por LUIZ FILGUEIRAS & GRACE DRUCK*
Un sindicato luchador y movilizador, no burocratizado, debe estimular y facilitar, por todos los medios, la organización y participación político-cultural de su base profesional, incluidos los jubilados.
En los últimos años ha surgido en el movimiento docente de algunas Universidades Federales una disputa que opone dos órganos deliberantes que, en principio, deberían ser complementarios, pues tienen, en realidad, naturaleza, alcance y objetivos distintos.
Esta oposición sale a la superficie cada vez que los docentes reunidos en la Asamblea deciden, por mayoría, paralizar sus actividades laborales como forma de luchar por sus demandas y negociarlas con los poderes públicos.
Esto sucede porque el grupo minoritario que votó en contra de la huelga no está satisfecho con la decisión y enfatiza la necesidad de una consulta, llamada pública, como si la Asamblea que decidió la huelga no fuera pública y no estuviera abierta a la participación de todos. . cualquier docente que así lo desee.
De hecho, la consulta es una votación realizada virtualmente a través de Internet, en la que cada docente solo, individualmente en su casa o aula de trabajo, y sin seguir activamente las discusiones y debates entre las diferentes visiones en disputa, presiona un botón. Como resultado, se rompe y destruye la sociabilidad, los vínculos y la solidaridad entre los docentes, debilitando al movimiento, con el argumento de que, de esta manera, es más democrático porque se consultará a más personas.
Antes de continuar discutiendo el fondo de la cuestión, vale la pena destacar, de paso, la siguiente observación: en el presente caso de la Universidad Federal de Bahía (UFBA), por ejemplo, si la asamblea hubiera decidido, por mayoría, contra la huelga, los perdedores (a favor de la huelga) nunca convocarían una consulta virtual, ya que creen que una reunión cara a cara de los docentes es una forma genuinamente democrática y solidaria de discutir y decidir la dirección del movimiento. Por otro lado, los ganadores, a su vez, no se preocuparían por realizar ninguna consulta “democrática” para ratificar la decisión contra la huelga.
Pero esta disputa expresa una realidad más amplia, que se construyó durante las últimas cuatro décadas mediante un proceso que transformó radicalmente las características y la forma de funcionamiento de las sociedades capitalistas, impulsado por tres fenómenos distintos, pero estrechamente relacionados: reestructuración productiva, globalización-financiarización. del capital y el ascenso político-ideológico del neoliberalismo.
En concreto, este proceso tuvo un profundo impacto en el mundo del trabajo, con el aumento del desempleo, la precariedad del trabajo, el debilitamiento y burocratización de los sindicatos (de sus direcciones) y del movimiento sindical, la imposición por parte del capital de la individualización de relaciones laborales, la destrucción de derechos sociales y laborales, etc. La correlación de fuerzas entre capital y trabajo se ha vuelto mucho peor para este último, además de la difusión en toda la sociedad de los valores y características fundamentales de la ideología neoliberal: individualismo, competencia en todos los ámbitos, emprendimiento, etc.
En este contexto, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) comenzaron a ocupar un lugar central en varias dimensiones: en la producción y comercialización de bienes y servicios, en el aumento de la productividad laboral, en el desarrollo y aplicación de la ciencia, en la monopolización del conocimiento. (las Big Techs), en la negación de la existencia de relaciones laborales (la “uberización del trabajo”), en la constitución y gestión de las llamadas redes sociales (guetos) -instrumento fundamental en el proceso de ascenso de la sociedad contemporánea-. extrema derecha en todo el mundo.
En lo que concierne más directamente a nuestra controversia, cabe destacar en este proceso la difusión del individualismo extremo, estimulado de las más diversas formas, con la ruptura de la sociabilidad, los vínculos, la convivencia y la solidaridad entre los trabajadores. Además de las redes sociales, los ejemplos más cercanos son el llamado teletrabajo y, más concretamente, la ya extendida Educación a Distancia (EAD), muy utilizada, sin límites, por las Instituciones Privadas de Educación Superior. Desaparecen la vieja convivencia universitaria, rico espacio para la formación intelectual y el carácter de la juventud, así como la insustituible relación profesor-alumno. Todos debemos recordar la dolorosa experiencia durante la pandemia, cuando, en esas condiciones excepcionales, nos vimos obligados a impartir clases online.
Una consulta virtual o plebiscito puede servir para evaluar la opinión de los docentes sobre diversos temas o incluso para operacionalizar el proceso de elección de la Junta Directiva del Sindicato, siempre que se brinden las garantías necesarias. Pero no pueden reemplazar la Asamblea de Maestros, el instrumento político fundamental de convergencia y formación colectiva de la voluntad cíclica del movimiento, con decisiones que pueden cambiar o permanecer sin cambios en un momento dado.
La participación en la Asamblea es gratuita, no existe restricción ni vinculación para ningún docente. El argumento de que “los docentes que no van es porque tienen otras actividades durante su estancia en la Asamblea” no puede tomarse en serio; Las asambleas se programan durante el horario laboral habitual de los docentes, aunque con diferencias específicas entre docentes Exclusivos, de 40 y 20 horas. Además, los docentes que asisten a las Asambleas también tienen otras actividades, pero se organizan para realizarlas de manera que viabilicen sus respectivas participaciones.
Un sindicato luchador y movilizador, no burocratizado, debe estimular y facilitar, en todos los sentidos, la organización y participación político-cultural de su base (categoría) profesional, incluidos los jubilados. Depender de segmentos desmovilizados y desinteresados en las luchas y el futuro de la profesión no es un buen camino.
Universidades Ocupadas, a través de debates, encuentros, plenarios y… Asambleas es el camino para fortalecer la lucha y la unidad de los docentes, con la construcción de su voluntad colectiva.
*Luiz Filgueiras. Es profesor de la Facultad de Economía de la Universidad Federal de Bahía (UFBA).
*Graça Druck Es profesora del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Federal de Bahía (UFBA).
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