por SIMIO PEDRO*
La emoción de superación de cada deportista sustituyó al aburrimiento oscurantista y nos inspira a superar también estos tiempos de miseria.
¿Cómo no emocionarse con la Ceremonia de Clausura de los Juegos Olímpicos que se llevó a cabo este domingo y con los logros de nuestros atletas, el esfuerzo de superar obstáculos para llegar al podio o entre los primeros, las entrevistas posteriores a las carreras? ¿También con los fracasos de la mayoría, el inconformismo por haber entrenado tanto y haber sido superado por otros deportistas aun desconocidos?
También nos conmueve mucho una especie de espíritu nacionalista que demuestra que, a pesar de los reveses económicos, políticos, sociales y ambientales, podemos, a través del deporte, recuperar el orgullo de ser brasileños. Los atletas mostraron un Brasil al que Bolsonaro está tratando de sucumbir, incluso a partir de la extinción del Ministerio de Deportes. Muchos atletas brasileños, orgullosos de sus orígenes, creencias y directrices, marcaron los Juegos Olímpicos con la diversidad humana, demostrando que la convivencia fraterna y no el odio y la violencia, fomentada por el actual presidente y sus seguidores, es nuestra principal riqueza nacional.
De las 7 medallas de oro conquistadas, 4 fueron para atletas de la Región Nordeste, un lugar que Lula transformó de un “lugar seco” a un lugar de desarrollo y generación de oportunidades en todos los ámbitos, incluido el deportivo. La gimnasia, un deporte de altísimo rendimiento, tuvo en la joven Rebeca, de las favelas de Río, quien le enseñó que invertir en el deporte como factor de transformación social es un excelente camino.
Pero, les confieso algo que también me llamó la atención: a excepción de algunos atletas de fútbol y voleibol, no conocía a la mayoría de nuestros atletas que fueron a las Olimpiadas. Los conocí en las transmisiones. Pensé: “podría ser mi problema que no sigo las noticias y la vida de otros deportes que no sean el fútbol”. Pero pregunté aquí en casa y todos confirmaron mi percepción: nuestros héroes o representantes solo ven caras conocidas cuando se destacan. Este es el caso de Rebeca, Alison, Isaquias y otros brasileños que nos conmovieron. Los grandes medios de comunicación son muy culpables de esto, así como las empresas patrocinadoras que solo están interesadas en el deporte si es para explotar sus marcas y aumentar sus ganancias… También los gobiernos, como el actual, que no invierten lo suficiente en políticas públicas deportivas.
Puede parecer, a los ojos de los desinformados, que nuestros atletas están ultra profesionalizados, pero el 80% de ellos depende del programa Bolsa Atleta creado por el gobierno de Lula para mantenerse y entrenar. Es terrible saber que el 42% de nuestros atletas que fueron a Tokio no tienen ningún patrocinio. Ese 19% vive con hasta R$ 2 al mes y el 7% vive con hasta R$ 1 al mes. Ese 13% tuvo que hacer crowdfunding para ir a Japón y el 10% ni siquiera vive del deporte, de los cuales el 15% son conductores de aplicaciones. Estos datos los saqué del twitter de Mateus Angel Borja Leal.
Está bien: yo apoyo una visión más humanista y por eso no defiendo aquí que todo deporte olímpico debe profesionalizarse, porque eso no es un consenso y lo bueno es que los deportistas aficionados aún tienen espacio en los juegos olímpicos y otras competencias mundiales. . Además – veamos el ejemplo de nuestra Fadinha, Rayssa Leal, medallista de plata en skate – tenemos casos de deportes como la gimnasia artística que parecen más apropiados para el físico de los adolescentes y son menos longevos que otros y aquí está necesario cuidar otros aspectos como los estudios, el ocio y las necesidades de esta etapa de la vida de nuestros jóvenes. La rebelión de la joven deportista estadounidense, Simone Biles, para denunciar la presión que sufría y afectaba su salud mental. Defiendo que prevalezca este espíritu, de espacio también para aficionados, como es el caso de los deportistas con discapacidad física, llamados Paralímpicos. Llamo la atención sobre la falta de conocimiento, la falta de información, resaltada en la vida cotidiana, para que el deporte pueda ser inspiración y motivación para que la gente común lo practique, mantenga la salud y también se divierta.
La emoción de la superación de cada atleta reemplazó al aburrimiento oscurantista y nos inspira a superar también estos tiempos de miseria, de desprecio por la vida y a luchar por cambios políticos!
* Simón Pedro fue diputado estatal (2003-2015) y secretario municipal de servicios en el gobierno de Fernando Haddad.