por CLEBER VINICIUS DO AMARAL FELIPE*
Se ofrecen conferencias, con contenidos inéditos, que abordan la microhistoria
Sorprende la eficacia con la que algunas tonterías circulan por las redes sociales/digitales/virtuales sin despertar la menor sospecha. Si no fuera por la ignorancia y/o la malicia, tal vez encontrarían obstáculos más efectivos por delante. Decir que los profesores universitarios disfrutan de vacaciones extendidas y pagadas durante la pandemia, por ejemplo, es un cliché con un evidente propósito político que el lector posiblemente haya leído/escuchado en alguna parte/momento. Nada más lejos de la realidad, ya que continúan enseñando, realizando actividades administrativas, realizando proyectos de extensión, redactando artículos y libros, organizando conferencias y mesas redondas, orientando a estudiantes de grado y posgrado, integrando comités y órganos colegiados, corrigiendo exámenes y trabajos, Llenar diarios, preparar disciplinas, participar en reuniones, gestionar actividades sincrónicas y asincrónicas. La extraordinaria coyuntura actual demandaba actividades de diferente naturaleza, para muchos, casi extraterrestres: dominar recursos virtuales y plataformas digitales, manejar nuevos recursos didácticos y metodológicos, liderar otras formas de interacción y comunicación, adaptarse a la (con)fusión entre el servicio público y la vida privada.
Resta agregar que, luego del COVID-19, se tomaron una serie de medidas en la universidad, como la suspensión de las clases presenciales y luego el fomento de la docencia a distancia. Para respetar los protocolos de seguridad, profesores y estudiantes buscaron la tecnología como una forma de posibilitar la enseñanza, incluso frente a la falta generalizada de capacidad para manejar recursos virtuales. De repente, nuestra imagen se convirtió en megapíxeles y las voces empezaron a resonar apagadas, rotas y/o metálicas, en auriculares y parlantes. La efectividad didáctica pasó a depender de la velocidad de internet, la calidad de la señal wifi y la tecnología que docentes y estudiantes tienen a su disposición. En definitiva, la proyección espectral no reemplaza la presencia física, ya que no elimina la ausencia y previene ciertos afectos y sensibilidades poco o nada acordes con el aparato digital. Aun así, si no fuera por los mecanismos que tenemos, no podríamos seguir fomentando la cultura, los (des)encuentros y la producción de material capaz de proporcionar investigación y aprendizaje.
Quisiera mencionar y divulgar un proyecto en particular: en los últimos cuatro meses, semanalmente, la coordinadora del Laboratorio de Historia del Trabajo, Educación y Violencia (LAHTEV) de la Universidad Federal de Uberlândia (UFU), prof. . doctor Deivy Ferreira Carneiro, entrevistó a historiadores/investigadores que enseñan en universidades italianas, francesas, norteamericanas y brasileñas y que, a lo largo de sus carreras, adhirieron y/o recurrieron a los métodos y enfoques de la microhistoria. Las entrevistas indagan sobre la formación, el lugar institucional y la investigación de los docentes Carlo Ginzburg, Maurizio Gribaudi, Simona Cerutti, Giovanni Levi, Angelo Torre, Marcos Bretas, Adriano Prosperi, Luís Augusto Farinatti, Jonas Vargas, Maíra Vendrame, Cláudia Viscardi, Osvaldo Raggio, João Fragoso, Sabina Loriga y Francesca Trivellato. Transmitidas en italiano, francés, español, inglés y portugués, las conferencias, de variada duración y contenido inédito, recomponen y entrelazan trayectorias, delegan memorias y presentan una contribución a quienes se interesan por el enfoque originalmente italiano de la microhistoria, un controvertido o poco explorado en las universidades brasileñas. Si no fuera por la proyección de píxeles, las plataformas digitales y los mecanismos de difusión, no tendríamos la satisfacción de encontrar a todos estos investigadores en un mismo loci, hablando de temas comunes. A pesar de la ausencia física, al suprimir distancias y reflejar espectros culturales, tal empresa exige aplausos y cuestionamientos, después de todo, el documento (en este caso, oral/digital) se convierte en fuente sólo cuando encuentra a alguien que pueda cuestionarlo.
*Cléber Vinicius do Amaral Felipe Es profesor del Instituto de Historia de la UFU.
referencia
Las entrevistas están disponibles en: www.youtube.com/c/lahtevufu.