por DIOGO VALENCIA DE AZEVEDO COSTA*
Breve relato de la investigación en su biblioteca y archivos personales.
Hablar de la Biblioteca y Archivo Personal de Florestan Fernandes fue para mí una tarea de gran responsabilidad. Al principio, no sabía qué camino tomar. Tenía muchas ganas de hablar de todo lo que pude encontrar en mi experiencia con la Biblioteca Florestan. Incluso uso la palabra convivencia porque conviví con la gente que trabaja allí, trabajaba allí o simplemente lo visitaba. Pero puedo decir que vivir la Biblioteca fue mi forma de dialogar con Florestan.
La primera visita fue en 2003, por apenas un mes; Regresé en 2005, viviendo en la ciudad de São Carlos por un año; Regresé después de 12 años, en 2018, y visité la Biblioteca Florestan dos veces más, en 2019. No sé por qué tardé tanto en volver. Quizás porque la Biblioteca Florestan representó, en mi vida académica, el momento de mayor libertad dedicado casi exclusivamente a la lectura, sin la presión de publicar y haciendo lo que más alegría me daba. Es imposible hablar de la biblioteca sin evocar esta experiencia personal. Fue con gran tristeza que, en agosto de 2006, si no me equivoco de fecha, dejé la colección de Florestan y regresé a mi mundo real.
En ese momento, estaba trabajando en mi tesis doctoral, defendida en 2009 en la UFPE, bajo la dirección del Prof. Eliane Veras Soares, a quien agradezco, sobre todo, por respetar mi autonomía intelectual y también por las críticas siempre muy pertinentes para que pudiera profundizar mis propios argumentos, reconstruirlos y defender mejor mis ideas. Para los que conocen a Eliane, sepan que la historia de vida que escribió sobre Florestan Fernandes aún hoy nos sirve de referencia para pensar en la inseparabilidad entre el académico y el político, el sociólogo y el socialista. Al menos así es como interpreto tu libro. Florestan Fernandes: el militante solitario (SOARES, 1997), para lo cual Eliane realizó entrevistas a Florestan entre 1990 y 1991, entrevistas casi inéditas que están en proceso de publicación. Las notas explicativas que acompañarán la publicación de las entrevistas fueron realizadas con base en investigaciones en la biblioteca y en el Fundo Florestan Fernandes.[ 1 ]
Quisiera agradecer a Vera Lúcia Cóscia que, a finales de 2005, si no me equivoco en la reconstrucción de la fecha, me invitó a trabajar en los registros manuscritos de Florestan Fernandes, que guardaba en un gabinete de madera especialmente construido para sirviendo como su archivo intelectual y este mueble nos recuerda a los de las bibliotecas, cuando consultábamos las signaturas topográficas de los títulos en cartulinas. Por cierto, construir un archivo fue la primera recomendación de Wright Mills, el gran nombre de la sociología crítica estadounidense que tanto respetaba Florestan, para que demos rienda suelta a nuestra “imaginación sociológica”. Hasta entonces, sólo había leído en las obras de Florestan Fernandes las menciones de sus notas, sus archivos, los materiales de recolección de información de sus investigaciones y, en los testimonios de personas cercanas a él, los recuerdos de su incansable disciplina de tomar notas copiosamente. Solo puedo tener una eterna deuda de gratitud con Vera Lúcia Cóscia, por invitarme a compartir los archivos de investigación de Florestan Fernandes y dividirlos temáticamente. Mi mayor alegría es saber que, gracias en parte a mi trabajo, toda esta rica colección ha sido digitalizada y ahora puede estar disponible para otros investigadores.
También quiero agradecer a mis compañeras que ahora están a cargo de la Biblioteca y Fondo Florestan Fernandes, Izabel da Mota Franco y Siomara Mello de Almeida Prado, por haber conservado las cartulinas en las que pude subdividir los archivos y notas. por tema, de Florestan Fernandes, en el que solía recoger observaciones y reflexiones sobre los temas que más lo absorbieron en las distintas etapas de su rica y multifacética trayectoria intelectual y política. Así pude tener una dimensión muy amplia de lo que podemos encontrar como material de investigación que aún hoy en día es casi inédito y de su importancia para realizar nuevos trabajos de interpretación del pensamiento sociológico de Florestan Fernandes y su cosmovisión política. El conteo que hice uno por uno de los archivos de Florestan -en su momento copié a mano o digité mucha información que me interesaba- sigue escrito a lápiz en dos cuadernos escolares, un pequeño aporte mío a la cartografía y construcción archivística. del Fondo Florestán Fernandes. Incluso escribí todas estas notas, guardando toda esta información conmigo. Pude sorprender a Florestan en sus primeras notas de campo, que luego darían lugar, por ejemplo, a Trocinhas do Bom Retiro, obra premiada en 1944 y publicada con prólogo de Roger Bastide; los archivos analíticos sobre los Tupinambá aparecen como un verdadero ejercicio historiográfico de crítica interna y externa a las fuentes; los cuadernos de campo sobre los sirios y libaneses se conservan y nos dan innumerables pistas sobre los designios de sus inconclusas investigaciones; el material producido a partir de una amplia gama de métodos y técnicas de investigación en los estudios del Proyecto de la Unesco sobre el prejuicio de color y la discriminación racial en la ciudad de São Paulo, como historias de vida, registros de reuniones públicas con la intelectualidad negra en São Paulo, personal testimonios, entrevistas, observaciones directas, notas de lectura, etc. – es todavía hoy una de las más ricas fuentes de información, sugerencias e hipótesis para nuevos trabajos históricos y sociológicos sobre el racismo brasileño. Lo que estoy hablando aquí sería solo una muestra de lo que hay en el Fondo Florestan Fernandes y no creo que tenga que examinar ni el uno por ciento de todo el material. Habría otras muchas cosas que mencionar, como los planes de estudio de Florestan sobre las revoluciones en curso y sus apuntes sobre América Latina, que nos ayudarían a profundizar dimensiones esenciales de su pensamiento sociológico o de sus convicciones políticas socialistas.
Hablando ahora de la biblioteca, no puedo dejar de mencionar una lectura que considero imprescindible y que podría transmitir mejor la dimensión humana del apego de Florestan por la lectura. La socióloga Heloísa Fernandes, hija de Florestan, en Amor por los libros: las reminiscencias de mi padre en su biblioteca (FERNANDES, 1998), nos ayuda a conocer un poco el método de trabajo de nuestro “artesano-sociólogo”:
Sus libros eran su fortuna, pero no fetiches para limpiar, pulir, encuadernar. Como sólo los niños saben hacer con sus tesoros, sus libros eran valores de uso, leídos y releídos por un lector activo, atento, exigente, que toma notas, escribe, garabatea, subraya, al punto que, muchas veces, sus dos textos : ¡la del propio autor y la de su lector! (FERNANDES, 1998, p. 49).
En un breve mensaje escrito el 05 de octubre de 2020 y hablando de la biblioteca de su padre, la socióloga Heloísa Fernandes dice: “Siempre me impresionó la memoria visual que tenía de todos los libros”. Por cierto, la expresión “sociólogo-artesano” –que, en este caso, utiliza para analizar la obra de Wright Mills– también la toma prestada de Heloísa Fernandes, a quien agradezco las generosas observaciones sobre la biblioteca de su padre y las críticas que siempre se han hecho tan precisas a los textos que escribo sobre la obra sociológica de Florestan Fernandes. No creo que haya una palabra mejor que decir sobre Florestan. Era un maestro en su oficio, un verdadero “artesano-sociólogo”. Las referencias a la artesanía intelectual están siempre presentes cuando Florestan Fernandes reflexiona retrospectivamente sobre su propia producción sociológica. En un ensayo con fuertes elementos autobiográficos, En busca de una sociología crítica y militante, siempre se mencionará la idea de la artesanía intelectual en un contexto de superación de dificultades, remitiéndonos al niño Vicente, hijo de una criada portuguesa analfabeta, que tenía derecho a ser llamado por su propio nombre negado en su más tierna infancia. – quien se convertiría entonces en el sociólogo internacionalmente respetado Florestan Fernandes y, según muchos, director de la Escola Paulista de Sociologia, título que él mismo a veces considera un poco excesivo. Vicente era el nombre de su madrina, doña Hermínia Bresser de Lima, porque Florestán sería un nombre muy pomposo para el hijo de una criada y Vicente sería un nombre de pobre. Muchos años después diría nuestro gran sociólogo, en una entrevista en 1984 a la Vox Populi, que Vicente jugó un papel crucial en la formación de su carácter. En el citado ensayo autobiográfico, nos hará el siguiente relato de sus vivencias como estudiante de segundo año de la carrera de ciencias sociales de la USP:
[…] ya en el segundo año de la carrera sabía muy bien lo que quería ser y me había enfocado en aprendizaje artesanal – por lo tanto, no me comparé con el bebé, que empieza a gatear y a hablar, sino al aprendiz, que transforma al maestro artesano en un modelo provisional. La cultura de mis amos extranjeros me intimidaba. Pensé que nunca podría igualarlos. El listón era demasiado alto para nuestras potencialidades provinciales -para lo que el entorno podía soportar- y especialmente para mí, con mi precaria formación intelectual y las dificultades materiales que enfrentaba, que ocupaban gran parte de mi tiempo y de mis energías de lo que te gustaría hacer. […] En fin, el Vicente que había sido por fin moría y en su lugar nacía, espantosamente para mí, el Florestán que iba a ser. (FERNANDES, 1977, p. 157).
Es muy significativo que, en relación a la investigación sobre los Tupinambá, en la que Florestan desarrolla una relación endopática con esta civilización originaria de las tierras que luego serían Brasil y otros países latinoamericanos, afirma lo siguiente: “Alcancé la estatura de un artesano que domina y ama su oficio, porque sabe practicarlo y para qué sirve” (FERNANDES, 1977, p. 175). De hecho, Florestan Fernandes se construye a sí mismo como un “sociólogo-artesano” y podemos conocer su artesanía intelectual escudriñando las riquezas presentes en su biblioteca y en su archivo personal. Recuerdo algunas lecturas de Florestan Fernandes en su biblioteca que, en mi opinión, lo vinculan con su origen social. Leyó las memorias de Gregorio Bezerra e hizo algunas notas marginales, identificándose con el comunista pernambucano de origen humilde, como él. De la misma manera, leyendo Las cartas de la prisión de Antonio Gramsci y subrayando todos los pasajes en los que el líder del partido comunista en Italia decía que era necesario tener “fuerza”, Florestan se solidariza de alguna manera con el sacrificio humano de la lucha social por parte de quienes asumió todas las consecuencias cuando combatió regímenes fascistas, dictatoriales y violentos. El mismo Florestán fue castigado por un régimen excepcional y perseguido por el terrorismo de Estado. Quería hacer estas menciones rápidas porque creo que la biblioteca de Florestan es inseparable de la figura de Vicente, de su origen social y de todo lo que pretendió hacer de la sociología, un instrumento de transformación de la sociedad para que los desposeídos, los de abajo, poder tener un futuro con dignidad, justicia, libertad, igualdad, felicidad y fraternidad. Un diálogo central que Florestan establece con el pensamiento de Marx se refiere a la crítica filosófica de la alienación en la sociedad capitalista, en particular con Los manuscritos económico-filosóficos. Es de esta tradición humanista que Florestan nutre una vasta curiosidad intelectual, que abarca los más diversos campos de las ciencias sociales y las humanidades.
Lo que me gustaría señalar es que la biblioteca de Florestan recopila obras fundamentales de las más diversas áreas del conocimiento. Recurro una vez más al bello texto de Heloísa Fernandes para hablar de esa fuente inagotable de investigación que es la biblioteca de Florestan. El autor nos hace varias preguntas, cuyas respuestas sólo se pueden encontrar con una investigación colectiva, seria y respetuosa en la biblioteca, en el archivo personal y en las obras publicadas de nuestro “artesano-sociólogo”:
¿Por qué tantos autores de otras corrientes, tendencias, escuelas? ¿Por qué, en ocasiones, tus más feroces adversarios tienen una presencia igual o incluso mayor que tus compañeros y aliados? ¿Por qué nunca pudo deshacerse de los autores fascistas que tanto despreciaba y contra los que tanto luchaba? ¿Por qué tanta Sociología de tantas áreas, épocas, escuelas y procedencias necesita convivir y dialogar con la Antropología, la Política, la Economía, la Historia, la Geografía, la Pedagogía, la Psicología, el Psicoanálisis, la Lógica, la Literatura, la Filosofía? Biblioteca de un humanista o intelligentsia, como diría Mannheim, de este tipo histórico de intelectual que marcó lo mejor de este siglo XX, el intelectual que reivindica su derecho a tener voz en la sociedad, legitimándose en un doble compromiso: por un lado, consigo mismo, en exigiendo la más dura seriedad y responsabilidad, y, por otra parte, con las más altas aspiraciones de su pueblo y de su tiempo (FERNANDES, 1998, p. 49-50).
En la biblioteca de Florestan se destacan libros que nos ayudan a reconstruir gran parte de la historia de las ciencias sociales en Brasil, América Latina e internacionalmente. La colección existente sobre América Latina es realmente impresionante, con obras de muchos pensadores clásicos como el revolucionario anticolonialista y héroe de la lucha por la independencia en Cuba, José Martí, y el marxista peruano José Carlos Mariátegui, o de científicos sociales latinoamericanos que , con Florestan se correspondieron en momentos puntuales, entre los que podemos mencionar nombres como Orlando Fals Borda (Colombia), Pablo González Casanova (México), Gérard Pierre-Charles (Haití), Roberto Fernández Retamar y Julio Le Riverend (Cuba), Orlando Albornoz (Venezuela) y José Nun (Argentina), este último su amigo y colega en la Universidad de Toronto. En suma, la biblioteca y el archivo personal de Florestan Fernandes representan una fuente inagotable de información no sólo para quienes estudian su trayectoria intelectual, su producción sociológica y su pensamiento político, sino para todos y cada uno de los investigadores en las más variadas áreas de las ciencias sociales y de las ciencias sociales. la humanidad. Podemos encontrar libros de otras áreas, incluido uno de los raros trabajos de un genetista ruso llamado Theodosius Dobzhanksy, amigo de Florestan y quien, en sus visitas a Brasil, se aseguró de buscarlo para hablar. Estuve un año yendo a la biblioteca todos los días y creo que quedarían muchos territorios por explorar y campos completamente desconocidos para mí. Hojeando algunos de sus libros pude localizar varias de las imágenes literarias a las que Florestan aludía en sus escritos, como el joven José, extraído de las novelas de Thomas Mann. La metáfora del pozo siempre fue recordada por Florestan al referirse a su origen social oa la crisis política que sobrevino con el castigo del régimen dictatorial por 25 años dedicados a la investigación científica en el país. El mismo oscurantismo nos asola hoy. Florestán era un humanista. En palabras de Heloísa Fernandes, es la biblioteca de un “humanista”, recordando que en sus últimos días Florestan dijo ser un socialista que defendía el humanismo.
Antes de cerrar mi discurso, me gustaría presentar algunos de los trabajos que he venido realizando con el objetivo de ilustrar los métodos de lectura de Florestan. Estos son sus registros de lectura de la obra completa de Lenin, pensador marxista al que conoció en profundidad y para el que organizó e introdujo una colección para la célebre colección Grandes Científicos Sociales, cuya coordinación se encargó con la editorial Ática, publicando un total de sesenta volúmenes. Siguiendo algunos pasos de su lectura de Lenin, pretendo reconstruir las principales líneas de la artesanía intelectual de Florestan Fernandes, en las que podemos vislumbrar las interfaces entre su propia biografía, los movimientos históricos de las corrientes ideológicas en disputa y las estructuras opresivas de la sociedad brasileña. . La primera circunstancia histórica a tener en cuenta es que Florestan se dedicará a leer las obras completas de Lenin incluso antes de concluir La revolución burguesa en Brasil, libro publicado en 1975. Su esfuerzo fue precisamente comprender los motivos políticos de la contrarrevolución preventiva de 1964 y mi hipótesis es que la lectura de Lenin sirvió como criterio comparativo en relación con las especificidades de la formación social rusa, que ya había pasado por una revolución burguesa atrasada. Preocupado por el capitalismo dependiente en Brasil y, en consecuencia, por el carácter peculiar de su (contra)revolución burguesa, Florestan recurre a Lenin precisamente como perspectiva teórica fundamental para analizar las revoluciones burguesas en curso en las periferias del sistema y en las regiones más frágiles. vínculos del capitalismo. Es en este sentido que dirá:
El último análisis socialista consistente del proceso de una revolución tardoburguesa es el de Lenin –aprovechando la etapa de 1905 en Rusia hasta 1907, más o menos–, donde aparecen algunas de sus más importantes aportaciones teóricas a las ciencias sociales (FERNANDES , 1978, págs. 99-100).
Además, otro elemento de la perspectiva leniniano Lo que a Florestan le interesaría cada vez más serían los análisis de los marxistas rusos sobre las últimas fases de la dominación zarista. “Él [Lenin] interpreta la situación rusa confrontando la situación de la burguesía con el poder relativo del zar, la nobleza y la burocracia” (FERNANDES, 1978, p. 100), de modo que la burguesía –al acomodarse con “ fuerzas más poderosas de la sociedad rusa” (FERNANDES, 1978, p. 100), las fuerzas del viejo orden- ejercerán un poder burgués con una fuerte dimensión autocrática propia del zarismo, aunque históricamente configurado como una dominación de clase de un orden específicamente capitalista. tipo. En este sentido, el término autocracia adquiere una validez más general y va más allá de los horizontes particulares de la formación social rusa. Enfrentándose a su propia biografía de la dictadura políticamente perseguida y dirigiendo su mirada a las raíces históricas del golpe de Estado de 1964, Florestan se inspirará en Lenin para desarrollar la categoría teórica de “autocracia burguesa” y fue esta particular situación histórica de la capitalismo dependiente latinoamericano que lo llevó al enfoque comparativo con la sociedad rusa. Marcando una dominación de clase de la periferia del sistema en la era del imperialismo y del capitalismo monopolista, la categoría de “autocracia burguesa” captura precisamente una característica estructural de las sociedades capitalistas a escala internacional y que hoy quizás tiende a generalizarse. La dominación de clase se ejerce autocráticamente frente a la hegemonía de fracciones parásitas del capital financiero en centros y periferias.
No es la lectura de Lenin la que lleva a Florestan, teóricamente, a descubrir nociones teóricas de alto valor explicativo, sino la propia situación brasileña y su biografía política como opositor del fascismo instalada en las estructuras del Estado brasileño que lo conducen, sobre la base contrario, a la manera original apropiada de pensar leniniano develar el sentido de las luchas políticas de las sociedades latinoamericanas. Por eso, el “Florestan lector de Lenin” ejercerá todo su talento inventivo en traducir las ideas del líder bolchevique en clave brasileña y latinoamericana. Con esto quiero decir que Florestan era muy consciente de las diferencias históricas entre la sociedad rusa en la época de Lenin y la brasileña en la década de 70, pero el recurso comparativo le resultó fundamental para pensar las características estructurales y coyunturales del Estado burgués en el capitalismo dependiente. . Por eso su lectura de Lenin no puede ser tomada como una mera manifestación de una profesión de fe marxista, sino como un esfuerzo de análisis político de las correlaciones de fuerzas entre clases, fracciones de clase, grupos y otras categorías sociales que señalan las tendencias históricas en curso. . . Este análisis concreto de la situación concreta sería la pauta de Florestan para pensar los caminos de acción política de las fuerzas democráticas, a partir de situaciones de interés para las clases trabajadoras y las masas desposeídas.
¿Qué tiene que ver todo esto con la biblioteca de Florestan? Los procedimientos técnicos de lectura de textos, utilizados entonces de manera muy específica por nuestro “sociólogo-artesano”, dejaron constancia en múltiples y diversas formas de cursivas, subrayados de párrafos, exclamaciones, elipses, notas en los márgenes de las páginas, índices analíticos en el final de los libros preparados para sus fines de investigación y, por último, a menudo comentarios que resumen razonamientos para ser desarrollados posteriormente a través de notas o resúmenes en hojas de cuaderno. En cuanto a Lenin, tenemos un verdadero pacto que nos permite cotejar las marcas y registros de las lecturas de Florestan con su texto introductorio a la citada colección de escritos políticos del revolucionario ruso para la colección Grandes Cientistas Sociais de la editorial Ática. Además, en una de las copias de este volumen en su biblioteca, Florestan dejó nuevos registros de su relectura de la obra política de Lenin, que pueden compararse con su lectura anterior de los textos tomados de la traducción francesa. Así, en uno de los textos leninistas tomado por Florestan del volumen 9 de las obras completas en francés del marxista ruso, Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática, podemos conocer los pasajes que consideró fundamentales, todos ellos señalados con una F mayúscula al margen. No se seleccionó el texto completo, sino sólo la sección titulada “¿De dónde viene el peligro para el proletariado de tener las manos atadas en la lucha contra la burguesía temeraria?”. En la página 43 Florestan subraya como fundamental el pasaje “[…] toda la independencia de clase del partido del proletariado en el actual movimiento 'democrático general'”, escribiendo una F al lado y, en varios de sus escritos, como en que es revolucion, publicado en 1981 por la Editora Brasiliense, nuestro “artesano-sociólogo” habla constantemente de la necesaria autonomía de clase de las organizaciones políticas de las clases trabajadoras. Un poco más adelante, entre las páginas 44 y 45 del escrito de Lenin, Florestan subraya pasajes que señalan el insuficiente desarrollo del capitalismo en Rusia, presentando como corolario político que la revolución democrático-burguesa elevaría el nivel de las condiciones de lucha del proletariado. Tal vez uno pueda buscar en varias de las sugerencias de Lenin algunas de las fuentes teóricas más inmediatas de las posteriores elaboraciones de Florestan de las categorías de "revolución dentro del orden" y "revolución contra el orden", tal como se forjaron en el análisis concreto de la política brasileña y Suelos históricos latinoamericanos americanos. Estos pasos en la lectura leninista de Florestan Fernandes nos permiten identificar su método de trabajo y reconocer cómo transformó las ideas originales del revolucionario ruso, apropiándose teórica y políticamente de ellas a un nuevo nivel. Este análisis de las lecturas de Florestan sobre la obra de Lenin nos ha permitido identificar sus procedimientos específicos de apropiación y reinvención de conceptos y, por ello, quise señalar en términos generales los caminos que he ido siguiendo en la interpretación de su pensamiento a partir de investigaciones realizadas. en su biblioteca y archivo personal. Creo que tales procedimientos pueden extenderse útilmente en futuras investigaciones sobre otros aspectos de su vasta obra sociológica y política.
Creo que hay mucho por hacer en el estudio de la obra de Florestan Fernandes y nos correspondería a nosotros diseñar un plan de investigación colectivo - en el que se examinen los libros de su biblioteca y los archivos personales del Fondo Florestan Fernandes en detalle por especialistas en cada uno de los temas trabajados por nuestro “artesano-sociólogo” y que, al mismo tiempo, han leído con seriedad los aspectos de la producción intelectual de Florestan vinculados a sus respectivas especialidades – lo cual fue lo suficientemente consistente como para que aprovecháramos material de gran valor histórico para Brasil y América Latina que la UFSCar, como universidad pública y debido a la visión estratégica de largo plazo de sus directores en ese momento, se convirtió en guardián y viene preservando gracias al esfuerzo incansable de nuestros compañeros bibliotecarios. Este trabajo en equipo sería también una especie de recuperación del valor de la investigación colectiva en ciencias sociales, valor tan deseado y fomentado por Florestan Fernandes como práctica y estilo de vida en la generación de sociólogos brasileños que él ayudó a formar. ¡Muchas gracias!
*Diogo Valença de Azevedo Costa Profesor de la Universidad Federal de Recôncavo da Bahia (UFRB).
Texto elaborado a partir de una conferencia impartida en una mesa redonda de la VI Seminario sobre Políticas de Información y Memoria y Centenario de Florestan Fernandes, el 30 de octubre de 2020. Disponible en:https://m.youtube.com/watch?v=MTXitSaS2CQ>. Quisiera agradecer a Heloísa Fernandes Silveira por sus críticas y observaciones.
Referencias
FERNANDES, Florestán. Sociología en Brasil: contribución al estudio de su formación y desarrollo🇧🇷 Petrópolis: Voces, 1977.
FERNANDES, Florestán. La condición de sociólogo. San Pablo: Hucitec, 1978.
FERNANDES, Heloisa Rodrigues. Amor por los libros: los recuerdos de mi padre en su biblioteca. En: MARTINEZ, Paulo Henrique (org.). Florestan o el sentido de las cosas. São Paulo: Boitempo, 1998.
SOARES, Eliane Veras. Florestan Fernandes: el militante solitario. São Paulo: Cortez, 1997.
Entrevista de Vox Populi a Florestan Fernandes. Youtube, 1984. Disponible en:https://m.youtube.com/watch?v=0u_x-6m_mQI> Consultado el: 06 jun. de 2021
Nota
[1] El libro con las entrevistas, Florestan Fernandes: trayectoria, memorias y dilemas en Brasil, está en prensa y será publicado por Marxismo21. Además del conjunto de entrevistas concedidas por Florestan Fernandes a Eliane Veras Soares, el libro presenta ensayos sobre la obra de la socióloga paulista, escritos por el equipo de investigadores comprometidos con la organización y presentación de los testimonios, a saber: Eliane Veras Soares ( coordinador del proyecto), Diogo Valença, Ana Rodrigues Cavalcanti, Aristeu Portela, Lucas Trindade y Remo Mutzenberg.