por JULIÁN RODRIGUES*
Algunos intelectuales de izquierda, desde lo alto de sus torres de marfil, no presentan alternativas y no median, solo practican tiro al blanco contra el PT
Ciertos intelectuales de izquierda viven hoy una paradoja: pretenden parecer militantes, pero hacer análisis críticos y supuestamente objetivos del mayor partido de izquierda del país, en plena campaña electoral. Desde lo alto de sus torres de marfil, no presentan alternativas y no median. Practican tiro al blanco contra el PT: música para los oídos de los elianes cantanhedes y mervals de la vida.
Es el caso del artículo de Rudá Ricci publicado en la revista Fórum con el título “El PT envejeció” [https://revistaforum.com.br/colunistas/ruda-ricci/pt-envelheceu-por-ruda-ricci/ ]. Ricci es presidente del Instituto Cultiva (ONG de Minas Gerais), que trabaja “para mejorar la gestión pública y presenta una fórmula relativamente simple para construir un buen gobierno municipal, con dos componentes básicos: primero, escuchar y negociar con los ciudadanos, atender a sus demandas y, en segundo lugar, capacitar a los servidores públicos; La ONG de Ricci (especializada en cursos a distancia y gestión pública) también sugiere que “el alcalde puede crear la Escuela de Ciudadanía. En el que se forman profesores y se organizan cursos periódicos para concejales y líderes barriales”.[i]
Rudá, sociólogo, ex militante orgánico (y orgulloso, considerando su biografía en Wikipedia ) del PT, escribe tópicos como si nos estuviera presentando el descubrimiento de la pólvora. Quien lo lea no se informa que desde hace casi tres décadas estudiosos, tendencias internas, dirigentes señalan y critican los cambios estratégicos, tácticos y organizativos que se han dado en el Partido.
Ciertamente Ricci no ignora el rico debate que se da en el seno del PT, en cada Congreso, en cada proceso electoral interno. Si es un estudiante serio del PT o un militante del partido, el autor no ignora la compleja y permanente disputa interna, ni toda la rica elaboración que siempre han construido las corrientes de la llamada izquierda del PT. Por cierto, incluso entre la mayoría de la dirección moderada, hay contradicciones y matices, mucho más ricos que la caricatura dibujada por Rudá.
Lo siento, pero no se puede tomar en serio un artículo que trae afirmaciones como: “la base se volvió menos exigente y más idólatra. De ser objeto de la construcción del PT pasó a ser objeto de manipulación del mercado”.
Pregunto: ¿es este el resultado de una investigación etnográfica o sociológica? ¿Es la observación empírica del autor? ¿Es parte de las reflexiones de alguien que es militante de izquierda, trabaja en los territorios y conoce a la gente organizada en las bases del PT? ¿O es pura patada presidencial de un presidente de una ONG especializada en impartir cursos de gestión pública?
Mire: es un hecho que el PT vive dilemas, tiene un déficit de elaboración programática, adolece de no haber formado nuevos cuadros, tiene direcciones que se quedan cortas ante el desafío de liderar la oposición al neofascismo bolsonarista. Pero, todo esto es conocido. Y estos son temas que se debaten intensamente dentro del Partido.
Hay una falta de dialéctica, una falta de mediación, una falta de conocimiento de los hechos en el artículo de Ricci. El autor, por cierto, es simpatizante del PSOL en São Paulo y hace campaña para que el PT retire la candidatura de Jilmar. Nada es gratis en esta tierra redonda, ¿verdad?
Lo que más llama la atención es que Rudá se olvida un poco de la lucha de clases en general. Ignora solemnemente las operaciones de las clases dominantes, del imperialismo contra los gobiernos de Lula/Dilma y contra el PT. Véase esta joya, cuando habla del grupo dirigente actual y destaca la “diferencia con el perfil de líderes históricos como José Dirceu o Genoíno”
Ahora bien, la deconstrucción del núcleo dirigente histórico del PT fue un movimiento fundamental en el período anterior al golpe. ¿O no? ¿Dirceu y Genoino renunciaron a la dirección del PT o fueron detenidos en el marco del aparato estatal proimperialista?
Ricci descalifica la reacción de los PT, que atribuyen todos los problemas como “resultado de una campaña para destruir la imagen del partido”. Qué demonios. ¿No existe tal campaña? ¿No hubo golpe de Estado en 2016? ¿Acaso Lula no fue arrestado e interdicto? ¿Quién está bajo ataque no debe defenderse?
Y se pone peor. De simplificador, el autor pasa a ser un mistificador barato. “Como un camaleón, de partido rebelde pasó a ser partido del Orden”. Que partido del “orden” es este, estigmatizado y perseguido?? ¿La ONG ya advirtió a la burguesía, Trump, los milicianos y Globo que el PT es un partido del orden? ¿Que se equivocan todos al borrar a Lula de la vida nacional? ¿Que es mejor volver a meter a Lula y sacar a Bolsonaro?
Por supuesto, este tipo de artículo superficial, con el que el PT engrana, tiene éxito. Entre gente buena y bien intencionada, pero también entre izquierdistas y resentidos. Genera clics. Pero, contrario a lo que parece pensar Rudá, la caída del PT no favorecerá a nadie, excepto a la derecha. Construir otro Partido de Izquierda de masas no es algo trivial, dada la realidad. No hay garantía de que otra fuerza de izquierda tome el lugar del PT, en caso de que realmente pierda relevancia.
Vamos a debatir seriamente los límites del PT. Preferentemente fuera del periodo electoral.
Por cierto, el artículo del sociólogo también ignora la fuerza del lulismo. Su conclusión (después de llamar al PT un “partido cártel”), “concede” que el PT es un partido nacional que tiene entre el 20 y el 30% de los votos. ¡¡Pero, como nosotros, nuestro partido no “genera pasiones”!! ¿En serio, hermano? ¿Es lo mejor que tienes para presentar como resumen?
Termino reproduciendo un extracto de la tesis que sostuve (desde la Resistencia Socialista), en el último Congreso del PT:
“El momento exige la sustitución del PT como partido radical para poder derrotar el proyecto neofascista, retomando el trabajo de base, adaptándose a las características de la sociedad actual y a los cambios que se han dado en el mundo del trabajo . 29. Para que seamos un Partido capaz de resistir y organizar la oposición al bolsonarismo, debemos ser masa, pero masa militante. Rotar nuestras acciones para volver a tener organización desde la base (en los territorios, pero también entre la juventud, en el activismo feminista y antirracista, en las universidades). Necesitamos retomar como prioridad la formación política intensiva, con vistas a la constitución de cuadros militantes. Rescatar el papel de los núcleos, con algún poder deliberativo, fortaleciendo nuestra organización territorial. Tenemos el desafío de construir direcciones colectivas, constituidas de manera plural y diversa, en la práctica, compuestas por personal dedicado, preparado y dinámico. El relevo generacional y el reencuentro con la juventud es una condición urgente sin la cual pereceremos, la participación de negros y negras, indígenas, mujeres”.[ii]
* Julián Rodríguezs, profesor y periodista, maestro en ciencias humanas y sociales, activista LGBTI y de derechos humanos, es militante del PT-SP.
Publicado originalmente en revista Foro.
Notas
[i]https://recontaai.com.br/atualiza-ai/eleicoes-2020-a-simples-e-dificil-formula-para-se-governar-qualificacao-e-fundamental-para-prefeitos-e-assessores/
[ii]https://pt.org.br/wp-content/uploads/2019/08/tese-nacional-da-resistencia-socialista-2ago2019-convertido.pdf