por WALNICE NOGUEIRA GALVÃO*
Comentario al libro de Aloysio Biondi
Este librito constituye un fenómeno editorial y da que pensar. Según la editorial, la Fundação Perseu Abramo, del Partido de los Trabajadores, ya vendió 110 mil ejemplares, lo que la convierte en campeona en la difícil categoría que es el ensayo. Lanzado en abril de 1999, ya estaba en 5ª reimpresión en agosto.
Sin embargo, no aparece en ninguna lista de los más vendidos del país. Las explicaciones son variadas. Una lista se basa únicamente en las ventas de librerías, sin incluir el correo directo ni los reembolsos. Otra consulta de lectores telefónicos seleccionados por sorteo. Etcétera. La metodología es siempre impecable, sin embargo el resultado, como podéis ver, es discutible, e incluso puede esconder un campeón.
La editorial tiene apenas dos años. Forma, por tanto, entre las diversas pequeñas editoriales surgidas en la década, lo que, junto a la proliferación de revistas culturales, constituye una novedad que hay que saludar. El éxito de este volumen llevó a la Fundación a anunciar toda una colección de temas candentes.
En el presente caso, sin embargo, el estallido del hit parade debe tener algo que ver, más allá del precio y el tamaño, con el tema del libro, formulado así: “También compras una empresa pública, un banco, un ferrocarril, un carretera, puerto, etc. El gobierno lo vende muy barato. O incluso puedes donar.
La curiosidad del lector es picada por el subtítulo “Un balance del desmantelamiento del Estado” y por el prestigio del autor, probado en otras luchas del periodismo económico de investigación. El texto, vivo y directo, ajeno a la jerga cifrada de Economist, está al alcance de cualquier profano, como quien suscribe estas líneas.
El movimiento general de privatización puso en práctica las órdenes del FMI y del Banco Mundial, que dirigen el proceso y proporcionan los ingresos. El libro comienza con un análisis del lavado de cerebro a la opinión pública, que un medio entrenado orquesta a partir de comunicados oficiales, prometiendo eficiencia y tarifas más bajas. Mientras tanto, los contratos garantizaban al comprador el derecho a aumentos anuales, basados en la inflación. Esto, cuando ya se habían incrementado drásticamente las tarifas -reajustes de hasta un 500% en facturas telefónicas de finales de 1995, por ejemplo, y un 150% en facturas de luz- para hacer más atractiva la empresa al comprador. Los pobres resultaron perjudicados, para quienes los aranceles bajos funcionaron como una incipiente redistribución del ingreso. Y en cuanto a la eficiencia, ni siquiera es bueno hablar de eso.
A estas medidas se sumó la acumulación de despidos, dando al comprador una nómina aliviada. Para vender Fepasa, su ferrocarril, el estado de São Paulo despidió a 10 empleados y quedó con la carga de mantener a 50 jubilados. Entregar la empresa pero hacerse cargo de la deuda fue otro recurso generalizado. El mismo estado vendió la siderúrgica Cosipa por 300 millones de reales y absorbió deudas por 1,5 millones de reales.
Otra constante está dando sus frutos en “dinero podrido”, como sabemos. Es decir, el comprador, en lugar de aportar efectivo, paga con bonos del Estado antiguos, adquiriéndolos hasta por el 50% de su valor. De esta forma, la Companhia Siderúrgica Nacional de Volta Redonda fue vendida por 1,05 billones de reales, de los cuales 1,01 en “moneda podrida”, casi nada en efectivo, por lo tanto.
En el caso de una empresa muy rica que generaba altas ganancias, como Vale do Rio Doce, el comprador todavía tenía derecho al dinero en efectivo, porque había, y mucho, en estas empresas que, según el vendedor, fueron insolventes y sólo las pérdidas - un total de 700 millones de reales. Y no era sólo Vale do Rio Doce, también Telesp, cuando se vendió, tenía 1 millones en efectivo, que fueron al bolsillo de la Telefónica española. Vendido por 2,2 millones de reales, el truco redujo el precio a casi la mitad.
Con el objetivo de deshacerse de las empresas, el gobierno se dedicó a modernizarlas, invirtiendo 4,7 mil millones de reales en Açominas y 1,9 mil millones en Volta Redonda, entre otras. La campeona fue Telebrás, que recibió 21 mil millones de reales en dinero público en dos años y medio, al mismo tiempo que recortaba los gastos en salud, educación, fondos para el Nordeste, etc.
Consecuencia: recrudecimiento de la recesión y agujero en las cuentas, con el comprador importando lo que necesita y exportando beneficios. Las fábricas cierran, el desempleo se acelera, las materias primas locales se desperdician. El libro trae, para completar, cuadros detallados que examinan caso por caso, dando el precio en dólares y la forma en que se (no) pagó la transacción.
Después de todo, cuando los ciudadanos abrieron los ojos, habían perdido un vasto patrimonio y los servicios que se derivaban de él. Pero en compensación han ganado un buen aumento de la deuda, que están obligados a pagar.
*Walnice Nogueira Galvão es profesor emérito de la FFLCH de la USP. Autor, entre otros libros, de Leer y releer (Senac\Oro sobre Azul).
Publicado originalmente en el diario Folha de São PauloEn 3.10.1999.
referencia
Aloysio Biondi. Brasil privatizado: una evaluación del desmantelamiento del Estado. São Paulo Fundação Perseu Abramo, 1999, 48 páginas.
El pdf se puede descargar gratuitamente en https://fpabramo.org.br/publicacoes/estante/brasil-privatizado-o-um-balanco-do-desmonte-do-estado/
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