Naturaleza y trabajo

Imagen: Kagan Bastimar
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por GIOVANNI ALVÉS*

Notas sobre una dialéctica oculta

Entre el 22 y el 27 de mayo de 1875, las dos corrientes del movimiento obrero alemán: el Partido Obrero Socialdemócrata, liderado por August Bebel y Wilhelm Liebknecht, y la Unión General de Trabajadores Alemanes, liderada por Hasenclever, Hasselmann y Tolcke, celebraron su unificación en una conferencia en la pequeña ciudad alemana de Gotha. Los dos partidos querían unirse para enfrentarse al poderoso canciller alemán Otto von Bismarck.

El Congreso de Gotha puso fin a la división en las filas de la clase trabajadora del país. El proyecto de programa del partido unificado fue objeto de duras críticas por parte de Karl Marx, quien escribió a principios de mayo de 1875: Glosas marginales al programa del Partido de los Trabajadores Alemanes. Lo que nos interesa, en primer lugar, es la crítica de Marx a la frase inicial del Programa del nuevo Partido de los Trabajadores Alemanes. La frase es la siguiente: “El trabajo es la fuente de toda riqueza y de toda cultura”.

Marx cuestiona categóricamente esta proclamación diciendo: “El trabajo no es la fuente de toda riqueza. La naturaleza es a la vez fuente de valores de uso (y es en ellos donde, sin embargo, consiste la riqueza material [factual]!) como el trabajo, que en sí mismo no es más que la exteriorización de una fuerza de la naturaleza, la fuerza de trabajo humana”.

Marx es incisivo: el trabajo no es la fuente de toda riqueza. Incluso puede aceptar esta frase “siempre que implique que el trabajo se realiza con los objetos y medios que le pertenecen”.

De hecho, Marx vincula la categoría de trabajo a la cuestión del control social y la propiedad de los medios de producción. La frase es correcta siempre que el trabajo se realice en una sociedad socialista en la que los objetos y medios pertenecen a los productores asociados: “Esa frase se encuentra en todos los manuales infantiles y es correcta si se entiende que el trabajo se realiza con los objetos y medios pertinentes”.

Discutir el trabajo sin criticar al capital es rendirse a la ideología burguesa. El capital aleja el trabajo de la naturaleza. Alejado de la Naturaleza, el trabajo no puede ser la fuente de toda riqueza y de toda cultura. En primer lugar, el trabajo necesita emanciparse del capital.

Pero veamos la frase en el original alemán: “Die Arbeit ist die Quelle alles Reichtums und aller Kultur”. La palabra alemana “fuente”significa “fuente” o “fuente” en portugués. Su origen etimológico proviene del protogermánico “kwellaz“, que significa “brotar, fluir”. Así, "fuente” es un término común en el idioma alemán para referirse a una fuente natural de agua que brota del suelo.[i]

Por tanto, “el trabajo es la fuente de toda riqueza y de toda cultura” –inmediatamente– parece correcto, pero no lo es. La incorrección de la frase no es sólo política, sino semántica. La frase induce a una confusión semántica entre “fuente” y “mediación”. La frase correcta sería: “Es a través del trabajo como se produce toda riqueza y cultura”. El trabajo –por tanto– no es la “fuente”, sino la “actividad mediadora” de la producción social. En este caso, utilizar “trabajo” como “uso de la fuerza de trabajo” o incluso “actividad orientada a un fin”, o incluso, el trabajo como “creador de valores de uso, como trabajo útil, […]una condición de existencia del hombre, independiente de todas las formas sociales, eterna necesidad natural de mediar en el metabolismo entre el hombre y la naturaleza y, por tanto, la vida humana” (Ibidem.p.120).

Es cierto que la frase se encuentra –como dice Marx– “en todos los manuales infantiles” del movimiento obrero. Es decir, tal frase se encuentra en los inicios – primeros pasos – del movimiento obrero (lo que explica el significado de “infantil”. Por ejemplo, aquí está la frase inicial de los Principios Fundamentales de una proclamación de los tejedores de Pipponden). asociación cooperativa (Inglaterra) en 1832, reportado por EP Thompson (1987: 396-397): “Primero. Que el trabajo es la fuente de toda riqueza: por lo tanto, las clases trabajadoras crearon toda la riqueza aunque sean productoras de riqueza, en lugar de serlo. los más ricos, son los más pobres de la comunidad: por lo tanto, no pueden estar recibiendo una recompensa justa por su trabajo”.

Crítica a la fraseología burguesa

Marx fundamenta su crítica en los siguientes términos: “El trabajo no es la fuente de toda riqueza. La naturaleza [morir naturaleza] es la fuente de los valores de uso (¡y es en tales valores donde consiste propiamente la riqueza material!), tanto como lo es el trabajo, que no es más que la exteriorización de una fuerza natural, de la fuerza de trabajo humana” (Marx , 2012: 23).

Riqueza material [factual] son ​​los valores de uso, producto (o no) del trabajo humano[ii]. Pero la naturaleza es la fuente de riqueza material [factual] y el trabajo que los produjo. De hecho, el trabajo es la “externalización de una fuerza de la naturaleza” [die Äußerung einer Naturkraft], la fuerza laboral humana.

Distinguimos en otros lugares, naturaleza producida [valores de uso] y naturaleza constituida [trabajo vivo o fuerza de trabajo], siendo esto lo que Marx destacó anteriormente cuando se refiere a la riqueza material y al trabajo (la exteriorización de una fuerza de la Naturaleza), respectivamente. Pero la crítica de Marx al Programa de Gotha no es una crítica académica, sino más bien una crítica política. Marx exige rigor científico en las formulaciones programáticas del partido revolucionario, so pena de rendirse a la fraseología burguesa[iii]: “Pero un programa socialista no puede permitir que una fraseología tan burguesa silencie [verschweigen] las condiciones que por sí solas dan algún significado a estas fraseologías. Sólo porque desde el principio el hombre se relaciona con la naturaleza [Natur] como propietaria, fuente primera de todos los medios y objetos de trabajo, sólo porque la trata como algo que le pertenece, su trabajo se convierte en fuente de todos los valores de uso, por lo tanto , de toda riqueza” (Marx, 2012: 23-24).

La naturaleza, primera fuente de todos los medios y objetos de trabajo, concierne a las condiciones objetivas y subjetivas del trabajo [naturaleza producida y naturaleza constituida]. Es la relación entre los seres humanos y la Naturaleza –ya sea que la posean o la controlen o no– la que efectivamente da significado a la actividad laboral. Cuando insertamos la categoría de fuerza laboral (“la externalización de una fuerza de la naturaleza”) en esta ecuación, entendemos por qué una Naturaleza alienada vuelve extrañas a las personas.Entfremden][iv] el significado del trabajo en la medida en que él –el trabajador– es parte de él. Por lo tanto, la verdadera crítica del capital es la crítica de la Naturaleza alienada –incluido el trabajo humano mismo como fuerza natural. La verdadera emancipación del trabajo es la emancipación de la naturaleza –y viceversa.

Por qué considerar el trabajo como la fuente de toda riqueza es una fraseología burguesa [hamburguesas Redensarten]? Marx dice: “Los burgueses tienen excelentes razones para atribuir al trabajo esta fuerza sobrenatural de creación (übernatürliche Schöpfungskraft]; porque precisamente del condicionamiento natural del trabajo se sigue que el hombre que no tiene más propiedad que su fuerza de trabajo se convierte necesariamente, en todas las condiciones sociales y culturales, en esclavo de aquellos que se han apropiado de las condiciones objetivas del trabajo.gegenständlichen Arbeitsbedingungen]. Él sólo puede trabajar con tu permiso, por lo tanto sólo puede vivir con tu permiso”. (Marx, 2013: 24).

Marx afirma que los burgueses tienen “excelentes razones” para proclamar que el trabajo es la fuente de toda riqueza, presentándolo como una “fuerza sobrenatural de creación”. Sin embargo, al ocultar su propiedad y control sobre la naturaleza, incluida la fuerza laboral, la burguesía encubre –oculta o guarda silencio sobre [verschweigen[V]] – la verdadera Naturaleza (las condiciones objetivas y subjetivas de la obra). Por lo tanto, corresponde al movimiento obrero “romper el silencio” sobre la necesidad política de que los trabajadores se conviertan verdaderamente en la fuente de toda riqueza, reapropiándose de la naturaleza.

Dejar de lado la discusión sobre propiedad/control de las condiciones objetivas/subjetivas de producción social es hacer del trabajo una “fuerza sobrenatural de creación”, porque “crear” de la nada es algo…sobrenatural. La burguesía –propietaria de las condiciones objetivas de trabajo– domina también las condiciones subjetivas (la fuerza viva del trabajo, la vida del trabajador) en la medida en que, debido a la alienación de los trabajadores de la Naturaleza, “sólo puede trabajar con su autorización, por lo tanto, sólo se puede vivir con su autorización”. Es interesante que Marx –en 1875– restaure de manera más mediada, a través de las categorías de la economía política, su crítica del trabajo enajenado elaborada por él allá por 1844 (lo que demuestra que es falso concebir un “corte epistemológico” entre el El joven Marx y el Marx maduro: lo que existe es una mejora crítica).[VI]

Miremos más de cerca la cuestión de la naturaleza y el trabajo. Esta no es una mera discusión escolástica, como la mayoría de las discusiones son entre marxistas y las letras escritas de Marx, sino más bien una discusión política fundamental, considerando que vivimos en la era del colapso ambiental y las contradicciones metabólicas del capital.

Naturaleza y trabajo

En primer lugar, el trabajo es una actividad mediativa. Decir “trabajo” significa decir – desde la perspectiva de Marx – “una condición de existencia del hombre, independiente de todas las formas sociales, eterna necesidad natural de mediación del metabolismo entre el hombre y la naturaleza y, por tanto, de la vida humana” (Marx, 2013: 120).

Marx dice que "una condición de la existencia del hombre"; la otra condición es la naturaleza. También dice sobre la obra: “eterna necesidad natural de mediar en el metabolismo entre el hombre y la naturaleza”. En este caso, el trabajo es una actividad de mediación –eterna– y de “necesidad natural”, es decir, la fuerza de la Naturaleza que media la actividad humana con el mundo exterior.

Hagamos una digresión en la categoría de trabajo y su dialéctica con la naturaleza en este pasaje del Capítulo 5 de La capital: “El trabajo es, ante todo, un proceso entre el hombre y la naturaleza, un proceso en el que el hombre media, regula y controla su intercambio material con la naturaleza a través de su propia acción. Se enfrenta a la materia misma de la naturaleza como un poder de la naturaleza. Pone en movimiento las fuerzas de la naturaleza que pertenecen a su corporalidad (brazos y piernas, cabeza y mano) para apropiarse de la materia de la naturaleza en una forma utilizable para su propia vida. Al actuar, mediante este movimiento, sobre la Naturaleza exterior a él y al transformarla, transforma simultáneamente su propia naturaleza. Desarrolla los poderes latentes en su interior y somete el juego de sus fuerzas a su propio control. No estamos tratando aquí con las primeras formas de trabajo, animalistas e instintivas” (Marx, 2013: 255).

Estos pasajes son bastante ricos y los comentaremos: (i) “El trabajo es, ante todo, un proceso entre el hombre y la naturaleza”. Marx dice “proceso”, pero también se puede decir “metabolismo” [stoffwechsell], que es proceso e interacción: intercambio de materia.

(ii) […] un proceso en el que el hombre media, regula y controla su intercambio material con la Naturaleza […]”. Marx sitúa tres categorías importantes: mediar, regular y controlar. Es posible mediar, sin regular ni controlar; se puede regular sin controlar; el control es la categoría fundamental para que el sujeto trabajador supere la alienación/extrañamiento/fetichismo del capital. El socialismo es la forma social que se caracteriza por el control que ejerce el trabajo en su intercambio material con la naturaleza. Por lo tanto, no basta con mediar y regular, como esto puede ocurrir bajo el capitalismo, sino más bien controlar el intercambio material con la Naturaleza (la Naturaleza con “N” mayúscula [Carácter] – es decir: un concepto ampliado de la Naturaleza.[Vii].

El texto habla de “intercambio material”, es decir, intercambio objetivo-subjetivo, intercambio práctico-sensible-espiritual. El concepto de “material” es –en este sentido– amplio. Así, el control que los humanos deben ejercer sobre el intercambio material implica estos diversos aspectos de la actividad humana.

(iii) “Él enfrenta la materia misma de la Naturaleza como un poder de la naturaleza”. En esta frase se hace visible la dialéctica del pensamiento marxista. En otra traducción –más clara– leemos: “Él mismo enfrenta la materia natural como una fuerza natural” (Marx, 1996: p.297). En esta última traducción, donde se lee “poder de la Naturaleza” (con “N” mayúscula), se lee “fuerza natural”; en este caso, se pierde el sentido de que la Naturaleza es un poder al que se enfrentan los humanos. La “materia natural” es una fuerza, un poder al que nos enfrentamos.

No olvidemos que –como veremos más adelante– el hombre forma parte de la Naturaleza (“pone en movimiento las fuerzas naturales propias de su corporalidad […]”). Por lo tanto, la Naturaleza no concierne sólo a la naturaleza externa, sino que también hay una naturaleza interna a la que se enfrenta el ser humano (cuerpo y mente = subjetividad). Así, podemos decir que “el ser humano afronta su propia naturaleza interna [cuerpo y mente] como un poder de la Naturaleza”.

(iv) “[…] las fuerzas de la naturaleza propias de su corporalidad […]”

Aquí está el punto: las fuerzas naturales o las fuerzas de la naturaleza también conciernen a tu corporalidad. Marx utiliza un concepto ampliado de "cuerpo", que incluye brazos y piernas, cabeza y mano. Cuerpo es todo lo que se mueve –físico-espiritualmente– por el trabajo (el uso de la fuerza de trabajo). La idea de Naturaleza en el sentido más amplio –que venimos usando– se vuelve más visible. De esta manera, la necesidad de control social sobre la naturaleza se vuelve más fundamental como forma de restaurar la “fractura metabólica” (un tema que discutimos en otra parte).

(v) “[…] Al actuar, mediante este movimiento, sobre la Naturaleza fuera de ella y al transformarla, transforma simultáneamente su propia naturaleza.[…]”. La dialéctica naturaleza – hombre queda expuesta en esta frase: la “naturaleza fuera de él” (o la 'naturaleza exterior a él', en otra traducción) es la naturaleza exterior a partir de la cual los humanos – confrontados a través de la actividad del trabajo – se transforman. (¿sin saberlo?) su propia naturaleza (lo que entendemos por naturaleza interior, mente y cuerpo, o cuerpo en el sentido más amplio de Marx). De hecho, la naturaleza externa y la naturaleza interna constituyen el movimiento de objetividad y subjetividad del trabajo.

¿Podemos considerarlos uno (la naturaleza)? Si y no.

Sí, porque el colapso ambiental demuestra que la degradación de la Naturaleza es otra forma de explicar la degradación de los humanos en la medida en que ambos conforman el sociometabolismo del capital.

No, porque la naturaleza externa tiene sus legalidades específicas, leyes de la materia natural –como dijo Marx. La materia natural tiene “potenciales latentes en ella” que los humanos necesitan conocer para transformarla; en resumen, comprender “el juego de sus fuerzas” para realizar el trabajo.

Podemos extender esta comprensión no sólo a la naturaleza externa, sino también a la naturaleza interna, la naturaleza de la subjetividad –o más bien, de la praxis social, política, histórica– con sus propias legalidades que los humanos enfrentan y que necesitan comprender “el juego de estas fuerzas”. ” para que puedan modificarlos. Así, la unidad de la Naturaleza es la dialéctica de la identidad y la no identidad.

(vi) “[…] No se trata aquí de las primeras formas de trabajo, animalistas e instintivas”. Marx reconoce que hay formas tempranas de trabajo que todavía son animales e instintivas. Aunque eran “animalísticamente instintivos”, eran formas de trabajo, primeras o primitivas. Todo lo que hemos mencionado anteriormente también se refiere a estas formas de trabajo; después de todo, eran trabajo humano, aunque en una forma primitiva. La pregunta sigue siendo: ¿en qué momento los humanos empezaron a distinguirse de los no humanos? ¿En qué momento la actividad instintiva se convirtió en actividad laboral, que incluso en formas primitivas seguía siendo instintiva animal? Marx no aborda esto en La capital. Sólo le interesa el trabajo humano históricamente consolidado más allá (salto ontológico) del instinto animal.

Para concluir estas notas críticas podemos decir que la frase correcta es: “La fuente de toda riqueza y de toda cultura es la naturaleza”; o incluso, como señaló Marx, “el trabajo como propietario/controlador de los medios de producción y de subsistencia, y como fuerza de la naturaleza, es la fuente de toda riqueza y de toda cultura”.

Lo que Marx quiso decir es que en una sociedad en la que la naturaleza está alienada del trabajo, como en una sociedad capitalista en la que prevalece la propiedad privada de los medios de producción, el trabajo no puede ser la fuente de toda la riqueza y la cultura.

La fuerza laboral es la exteriorización de la fuerza natural. Mientras sea una mercancía y esté alienada de los productores, la naturaleza estará alienada del trabajo vivo, la mediación naturalmente necesaria entre los humanos y la naturaleza. Por tanto, la relación entre el hombre y la naturaleza, entendida como condición objetiva y subjetiva de toda producción social, es una determinación necesaria para comprender el significado del trabajo mismo.[Viii] Discutir las relaciones sociales de producción –que incluyen las relaciones de propiedad y control de los medios de producción– es fundamental para comprender el significado del trabajo como categoría social y, lo más importante, la naturaleza como fuente de toda riqueza material.

Una discusión sobre el trabajo que no tiene en cuenta las relaciones sociales de producción y, por tanto, las relaciones –de propiedad/control– de los seres humanos con la naturaleza, es una discusión “sobrenatural”, funcionando así como ideología burguesa en el sentido de la fraseología burguesa que oculta la relación capital (lo que significa que la mayor parte de la sociología y la psicología del trabajo se han rendido a la ideología burguesa cuando se niega a criticar al capital).

*Giovanni Alves Es profesor jubilado de sociología de la Universidad Estadual Paulista (UNESP). Autor, entre otros libros, de Trabajo y Valor: El nuevo (y precario) mundo del trabajo en el siglo XXI (Proyecto Editorial).[https://amzn.to/3RxyWJh]

Referencias


MARX, Carlos (2013). El capital: crítica de la economía política. Libro 1. Traducción de Rubens Enderle. Editorial Boitempo: São Paulo. [https://amzn.to/455QcKV]

_________(2012) Crítica del programa Gotha. Traducido por Rubens Enderle. Editorial Boitempo: São Paulo. [https://amzn.to/3VlSJNY]

THOMPSON, EP (1987) La formación de la clase obrera inglesa. III, La fuerza de los trabajadores. Traducido por Denise Bottmann. Paz y Tierra: Río de Janeiro. [https://amzn.to/3wOJ35j]

Notas


[i] Algunas palabras relacionadas con fuente en alemán incluyen: agua de manantial = agua de manantial; Quellgebiet = área de manantiales; Quellkuppe = cumbre de un manantial.

[ii] “Una cosa puede tener valor de uso sin ser valor. Éste es el caso cuando su utilidad para el hombre no está mediada por el trabajo. Esto es el aire, la tierra virgen, los campos naturales, la madera en bruto, etc.” (Marx, 2013: 118)

[iii] Marx no utiliza el término “ideología burguesa”, sino más bien “fraseología burguesa” que oculta [verschweigen] la verdadera comprensión de la relación entre Naturaleza y trabajo. En este caso se puede entender la ocultación como el movimiento propio del discurso burgués producido por las condiciones sociales fetichizado de la sociedad burguesa.

[iv] En alemán, la palabra Entfremden significa "alejar", "alejar de", "volverse ajeno a".

[V] La etimología de la palabra “verschweigen”en alemán se remonta a la combinación de “ver” (fuerza del prefijo) y “schweigen" (silencio). La combinación de estos elementos da como resultado el significado de “guardar silencio” en portugués.

[VI] Para una elaboración del concepto ampliado de Naturaleza desde el Manuscritos económico-filosóficos de 1844, vea mi artículo en el blog Crítica do Capital.

[Vii] Vea mi artículo en el Blog Crítica do Capital: “Colapso ambiental y crítica inmanente del capital”: https://www.criticadocapital.net/post/colapso-ambiental-e-cr%C3%ADtica-imanente-do-capital .

[Viii] Una de las dimensiones de la Naturaleza según Marx es lo que llamamos “naturaleza producida”, es decir, el mundo objetivo, la naturaleza inorgánica, el sistema de objetos que tienen valor de uso, es decir, que son útiles al ser humano. El aire, la tierra virgen, los campos naturales –por ejemplo– no fueron mediados por el trabajo humano, pero, según Marx, tienen valor de uso (Marx, 2013: 118). Tiene utilidad social para los humanos en la medida en que es una condición objetiva para la reproducción social. Aunque no fueron producidos por el trabajo humano, sí lo fueron por el metabolismo natural independientemente del humano. Son útiles en la medida en que son importantes para el equilibrio ecológico, siendo condiciones objetivas de reproducción social. Pero el modo de producción capitalista transforma constantemente la naturaleza según sus necesidades. La Naturaleza alienada – la Naturaleza del capital – desprecia tales condiciones ecológicas, porque – a medida que el capital produce su naturaleza (la naturaleza como producto social), la devasta, transformando el aire, la tierra virgen y los campos naturales, en valor y capital.


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