El hilo conductor del materialismo histórico

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por GABRIEL TELES*

El materialismo histórico proporciona instrumentos teóricos fundamentales que ayudan a comprender la realidad como síntesis de múltiples determinaciones.

“El resultado general al que llegué y que una vez obtenido me sirvió de guía para mis estudios porque quedó formulado, brevemente, de la siguiente manera […]” (Karl Marx, Prefacio a la contribución de la crítica de la economía política).

1.

Siguiendo la trayectoria intelectual y política de Karl Marx, desde su juventud hasta su madurez, visualizamos una unidad elemental. Desde el manifiesto inaugural de su nueva propuesta teórico-política que se produce (aunque todavía de forma rudimentaria), en Introducción a Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel, hasta tu obra magna, La capital, podemos reconstruir los recursos y la forma en que Karl Marx compuso su concepción materialista de la historia.

El problema, sin embargo, es que Karl Marx nunca escribió una obra sistemática sobre el materialismo histórico y sólo en algunos pasajes de sus obras hizo una rápida digresión al respecto. En uno de estos pasajes es posible encontrar un resumen, una síntesis de los resultados generales a los que había llegado Karl Marx tras comprender, desde 1843, que la crítica de la economía política era la clave para comprender la “anatomía” de la sociedad burguesa. .

Este pasaje es el famoso prefacio de Crítica de la economía política, de 1859.

Uno de los primeros marxistas en darse cuenta de la importancia fundamental de este prefacio es Karl Korsch, quien escribió el libro fundamental marxismo y filosofia en 1923. Karl Korsch insistirá en su importancia, advirtiendo que cada palabra contenida en este extracto debe ser leída, releída y reflexionada atentamente, si se quiere asimilar el significado de sus frases extremadamente condensadas.

En este prefacio, Karl Marx retoma como punto de partida su trayectoria, destacando su ruptura con el idealismo hegeliano y su primer encuentro con las “cuestiones materiales”: “Mi área de estudio fue la jurisprudencia, que, sin embargo, no dediqué. yo mismo aunque sea de manera accesoria […]. En 1842-1843, como editor del Revista Renana, Me encontré, por primera vez, en la embarazosa obligación de dar mi opinión sobre los llamados intereses materiales […]. Por otra parte, en aquella época, cuando el afán y el avance superaban a menudo a la verdadera sabiduría, en la Gazeta Renana se escuchaba un débil eco, por así decirlo filosófico, del socialismo y el comunismo franceses. Me manifesté en contra de este embrollo, pero al mismo tiempo confesé claramente, en una polémica […], que los estudios que había realizado hasta entonces no me permitían arriesgarme a emitir un juicio sobre la naturaleza de las tendencias francesas. […] El primer trabajo que realicé para resolver las dudas que me asaltaban fue una revisión crítica de la La filosofía del derecho de Hegel, obra cuya introducción apareció en Anales franco-alemanes, publicado en París en 1844”. (MARX, 2008, págs. 46-47).

De este proceso de intenso estudio y autoclarificación teórico-política, emergen, de manera embrionaria, las primeras proposiciones de la concepción materialista de la historia en la trayectoria de Karl Marx y la comprensión de la necesidad de desarrollar la crítica de la economía política, una ciencia clave para comprender la sociedad burguesa: “Mis investigaciones me llevaron al siguiente resultado: las relaciones jurídicas, así como las formas del Estado, no pueden explicarse por sí mismas, ni por la llamada evolución general del espíritu humano; estas relaciones tienen, por el contrario, sus raíces en las condiciones materiales de existencia, en su totalidad, condiciones que Hegel, siguiendo el ejemplo de los ingleses y franceses del siglo XVIII, entendía bajo el nombre de “sociedad civil”. También llegué a la conclusión de que la anatomía de la sociedad burguesa debe buscarse en la economía política”. (MARX, 2008, pág. 47).

Luego de este primer momento de explicación de su trayectoria, Karl Marx pronuncia uno de los extractos más famosos de sus obras que trata de la conclusión de decenas de años de estudio y activismo político. Nos permite reproducir su gran fragmento: “El resultado general al que llegué y que, una vez obtenido, me sirvió de guía para mis estudios porque estaba formulado, brevemente, de la siguiente manera: en la producción social de la existencia misma, los hombres entran en relaciones determinadas, necesarias, independientes de tu voluntad; Estas relaciones de producción corresponden a un determinado grado de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. La totalidad de estas relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta una superestructura.[i] jurídicas y políticas y a las que corresponden formas sociales específicas de conciencia. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política e intelectual. No es la conciencia de los hombres la que determina su ser; más bien, es tu ser social el que determina tu conciencia. En una determinada etapa de su desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o, lo que no es más que su expresión jurídica, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se habían desarrollado hasta entonces. De formas evolutivas de las fuerzas productivas que fueron, estas relaciones se convierten en obstáculos. Comenzó entonces una época de revolución social. La transformación que tuvo lugar en la base económica transforma más o menos lenta o rápidamente toda la colosal estructura. Al considerar tales transformaciones, es importante distinguir siempre entre la transformación material de las condiciones económicas de producción –que puede verificarse fielmente con la ayuda de las ciencias físicas y naturales– y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en En resumen, las formas ideológicas bajo las cuales los hombres toman conciencia de este conflicto y lo llevan hasta el final. De la misma manera que un individuo no puede ser juzgado por la idea que tiene de sí mismo, tampoco podemos juzgar tal época de transformaciones por la conciencia que tiene de sí mismo. Es necesario, por el contrario, aplicar esta conciencia a las contradicciones de la vida material, al conflicto que existe entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción. Una sociedad nunca desaparece antes de que se hayan desarrollado todas las fuerzas productivas que puede contener, y relaciones de producción nuevas y superiores nunca toman su lugar antes de que las condiciones materiales para la existencia de estas relaciones se hayan incubado en el corazón mismo de la vieja sociedad. Por eso la humanidad nunca se propone otra cosa que los problemas que puede resolver, porque, profundizando el análisis, siempre se verá que el problema en sí sólo se presenta cuando existen o están en proceso de solución las condiciones materiales para resolverlo. existir. […] Las relaciones burguesas son la última forma antagónica del proceso de producción social, antagónicas no en el sentido de un antagonismo individual, sino de un antagonismo que surge de las condiciones de existencia social de los individuos; Las fuerzas productivas que se desarrollan dentro de la sociedad burguesa crean, al mismo tiempo, las condiciones materiales para resolver este antagonismo. Con esta formación social termina, por tanto, la prehistoria de la sociedad humana”. (MARX, 2008, págs. 47-48).

2.

A pesar de ser breve y claro, Karl Korsch demostrará cómo estas premisas teóricas básicas de Karl Marx fueron mal interpretadas y utilizadas, trayendo consecuencias teóricas y políticas dentro de las filas del marxismo. Para rehabilitar el carácter radical de las conclusiones generales que Karl Marx extrajo de sus años de estudio y lucha, Karl Korsch busca escudriñar y analizar este extracto.

El primer punto abordado por Karl Korsch es la observación, obvia pero necesaria de aclarar, de que tal fragmento de prefacio da Crítica de la economía política no constituye más que el hilo conductor que utilizó en sus investigaciones económicas y sociales. Pero ¿cómo podemos demostrar la veracidad de este hilo conductor y cómo podemos demostrar que nuestro método es “adecuado” para analizar la historia humana?

Karl Korsch, para responder a esta pregunta, rescata una frase anecdótica de Friedrich Engels (2022, p. 21) incluida en el libro Del socialismo utópico al socialismo científico: “La prueba del budín está en comerlo, o sea, sólo la experiencia lo prueba”. En otras palabras, la demostración de la eficacia y correspondencia con la realidad de su concepción materialista de la historia reside en su aplicación en un estudio determinado. En el caso de Karl Marx, fue, en gran medida, en la crítica de la economía política donde se “aplicó”. De ahí la afirmación de Karl Korsch (2008, p. 135): “Una discusión teórica más o menos confusa nunca podrá demostrar si un método científico es correcto o no; Sólo una prueba 'práctica', por así decirlo, de este método puede lograrlo".

La idea de un hilo conductor también nos lleva a la proposición de que la discusión de Marx en este prefacio puede considerarse un principio heurístico, producto de la conciencia que apunta, entre otras determinaciones, al proceso de análisis de la realidad social. Este principio pretende comprender y analizar la relación entre las condiciones sociales de existencia, su desarrollo histórico, así como su respectiva transformación/ruptura práctica. No su comprensión total y absoluta, sino una guía, un mapa de amplio espectro que ayuda en el análisis.

Esto se hace evidente por la estructura abstracta del extracto de Karl Marx, donde no se califica el tiempo histórico (o de qué sociedad se habla) y mucho menos se nombra el sujeto histórico que producirá la transformación/ruptura. El lector que sólo conozca este fragmento de Marx tendrá la falsa percepción de que la evolución histórica de la humanidad es un proceso “objetivo”, en el que la historia se presenta como una evolución de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción, donde, en un momento determinado, el estos últimos se convierten en un obstáculo para los primeros.

Por lo tanto, Karl Korsch afirmará que sólo cuando se complemente el análisis abstracto de Karl Marx, en este prefacio, con otras discusiones más precisas y específicas que Marx y Engels produjeron a lo largo de su actividad intelectual y política, es posible comprender el significado pleno de la concepción materialista de la historia, especialmente en el análisis de la sociedad capitalista. De ahí la existencia de una aparente “fórmula objetiva” y “fórmula subjetiva” para comprender la integralidad de la relación entre los modos de existencia de los seres humanos con su evolución histórica y su respectiva transformación.

La “fórmula objetiva” es exactamente lo que aparece en el prefacio a Contribución a la crítica de la economía política, especialmente el siguiente fragmento emblemático: “La historia de la sociedad es la historia de su producción material y de las contradicciones entre las fuerzas productivas materiales y las relaciones de producción que emergen y se resuelven a lo largo de su evolución”. Esta fórmula corresponde a la “fórmula subjetiva[ii]”, constante en el manifiesto Comunista por Marx y Engels (2005, p. 40): “La historia de todas las sociedades que han existido hasta la fecha[iii] Es la historia de la lucha de clases”.

En este sentido, para Karl Korsch, la fórmula subjetiva aclara el significado de la fórmula objetiva, nombrando al “sujeto histórico” concreto que practica la acción, consumando así la “evolución objetiva”. También se supone que las relaciones de producción que, en una determinada etapa, sirven como obstáculos para las fuerzas productivas, son grilletes de la clase oprimida. La clase explotada, al romper sus cadenas en la lucha revolucionaria, también libera la producción. En la sociedad capitalista actual, el verdadero sujeto de la historia es, según el materialismo histórico, el proletariado.

La aparente división entre fórmula subjetiva y objetiva es, en realidad, una unidad, una totalidad viva y concreta. Karl Marx, en este sentido, se propuso analizar la sociedad capitalista y su disolución, pero necesitaba comprender, primero, la dinámica y la historicidad del propio desarrollo histórico de la humanidad.

3.

Karl Korsch, todavía en la cuestión del hilo conductor del materialismo histórico, presenta una discusión importante sobre la forma en que Karl Marx lo utilizó tanto en el análisis del desarrollo de la humanidad en general como en el análisis de la sociedad burguesa en específico. En otras palabras, hay proposiciones generales que pueden ser utilizadas para otros momentos históricos de la humanidad, así como proposiciones específicas, que sólo serían útiles para analizar la sociedad capitalista. Esta dinámica se da porque la relación y mediación entre la base material y su superestructura (política, jurídica, ideológica, etc.) cambia según la formación socioeconómica de cada época.

Karl Korsch ofrece ejemplos de la dificultad de utilizar los conceptos desarrollados y movilizados por Marx en el análisis del capitalismo en La capital, para investigar la dinámica de la sociedad feudal, por ejemplo, donde la relación entre la esfera de producción y la política tenía diferentes mediaciones, además de relaciones sociales específicas. El uso del concepto de plusvalía, por ejemplo, no tiene sentido para entender el feudalismo, la antigüedad o cualquier otra sociedad.

Otro ejemplo movilizado es el de la manifiesto Comunista, cuando Marx y Engels afirmaron que la historia de las sociedades hasta el día de hoy es la historia de la lucha de clases. Esta proposición se desmorona al analizar lo que Friedrich Engels llamó “comunismo primitivo”, décadas después de la redacción del manifiesto, al constatar la existencia de sociedades no clasistas en el pasado y el presente. La misma dificultad se presenta también con las formaciones sociales futuras, donde la relación entre economía y política puede ser abolida, así como la existencia misma de clases sociales. Karl Korsch analiza aquí la primera y la segunda fase de la futura sociedad comunista.

Karl Korsch (2018, p. 199), a modo de síntesis, explica el carácter general y específico de las proposiciones de Marx inscritas en el prefacio a Crítica de la economía política: “El principio materialista de Marx, cuando se aplica a otras formas de sociedad anteriores o posteriores a la sociedad burguesa, sólo es válido en las dos disposiciones generales y si, además, se adapta más o menos dependiendo de la distancia histórica que separa a la sociedad burguesa de la forma de la sociedad de estudio. Lo que sí es válido para todos los períodos históricos de formación socioeconómica es, por otra parte, la idea fundamental de la teoría materialista de la sociedad, que establece que el modo de producción de la vida material condiciona todo el proceso de existencia social, política e intelectual. en general. […] Esta relación material, invariable y constante, presenta, en cada período histórico, una forma específica diferente”.

Como podemos ver, Karl Korsch enfatiza la importancia de la dimensión específica de cada formación histórica y social. Esta dimensión está vinculada a lo que Karl Korsch llama el “principio de especificidad histórica” que es, entre otros elementos, uno de los principales aportes de Karl Marx a la teoría social presente en el materialismo histórico.

Lo fundamental aquí, a modo de conclusión, es darse cuenta de que, al considerar la idea de un hilo conductor en la discusión de Karl Marx en este Prefacio, queda claro que estamos ante un principio heurístico esencial. Este principio no sólo busca comprender las condiciones sociales de existencia y su desarrollo histórico, sino que también sirve como guía para analizar su transformación práctica y concreta.

En resumen, al reconocer la naturaleza heurística de esta discusión, nos animamos a buscar una comprensión más profunda y contextualizada de la dinámica histórica y social. Como una brújula, el materialismo histórico nos proporciona instrumentos teóricos fundamentales que nos ayudan a comprender la realidad como una síntesis de múltiples determinaciones que cambian y transforman.

*Gabriel Teles Es doctor en sociología por la USP y profesor del Instituto Federal de Goiás (IFG).

Referencias

ALTHUSSER, Luis. por marx. Campinas, SP: Editora da Unicamp, 2015.

ENGELS, Federico. Del socialismo utópico al socialismo científico. Edipro, 2022.

KORSCH, Karl. Karl Marx. Lisboa: Antígona, 2018.

KORSCH, Karl. marxismo y filosofia. Río de Janeiro: Editora UFRJ, 2008.

 MARX, Carlos. Contribución a la crítica de la economía política. São Paulo: Expressão popular, 2008.

MARX, Carlos; ENGELS, Friedrich. La sagrada familia: o la crítica de La crítica crítica: contra Bruno Bauer y sus consortes. Editorial Boitempo, 2015.

MARX, Carlos; ENGELS, Friedrich. manifiesto Comunista. Editorial Boitempo, 2010.

Notas


[i] Korsch fue uno de los pioneros en postular que el uso de los términos “base” y “superestructura” en Marx son esencialmente de naturaleza metafórica y no conceptos analíticos terminados. En otras palabras, eran expresiones utilizadas a modo de “imagen” para expresar una determinada relación entre el modo de producción y las formas de regularización de la sociedad (ley, Estado, ideología, etc.). Esta discusión se hizo famosa en las reflexiones de Althusser. (2015).

[ii] Hay un pasaje en el libro. la sagrada familia, donde Marx y Engels (2015, p. 111) critican a quienes ven la Historia de forma autónoma, al margen de los seres humanos reales y concretos: “La Historia no hace nada, 'no posee ninguna riqueza inmensa', 'no lucha contra ningún tipo de luchar'! El que hace todo esto, el que posee y lucha es, mucho antes, el hombre, el hombre real, que vive; Ciertamente no es la 'Historia', que utiliza al hombre como medio para lograr sus fines -como si fuera una persona separada-, ya que la Historia no es más que la actividad del hombre que persigue sus objetivos”.

[iii] Respecto a esta declaración de manifiesto Comunista, Engels, años más tarde en una nueva edición, inserta una nota fundamental al pie de página destacando que se trataba de la “historia escrita” y no de la historia humana en su totalidad: “La prehistoria, la organización social anterior a la historia escrita, era desconocida en 1847. Más tarde, Haxthausen Al descubrir la propiedad común de la tierra en Rusia, Maurer demostró que ésta era la base social de la que históricamente derivaron las tribus teutónicas y, poco a poco, se fue comprobando que la comunidad rural era la forma primitiva de sociedad, desde la India hasta Irlanda. La organización interna de esta sociedad comunista primitiva quedó revelada, en su forma típica, por el descubrimiento de Morgan de la verdadera naturaleza de la gens y su relación con la tribu. Tras la disolución de estas comunidades primitivas, la sociedad comenzó a dividirse en distintas clases. Intenté rastrear este proceso de disolución en la obra. Der Ursprung der Familie, des Privatergenthums und des Staats”(MARX Y ENGELS, p. 40). 


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