. Se inclina hacia lo experimental y lo vanguardista, lo neobarroco, lo surrealista y lo onírico, con toques de realismo mágico y sus fuentes en la cultura popular. Raúl Ruiz escapó de la ira de los militares y se exilió en Francia, donde continuó una rica carrera. Otros cineastas lo valoraron mucho (“el cineasta de un cineasta”). Sus películas son difíciles de conseguir y una Asociación de Amigos, con sede en París, está haciendo esfuerzos para rescatar y recuperar sus obras.
Para nosotros, y dados los obstáculos, puede resultar más práctico evaluar sus talentos en una película colectiva que esté disponible en streaming. Se trata de una secuencia de episodios de tres minutos, en los que Raúl Ruiz está entre sus pares, los mejores y más avanzados directores de todo el mundo, con un total de 33 nombres. El episodio del que es responsable, por título. El don, trae el recuerdo de un ciego que alguna vez fue operador de la proyección del clásico Casablanca en un pueblo perdido del interior. La película completa, diseñada para celebrar los 60 años de existencia (y resistencia) del Festival de Cannes, es sumamente interesante, porque su único tema es el amor al cine, y demuestra los estallidos de creatividad que un tema así es capaz de provocar. especialmente en la imaginación de los grandes artistas.
Su contagiosa emoción, dirigida a todos los cinéfilos, tiene el título de A cada uno su cine (en el original cine chacun son, 2007). La contribución de Raúl Ruiz, de supremo ingenio y humor cortante, interroga los límites de la representación: ¡un ciego proyectando una película! Y propone el arte no como una panacea universal, sino como un aliado para superar heridas graves.
*Walnice Nogueira Galvão Profesor Emérito de la FFLCH de la USP. Autor, entre otros libros, de leyendo y releyendo (Sesc\Ouro sobre azul).
Publicado originalmente en la revista Teoría y debate.
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