por MICHAEL LOWY*
En lugar de embarcarse en la aventura regresiva y ecológicamente catastrófica de la exploración en alta mar, Brasil podría convertirse en un ejemplo destacado de transición ecológica.
El enfrentamiento entre Ibama y Marina Silva, por un lado, y Petrobras -apoyada por una alianza de desarrollistas y ruralistas- por el otro, es una batalla decisiva. No solo para la población local y comunidades indígenas de la Amazonía; pero para todo el pueblo brasileño – ¿qué será del sur del país sin los ríos de lluvia en el Amazonas? – y para toda la humanidad.
No sólo por el –inmenso– riesgo de accidente, con la consiguiente destrucción ecológica de toda la región de la desembocadura del río Amazonas, sino porque este petróleo contribuirá notablemente a las emisiones de COXNUMX.2, responsable del cambio climático.
El argumento demagógico de Petrobras es que la exploración de este petróleo off shore traerá recursos a Brasil, que servirían para el desarrollo del país. Una de las formas de responder a este argumento es con una propuesta similar al Plan Parque Yasuní en Ecuador. El Parque Yasuní era una región de la Amazonía en Ecuador, con una enorme riqueza en biodiversidad, habitada por comunidades indígenas, que contenía cantidades considerables de petróleo en su subsuelo.
Los indígenas y ecologistas, con el apoyo del entonces Ministro de Energía, Alberto Acosta, propusieron un plan, que fue aceptado y anunciado oficialmente en la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2007, por el gobierno del presidente Rafael Correa. El Plan Parque Yasuní consistía en lo siguiente: Ecuador mantendría los 850 millones de barriles de petróleo bajo el suelo del Yasuní. A cambio de los recursos que el Estado ecuatoriano dejaría de recaudar por la exploración y venta de este petróleo, se alentaría a la comunidad internacional a compensarlo económicamente por la aplicación de esta difícil decisión que, según la propuesta, traería beneficios. a todo el planeta, gracias a la preservación de este preciado bioma amazónico, y gracias a la enorme cantidad de CO2 que no sería emitido por este aceite.
El gobierno ecuatoriano esperaba recibir al menos US$3,6 millones, equivalentes al 50% de los recursos que recaudaría el Estado si optara por la exploración petrolera en la región. Sin embargo, los gobiernos de los países ricos, que debían asumir este compromiso, se abstuvieron o propusieron una financiación mucho menor. El resultado fue que en 2013 el gobierno de Rafael Correa abandonó el Plan, lo que provocó un conflicto con el movimiento indígena en Ecuador que dura hasta el día de hoy.
El gobierno de Lula podría proponer algo equivalente, una Plan Foz do Amazonas: Brasil renunciaría a la explotación de este petróleo off-shore, ya cambio, los gobiernos de los países más ricos (Europa, Norteamérica, Japón) indemnizarían al país por la mitad del valor de este petróleo. Este dinero se colocaría en un fondo destinado a proteger la Amazonía y promover la transición ecológica en Brasil, con el desarrollo de la agricultura orgánica (familiar o cooperativa), de un servicio público gratuito de transporte colectivo en las grandes ciudades, etc.
La diferencia con la experiencia de Ecuador sería que, aunque en un principio los países capitalistas avanzados no mostraran mucho entusiasmo por la propuesta, el gobierno brasileño no daría marcha atrás. Con la creciente presión de la juventud y el movimiento ecologista –preciados aliados de Brasil en esta lucha– y con el recrudecimiento de la crisis climática, las propuestas de “dejar el petróleo bajo tierra” serán cada vez más centrales en el debate político. Sería una batalla política protagonizada por Brasil a nivel internacional, y quizás un ejemplo a seguir por otros países del Sur global.
El petróleo, como el carbón, es una fuente de energía condenada por la historia. En lugar de lanzar, con Petrobras, la aventura regresiva y ecológicamente catastrófica de esta exploración off-shore, Brasil podría convertirse en un ejemplo de vanguardia en la transición ecológica.
*Michael Lowy es director de investigación en sociología en Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS). Autor, entre otros libros, de ¿Qué es el Ecosocialismo?Cortez).
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