El ascenso del neofascismo

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por Milton Pinheiro*

Se ha dado rienda suelta a las hordas neofascistas para que desarrollen sus prácticas reaccionarias

En un período político de avance del neofascismo en Brasil y en el mundo, con manifestaciones de oscurantismo, que está siendo elevado al papel de política de Estado, el 1° de septiembre, el despreciable diputado federal Eduardo Bolsonaro (PSL-SP) presentó una Proyecto de Ley nº 4425/2020, en el que sugiere criminalizar el comunismo, equiparándolo al nazismo en los términos de la ley nº 7.170, de 14 de diciembre de 1983, que trata el tema.

La propuesta reafirma las locas posiciones de la familia del agitador fascista, Jair Bolsonaro, que se guían por la contra de los pequeños negocios criminales y reafirman una conducta de extrema derecha. Este proyecto hiere los faros de la democracia formal, opera desde la perspectiva de un golpe de Estado dentro de las instituciones y se opone a las libertades democráticas que fueron valientemente conquistadas por la oposición a la dictadura burgo-militar, en la redemocratización posterior a 1985.

El diputado Eduardo Bolsonaro es reincidente en acciones que violan la legalidad del orden institucional, como la sugerencia de cerrar el Supremo Tribunal Federal (STF) y por conspirar, en varias ocasiones, contra otras instituciones representativas del Estado brasileño.

Manifestaciones del mismo orden son presentadas en público por hordas neofascistas que se han calmado para desarrollar sus prácticas reaccionarias. Estos grupos han jugado golpes al orden político, llamaron a los militares a realizar esta acción, propusieron el cierre del Congreso Nacional y del STF, atacaron a militantes de los diversos movimientos sociales y actuaron con violencia en las redes de contagio.

La crisis económica mundial y los cambios sociales han generado, en varias partes del mundo, un movimiento caracterizado por posturas hiperconservadoras, que ha operado en los resquicios de la crisis de subjetividad de la clase trabajadora y se ha confirmado en la extrema derecha populista. postura de los gobiernos de los países europeos (Hungría, Polonia, Ucrania, etc.). Se trata del movimiento de la ideología anticomunista que quiere materializarse en el orden estatal, actuar en alianza con el imperialismo yanqui, confirmar acciones antipopulares, comportarse de forma negacionista en la ciencia y reaccionaria frente a la cultura.

En la ola de revisionismo histórico que empezó queriendo destruir el legado de la Revolución Francesa, ahora estos mismos sectores conservadores avanzan en contra de la historiografía clásica de la Segunda Guerra Mundial de manera mentirosa. La Unión Europea, recientemente, en su manifestación oscurantista, operó una medida ideológica al colocar, en su reglamento, la equiparación del comunismo con el nazismo. Es lamentable esta medida tomada por jefes de gobiernos liberales, herederos del colonialismo y del pasado esclavista. Pero también es lamentable la actitud de los partidos socialdemócratas en Europa, así como la de una parte de la izquierda brasileña que apoya con indulgencia esta interpretación o calla frente a este crimen: necesitamos reaccionar…

Es un crimen contra la humanidad. Este movimiento neofascista quiere ocultar a las generaciones futuras el hecho histórico de que fueron los comunistas, el Ejército Rojo de la URSS y los trabajadores del mundo quienes dieron su vida para detener el nazismo y el fascismo en los campos de batalla de la Segunda Guerra Mundial.

En muchas partes del mundo, especialmente en Hungría, Ucrania y Polonia, los comunistas están siendo atacados, arrestados, hostigados y llevados a la clandestinidad. Pero, como se sabe históricamente, no dejaremos que prospere el neofascismo y triunfe la burguesía en estado de descomposición.

Lucharemos contra la barbarie, contra los ataques dirigidos a los trabajadores y contra las opresiones de la sociabilidad capitalista. Somos millones, estaremos en las más diversas trincheras de lucha contra las hordas neofascistas. Somos defensores del internacionalismo proletario, por lo tanto, donde un fascista ataca las libertades democráticas, la libertad de expresión, presenta su conducta machista, racista, sexista y lgbtfóbica, ahí nos presentaremos para el combate.

Somos revolucionarios, hemos pasado por dictaduras, hemos enfrentado al militar canalla rendido, nunca ha habido una sola lucha, en el campo del progreso, en defensa de los trabajadores, del desarrollo de la cultura y la ciencia, en la historia de la humanidad , que los comunistas no lo éramos.

El estado capitalista y la dirección burguesa actual están capitulando ante la posibilidad de un futuro progresista para la humanidad. El enemigo neofascista, en su relación con la extrema derecha y los gobiernos ultraliberales, va un paso por delante. Sin embargo, los trabajadores seremos firmes en la lucha de clases para defender nuestros intereses estratégicos, luchando por el fin de la explotación capitalista, germinando, en el presente, la lucha por el Poder Popular y la perspectiva socialista: ¡no pasarán!

¡Fuimos, somos y seremos comunistas!

*Milton Pinheiro es politólogo y profesor titular de Historia Política en la Universidad del Estado de Bahía (UNEB)

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