El epicentro del Apocalipsis

Imagen: Grupo de Acción
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por EUGENIO TRIVINHO*

La indignación antifascista en Brasil alivia la fragilidad sanitaria de millones de pobres y vulnerables, humillados por el desprecio y el sarcasmo de los genocidas en red

1.

Destronar el genocidio - gritar, asfixiados, millones de indígenas, negros, mestizos y blancos pobres en Brasil. Derribar al gendarme – reclama una parte importante de la población. Desarmar literalmente la red genocida – deplorar desesperadamente a millones de familias cansadas de contaminación y luto.

Proliferan decenas de nuevas cepas de Sars-CoV-2, con la eventual incubación de un supervirus, que ascienden a un millón de muertos, con una media diaria de entre 1.000 y 3.000, uno de los mayores despropósitos necrosanitarios de la historia del Estado en Brasil, en pleno apogeo, siglo XXI. Este hecho es incompatible con una economía que ya se encuentra entre las 10 primeras del mundo. La mala gestión económica y sanitaria hizo que el país cayera en picado tres niveles mundiales. Pasante hoy entre el 12 y el 13. Si no cambia la ruta, se desplomará aún más, ampliando focos de miseria y pobreza, en lugar de reducir las desigualdades y renegociar el reparto del tesoro.(1)

La nueva supercepa -se cree, traspasa fronteras- se fortalece en silencio y puede escapar a la curva de eficacia profiláctica de las vacunas comercializadas, anulando el mayor y más rápido esfuerzo jamás visto por la tecnociencia en el sector farmacéutico, destinado a optimizar la inmunidad individual a escala internacional.(2) Hay billones de dólares en juego, arrojados a un daño inminente, con consecuencias desastrosas sobre la fuerza de trabajo multilateral, sobre la producción y distribución de la riqueza material y sobre la tasa de desarrollo económico en todo el mundo.

Como resultado, Brasil llegó, a mediados de abril, al punto de catalizar restricciones contra sí mismo de cientos de países, con excepción de menos de diez, que hicieron el favor de preservar remanentes de confiabilidad. (3)

En poco más de dos años, el gobierno federal, a través de los ministerios de Salud y Relaciones Exteriores, prácticamente transformó al país en el socio leproso del mundo globalizado. La semántica históricamente bizarra de una palabra hace insoportable toda la expresión, en correspondencia con una situación dolorosa: el trato inhumano e irracional de los infectados por el Mycobacterium leprae, identificado en 1874 por Gerhard Hansen y causante de la lepra, en el catálogo moderno.

La indignación no dispersa el foco ni pierde un viaje: este friso sobre el padecimiento de la lepra, en el marco de una reflexión sobre las tendencias neofascistas tropicales, quiere incluso de paso, llamar la atención sobre el estatus social inaceptable de la relación con la lepra en el país. (4)

La infelicidad política que, desde Brasilia, sostiene el encierro del país se extiende a la imagen de cada brasileño. También cubre al negacionista contundente, al desafortunado terraplanista y/o al frívolo defensor de fármacos ineficaces contra el Sars-Cov-2 y sus variantes. Magmas giratorios de una historia de salud oscura, el estigma global autoprovocado por el atracón populista de extrema derecha se acumula con el de un paria diplomático del orbe civilizado.

La neoliberalización tardocapitalista engendró la globalización económico-financiera del planeta en las últimas décadas, bajo el empuje de las tecnologías comunicacionales en tiempo instantáneo. En un opuesto suicida, la bolsonarización nacionalista del Estado retrocede hacia las fronteras y contra el occidente cientificista: la sociopatía endógena de la administración federal, de corte necropolítico antimodernista, equivale al ostracismo lamentable en medio de un mundo globalizado.

El pueblo brasileño, especialmente los millones de trabajadores pobres, segregados y traicionados, no merecían tanto abandono intencional, tanto desprecio internacional inducido.

En conjunto, la hazaña del gobierno federal es tan desastrosa que, como motivo de bomba, ya debería haber escalonado la deposición multilateral. La exigente verificación subasta motivos concretos y estadísticos. La imagen dispersa del rincón del planeta, en la medida en que influye en los flujos de inversión en el parque productivo interno, compromete el crecimiento económico, socava las tasas de empleabilidad legal, intensifica la informalidad del trabajo y los ingresos, expande la pobreza y la miseria, en definitiva, destruye estructuralmente nuestro Índice de Desarrollo Humano (IDH).(5)

El Brasil post-2018 ya no es un mero problema doméstico, para un complejo y exclusivo antipasto de caudillos nacionalistas-populistas, siempre con intenciones no confesadas más insidiosas que las explicitadas. El país se ha convertido en una gigantesca vicisitud global: implica incluso la supervivencia de los ciudadanos en cada uno de los aproximadamente 210 países existentes.

A sitios web los periodistas de derecha, que apoyaron el alboroto jurídico-institucional de 2016 y 2018 para luego llevarse las manos a la cabeza frente al monstruo negacionista instalado a partir de enero de 2019, sepultaron suspicacias: de acuerdo con las razones de Europa (as), resuman el discurso de que Brasil se ha convertido en esa amenaza internacional.(6) El superyó de la prudencia juega siempre a favor de la serenidad: si las idas y venidas de posiciones y opiniones políticas son legítimas, no dejan de inmortalizar mojones y huellas.

Si Sars-Cov-2 es el nombre pandémico de la bestia, el invitado del Palácio do Planalto aparece en la mesa de dibujo de los países desarrollados como el rostro internacional de la bestia de las bestias. Tantos arranques de engaño que los principales líderes mundiales ya lo han aislado como un interlocutor incompetente y como un peligro para la humanidad, comprobado por los acontecimientos en curso. Invariablemente, la pandemia silenciosa, sus lamebotas y su horda mediática (además de las redes digitales, el nicho más agresivo) no escatiman en inventos y mentiras nacionalistas y antioccidentales, sin preocuparse -como se ha dicho- con el estigma trasladado a millones de brasileños que viven o circulan en territorios extranjeros. Eco más énfasis: el mundo aísla al multicoronado Brasil como un perro perdido y sin dueño en espacios geopolíticos sanos y/o sanados, un cazumbi enfermo y sin máscara merecedor, más bien, de lástima y ostracismo, ayuda política poco diligente, presión internacional vigorosa, para asistir en la disolución del avispón necropolítico interno, que, en retorno expandido, amenaza a todos los países del hemisferio sur.

Las críticas realizadas recientemente por representantes de varios países en el Parlamento Europeo al gendarme tropical sin insignias fueron tan duras que lo rechazaron como persona non grata del mundo democrático sanitariamente responsable.(7) La multitud paranoico-fetichista filtra estas vehementes protestas y denuncias a través de las ráfagas de “comunismo imaginario”, que alimenta. La ecuación es un trapo ortodoxo del sentido común: son “narrativas sospechosas” – dicen abiertamente, sin pudor – provenientes del “marxismo cultural”, vinculado al “movimiento comunista internacional” contra la “civilización judeocristiana” y, por tanto, justificar la “guerra cultural” en curso, importada del conservadurismo norteamericano. Reírse de esta tragedia intelectual brasileña es inmoral: sus efectos deletéreos hacen que la risa llegue a la memoria de los millones de muertos por la COVID-19.

destronar al protoführer – Aboga por la amplia oposición juvenil, hombros alineados con las próximas décadas.

Sacarlo de la silla más importante de la República: niños gritos, sin voz, huérfanos en la pandemia.

Barrer la red genocida del tejido del Estado y dar paso a la vacunación acelerada e ininterrumpida. Salve el planeta.

2.

Las notas anteriores inspiran una reflexión política más dirigida.

Curiosas tendencias evangélicas, asumiendo los monopolios bíblicos de la prosperidad como artificio retórico-proselitista y como ideología tardocapitalista, rechinan los dientes y echan espuma en defensa de un gobierno que promueve aglomeraciones propandémicas y, con ello, arroja disturbios en la población de países internacionales. cuadrantes Fecha máxima de venta, vale, pues, una provocación, enviada a continuación, con una señal interpretativa diametralmente divergente, con este preámbulo: la exageración puede pecar, pero nunca por la falsedad o la deshonestidad.

La configuración geopolítica-sanitaria de Brasil ha condicionado, desde el hemisferio sur hasta el globo, la imagen prospectiva de un Apocalipsis también peculiar: el de un volcán pandémico que arroja supervirus de todas las placas tectónicas y, poco a poco, vuelve a involucrar a millones. de personas en el mundo, con consecuencias impredecibles.

El Apocalipsis (del latín apocalipsis y el griego apocalipsis, descubrimiento, desenmascaramiento o revelación) se remonta a visiones prodigiosas, expresadas en un rico lenguaje simbólico en el contexto de las escrituras judeocristianas, sobre un período de grandes y sucesivas tribulaciones, debido a hechos aterradores. Los eventos no precederían a la entropía de la vida humana en el planeta, pero ciertamente comprometerían los modelos sociales actuales. En particular, el Apocalipsis, en la pluma apostólica y la perspectiva incomparable de Juan, se refiere a un tiempo de guerras y enfermedades, miseria y hambre, muerte sucesiva y redención. La referencia a este magnífico texto de la antigüedad religiosa occidental está obviamente incorporada en todos los matices metafóricos, bajo amplias licencias literarias, seculares y preocupantes.

Esta libre evocación de la tradición religiosa –a la que la imaginación del lector puede añadir otras acepciones, incluso en sentido contrario, de fruncir el ceño– no deja de hacer, al pie de la trascendencia, un eco simbólico, igualmente turbado e improbable, con la cuerda de la actualidad, debido a indicadores locales y globales de una pandemia totalmente inusual y un proceso de vacunación muy lento en el país, en sintonía con las tendencias neofascistas y negacionistas incesantes.

La expresión “bestia de las bestias” citada en el bloque anterior sería, de hecho, el título de este texto, si no hubiera sido cambiada, voluntariamente, por una alternativa más sobria.(8) Tres razones instructivas justificaron el procedimiento: primero, evitar la personalización del proceso político y social, ya tan bestializado en la banca; segundo, no sumar chucherías cítricas a la principal mesa ejecutiva de la República (“hablar mal, pero hablar de mí”, dice el depredador Narciso), labor ya cumplida, con competencia y nombres a raudales, por el público nacional y extranjero. prensa; y, tercero, no jugar con las mismas armas que utiliza la rusticidad voluntaria de la extrema derecha para atacar a las Universidades y al conocimiento científico, especialmente humanidades: los chicos saben que esta honorable loci, a la que acusa de ser “de izquierda”, un neologismo cursi y risible, está mayoritariamente convencida de su propio poder y luz antifascista. En relación con esta última razón, la flagrante debilidad de los fundamentalistas ultraconservadores y, entre ellos, los aún contentos bolsonaristas, no demoniza por casualidad a las Universidades y las ciencias humanas y sociales: la horda también sabe lo que corroe sus simulacros de vertederos, sus insípidas artimañas, su plutocrático intenciones En rigor, acusan a las Universidades ya la ciencia de lo que impera exclusivamente en la fantasía política de su “comunismo imaginario”. Desde dentro de la alucinación acaban prosperando sobre sus piernas ante la mismísima quimera que legitima sus formas de destilar su hígado.

El poder alegórico vale la pena la apuesta. El título, si con bestia fuera esencialmente correcto, no dejaría, por otra parte, de eclipsar al principal inquilino del infierno, desencadenado en el territorio nacional. Los principios de prudencia recomiendan no desatar los círculos tormentosos de Dante más allá de la tumba, en medio de una pandemia. Para tantos delitos de responsabilidad, el huésped de Palacio y sus secuaces ya le han causado demasiada envidia al diablo, bajo el manto legitimador de megaempresas de la fe reaccionaria y positivista.

La psicopatía del huésped lo promueve como si tuviera un papel predestinado en el país. Esta perturbación imaginaria refleja (y coincide) con los delirios vocales de los compañeros, muchos de los cuales están enojados. La lucrativa empresa de la trascendencia fundamentalista, sin embargo, tiene diseños más allá de lo inverosímil, totalmente inexistente. La ausencia de estos azares divinos ya debería ser evidente: el propio cafofo del diablo, tanto en el Antiguo Testamento como en el poema épico-medieval de Dante Alighieri, el infierno aparece exceptuado de los dominios de lo sagrado.

Por cierto, si fueras testigo brasileño después de 2018, el incomparable autor de Comedia, en el próspero pre-cuatrocientos Italiano – obra a la que Giovanni Boccacio, su admirador, predijo, años después, la feliz preposición Divino, añadido a la obra a partir de 1555- no dudaría, en su riguroso monarquismo, de insertar al gendarme de palacio y sus esbirros en los círculos más bajos de los nueve estipulados para el Infierno. Los íntimos de cada vez más familias dolientes en Brasil no se equivocan al suponer cuánto, en estos niveles abismales, verdugos y sanguinarios inspiradores de la camarilla central y adyacencias.

Este absurdo escenario, tan deshonroso como macabro, arremete contra siniestras especulaciones. En una pequeña charla, bajo el estímulo conspirativo de videos, textos, entrevistas y mensajes en la Web, se dice que 1/3 de la población mundial se ha convertido en el objetivo de intereses necropolíticos no confesados. Desde el punto de vista de los hechos y tendencias de la época, este ambiente comunicativo y pragmático es al menos fiel a algún tipo de lógica, independientemente de su esperada imposibilidad. Si mañana tales temores resultan ciertos, Brasil habrá competido, con el ocupante del Palacio y su red mortuoria, para provocar, monitorear y completar esta asepsia sociodarwinista.

El crecimiento de esta circunstancia histórica cuenta, a su favor, con la ayuda estructural de un hilo conductor que se precipita en un lúgubre vacío como valor naturalizado. La abrumadora espiral de muertes y duelos en los informativos multimedia banaliza involuntariamente los efectos letales de la pandemia sobre la población, traicionando cualquier intención pedagógica de comunicación masiva e interactiva. Este hecho sistémico, acentuado por la proliferación de noticias falsas, colabora a narcotizar y despolitizar la percepción del sentido común: tanto más bajo el miedo a la contaminación, de alguna manera afecta la confianza en las vehementes acciones de masas en las calles como forma de superar la calamidad política y sanitaria. La resonancia laudatoria de la mismidad informativa alinea a Theodor Adorno y Jean Baudrillard en la ominosa paradoja de los efectos de reversión: la saturación termina deprimiendo incluso el seguimiento crítico de los números, que dirán lo que realmente está pasando. Este resultado aleatorio coincide con la voluntad demoledora de los sótanos y de buena parte del gobierno federal, de eliminar el pensamiento contradictorio, especialmente el más diseccionador y organizado, arrimado a los movimientos sociales de oposición antifascista.

3.

El mundo observa perplejo el agudo conflicto de pistola, fundamentalismo y tractor en el Congreso Nacional en torno a la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) creada en abril pasado para determinar la responsabilidad del gobierno federal en la expansión de muertes por Sars-CoV-2 en el país La guerra sigue un patrón divisionista bien conocido: la tradicional fractura entre izquierda, “centro” y derecha sangra polaridades exaltadas.

En cuanto a los fundamentos, prevalece la dicotomía entre, por un lado, el reclamo de avances investigativos, con el objetivo de incriminar al jefe miliciano de Brasilia y su modelo destructivo de administración nacionalista, populista y plutocrática y, por otro lado, las formas ostensivas amenazas de secuestro por parte de la CPI, con foco en múltiples objetivos: desviar el rumbo de la investigación (hecho, en parte, consumado por la previsión, en el objeto pasivo, de decenas de gobiernos estatales y alcaldías) y , con ello, obstaculizando indudables resultados acusatorios, en el plazo legalmente señalado. Las maniobras pretenden untar el IPC de antemano, con irresistibles aromas de pizzería, en un hora feliz.

Poco más de un mes antes de la CPI, artistas, intelectuales, juristas, religiosos, periodistas y profesionales de diversas otras áreas de actividad abrieron un clamor internacional para denunciar el genocidio en el país.(9) El texto, traducido a cinco idiomas extranjeros , dice, en su último párrafo: “Apelamos a las instancias nacionales -STF, OAB, Congreso Nacional, CNBB- ya las Naciones Unidas. Pedimos urgentemente a la Corte Penal Internacional (CPI) que condene la política genocida de este gobierno que amenaza la civilización”.

Las máximas autoridades parlamentarias y del Ministerio Público Federal parecen actuar como si, de hecho, esperaran una intervención externa, con consecuencias impredecibles, incluso para la imagen misma del pueblo brasileño. Sería una triple vergüenza: no haber actuado en el momento oportuno, enfrentarse a un certificado de incompetencia y amargarse los males de una intromisión exógena.

Además de más de 60 solicitudes (únicas) de acusación del huésped de Palacio presentado en la Cámara de los Diputados, en Brasilia,(10), a mediados de mayo, se presentó Acción Civil Original ante el Supremo Tribunal Federal (STF) solicitando su destitución de la Presidencia de la República por su notoria incapacidad para el cargo.(11) Sin precedentes, la Acción Civil, por iniciativa de Alfredo Attiê, Presidente de la Academia de Derecho de São Paulo, contó con el apoyo de importantes juristas, intelectuales y académicos. Independientemente de cualquier controversia sobre la competencia para tramitar y adjudicar la demanda, la petición inicial, bien adaptada al STF, presenta impecables argumentos y pruebas de apoyo, señalando razones constitucionales, sociales y psicológicas más que suficientes para la inmediata interdicción de los invitado, tras las fases de contradicción y pericia.

En el mismo mes, destacados profesionales de la escena mediática, cultural y deportiva, reunidos en el movimiento “Vidas Brasileiras”, presentaron otra solicitud de acusación en la Cámara de Diputados.(12)

La tendencia de rechazo constitucional al horror federal propandémico se fortalece a paso acelerado.

El sismógrafo creíble de los institutos de investigación corrobora las demandas: apenas superado un bienio de mala gestión, una mitad creciente de la población brasileña ya no soporta tanto vandalismo institucional, administrativo y sanitario.(13)

El bochorno histórico de la sordera política y la inacción en la cúpula del Congreso Nacional y del Ministerio Público Federal -que una legítima y remota sospecha podría incluso tomar como prueba del miedo visceral a las milicias encubiertas- ya quedó definitivamente grabado en las letras de La republica.

No se equivoquen con quienes hoy pretenden salirse con la suya, como aquellos cuyos mandatos terminaron recientemente: la mancha de la complicidad en el genocidio se derrama por igual sobre cada uno. El boomerang tiene un radar preciso: involucra el nombre, la imagen y los hombros de cargos de omisión, pagados con dinero público, el preciado pecuniario de la misma población que, en un altísimo porcentaje, evalúa como mala la actuación de un gobierno internamente sombrío. y terrible y, en geopolítica global, eremítica.(14)

La responsabilidad pesa más sobre quienes tienen un mandato por turno electoral. En los próximos juicios habrá todo el mundo, vinculado a la participación cómplice en la lista de ataúdes.

La continua gravedad del morboso surrealismo en el país re-ambienta y re-escala el procedimiento j'accuse, título de la célebre carta abierta publicada por el escritor Émile Zola, en el diario amanecer, el 13 de enero de 1898.(15) La indignación de Zola, comunicada al entonces presidente de Francia, Félix Faure, giraba en torno a la defensa del capitán judío Alfred Dreyfus. Detenido a finales de 1894 por supuesta traición y espionaje en nombre de Alemania, Dreyfus fue expuesto a la execración pública antisemita y condenado al exilio y trabajos forzados en la Isla del Diablo, una colonia penal de los horrores en la Guayana Francesa, en la costa norte de América Latina. Doce años después, se reconoció su inocencia, con derecho a la reintegración al ejército y condecoración estatal. Escandaloso internacionalmente, el “caso Dreyfus”, como se le conoció, implicó un sabotaje sistemático y descarado de garantías judiciales elementales. En juego, por tanto, además del trato a un ciudadano y la credibilidad institucional de las Fuerzas Armadas, estaba la suerte del Estado de derecho, en cuanto a las esperadas garantías judiciales, conforme al debido proceso legal y mediante la plena defensa.

La indignación antifascista en Brasil -acuso- alivia la fragilidad sanitaria de millones de pobres y vulnerables, humillados por el desprecio y el sarcasmo de los genocidas en red. Hoy, la indignación -acuso- gira en torno a demandas paradójicamente regresivas y, al mismo tiempo, urgentes: la defensa del derecho colectivo -tan evidente como boicoteado- a la salud pública ya condiciones sanitarias dignas; la defensa de los esfuerzos desesperados de la ciencia y la vacunación más rápida; la defensa de una amplia ayuda de emergencia para los desempleados y los necesitados, etcétera; en una palabra, la defensa de la vida, como Dreyfus una vez lo fue de la libertad.

En honor a Zola y a todas las víctimas de la Covid-19 en el país, incluida la fotoperiodista Lilo Clareto, a sus 61 años –enfatizo y extiendo la denuncia de Eliane Brum(16), y acuso–, se dirige la importante revuelta colectiva, con vínculos evidentes, a los mencionados cargos directivos juramentados en obediencia constitucional: uno por uno, en la mesa de la Cámara de Diputados y del Senado Federal y en la cúspide del Ministerio Público. Con limitada excepción, todos están, directa o indirectamente, asociados al compromiso espectacular con el tormento corporal y psíquico de la población brasileña – en una palabra, con el Gran Ilícito a la intemperie, en la profusión de cementerios ampliados. Es la ignominia política y judicial más voluminosa de la historia del Brasil republicano, independientemente de las normas sanitarias.

El asedio debe cerrarse sobre el huésped del Palacio y sus secuaces.

Quien cuelga de esa cuerda debe arrastrarlo fuera del Estado y del centro de atención de la historia por su propia complicidad.

¡El llega!

Destronar al gendarme lo antes posible. Desarmar literalmente la red genocida – suspiran los niños que, bajo tierra, en sus vientres maternos, ni siquiera nacieron.

* Eugenio Trivinho es profesor del Programa de Posgrado en Comunicación y Semiótica de la Pontificia Universidad Católica de São Paulo (PUC-SP).

Notas

(1) Los indicadores actuales inspiran especulaciones preocupantes. Mírate a ti mismo en:

https://www.redebrasilatual.com.br/economia/2021/03/desempenho-economia-brasileira-pib.

(2) Para una descripción general de las condiciones para el surgimiento de estos virus con el mayor poder letal, consulte el artículo de portada de la revista Investigación Fapesp norte. 302, año 22, abril 2021.

La falta de control sanitario también generó un súper hongo resistente a los medicamentos previstos. Ver este artículo de Agencia Fapesp: https://agencia.fapesp.br/covid-19-criou-condicoes-para-a-emergencia-de-superfungo-no-brasil/35923/.

(3) Cfr. https://epoca.globo.com/economia/brasileiros-podem-viajar-sem-restricoes-para-apenas-oito-paises-24971989 e https://www.bbc.com/portuguese/brasil-56754365.

(4) He aquí dos obras de Yara Nogueira Monteiro: De la Maldición Divina a la exclusión social: un estudio de la Lepra en São Paulo (Tesis de Doctorado, USP, 1995); y el artículo “Violencia y profilaxis: São Paulo preventivos para hijos de portadores de lepra”, disponible en: http://dx.doi.org/10.1590/S0104-12901998000100002. Cabe mencionar también otras dos investigaciones doctorales: de Dilma Fátima Avellar Cabral da Costa, Entre ideas y acciones: lepra, medicina y políticas públicas de salud en Brasil (1984 a 1934), 2007, disponible en: https://www.historia.uff.br/academico/media/aluno/826/projeto/Tese-dilma-fatima-avellar-cabral-da-costa.pdf; y Carolina Pinheiro Mendes Cahu de Oliveira, De la lepra a la lepra: más que un nombre, nuevos discursos sobre la enfermedad y el enfermo. 1950-1970, terminado en 2012: https://repositorio.ufpe.br/bitstream/123456789/11000/1/Tese%20-%20Carolina%20Pinheiro%20Mendes%20Cahu%20de%20Oliveira.pdf.

Véase también el artículo de Abrahão Rotberg, “La peyorativa 'lepra' y la gran víctima de un grave error médico-social-histórico: América Latina indefensa”, de 1975, en https://www.revistas.usp.br/revhistoria/article/view/132907/128970.

Información adicional en: https://saude.abril.com.br/blog/tunel-do-tempo/hanseniase-e-as-historias-de-um-brasil-que-esta-na-idade-media/.

(5) Véase el Boletín de Coyuntura n. 27 (feb. 2021), del Departamento Intersindical de Estadística y Estudios Socioeconómicos (DIEESE), en: https://www.dieese.org.br/boletimdeconjuntura/2021/boletimconjuntura27.html.

Comparar con 63ª edición (dic. 2020) del Boletín de Coyuntura Económica de la Universidad Federal de Espírito Santo (UFES), en: https://drive.google.com/file/d/1l1aCa-0K5-uYnmdZQUPxKV2ike3MyMqK/view.

Información adicional en: https://g1.globo.com/economia/noticia/2020/12/05/desemprego-alto-juros-baixos-inflacao-contida-veja-estimativas-para-os-indicadores-economicos-em-2021.ghtml.

(6) Véase, por ejemplo, https://www.oantagonista.com/brasil/brasil-e-ameaca-para-america-latina-e-para-o-resto-do-mundo-diz-oms e https://www.oantagonista.com/brasil/crise-sanitaria-no-brasil-virou-ameaca-para-o-mundo-diz-cnn-americana.

(7) Detalles sobre: https://valor.globo.com/brasil/noticia/2021/04/29/bolsonaro-criticado-por-gesto-criminosa-e-mortes-da-pandemia-no-parlamento-europeu.ghtml.

(8) Desde la concepción hasta el último párrafo, multitud de razones hacen del texto la versión partida de “Destronar la red genocida”, publicado en Brasil 247.

(9) El documento está disponible en: https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSeAUTbllrhdBSuBMceaIxrzcSHff70-5uLxVM7LCIhlXWV9ig/viewform. Reportando en: https://www.cartacapital.com.br/cartaexpressa/intelectuais-fazem-carta-aberta-a-humanidade-contra-bolsonaro/.

(10) Cf. información pública en https://apublica.org/impeachment-bolsonaro/.

(11) El texto completo de la petición inicial está disponible en: https://apd.org.br/leia-a-integra-do-pedido-de-incapacitacao-do-presidente-da-republica-ao-stf. Contexto periodístico en: https://www.jb.com.br/pais/politica/2021/05/1030166-juristas-entram-no-supremo-com-pedido-de–declaracao-de-incapacidade-de-bolsonaro.html.

(12) Más detalles en: https://www.correiobraziliense.com.br/politica/2021/05/4926680-artistas-e-youtubers-entram-com-pedido-de-impeachment-contra-bolsonaro.html.

(13) La encuesta fue realizada por Atlas y Datafolha en diferentes períodos del primer semestre de 2021. Información en:

(14) Según Datafolha, la desaprobación de la conducta administrativa del país alcanzó el 45% en mayo de 2021. Los datos están en: https://www1.folha.uol.com.br/poder/2021/05/datafolha-aprovacao-a-bolsonaro-recua-seis-pontos-e-chega-a-24-a-pior-marca-do-mandato-rejeicao-e-de-45.shtml. En concreto, el 56% no cree en la capacidad de liderazgo del invitado de Palacio. Mírate a ti mismo en: https://www1.folha.uol.com.br/poder/2021/03/datafolha-56-dizem-que-bolsonaro-nao-tem-condicao-de-liderar-o-pais.shtml.

Dos meses antes, mientras la cartera de salud sufría el cuarto reemplazo de ministro, el 54% percibía como mala o mala la gestión de la crisis sanitaria por parte del Planalto. Más detalles en: https://www1.folha.uol.com.br/poder/2021/03/datafolha-rejeicao-a-bolsonaro-na-gestao-da-pandemia-bate-recorde-e-vai-a-54.shtml.

(15) El texto está disponible en: https://beq.ebooksgratuits.com/vents/Zola-jaccuse.pdf.

(16) Conmovedor testimonio de luto lúcido, en el más profundo dolor, con justo fin: https://www.facebook.com/brumelianebrum/posts/299780034843162. Contextualización en:

https://brasil.elpais.com/brasil/2021-04-21/lilo-clareto-os-olhos-do-mundo-na-amazonia-morre-de-covid-19-em-sao-paulo.html.

 

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