por SCARLETT MARTON*
Extracto del libro recién publicado
Nietzsche y sus provocaciones
Conocido sobre todo por filosofar a martillazos, desafiar normas y destruir ídolos, este pensador, uno de los más controvertidos de nuestro tiempo, dejó una obra controvertida que permanece en el centro del debate filosófico.
Pero Nietzsche no se dirige sólo a los académicos y estudiosos de la filosofía. Viene a cuestionar nuestra forma de pensar, actuar y sentir. Desestabiliza nuestra lógica, nuestra forma habitual de pensar, cuando intenta implosionar los dualismos, haciéndonos ver que, contrariamente a lo que pensamos, la verdad no es necesariamente lo opuesto al error.
Desafía nuestra forma habitual de actuar, cuando critica duramente los valores que aún prevalecen entre nosotros, mostrando que, contrariamente a lo que suponemos, el bien no siempre contribuye a la prosperidad de la humanidad y el mal, a su degeneración. Provoca nuestro modo habitual de sentir, cuando ataca decididamente a la religión cristiana y a la moral del resentimiento, dejando claro que, contrariamente a lo que creemos, nosotros, los seres humanos, no tenemos nada divino.
Nietzsche, filósofo de la sospecha, invita al lector a cuestionarse continuamente sus prejuicios, creencias y convicciones. No es casualidad que su trabajo sea desacreditado, distorsionado o tergiversado, debido a ingenuidad o mala fe.
Ningún otro pensador ha suscitado, tanto con su vida como con sus ideas, tanto interés y curiosidad. En primer lugar, Nietzsche no quería confundirse. Para su sorpresa y horror, tanto antisemitas como anarquistas afirmaron ser sus seguidores. A lo largo de las décadas, será evocado por socialistas, nazis y fascistas, cristianos, judíos y ateos. Pensadores y escritores, periodistas y políticos tendrán en él un punto de referencia, atacando o defendiendo sus ideas, reivindicando o exorcizando sus pensamientos. Desde esta perspectiva, quien creía entenderlo se equivocaba con él; Quienes no lo entendieron pensaron que estaba mal.
Con el paso de los años, comenzaron a surgir las más diversas interpretaciones de la filosofía de Nietzsche. Y quienes estudiaron sus escritos nunca dejaron de estar en desacuerdo. Algunos lo consideraron el precursor del nazismo y otros, un pensador de lo más revolucionario. Algunos lo veían como un defensor del ateísmo y otros como un cristiano resentido. Hay quienes lo consideraban el crítico de la ideología, en el sentido marxista de la palabra, y quienes lo veían como el inspirador del psicoanálisis. Hay quienes lo tomaron como heraldo del irracionalismo y quienes lo percibieron como el fundador de una nueva secta, el gurú de los tiempos modernos.
Y las interpretaciones de sus ideas se multiplicaron. Algunos han intentado clarificar los textos desde un enfoque psicológico. Entendían las posibles contradicciones presentes en ellos como manifestación de conflictos personales; percibían sus ideas como una “biografía involuntaria de su alma”; Entendían, en particular, su concepción del más allá del hombre como resultado de una “filosofía del temperamento”.
Otros, apoyándose en el psicoanálisis, diagnosticaron su pensamiento como expresión de una personalidad neurótica. Consideraban la concepción de la voluntad de poder como una traducción filosófica del juego de sus mecanismos inconscientes; relacionaban este mismo concepto con su sentimiento de inferioridad; tomaron las tesis de la muerte de Dios y el surgimiento del más allá del hombre como punto de llegada de un proceso que se remontaba a los orígenes de la conciencia moderna.
Sus escritos tuvieron repercusión en los más diversos ámbitos: en la literatura, en las artes, en el psicoanálisis, en la política, en la filosofía. Sus textos causaron impacto no sólo en Alemania o incluso en Europa; Marcaron las experiencias de sucesivas generaciones del mundo occidental.
Nietzsche, filósofo de la sospecha Invita al lector a cuestionarse sin cesar. ¿Y por qué no tomar en serio la invitación que nos hace y poner bajo sospecha las creencias, convicciones y prejuicios que tenemos sobre él? Ese es precisamente el propósito de este libro.
¿Escritor entre muchos?
En un intento de descalificar su reflexión, durante mucho tiempo consideraron a Nietzsche un escritor, un poeta o, como mucho, un poeta-filósofo. En septiembre de 1888 empezó a ser reconocido. Unos meses antes de sufrir su colapso psíquico en Turín, Georg Brandes le informó del éxito de las conferencias sobre su filosofía en la Universidad de Copenhague; August Strindberg compartió la emoción que le provoca la virulencia de sus palabras y la valentía de sus ideas. Desde San Petersburgo y Nueva York le llegaron las primeras cartas de admiradores. Con el fin de su vida intelectual llegó la fama. Así pues, fue sobre todo su biografía y su estilo lo que despertó el interés.
A principios del siglo XX, la influencia del filósofo se ejerció mucho más en la literatura que en cualquier otro campo. No sólo se inspiraron en él autores naturalistas y expresionistas alemanes menos conocidos, sino también escritores de renombre: Stefan George, Thomas Mann y, más tarde, Robert Musil y Hermann Hesse. Muchos supusieron que Nietzsche no había creado un programa, sino una atmósfera: lo importante era respirar el aire de sus escritos.
Fascinados por su lengua, redescubrieron en él el sonido puro y cristalino de las palabras, la correspondencia exacta entre matices de sonidos y significados, la nueva perfección de la lengua alemana. Lo veían, sobre todo, como un buen estilista, dejando de lado la confrontación con sus pensamientos.
Es un hecho que sus metáforas, parábolas y aforismos ejercieron tal atracción que dificultaba el contacto con sus ideas. También es un hecho que, en las últimas décadas, han aparecido estudios relevantes sobre su estilo.[ 1 ] Pero, a partir de entonces, empezaron a proliferar textos estilísticos de distinta índole; A menudo abandonan casi por completo el examen de las ideas del filósofo. Algunos se limitan a analizar figuras literarias presentes en sus escritos; otros se limitan a compararlos con los de diferentes escritores.
¿Qué podemos esperar hoy de un estudio que aborda el estilo de Nietzsche? En mi opinión, lo que queda por hacer es explorar el vínculo indisoluble entre el contenido filosófico y las formas estilísticas presentes en sus libros.
*Scarlett Marton Es profesora titular jubilada del departamento de filosofía de la USP. Autor, entre otros libros, de Nietzsche, de las fuerzas cósmicas a los valores humanos (Editorial UFMG).
referencia
Scarlett Marton. Nietzsche, filósofo de la sospecha. Belo Horizonte, Editora Autêntica, Coleção Ensaios, 2024, 142 páginas. [https://amzn.to/3VFX2o0]

Nota
[1] Basta recordar la obra de Alexander Nehamas titulada Nietzsche, la vida como literatura (Harvard: Harvard University Press, 1985); en francés, Nietzsche, la vida con la literatura (Trad. Véronique Béghain. París: PUF, 1994); en español, Nietzsche, la vida como literatura (Trad. Ramón García Rodríguez. México: Editorial Turner, 2002).
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