por JEANNE MARIE GAGNEBIN; MARIA RITA KEHL; ERNANI CHAVES & PETER PAL PELBART*
En relación con el golpe de 1964 y la dictadura militar, ni la celebración ni el desprecio son apropiados.
Según una investigación de Datafolha publicada el 31 de marzo en el periódico Folha de S. Pablo, la fecha del golpe de 1964 debería ser despreciada y no celebrada por la mayoría de la población brasileña. Si me hubieran sondeado, no sé cómo habría respondido, aun sabiendo lo que pienso.
Ahora, en relación con el golpe de 1964 y la dictadura militar, no hay necesidad de celebración ni desprecio. Despreciar indica descuidar, menospreciar, desechar; conmemoración, celebración y homenaje. Celebrar es positivo: se celebra la Pascua, se celebra la Resurrección de Cristo, el comienzo de una nueva vida para los cristianos.
El desprecio tiende a lo negativo: hago caso omiso de los consejos de mi vecino y me quedo atrapado en un atasco. Cuando alguien responde que se debe ignorar el 60 aniversario del golpe, ¿es porque lo encuentra vergonzoso, despreciable o simplemente sin importancia y no digno de mención? Y cuando responde que celebra, ¿es porque le ilusionó el golpe o porque así lo cree, hay que recordarlo y criticarlo?
En relación al golpe y la dictadura, sólo cabe preguntarse si vale la pena recordarlo u olvidarlo. Recordar tampoco significa “recordar el pasado” como si ese pasado fuera un montón de baratijas que ya no sirven. Olvidar tampoco es “avanzar”, como si un futuro nuevo y limpio pudiera nacer simplemente del presente, en una dinámica natural.
Como señalan Jurema Werneck y Rogério Sottilli (p. 3 del Folha de S. Pablo del 31 de marzo), el verdadero recuerdo no es ni revanchismo ni inmovilidad nostálgica. Consiste mucho más en un trabajo de elaboración cuidadoso y crítico (término de Freud) que nos permite rastrear acontecimientos pasados (a menudo camuflados o enterrados) para señalar mejor sus huellas que persisten en el presente. Marcas de resistencia y coraje, pero también de violencia. Recordar podría significar también denunciar y castigar los crímenes de la dictadura, como ocurrió y sigue sucediendo en la vecina Argentina...
Signos muy fuertes de esta persistencia: el golpe del 8 de enero de 2022, sin duda, pero también la impunidad de la represión asesina contra la población. Hoy es más claro sobre los jóvenes negros o los defensores de los pueblos indígenas y la Amazonía que sobre los estudiantes, profesores y periodistas de izquierda, como fue más visible durante la dictadura. Pero la violencia, la tortura y la muerte continúan y proyectan su sombra sobre el futuro.
Necesitamos recrear la Comisión Especial sobre Muertos y Desaparecidos; y saber quién realmente ordenó matar a Marielle Franco hace seis años; y que acaba de matar, el 27 de marzo, a Edneia Fernandes, la última de una larga lista de muertos en Santos, cuyas vidas y nombres no se pueden borrar.
*Jeanne Marie Gagnebin Es profesora de filosofía en la PUC-SP y en la Unicamp. Autor, entre otros libros, de Historia y narración en Walter Benjamin (Perspectiva). [https://amzn.to/4aHAfMz]
*María Rita Kehl Es psicoanalista, periodista y escritor. Autor, entre otros libros, de Desplazamientos de lo femenino: la mujer freudiana en el paso a la modernidad (boitempo). Elhttps://amzn.to/43PzXBm]
*Ernani Chaves Es profesor de la Facultad de Filosofía de la UFPA. Autor, entre otros libros, de En el umbral de la modernidad (Pakatatu). [https://amzn.to/3TExJzW]
*Peter Pal Pelbart Es profesor de filosofía en la PUC-SP. Autor, entre otros libros, de El reverso del nihilismo: cartografías del agotamiento (Ediciones N-1). Elhttps://amzn.to/406v2tU]
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