por AMADOR RIBEIRO NETO*
Comentario a la novela de Julio Ambrozio
Un anciano de 60 años, obsesionado con el cine donjuanesco, marcado por una profunda soledad que se extiende por las calles, bares y madrugadas de una ciudad del interior. ¿Eso es romance? En las ágiles manos del cineasta y geógrafo Júlio Ambrozio, sí. Y los buenos. la prueba está en En lo sereno del mundo, su primera novela.
En su novela, la vida se toma en pedazos, en imágenes desconcertantes. Casi nada está claro. El contorno de los personajes, sus sentimientos, sueños y acciones están envueltos por una densa niebla que dificulta la visibilidad del lector. La lluvia constante enmarca la angustia de João, Beth, Leda, Acacio, etc. La noche (lo indica el título de la novela) es la madre más fiel en este lugar de desamparo.
El espacio de la novela se restringe a calles que conducen a los mismos bares, a la casa de João José (el anciano) ya la cinemateca. El tiempo se contorsiona entre ocho días, yendo de un viernes al otro, casi cíclicamente. Rara vez un juego de palabras, una exitosa noche de amor, un sueño placentero imponen un poco de luz y ligereza en este escenario. negro (La comida y la bebida, el arte y las mujeres, las mejores cosas de la vida para João, aparecen más como un deseo que, propiamente hablando, como una realización).
Con algunas fallas estructurales fácilmente subsanables en futuras obras (esperamos tales obras), como la irregularidad en la construcción de los capítulos, a veces con sobrecarga de detalles, pero con evidente fluidez narrativa en la mayor parte de la novela, Júlio Ambrozio construye un libro en primera persona, asumiendo la personalidad “macunaímico-depresiva” de un apasionado anciano-libertario. Y loca. “La errancia de la vida es dolorosa. Y fascinante”, dice el anciano.
Con todos los sentidos de la pasión y un ojo atento, Ambrozio arma un vigoroso panel de las dificultades de todo creador, de toda persona inteligente y sensible, en el Brasil de hoy y, por extensión, en el Tercer Mundo. Los que se levantan contra la mismidad cotidiana, pero ven consolidarse la estupidez de platino, tienen, en En lo sereno del mundo, cama elástica nueva.
Entre citas de Bressane, Fellini, Glauber, Wim Wenders, Macalé, Itamar Assumpção, Gil – entre otros –, Júlio Ambrozio proyecta su novela como una película en palabras. Sombrío como París, Texas. enigmático como Explotar. Gingado como Benedito João dos Santos Silva Beleleu.
Un libro de un viejo soltero sin hijos dando "un plátano entero a la muerte". Un Machadian Brás Cubas de los años 1980. Más amargo. No menos actual.
*Amador Ribeiro Neto es profesor, crítico literario y poeta.
Publicado originalmente en extinto Periódico, Cuaderno de sábado, el 24 de septiembre de 1988.
referencia
Julio Ambrozio. En lo sereno del mundo. Petrópolis, Editorial Pirilampo, 1988.