Neofascismo contemporáneo

Imagen: Ferrán Pérez
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por FERNANDO NOGUEIRA DE COSTA*

El neofascismo está más velado en sus expresiones de racismo y autoritarismo, y utiliza las redes sociales para difundir sus mensajes y conectar a sus seguidores a nivel mundial.

1.

El fascismo italiano y el nazismo alemán surgieron y se consolidaron en repúblicas democráticas, aprovechando contextos de graves crisis económicas, sociales y políticas. Estas crisis crearon un entorno propicio para que los movimientos autoritarios obtuvieran apoyo electoral y tomaran el poder. Luego destruyeron la democracia.

Vale la pena recordar, brevemente, los factores específicos del éxito electoral y posterior consolidación del poder por parte del fascismo en Italia y del nazismo en Alemania. El neofascismo amenaza en varios Estados contemporáneos, donde la extrema derecha se ha organizado a través de redes sociales, religiosas y policiales-militares, incluido Brasil: debemos aprender de la lamentable historia.

Italia, a pesar de estar en el bando victorioso de la Primera Guerra Mundial, sufrió grandes pérdidas humanas y materiales. El país se sintió traicionado por el Tratado de Versalles, porque no cumplía plenamente sus aspiraciones territoriales.

La economía italiana estaba en ruinas, con alta inflación, desempleo masivo y malestar social, incluidas huelgas y ocupaciones de fábricas por parte de los trabajadores. El sistema político italiano era frágil, con una serie de gobiernos de coalición que surgían y colapsaban rápidamente. La incapacidad de los gobiernos democráticos para abordar los problemas económicos y sociales ha aumentado el descontento popular.

Benito Mussolini y su Partido Nacional Fascista utilizaron tácticas de intimidación y violencia paramilitar (a través de las “camisas negras”) para crear un clima de miedo y desorden. En octubre de 1922, Benito Mussolini organizó la Marcha sobre Roma, una demostración de fuerza para presionar al rey Víctor Manuel III para que lo nombrara primer ministro.

Una vez en el poder, Benito Mussolini rápidamente tomó medidas para consolidar su control. Obtuvo poderes de emergencia, suprimiendo la oposición y transformando Italia en un estado de partido único. La propaganda fascista y la represión violenta de los oponentes políticos aseguraron que Mussolini permaneciera en el poder hasta la Segunda Guerra Mundial.

Alemania, derrotada en la Primera Guerra Mundial, fue severamente castigada por el Tratado de Versalles, lo que resultó en pérdidas territoriales, desmilitarización y cuantiosas reparaciones de guerra. Esto generó un profundo resentimiento entre la población alemana.

La humillación nacional y la percepción de traición (“la leyenda de la puñalada por la espalda”) fueron explotadas por grupos nacionalistas en un entorno económico propicio para el levantamiento. La hiperinflación de principios de la década de 1920 y la Gran Depresión de 1929 devastaron la economía alemana, provocando desempleo masivo, pobreza y desesperación generalizada.

La incapacidad de la República de Weimar para afrontar eficazmente la crisis económica y la inestabilidad política provocó una pérdida de confianza en las instituciones democráticas. Se temía una rebelión masiva, dada la revuelta popular.

El Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP), dirigido por Adolf Hitler, aprovechó el descontento popular con promesas de restauración de la grandeza alemana, derogación del Tratado de Versalles y recuperación económica.

En las elecciones celebradas en 1932, el NSDAP se convirtió en el partido más grande del país. Reichstag, pero no obtuvo la mayoría absoluta. En enero de 1933, tras una serie de maniobras políticas y presiones de las elites conservadoras, Adolf Hitler fue nombrado canciller por el presidente Paul von Hindenburg.

Después del incendio de ReichstagEn febrero de 1933, Hitler utilizó el evento como pretexto para suspender las libertades civiles y arrestar a opositores políticos. La Ley de Plenos Poderes, aprobada en marzo de 1933, permitió a Hitler gobernar por decreto, estableciendo efectivamente una dictadura.

La violenta represión de los opositores, la creación de un estado policial y una intensa propaganda consolidaron el control nazi sobre Alemania.

Tanto el fascismo italiano como el nazismo alemán surgieron en contextos de crisis extrema, donde las instituciones democráticas eran vistas como incapaces de resolver los problemas de la sociedad. En ambos casos, los líderes carismáticos utilizaron tácticas de intimidación, violencia y propaganda para ganarse el apoyo popular.

Sin embargo, una vez en el poder, rápidamente desmantelaron las estructuras democráticas para establecer regímenes autoritarios. La combinación de desesperación económica, inestabilidad política y resentimiento nacional creó las condiciones para el surgimiento de estos movimientos autoritarios.

2.

El nazifascismo y el neofascismo contemporáneo comparten algunas similitudes ideológicas y tácticas, pero también presentan diferencias significativas, debido a cambios en los contextos históricos, sociales y políticos. A continuación presento un análisis esquemático de las similitudes y diferencias entre estos movimientos.

(i) Nacionalismo extremo: ambos movimientos enfatizan un fuerte nacionalismo, a menudo acompañado de un sentimiento de superioridad nacional y xenofobia. (ii) Autoritarismo: tanto el nazifascismo como el neofascismo abogan por un gobierno autoritario, rechazando el liberalismo, la democracia representativa y las libertades civiles. (iii) Culto a la personalidad: ambos movimientos promueven líderes carismáticos vistos como “salvadores del país”, que necesitan un poder casi absoluto para lograr sus visiones.

(iv) Uso de violencia e intimidación: la violencia y la intimidación contra opositores políticos, minorías y otras comunidades marginadas son comunes en ambos movimientos con el uso de grupos paramilitares y milicias para estos fines. (v) Propaganda y control de los medios: en el uso de la propaganda para manipular la opinión pública y controlar la narrativa política, los medios son atacados y desacreditados.

Pero hay diferencias entre el nazifascismo y el neofascismo contemporáneo: (a) Contexto histórico: el nazifascismo surgió en Europa en el período entre las dos guerras mundiales, en un contexto de crisis económica, inestabilidad política y resentimiento posterior a la Primera Guerra Mundial; El neofascismo surgió después de la Segunda Guerra Mundial y, especialmente en los últimos años, en respuesta a las crisis económicas, la globalización, la inmigración masiva y los rápidos cambios sociales.

(b) Enfoque ideológico: el nazismo, en particular, se centró en el racismo biológico y el antisemitismo extremo, promoviendo la idea de una “raza aria superior”, pero el fascismo italiano también fue nacionalista e imperialista, aunque con menos énfasis racial en el rostro del nazismo; El neofascismo contemporáneo, todavía xenófobo, expresa su islamofobia y racismo, en oposición a la inmigración y al nacionalismo cultural, además de utilizar la retórica de la “defensa de la civilización occidental” contra el multiculturalismo.

c) Estrategias y tácticas: el fascismo nazi tomó el poder mediante golpes de Estado o manipulación de sistemas democráticos y rápidamente estableció regímenes totalitarios con control total sobre el Estado; El neofascismo utiliza más tácticas de infiltración dentro de los sistemas democráticos existentes, intentando influir en las políticas a través de partidos políticos, movimientos sociales y medios de comunicación, siendo más adaptable a las leyes democráticas al operar dentro de los límites de la legalidad para evitar la represión hasta que llegue al poder. él cambia su comportamiento.

d) Tecnología y comunicación: el fascismo nazi utilizó los medios de comunicación disponibles en ese momento, como la radio, el cine y la prensa; El neofascismo explota Internet y las redes sociales para difundir su ideología, reclutar miembros y organizar acciones, volviéndose mucho más eficaz en términos de alcance y rápida movilización.

Por lo tanto, el nazifascismo, incluido tanto el fascismo italiano de Benito Mussolini como el nazismo alemán de Adolf Hitler, y el neofascismo contemporáneo comparten algunas similitudes ideológicas y estilísticas. Pero también presentan diferencias significativas debido a cambios históricos, sociales y políticos.

3.

El neofascismo mantiene un fuerte nacionalismo centrado en la identidad nacional y en oposición a la inmigración y la globalización. Su xenofobia y racismo aparecen de forma más velada.

Promueve ideas autoritarias como la centralización del poder, la restricción de las libertades civiles y el énfasis en la ley y el orden. De manera anacrónica, expresa su ideología de extrema derecha oponiéndose a la izquierda como si todavía fuera partidaria del comunismo (o del socialismo real), utilizando la retórica de la obsoleta Guerra Fría para movilizar apoyo.

El neofascismo continúa adoptando estrategias populistas, presentándose como “la voz del pueblo común” contra las élites corruptas. Defiende armamentos y políticas demagógicas, en supuesto beneficio de su base de apoyo, que son insostenibles a largo plazo.

Las mayores diferencias entre el nazifascismo y el neofascismo se refieren a los diferentes contextos históricos y sociales. El neofascismo surge en un contexto de globalización, crisis económicas contemporáneas, inmigración masiva y el auge de las redes sociales. Las amenazas percibidas y las cuestiones centrales son diferentes de las del período de entreguerras.

Aunque incluye elementos de racismo y xenofobia, intenta evitar la retórica explícitamente racista y antisemita del nazismo porque se considera un crimen en países conscientes de su maldad. En cambio, se centra en una retórica antiinmigración e islamófoba disfrazada de preocupaciones culturales y de seguridad.

Como estrategias de comunicación, el fascismo nazi utilizó propaganda estatal centralizada, radio, periódicos y eventos públicos para movilizar apoyo. El neofascismo utiliza ampliamente las redes sociales e Internet para difundir sus ideas, movilizar seguidores y organizar eventos. La descentralización y la naturaleza viral de las redes sociales permiten una difusión más rápida y amplia de las ideas neofascistas.

Está organizado de una manera menos jerárquica y más descentralizada, en comparación con las milicias paramilitares como las SA y las SS en la Alemania nazi. Surge de grupos informales, movimientos en línea y partidos políticos que niegan ser fascistas, aunque adoptan una ideología de extrema derecha.

Aunque se presenta como un nacionalista, conecta internacionalmente con esta extrema derecha a través de redes online. Comparte sus tácticas y retórica, pero sin las mismas ambiciones imperialistas explícitas que el fascismo nazi.

Aunque el neofascismo contemporáneo comparte varias características ideológicas y tácticas con el nazifascismo histórico, opera en un contexto significativamente diferente. Por ello, adaptó sus estrategias comunicativas, organizativas y retóricas para ajustarse a las realidades políticas y sociales del siglo XXI.

El neofascismo tiende a ser más velado en sus expresiones de racismo y autoritarismo, utilizando las redes sociales para difundir sus mensajes y conectar a sus seguidores a nivel mundial. La evolución de los medios de comunicación y las condiciones socioeconómicas cambiantes han dado forma a la forma en que se promueven y perciben estas ideologías en la actualidad.

*Fernando Nogueira da Costa Es profesor titular del Instituto de Economía de la Unicamp. Autor, entre otros libros, de Brasil de los bancos (EDUSP). Elhttps://amzn.to/3r9xVNh]


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