El bedel y el rector

Imagen: La Humantra
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por JOSÉ COSTA JUNIOR*

La elección del primer profesor negro para dirigir la Facultad de Medicina de la UFBA

Entre un momento y otro de vida conectada, en el ir y venir de noticias y posts en las redes, llamó la atención una noticia: “El profesor es el primer negro elegido director de la Facultad de Medicina de la Universidad Federal de Bahía en 215 años de historia” (G1, 25/07/2023). Leemos que “el primer profesor negro que se postuló para el cargo de director de la Facultad de Medicina fue elegido para el cargo el jueves (25 de mayo). El artículo informa que “el profesor Antônio Alberto Lopes obtuvo la mayoría de votos de estudiantes, docentes y empleados de la universidad en una votación que tuvo lugar por la noche”.

La breve nota del portal de noticias hacía referencia a una antigua memoria literaria, vinculada a la antigua “Faculdade de Medicina da Bahia”. Este recuerdo vino de la lectura. tienda de milagros, novela publicada en 1969 por Jorge Amado, que tiene como personaje principal al moreno Pedro Archanjo, quien, entre muchas otras cosas, ocupó el cargo de intendente de la citada Facultad. Vinha de Arcanjo, creada por Bahian Amado, la memoria de la institución mencionada en el artículo, que dio que pensar en ese momento y en otros días.

La Facultad de Medicina de Bahía es la institución de educación superior más antigua del país, fundada en 1808 como “Escuela de Cirugía de Bahía”. En la sección “Historia” del actual sitio web de la Facultad, podemos leer que “en el poco tiempo que D. João VI y la familia real permanecieron en Bahía, un mes y dos días, bastó para que algunos hechos de relevancia nacional ser registrado.” Entre estos hechos, se constata que “después de abrir los puertos de Brasil a las naciones amigas de Portugal, D. João VI firmó, el 18 de febrero de 1808, el documento que ordenaba la creación de la Escuela de Cirugía de Bahía”, que, en 1832 pasó a ser “Facultad de Medicina de Bahía” y, desde 2004, forma parte de la Universidad Federal de Bahía.

Se trata, por tanto, de una institución de considerable relevancia, directamente vinculada a circunstancias importantes de la historia del país. Se puede especular sobre las reacciones de esa familia real en el “corto tiempo” que estuvo en Salvador, entre la fuga de las tropas de Napoleón que habían invadido la Península Ibérica y la llegada a Río de Janeiro de la nueva corte. Ese “nuevo mundo”, “poco civilizado”, cuya existencia dependía enteramente de la esclavitud, exigía “progresos” y “avances”, como lo evidenciaban las innovaciones institucionales que recibiría el país durante el período.

Es en esta institución donde Pedro Archanjo, personaje principal de tienda de milagros. Nacido en Bahía en 1868, “hijo de Antônio Archanjo y Noêmia de Tal, más conocida como Noca de Logum Edé. Del padre lo único que se sabe es que fue recluta en la Guerra del Paraguay en la que murió mientras cruzaba el Chaco, dejando a su pareja embarazada de Pedro, su primer y único hijo”. En uno de los varios retratos de Archanjo que se ofrecen a lo largo de la novela, sabemos que “habiendo aprendido a leer por sí mismo, asistió al Liceo de Artes y Oficios donde adquirió nociones de diferentes materias y del arte de la tipografía. Destacó en portugués y desde pequeño se aficionó a la lectura”.

Y la cosa no quedó ahí: “Ya siendo un hombre maduro, profundizó en el estudio de la antropología, la etnología y la sociología. Para ello aprendió francés, inglés y español. Su conocimiento de la vida y costumbres del pueblo era prácticamente ilimitado”. Con tal formación realizada en los vacíos de un sistema social que negaba la educación a hombres como él, Pedro Archanjo publicó cuatro libros: La vida popular en Bahía (1907); Influencias africanas en las costumbres bahianas (1918); Apuntes sobre el mestizaje en las familias bahianas (1928); Cocina bahiana: Orígenes y preceptos (1930). Muere en condiciones de extrema pobreza en 1943.

Tenemos así un extraño “babel que escribe libros”, que vive entre la subalternidad y la poderosa defensa de lo que es y de lo que vive, el negro de piel clara, o “moreno”, como se identifica el propio Archanjo. Es esta figura de los cruces quien vive las tensiones y los conflictos en la novela de Jorge Amado, que involucran principalmente el complejo debate racial brasileño. Se trata de un personaje curioso, que debería desempeñar el papel administrativo de “censor y disciplinador”, o de “funcionario a cargo de las tareas administrativas en las universidades” como un bedle, pero que desdibujará las líneas divisorias centrales para el mantenimiento de esa forma de sociedad.

Aquí, la Facultad de Medicina de Bahía aparece como un escenario importante (y decisivo) de la trama. Pero ésta no es la única “universidad” de la novela de Amadiano, como podemos leer en el primer párrafo de la obra: “En el amplio territorio de Pelourinho, hombres y mujeres enseñan y estudian. Una universidad vasta y variada, se extiende y ramifica. […] Allí donde hombres y mujeres trabajan el metal y la madera, utilizan hierbas y raíces, mezclan ritmos, pasos y sangre; en la mezcla crearon un color y un sonido, una imagen nueva y original”.

En este segundo “universo”, Pedro Archanjo es una de las autoridades religiosas del Candomblé local (es Ojuobá, los “ojos de Xangô”, que “ve todo y todo lo sabe”), promotor de grupos artísticos y bandas de capoeiristas, personas de los más variados colores y gustos, en un mundo que se guiará en todo momento por su negación y, en su caso, por su eliminación. Entre una grieta y otra, entre una lucha con (menos) victorias y (más) derrotas, Archanjo busca mantener y celebrar la vida, en una actitud paradójica para estas personas que viven en constante subalternidad, una mezcla condenada como inferior, y que Encuentra grandes retos para mantenerte a ti mismo y a tus prácticas.

Al mismo tiempo, en otra situación paradójica, muchos ataques y violencia provendrán de los letrados y civilizados miembros de la Facultad de Medicina de Bahía, forjadores y defensores de las hipótesis llamadas “científicas” sobre cuál debería ser la experiencia humana apropiada. Beadle y científico social, autoridad e inferior, Archanjo vive entre estos dos universos, estas dos universidades; uno de ellos con vidas sospechosas y el otro con “teorías sospechosas”:

“En Tenda dos Milagres, Ladeira do Tabuão, de 60 años, es la rectora de esta universidad popular. […] Pedro Archanjo, el rector, ¿está ahí, quién sabe? Inclinados sobre viejos tipos gastados y un impresor caprichoso, en el taller arcaico y paupérrimo, componen e imprimen un libro sobre la vida bahiana. Cerca, en Terreiro de Jesús, se encuentra la Facultad de Medicina y allí también se enseña a curar enfermedades y cuidar a los enfermos. Además de otros temas: desde la retórica hasta los sonetos y teorías sospechosas”.

Pero ¿qué son estas teorías, calificadas de sospechosas? En la segunda mitad del siglo XIX llegaron a Brasil ideas de las llamadas ciencias desencantadas sobre la división natural entre las “razas humanas”. En un país que estaba a punto de abolir la esclavitud, tales ideas contribuyeron a la expansión y consolidación del racismo inherente a esa sociedad, incluso en un contexto post-abolición –que supuestamente daba libertad, pero sin atribuir dignidad y derechos–. Entre estas ideas, algunas son más destacadas.

Las nociones de pureza y superioridad racial defendidas por el francés Arthur Gobineau en Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas. (1855) señalan un escenario en el que naturalmente existían diferencias entre las “razas humanas”, las cuales debían mantenerse separadas y sin “mestizaje”. Las hipótesis deterministas raciales propuestas por el italiano Cesare Lombroso en El hombre blanco y el hombre de color (1876) y otros trabajos señalaron la “brutalidad natural” de algunas “razas humanas”, que era observable por la forma de los rostros y cráneos de los individuos. En el caso de las concepciones del evolucionismo social defendidas por Herbert Spencer en Principios de sociología (1874), la búsqueda del progreso debía vincularse a la eliminación de aquello que no era “apto” en la lucha por la vida, incluidas las razas “inferiores”.

Tales ideas de “Scientia”se originó a partir de lecturas limitadas, prejuiciosas y erróneas de los procesos biológicos y sería cuestionada por las propias ciencias biológicas con el tiempo. Sin embargo, aquellas tesis deterministas y supuestamente científicas terminaron influyendo en varios intelectuales brasileños, como en el caso de la doctora Nina Rodrigues (1862-1906), de nuestra reconocida Facultad de Medicina de Bahía, quien sostenía que “los hombres nacen diferentes”, y que “la igualdad de derechos era una utopía”.

En 1894 Rodrigues publicó Razas humanas y responsabilidad penal en Brasil, en el que sostenía que “las disparidades raciales deberían llevar a la formación de códigos penales diferentes, adaptados a diferentes grados de evolución”. Este tipo de concepción se basaba en la idea de que blancos y negros eran esencialmente diferentes, ya que ocupaban escalas diferentes de un proceso “evolutivo” deseado. Podemos identificar aquí un tipo de “escalamiento”, donde la superioridad racial, el determinismo racial y el evolucionismo social explicarían las diferencias sociales entre las “razas humanas”.

Este tipo de concepción guió la defensa de políticas de blanqueamiento de la población brasileña, basadas en la eliminación de los llamados “elementos inferiores”, para favorecer la “pureza” y el “progreso”. Sin embargo, con el avance de la investigación científica en las áreas de genética, biología y antropología, ahora sabemos que no existen razas humanas desde el punto de vista científico. Más específicamente, no existen diferencias biológicas significativas entre los seres humanos que puedan separarlos en diferentes razas o que apunten a evidencia de superioridad o inferioridad en cualquier nivel biológico. En este sentido, explicar conductas y capacidades a partir de criterios raciales, sin un análisis de entornos, contextos y circunstancias, no tiene sentido desde el punto de vista biológico.

Las teorías de Gobineau, Lombroso, Spencer y Rodrigues son inadecuadas para explicar la dinámica de las sociedades, representando sólo los prejuicios y concepciones de su época. Sin embargo, la diferenciación de la humanidad por criterios que involucran el color de la piel terminó creando un tipo de “existencia social” de razas, en una construcción social e histórica que guió la diferenciación que dejó huellas.

En la novela de Amadiano, Pedro Archanjo tiene la figura del médico Nilo Argolo como el antagonista que representará la creencia en los conjuntos teóricos basados ​​en la visión racista y supuestamente científica aquí mencionada. Apoyadas en el prestigio de la ocupación de “profesor de la Facultad de Medicina”, tales concepciones se difundirían en las sociedades de la época. Después de que Archanjo publicara su primer libro, en el que sostenía que las aproximaciones y mezclas que involucraban a la población brasileña ofrecían algo nuevo (y bueno) al mundo, con nuevas condiciones y posibilidades para la realización de la experiencia humana, surgen varios conflictos en la novela. .

Aún viviendo en condiciones desfavorables en términos materiales, esa mezcla cultural se mantuvo y tendría condiciones para florecer. Lídio Corró, partidario de Archanjo, tenía grandes expectativas sobre la obra: “Escrita por el compadre Pedro Archanjo, genial entre chicos geniales, compuesta e impresa en su tipografía, La vida popular en Bahía Le parecía el libro más importante del mundo. Al publicarlo con tanto sacrificio, no tenía ninguna ambición de obtener ganancias. Más bien quería restregárselo en la cara a ‘esos cabrones, panda de xibungos’, que consideran a los mulatos y a los negros como seres inferiores, una balanza entre hombres y animales”.

En este contexto, una muestra de La vida popular en Bahía llega a manos del famoso Prof. Argolo, quien, en un tenso diálogo con Archanjo, desestima el proyecto y las hipótesis, sugiriendo incluso caminos. Apoyado en el estatuto de su condición, dice: “Asnice. ¿Qué significan los hechos, qué valen, si no los examinamos a la luz de la filosofía, a la luz de la ciencia? ¿Alguna vez has leído algo sobre el tema en cuestión? Recomiendo a Gobineau. Diplomático y académico francés: vivió en Brasil y es la autoridad definitiva en el problema de las razas. Sus obras están en la biblioteca de la escuela”.

Las concepciones de Nilo Argolo, cuyo personaje es una sátira de la citada Nina Rodrigues, representan así el intento de negar cualquier posibilidad de consideración plena de la humanidad de quienes difieren de su estándar, establecida de manera “objetiva”, “fundada” y por tanto “probado”. Sin embargo, esta pretensión de ciencia no fue sostenida, ya que era simplemente un intento de mantener la estructuración racial de las sociedades, apelando a la autoridad científica.

Es contra esta pretensión que Archanjo vive y escribe a favor del mestizaje en La vida popular en Bahía: “Las condiciones de vida del pueblo de Bahía son tan terribles, tal es la miseria, tan absoluta es la falta de cualquier asistencia médica o sanitaria, del más mínimo interés del Estado o de las autoridades, que vivir en tales condiciones constituye en sí mismo algo extraordinario. demostración de fuerza y ​​vitalidad. Por lo tanto, la preservación de costumbres y tradiciones, la organización de sociedades, escuelas, desfiles, ranchos, trajes, afoxés, la creación de ritmos de danza y canto, todo lo que signifique enriquecimiento cultural adquiere la importancia de un verdadero milagro que sólo la mezcla de razas. explica y habilita. Del mestizaje nace una raza de tanto talento y resistencia, tan poderosa, que supera la miseria y la desesperación en la creación diaria de la belleza y la vida”.

La historiadora y antropóloga Lilia Moritz Schwarcz aborda el racismo en las instituciones científicas brasileñas en El espectáculo de las razas: científicos, instituciones y el debate racial en Brasil 1830-1870, caracterizando al país como un curioso “laboratorio racial”, donde la diversidad humana se ha encontrado a lo largo de la historia. Entre otras cuestiones, Lilia Schwarcz muestra cómo las teorías racistas defendían la necesidad de blanquear a la población para que Brasil pudiera desarrollarse. Como hemos visto, científicos de renombre como Nina Rodrigues y su homólogo ficticio Nilo Argolo defendieron ideas racistas en un lugar extremadamente mestizo, siguiendo criterios discutibles de clasificación racial.

Desde el punto de vista del debate sobre la existencia de las razas, Lilia Schwarcz muestra cómo este concepto surgió para explicar la diversidad humana, junto con los procesos de dominación y sometimiento que se llevan a cabo en su nombre. Las nociones inadecuadas del evolucionismo, junto con ideas erróneas sobre la hipótesis de Charles Darwin, supuestamente explicaban la superioridad de una raza sobre otra. Surgen entonces perspectivas más críticas sobre los supuestos avances científicos y, principalmente, a tener más cuidado con las llamadas investigaciones científicas en humanos. Así, “engañamos a la naturaleza”, creando artificialmente algo que no existe. Sin embargo, a pesar de que no existen razas humanas desde el punto de vista biológico, su invención tuvo consecuencias en las sociedades actuales.

Una de estas consecuencias se explora en Tienda de los Milagros basado en el personaje Pedrito Gordo, delegado e investido por la ley y el estado para “mantener el orden” y las “buenas costumbres”. Leitor ávido dos “cientistas” que garantem as classificações de superioridade e inferioridade nas sociedades humanas, o oficial pautava sua ação em tais constructos teóricos: “São os mestres que afirmam a periculosidade da negralhada, é a ciência que proclama guerra às suas práticas antissociais, no soy yo". Y, en un gesto de humildad, añade: “Sólo trato de erradicar el mal, impidiendo que se propague. El día que acabemos con toda esta basura, la tasa de criminalidad en Salvador disminuirá enormemente y finalmente podremos decir que nuestra tierra es civilizada”.

Así, la existencia misma de la “negralhada” y los “mestizos” sería una amenaza constante que la ley debería controlar y extirpar. Las prácticas culturales vinculadas a esos grupos, como el candomblé, la samba y la capoeira, así como otras actividades y celebraciones, deben ser reprimidas en nombre del “orden” y el progreso. “Voy a limpiar la ciudad de Bahía”, dice Pedrito, armado de armas y ciencia, prolongando durante muchos años una guerra casi santa, en una supuesta cruzada civilizadora que se basó en la brutalidad y la violencia en nombre del “bien” y “ razón".

El establecimiento de estructuras y lugares sociales, como lo ejemplifican las concepciones de Pedrito Gordo, implica formas de escalamiento que provocan reflexiones. “Ponte en tu lugar” es una sugerencia común en la dinámica social brasileña, que se refiere al establecimiento de niveles a los que supuestamente serían asignadas las personas, considerando principalmente su raza y clase, reflejando de alguna manera la ideología de Nilo Argolo. La periodista de ameriacam Isabel Wilkserson analizó en el libro algunas de las formas de escalada promovidas a lo largo de la historia y sus consecuencias Casta: Los orígenes de nuestro malestar.

En su hipótesis, sostiene que “un sistema de castas es una construcción artificial, una clasificación fija y arraigada del valor humano que establece la supuesta supremacía de un grupo frente a la supuesta inferioridad de otros”. Esta supuesta superioridad se fundamentaría en la ascendencia y en rasgos muchas veces inalterables, “rasgos que serían neutrales a nivel abstracto”, pero “que reciben un sentido de vida o muerte en una jerarquía que favorece a la casta dominante concebida por los antepasados” . En este sentido, un sistema de castas utiliza límites rígidos, a menudo arbitrarios, para mantener a los grupos separados, diferenciados entre sí, en sus “lugares respectivos”.

Isabel Wilkerson aborda en concreto las escaladas promovidas en las sociedades indias (antes del siglo XX), en el período de la esclavitud en Estados Unidos y en la Alemania nazi, así como sus consecuencias. Sin embargo, sus consideraciones también ayudan a pensar en el contexto brasileño y sus circunstancias.

Según su análisis, un sistema de castas subsiste porque a menudo se justifica en nombre de la voluntad divina, procedente de textos sagrados o de supuestas leyes de la naturaleza, reforzada por toda la cultura y transmitida de generación en generación. En el caso de los intentos de fundamentar la superioridad a través de la revelación científica de sus orígenes, como medio de atribuir valor a sectores enteros de la especie humana, la casta serviría como parámetro e incrustaría en nuestra estructura ósea una clasificación inconsciente de las características humanas y presentes. las reglas, las expectativas y los estereotipos que “se han utilizado para justificar brutalidades contra grupos enteros dentro de nuestra especie”.

Así, un bedle nunca podría escribir libros, ni hacer contribuciones relevantes a la comprensión de la experiencia humana, al fin y al cabo, ese no es “su lugar”. A eso apuesta Nilo Argolo, cuando somete las reflexiones de Archanjo, quien no se guía por la “filosofía”, ni mucho menos por la “ciencia”. Archanjo “comprenderá” este razonamiento, revelando secretos y debilidades del razonamiento de Argolo. Aquí, el “milagro de la tienda” en la obra de Jorge Amado no es misterioso y podría ser diseñado por Lídio Corró: destruyendo las bases de este intento de escala, cuestionando los fundamentos de la distinción entre castas. Archanjo no es inferior a Argolo en ninguno de los criterios supuestamente establecidos, pero el solo intento de criticar el proyecto de castas brasileño tendrá consecuencias.

la lectura de Tienda de los Milagros Nos muestra el arte de Jorge Amado en su máxima expresión, tanto al resaltar los riesgos de las pretensiones de “desencanto del mundo”, que termina creando ficciones y fantasías peligrosas para explicar y justificar el mundo que lo rodea. El intento de mantener el orden racial a través del discurso científico, contra el cual Pedro Archanjo vive y escribe en la “universidad del pueblo”, establecerá políticas y distinciones, con consecuencias peligrosas, como nos demostró el siglo XX. Sin embargo, hasta que el error de Nilo Argolo y Nino Rodrigues sea evidenciado por la propia práctica científica, mucha brutalidad estará justificada y se establecerán estructuras sociales que aún nos llegan.

Luiz Antônio Simas y Luiz Rufino presentes en el libro Encantamiento: sobre la política de la vida (2020) una reflexión sobre los modos de esta estructuración y realización de la vida brasileña desde contextos con carga racial y reflexionan sobre las consecuencias del proyecto que sustentó tales concepciones.

Esta reflexión me viene a la mente después de leer la novela de Amadiano, ya que considera la forma en que nos construimos como sociedad y cómo podemos escapar de las determinaciones impuestas: “La colonización (pensamos en la colonización como un fenómeno duradero, que aún está lanzando sus venenos) , genera 'sobras vivas', seres desechables, que no encajan en la lógica hipercomercializada y normativa del sistema, donde el consumo y la escasez actúan como hermanos siameses; uno depende del otro. Algunos 'restos vivos' logran convertirse en supervivientes. Otros, ni siquiera eso. Los supervivientes pueden convertirse en 'supervivientes': aquellos capaces de superar la condición de exclusión, dejar de ser simplemente reactivos ante los demás e ir más allá, afirmando la vida como una política de construcción de conexiones entre ser y mundo, humano y naturaleza, corporalidad y espiritualidad, ascendencia y futuro. , temporalidad y permanencia”.

Quizás esto sea lo que busca Pedro Archanjo, a la hora de crear estrategias y arreglos, dentro del propio juego para superarlo. En las diversas circunstancias paradójicas que vive, no encaja en los lugares estipulados y se sabe sobreviviente de un orden que lo quiere como un resto vivo, manteniéndolo como inferior, dominado y subordinado. Sin embargo, elude la condición y la casta que le fueron asignadas, haciendo uso de las mismas herramientas que supuestamente lo hacen inferior: afirma, ama, juega, negocia, niega, aprende, cuestiona, duda. Pero no se trata sólo de dejar de ser un remanente vivo, o simplemente de sobrevivir “normalmente” en la casta en la que naciste –“conocer tu lugar” como dice el dicho común y cotidiano.

Necesitamos garantizar más y ser considerados plenamente como personas, pero sin olvidarnos de vivir y sentirnos adecuados a nuestro propio modo de vida. Archanjo actúa, comprende y luego hace milagros: tiene una “buena vida”, con placeres y logros, decepciones y miedos en un orden que le negaría todo eso. Y lo hace sin romantizar a los precarios, exigiendo siempre que su pueblo pueda llevar una vida acorde a sus deseos y creencias.

Pero la búsqueda de un milagro en la carpa de Brasil continúa. Durante la campaña para la elección del Consejo Directivo de la Facultad de Medicina de Bahía, el profesor Antônio Alberto Lopes fue blanco de varios ataques racistas, debidamente denunciados ante la Defensoría del Pueblo de la Universidad Federal de Bahía.

*José Costa Junior Profesor de Filosofía y Ciencias Sociales en IFMG –Campus Ponte Nova.

Referencias


ME ENCANTÓ, Jorge. tienda de milagros. São Paulo: Companhia das Letras, 2022.

SCHWARCZ, Lilia. El espectáculo de las razas: científicos, instituciones y cuestiones raciales en Brasil. São Paulo: Companhia das Letras, 1993.

SIMAS, Luis Antonio; RUFINO, Luis. Encantamiento: sobre la política de la vida. Río de Janeiro: Editorial Mórula, 2020.

WILKERSON, Isabel. Casta: Los orígenes de nuestro malestar. Traducido por Denise Bottman y Carlos Alberto Medeiros. São Paulo: Companhia das Letras, 2021.


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