mujeres sin tierra

Imagen: Philipi Bandeira
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por Débora Días*

Comentario al libro organizado por Adelaide Gonçalves, Paula Godinho y Maria de Lourdes Vicente da Silva

¿Cómo medir el interés y la utilidad de un libro? ¿No sólo un texto, un informe o una historia, sino el todo que constituye el objeto? Un camino es ciertamente pensar en lo que tal encuentro despierta en los sentidos y trae consigo el potencial de transformación o elaboración. Cuánto está en sintonía con las cuestiones del propio tiempo, pero va más allá y, a veces intuitivamente, destila lo que queda, ofrece lo que no se desvanece. O incluso si aporta más de lo que debería suponerse, no sólo porque se renueva en cada lectura, sino por lo intangible que no controla, ni prevé, sino de lo que su totalidad participa. Sea cual sea el camino, estos son faros que pueden guiar la lectura de Entre lo imposible y lo necesario: esperanza y rebeldía en los caminos de las mujeres sin tierra en Ceará (Expresión popular).

Compuesto por estudios e informes correlacionados, pero que mantienen la independencia unos de otros, tiene la cualidad de que cada parte es más de lo que se propone ser. Es decir, no sería incorrecto decir que el libro se centra en 15 historias de vida de 16 mujeres sin tierra en el Estado de Ceará a partir de entrevistas realizadas por la antropóloga portuguesa Paula Godinho, autora de la introducción y el epílogo. También es organizado por la historiadora brasileña Adelaide Gonçalves y la pedagoga Lourdes Vicente, ambas docentes y activistas del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), quienes también firmaron el estudio “Esencial es la travesía”, como en Guimarães Rosa, para prefacio. Pero, una vez leído, decir esto se vuelve insuficiente o inexacto.

A lo largo de la lectura se percibe que la sencillez de la síntesis e incluso la sencillez de los elementos gráficos (como las fotos caseras, amateurs en el mejor sentido de la palabra) no revelan inmediatamente la sofisticación de la propuesta, los entrecruzamientos que se en construcción, las formas en que la autoría individual da paso a una construcción colectiva, las transformaciones de roles del oyente y del hablante a lo largo del proceso, o incluso cómo una bibliografía se convierte simultáneamente en un documento sobre una historia y una sociedad. Si el principio de esperanza recorre los informes, si “las realidades siempre están inconclusas, y el relato no resulta completo” (p.23), también se refleja en la potencia del documento construido.

El libro no detalla todas sus estrategias, ni es necesario. Pero es fácil ver que hay un rasgo que lo atraviesa: las mujeres marcan la pauta en el coro de voces. En un esfuerzo por evitar idealizaciones, la narración trae mujeres que reclaman otras posibilidades de existencia mientras parecen hacer lo que siempre han hecho: cuidar la vida, cuidar la muerte, cultivar la tierra, cultivarse en la tierra y, como el metalenguaje, dialogan también en la elaboración del propio libro, cuya artesanía aporta singularidades a valorar.

La Introducción y el texto “Esencial es la travesía” son dos estudios, en cierta medida complementarios, que van más allá del papel de introducción y presentación, por ejemplo. Son reflexiones que, aunque parten de una perspectiva académica, apuntan a “lectores de diversa índole” (p. 45) y quieren deshacer dicotomías artificiales (nosotros y ellos, intelectuales y personas, investigadores y objeto de investigación), buscando comprender complejidades sin prescindir de lo sensible, en una aproximación que llega a llevar a una de las autoras, Lourdes Vicente, a ser también entrevistada en otra sección.

Siguiendo caminos autónomos, ambos textos aceptan el desafío de materializar modos rigurosos de construcción del conocimiento, sin ocultar la defensa de posiciones claras. Cierto es que no se calzan “guantes de goma en la voz y la escritura” (p.21) a la hora de construir una interpretación situada y crítica, al contrario, convencen de que no pudieron llegar a donde llegaron con disimulada distancia.

Para quien está más familiarizado con los términos, episodios y geografías mencionadas, siempre hay desconfianza en la perspectiva brasileñista. Este no es el caso con la estrategia utilizada en la Introducción. No se trata de la pose de un especialista en Brasil, sino de valorar la frescura de la mirada atónita, la mirada ajena que revela lo extraordinario en lo que aparentemente no es extraño, es habitual, de ahí que a veces se mire, pero no se vea, se correlacione, reflejado.

El autor no alivia la profunda “necrosis del tejido social” en Brasil, mientras se niega a fortalecer las narrativas del miedo, de lo inevitable, de la derrota implacable. Al señalar otras y nuevas lecturas que se entrecruzan, el texto engancha a quienes creen saber ya de qué se trata y llama a la urgencia de conocerse más. Está el reflejo del dolor a gran escala como control, clave para entender un tiempo (p. 19). De los triunfos, no siempre rotundos o fácilmente reconocibles, que abren caminos (p. 22). O incluso interpretaciones de hechos recientes, correlacionándolos con narraciones del libro, que demuestran la gran actualidad de los temas y el poder de reflexión.

El texto “Esencial es la travesía…” es un estudio que tanto demuestra las virtudes del libro-documento, en su originalidad y densidad, como lo ubica y lo pone en diálogo con una vasta producción bibliográfica. Al ofrecer una lectura de las entrevistas articulada con una bibliografía de referencias de algunos de los temas abordados –las notas al pie son un estudio dentro del estudio–, los autores construyen conocimiento y sugieren posibilidades metodológicas. Así es en el encuadre, desde las narrativas, de categorías como “memoria” – señalada por los entrevistados como un “pozo” a cavar, “savia y raíz” (p. 47), lo que mueve la lucha –, “historia” –construida como patrimonio de la lucha social–, “espacio y tiempo”. Lo anuncian como un inventario de las múltiples claves para entender el libro, las geografías, las palabras, los sabores, la música, las formas de comer, soñar, vivir y morir.

Así como las posibilidades de estudiar el hambre, la abundancia y la pobreza, el sertão y la sequía, los movimientos sociales, las migraciones, las relaciones múltiples con la Iglesia (la que oprime y la que libera), la violencia en el campo, la infancia, la alfabetización. Y sus múltiples subtemas, como la degradación ambiental, la mortalidad infantil, el juego, la alimentación, la dimensión sensorial, las fiestas, las relaciones con el territorio presente, pasado y futuro.

En una diversidad de narraciones, que transita por paisajes lo más variados posibles en el imaginario del interior, la sierra, la costa, el hambre y la abundancia, paseando en retrospectiva por territorios de infancia y madurez, es evidente que el protagonismo pertenece al narradoras: Maria Genoveva, Maria Isaltina, Francisca Alexandrina, Maria Paz, Maria de Socorro, Virgínia Pereira, Chiquinha Louvado, Dona Chaguinha Maria de Jesus, Maria Moura, Maria das Graças, Cacique Pequena, Cleomar Ribeiro, Maria Ana y Lourdes Vicente. En ellos hay un deseo (a veces incluso apremiante) de arreglar las historias, de volver a contarlas para que existan o para que no mueran. O incluso, que logran traspasar fronteras y, por tanto, que ellos mismos llegan lejos, a través del libro. Es el deseo de ser contado en un libro. Así como la necesidad de alimentos, tierra y educación, cuya combinación crea una cultura común.

A partir de estas singularidades, es fácil comprender que no se trata sólo del MST y su formación (aunque sea un aspecto fuerte del libro), sino de los procesos de confrontación y resistencia que surgen ante la urgencia de los actos, de sus relaciones que constituyen y van más allá del propio Movimiento Sin Tierra. Con cuerpo y memoria, actúan sobre su propia vida y la de su entorno, incluso cuando los hombres ocupan puestos de dirección, como en la presidencia de los sindicatos, por ejemplo. Es una lucha que también se hace desde adentro y que también está permeada de contradicciones y aprendizajes permanentes, incluidos los conflictos internos, las relaciones con el machismo y las resistencias al interior de los movimientos.

Antes de cada relato, la antropóloga relata, más que contextualiza, cada conversación y cada entrevistado, a los que sigue con una escucha sensible. También es grato, en la edición de las entrevistas, el respeto por la oralidad y los ritmos del discurso. En su conjunto, el libro está cosido por una estrategia que va por el camino correcto: es lo visible y lo invisible en la tradición de Rose, revelando la complejidad más allá de lo que parece ser; es singular, al valorar lo único e irrepetible, pero que tiene su mayor sentido en lo colectivo, en las experiencias compartidas; es cuando lo concreto y lo abstracto se encuentran, se reconocen y se cuestionan, sea barro, comida, cerco, sueño, esperanza, hambre o abundancia. En resumen, la lectura está atravesada por la tensión entre la experiencia (como “pasado actual”) y la expectativa (“futuro presente”, que abarca, pero es mayor que la esperanza) como en la lección de Reinhart Koselleck en el libro Futuro pasado. Contribución a la semántica de los tiempos históricos. Las mujeres, en el pulso de sus narraciones, entrelazan pasado y futuro, y muestran la historia posible al poder ser imaginada, al provocar nuevas soluciones.

De lo que ya se ha convertido en el futuro del libro, en 2021, la mención de momentos en los que “el presente se asfixia” (p. 273) cobró una relevancia inimaginable en su momento. Y, a diferencia de otros períodos autoritarios, el epíteto “Brasil, país del futuro” ya ni siquiera es movilizado, explícita o implícitamente, por la divulgación oficial. Por el contrario, en un plan afirmado de destrucción, en las acciones de tierra arrasada, está el proyecto de aplastar sensibilidades e imaginarios de futuros posibles. Las mujeres del libro, las que cuentan y escriben, las que piensan y las que se mueven a cortar vallas o hacer entrevistas, contradicen e insisten en mostrar lo que está en las obras, lo que ya existe y al mismo tiempo lucha por germinar en vigor. . Y eso solo bastaría para la mayor utilidad del libro.

*Débora Días es doctora en historia contemporánea por la Universidad de Coimbra (Portugal) e investigadora del Centro de Humanidades de la Universidade Nova de Lisboa.

 

referencia


Entre lo imposible y lo necesario: esperanza y rebeldía en los caminos de las mujeres sin tierra en Ceará. Colección y organización: Paula Godinho con Adelaide Gonçalves y Lourdes Vicente. São Paulo, Expresión Popular, 2020, 276 páginas.

 

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