por ROBERTO REGENSTEINER*
Comentario sobre la película recién estrenada
El dilema de la red, una película de Netflix, está causando sensación debido a sus críticas a las redes digitales. Presenta dramatizaciones en las que los adolescentes adictos a los teléfonos celulares y las pantallas son manipulados por algoritmos representados por actores. Estas caricaturas expresan trucos utilizados para captar la atención y pervertir el comportamiento humano a favor de la “monetización”. Apelan a lo emocional: una madre que decide abolir el uso del celular en la cena familiar, las crisis de abstinencia de las personas, la forma en que los compañeros de secundaria socializan a través de las redes.
Las escenas se intercalan con testimonios de personajes reales. La mayoría tiene alrededor de 30 años y trabajó durante el período en que los proyectos iniciales se convirtieron en grandes empresas. Predominan los hombres blancos, algunos indios. Pocas mujeres, entre las cuales la Dra. Lemcke que testifica como médica y madre y Shoshana Zuboff, académica, autora de un libro que disecciona el “capitalismo de vigilancia”[i]. Un inversor y otros personajes complementan la lista de testimonios de los que se extraen los extractos que componen la película. Los argumentos de Zuboff estructuran varias de las secuencias e ilustran los momentos en que las redes digitales se apropian de conciencias y comportamientos, con el objetivo de “monetizar” las empresas tecnológicas.
Los testimonios expresan perplejidad ante el fenómeno de transformación, en una máquina de hacer dinero, de los ideales con los que las empresas (y los algoritmos) fueron construidas por personas dispuestas a contribuir a un mundo mejor. Entre sentimientos de asombro, confusión e ira, los entrevistados revelan cómo vieron a la criatura salirse de control, “pervertida por la monetización”[ii] y cómo comenzó su toma de conciencia al darse cuenta de los trastornos que la adicción provoca en ellos mismos y en sus seres queridos.
La discusión que plantea la película permite identificar algunos de los extremos de la “crisis en la que está sumida la humanidad” [iii]. El tema de la “monetización” no es nuevo.
contextualización
El trasfondo geográfico de la película se sitúa en California, que fue arrebatada a México y pasó a formar parte de Estados Unidos, luego de que la fiebre del oro (1849) exigiera (literalmente) monetizar la circulación mercantil internacional de un capitalismo industrial en ascensión de los dos lados del Atlántico y un colonialismo que se expandía por todos los mares.En 1971, el Valle de Santa Clara pasó a ser conocido como el Silicon Valley gracias a las empresas electrónicas, incubadas en la Universidad de Stanford y sembradas con inversiones federales.
El fenómeno de la “perversión por monetización” es recurrente. Entonces, por ejemplo, a mediados de la década de 1970, la contracultura californiana tenía la intención de llevar el poder de la computación a la gente. De ahí salió Steve (Jobs y Wozniack) que crearía Apple y fundaría la famosa empresa con este nombre. En el anuncio de lanzamiento de MacIntosh[iv] ese momento fue exaltado como la liberación del pueblo contra el Gran Hermano Orwelliano.
Allí se creó un espacio especialmente denso para el capital privado disponible para inversiones de largo plazo. Las empresas a las que se hace referencia en la película pasaron años consumiendo recursos antes de dar beneficios económicos a los inversores. Esto es relevante para comprender la dinámica de “monetización”, es decir, el desarrollo capitalista específico del segmento tecnológico en esa región. Durante largos periodos, jóvenes con ideas prometedoras son “incubados” con recursos financieros hasta que se transforman en emprendimientos rentables. La lógica de desarrollar técnicamente el producto da condiciones a los programadores para realizarse como creadores. Cuando domina la monetización, la lógica del desarrollo del producto se determina mediante la maximización de los ingresos del anunciante.
Las deformaciones que denuncia la película son un capítulo más de la larga pugna entre el interés público y una industria publicitaria que, ya en el siglo XIX, vendía extracto de coca y alcohol como “bebida intelectual, tonificante del cerebro y tónico para los nervios”.[V] y, más recientemente, ha sido protagonista de episodios de daños a la salud y al medio ambiente, provocados por las industrias tabacalera, farmacéutica, alimentaria[VI], automotriz, pesticidas y demás sin un epílogo a la vista.
Google comenzó en 1996 como un proyecto académico de los estudiantes de doctorado de Stanford. Brin y Page desarrollaron un motor de búsqueda que, al organizar los resultados por relevancia, eliminó a la competencia del mercado. En 1998 se convirtió en una empresa que comenzó a incubar otros proyectos y adquirir a terceros. En 2019, el crecimiento exponencial constituyó una empresa matriz con el nombre de Alphabet que, entre otros elementos expresivos de la realidad actual, incluye chrome, gmail, youtube, maps, android.
Alrededor del año 2.000, en el momento del auge de las puntocom en las bolsas de valores, Google adoptó informalmente el pareado “no seas malvado" ("No seas malo")[Vii]. Dictado por la necesidad de una guía clara para los empleados fue una postura idealista. Incluyó una crítica al mundo empresarial en el que prevalecía una imagen de malignidad que resultaría de la codicia y la falta de principios. A medida que Google hizo crecer el nudo del conflicto, se centró en la separación entre los resultados de búsqueda de los usuarios y la lista de enlaces patrocinados por publicidad paga. Estos fueron presentados uno al lado del otro, pero separados, según las buenas pautas del periodismo ético anglosajón. En 2015, el lema se rebajó a “hacer lo correcto" ("hacer lo correcto"). Y, de allí para aquí, parece encaminarse hacia el olvido. [Viii]. Esta impresión se ve reforzada por la salida de los fundadores del mando diario de operaciones a partir de 2020. Esta historia muestra que la “perversión por monetización” puede ocurrir, a pesar de la conciencia, el genio y la eventual nobleza de objetivos de los creadores.
Las historias de Facebook y su fundador, Mark Zuckerberg, son las más conocidas. El proyecto comenzó en 2004 en Harvard (Costa Este de EE. UU.) como un juego para niños que se divertían clasificando a niñas. Su crecimiento exponencial le llevó rápidamente a constituirse como empresa y trasladarse al Valle. Alrededor de 2008, Max Schrems, un estudiante austriaco, se dio cuenta de que la eliminación de datos que realizaba en Facebook, de hecho, solo los ocultaba a sí mismo. La información aún estaba almacenada en los sistemas de la empresa. Entonces inició un largo litigio, al final del cual obtuvo una copia de toda su información, que le fue entregada, agrupada en más de 50 categorías analíticas. Aquí es donde se puede ver el potencial de manipulaciones que promovió Facebook y frente a esto creó la ONG “Europa versus Facebook”, elemento importante en el proceso de creación de leyes de protección de datos.
En 2012, Facebook adquirió a su competidor Instagram (lanzado en 2010 y comprado por $ 1 mil millones) y en 2014, WhatsApp (iniciado en 2009) por $ 19 mil millones.
La película no consigue poner a todas las empresas en la misma cesta[Ex]. Escenas poderosas como dramatizaciones de adolescentes manipulados, así como extractos de la realidad que condujo a la victoria de los Brexit y la elección de Bolsonaro, debe atribuirse al desempeño específico de Facebook y su asociación con Cambridge Analytica.
Tampoco es la influencia que el gobierno de los EE. UU. y sus agencias ejercen sobre las corporaciones en general y las empresas de tecnología constantemente presionadas para favorecer el acceso a las puertas traseras.[X] que van mucho más allá de las cuestiones planteadas por la película. Vale la pena recordar el papel de los nuevos medios en la “Primavera Árabe” (2010) y las denuncias sobre el uso del sistema Prisma, de espionaje ilegal, contra ciudadanos estadounidenses y gobernantes de naciones amigas (entre casi Brasil y Alemania) realizado por Snowden[Xi] (2013).
epílogo
La monetización que produce maravillosos avances tecnológicos es la misma que los transforma en instrumentos de adición, opresión y explotación. El lado siniestro del problema no es la tecnología, sino su uso abusivo con fines políticos y de acumulación y concentración de capital.
¿Cómo se desenredará la humanidad de este ovillo? ahí es donde está el problema[Xii].
*Roberto Regensteiner es profesor y consultor en Gestión y Tecnologías de la Información.
referencia
El dilema de la red (El dilema social)
Documental, Estados Unidos, 2020, 89 minutos
Dirigida por: Jeff Orlowski
Distribución:Netflix
Notas
[i] Zuboff, Shoshana, The Age of Surveillance Capitalism, 692 páginas, Ver reseña de Arbix y Brandão: https://periodicos.fclar.unesp.br/estudos/article/download/13404/9363 y comentario de Abramovay: https:/ / quatrocincoum.folha.uol.com.br/br/resenhas/economia/sociedade-da-vigilancia-em-rede
[ii]Sin cinismo, vale recalcar la dificultad de desarrollar una conciencia crítica en un ambiente de generosas remuneraciones: altos salarios, reparto de acciones, aguinaldos y premios, que generaron una cosecha de jóvenes millonarios trabajando en lo que les gustaba hacer, en lugares de trabajo similares. a esos campus universitarios con oferta subsidiada de cafeína y comida, sin mencionar el proceso de ocultamiento de la historia que impulsaron los colonizadores europeos (tanto allá como aquí).
[iii] El término hace referencia al excelente texto de Eugenio Bucci, https://opiniao.estadao.com.br/noticias/espaco-aberto,enredaram-a-humanidade,70003450081 en 24 / 9 / 2020.
[iv]“Comercial Macintosh de Apple de 1984” en https://www.youtube.com/watch?v=VtvjbmoDx-I
[V] En https://pt.wikipedia.org/wiki/Coca-Cola#A_cria%C3%A7%C3%A3o
[VI]Super Size Me (película disponible en Amazon) documenta cómo MacDonalds con sus menús y promociones promovió epidemias de obesidad y presión arterial alta.
[Vii] Ver https://en.wikipedia.org/wiki/Don%27t_be_evil
[Viii] V. “Ex ejecutivo de Google: el lema 'Don't Be Evil' está muerto“ en https://www.entrepreneur.com/article/344493
[Ex] Tiene razón Dora Kaufmann cuando señala “La mayoría de las críticas al documental se dirigen a las redes sociales, no así Google” en https://epocanegocios.globo.com/colunas/IAgora/noticia/2020/09/documentario -dilema-social-polemica-da-vez.html
[X] Jerga que identifica aspectos de los sistemas informáticos (software y hardware) que eventualmente pueden ser necesarios desde un punto de vista técnico, y que además permiten el acceso a los registros y, por tanto, la manipulación de los usuarios, si se utilizan de manera inapropiada; Legislación federal estadounidense que otorga al Estado amplios poderes de intervención en empresas que son parte importante del problema.
[Xi]Vale la pena complementar las historias de “Dilemma das Redes” con la presentada en el documental “Citizen Four”, de Laura Poitras, y en la película “Edward Snowden” de Oliver Stone, y comparar el proceso de toma de conciencia a través del cual los actores toman conciencia de los problemas y acercarlos al público, así como reflexionar sobre las posibles consecuencias de su acción. Snowden sigue exiliado en Rusia y se está llevando a cabo una campaña estadounidense para que reciba el indulto presidencial.
[Xii] De los Houaiss; “La palabra orig.contrv., busillis en el sentido de 'dificultad, punto difícil' se ha relacionado con loc.lat. in diebus illis en el sentido de 'en aquellos días' y atribuido a la anécdota contada desde el siglo XII, de un alumno de las antiguas clases de latín que, al traducir el lat. in diebus illis, lo entendió como Indiae en el sentido de 'las Indias' y se quedó atascado en busillis; en otra versión, debido a que las letras de las palabras están algo separadas, el examinado leyó y tradujo in die busillis en el sentido de 'en el día llamado busillis'; según Castilho, expr. aquí está el problema no es de orig. vulgar, constituyendo un producto literario vulgarizado.