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por AFRANIO CATANÍ*

Comentario a las memorias políticas y literarias de Manuel Alegre

“Decía René Char, poeta y capitán guerrillero, que hay guerras que nunca terminan”.

1.

Un poco más de un año después y vuelvo a hablar de La tierra es redonda sobre el escritor y político portugués Manuel Alegre (Águeda, 1936) – ver “tentación del norte”. Su amplia producción incluye novelas, cuentos, ensayos y poesía, género por el que es más conocido.

Agregué en mi artículo del año pasado que Manuel “recibió al menos dos docenas de importantes premios literarios” y que “estudió en Lisboa, Oporto y en la Facultad de Derecho de Coimbra. Movilizado a Angola en 1961, acabó detenido por la Policía Internacional y de Defensa del Estado (PIDE), brazo armado del dictador António de Oliveira Salazar (1889-1970), pasando seis meses en la fortaleza de São Paulo, en Luanda, donde escribió una parte significativa de Plaza de la canción (1965), su primer libro de poesía, prohibido por el gobierno de Salazar”. Fue campeón de natación y actor en el Teatro Universitário de Coimbra (TEUC).

Manuel Alegre se exilió y, en 1964, fue elegido “miembro del comité nacional del Frente Patriótico de Liberación Nacional, comenzando a trabajar en Argel, en la emisora ​​de radio Voz de la libertad, como locutor y comentarista político. Regresó a Portugal después del 25 de abril de 1974, convirtiéndose en un líder histórico del Partido Socialista (…) Fue vicepresidente de la Asamblea de la República (1995-2009) y miembro del Consejo de Estado. Se desempeñó como diputado durante 34 años y, desde julio de 2022, volvió a ser miembro del Consejo de Estado, elegido por la Asamblea de la República, en representación del Partido Socialista”.

2.

 recuerdos de mi, que salió el pasado mes de marzo y me lo regaló el profesor Almerindo Afonso, es un volumen organizado en dos partes largas, con capítulos cortos compuestos por diversos temas. La lectura se vuelve fácil y agradable. Manuel Alegre reescribe y amplía, con su talento habitual, parte de lo que ya había hecho en sus libros, destacando, entre otros, Plaza de la Canción, La canción y las armas.; Atlántico; Viaje a África; Coímbra nunca vista; Contra la corriente; Libro del portugués errante; rafael; La plaza; Siete sonetos y un cuarto; Nambuangongo, mi amor; El niño que clavaba clavos en una tabla; Alma; Todo es y no es; Distrito Oeste; Otro recuerdo.

en estos Memorias Reitera lo que ya había escrito en Alma: “El recuerdo nostálgico de los lugares encantadores de Alma, el pueblo de la infancia. De esta infancia, de donde provienen las imágenes y emociones que guían la vida. Toda la vida: no hay flecha que no tenga el arco de la infancia”. O incluso, en el mismo Alma, cuando deja su pequeño pueblo para estudiar en la capital: “Salí en autobús hacia Lisboa, a finales de septiembre. No sé si la mañana fue gris y triste o así quedó grabado en mi memoria. ¿Cómo sabemos qué es y qué no es, qué se inventa y se añade y qué se recorta y acorta?

Confieso que hasta mediados de la década pasada conocía poco de la obra de Manuel Alegre. Viviendo en Londres (2015-2016), después de unas semanas comencé a extrañar leer poesía y novelas en portugués. Por suerte vivía cerca de una de las tiendas Waterstones, situada en Tottenham Court Road, justo al lado de Universidad de Londres. En uno de los pisos había estanterías de literatura portuguesa y los libros estaban medio tirados, viejos, con precios desfasados. Los fui comprando poco a poco y, modestamente, ayudé a vaciar uno de los estantes superiores, donde el nombre Alegre encabezaba la fila. Al cabo de unos meses viajé para trabajar en el Norte de Portugal, en comités de tesis y concursos, cuando los libros de Manuel se incorporaron definitivamente a mi régimen de lectura, ayudados por Maria Helena Leite y Licínio C. Lima, amigos de Minho y ávidos lectores.

Ya desde el principio, el escritor destaca su convivencia con su abuela materna Margarida, que enviudó relativamente pronto, e informa que su abuelo carbonario murió repentinamente a la edad de 59 años. Desapareció en febrero de 1971, cuando Manuel se encontraba en el exilio. Sus padres también le dieron una hermana, María Teresa, nacida en 1939.

Asistió a la escuela primaria en Águeda, hizo amigos y aprendió con solidez gramática, historia, geografía y aritmética. Sólo admitían niños; las niñas estaban en otra escuela. No obtuvo distinción en el examen de 4to gradoa. clase. “Pasó con distinción Joaquim Pereira, que era el mejor. Hijo de un hombre pobre no fue a la secundaria, emigró a Venezuela. Regresé del exilio casi al mismo tiempo que él regresaba. No tenía nada más que la ropa que llevaba, volvió rico. Murió joven. Quedó para mí como un símbolo de desigualdad social, en una época de extrema estratificación de clases, en la que el hijo de un trabajador estaba condenado a la exclusión de la educación superior, aunque fuera, como Joaquim Pereira, el mejor de la escuela”.

Manuel hizo su examen de ingreso y recibió clases con profesores terribles, represivos, pero que le enseñaron “los secretos insondables de la gramática de la lengua portuguesa”. Alípio, su mejor amigo, “el hermano que nunca tuve”, se quedó en Águeda, en la Escuela Comercial, mientras Manuel asistió a varios liceos. Alípio ya murió, pero lo esperaba en el aeropuerto cuando regresó del exilio.

Estudió en Oporto, luego en Aveiro y luego regresó a Oporto, donde empezó a leer poesía y a convertirse en un buen jugador de fútbol. Pronto llegó la natación, lo que le llevó a disputar varios campeonatos y ganar muchas competiciones, hasta que le sobrevino la pleuresía, tuvo una recaída y acabó perdiendo dos años de estudios. Regresó a clases, se peleó con un maestro y cambió de escuela. Ingresó a la Facultad de Derecho de la Universidad de Coimbra, donde se dedicó a los estudios, el fado, las serenatas y las citas. Quizás dos frases reflejen su vida en aquella época: “No era fácil estudiar ni dormir” y “los amores incompletos son los que más tardan en morir”. En el verano de 1956 ganó su primer título de campeón nacional de natación, ganando los 200 metros estilo libre y quedando segundo en la carrera de 100 metros.

En ese momento ya lo encantaban Fernando Pessoa, Manuel Bandeira, Carlos Drummond de Andrade, João Cabral de Melo Neto, Cecília Meireles y Vinicius de Moraes. Leyendo a Lorca y su romancero gitano Todavía hoy lo conmueve y reconoce la influencia del poeta español en Eugênio de Andrade y Sophia de Mello Breyner Andresen. Habla de los poetas de Coimbra, de su vida con Herberto Helder y de su acento madeirense.

El activismo estudiantil, la lucha contra las restricciones a las libertades políticas en pleno salazarismo, estudiar en la Facultad de Derecho... Manuel escribió que no era fácil estudiar: “Teatro, poesía, política, natación, amor. Una inquietud permanente. Yo era un estudiante irregular. Empecé con el clásico diez, subí al once, al doce, al trece, tuve tres catorce seguidos y hasta llegué a los primeros quince. Mi aprendizaje tuvo lugar al aire libre, en los cafés, en el teatro, en las repúblicas, en los libros y en las conversaciones durante toda la noche”.

La libertad sexual empieza a marcar la pauta en los viajes fuera de Portugal con el grupo de teatro, los amores se multiplican y el compromiso político aumenta. En varios de sus escritos, Manuel narra el día que cambió la vida de muchos portugueses: la llegada del general Humberto Delgado el 31 de mayo de 1958 a Coimbra, y su discurso en la ventana del Hotel Astória, ante una multitud reunida en Largo. da Portagem. Cuenta que a su lado un hombre alzaba a su pequeño hijo y sollozaba: “¡Mi general, salve a mi hijo de los tiranos!”.

A partir de entonces, añade, “ya ​​nada sería igual que antes. Ni en Coimbra ni en el país. Aún faltaban muchos años para que cayera la Dictadura. Pero ahí empezó la ruptura”.

3.

El 3 de enero de 1960, Álvaro Cunhal y diez compañeros escaparon del Fuerte de Peniche. Fue una celebración para los antifascistas y una humillación para la dictadura. A partir de entonces, una serie de revueltas y manifestaciones todavía esporádicas comenzaron a socavar lentamente el régimen fascista. Manuel Alegre se unió al Partido Comunista Portugués (PCP), convirtiéndose en “camarada Ricardo”.

A principios de los años 1960, era posible hacer el amor con las amigas, “aunque a veces en situaciones difíciles, de pie en un banco de piedra, en el suelo de los jardines”. El régimen de Salazar comenzó a retribuir, luego de ser derrotado en las elecciones de asociaciones universitarias. Había estallado la guerra en Angola y en agosto de 1961 “el movimiento estudiantil comenzó a ser decapitado, especialmente en Coimbra”. Algunos dirigentes fueron movilizados a Angola, mientras otros amigos y el propio Manuel recibieron una guía de marcha para incorporarse al Curso de Oficiales de Milicias en Mafra –se decía que era Máfrica–.

Uno de los oficiales, competente y serio, con poco discurso, era el teniente António Ramalho Eanes, que en el futuro sería Presidente de la República. El soldado caminó con Los Lusiads Se metió en el bolsillo y dijo: “Si nuestros cadetes no se toman esto en serio, no irán conmigo a Angola”. Uno de los jóvenes respondió: “Oh mi teniente, aquí hay un error, nadie quiere ir a Angola con usted”. Eanes quedó petrificado, pero aguantó y no se denunció a nadie.

Manuel terminó su curso como Aspirante quedando bien clasificado. En una reunión en Coimbra, con más de 500 estudiantes, acabó pronunciando un apasionado discurso, subiéndose a la mesa solemne, con una crítica pública a la guerra colonial. Como represalia, lo enviaron al 18.º Batallón de Infantería, en Arrifes, en Ponta Delgada, en las Azores. Estaba en Lisboa y ni siquiera tuvo tiempo de regresar a Coimbra para despedirse de su familia y de Isabel, la novia con la que luego se casaría. “Era el primer partido. Sube al paquete Funchal para un viaje tormentoso a Ponta Delgada”.

En la práctica, fue casi un exilio, una forma encubierta de deportación. Mucha soledad y Manuel acaba casándose con Isabel, y se van a vivir a São Gonçalo, una casa de oficiales en las afueras de Ponta Delgada. La mayoría de los oficiales enviados a las Azores lo fueron porque no compartían en mayor o menor grado con el régimen de Salazar. En varias páginas, Manuel narra la preparación de un golpe de Estado contra el dictador, que comenzaría con la toma de la isla, pero que acabó abortado por falta de apoyo externo.

Al mismo tiempo que conspiraba, escribía sin parar, habiendo producido algunos de los poemas que formarían parte de su primer libro, Plaza de la canción (1965). Además, con motivo de la visita del Presidente de la República a las Azores, organizaron repartos de panfletos y pintadas, lo que irritó mucho a la PIDE. Esto tuvo graves consecuencias para Manuel: se le ordenó presentarse en Lisboa para ir a la zona de guerra en Angola; fue enviado a África en julio de 1962, como alférez de la milicia de infantería. Tenía 26 años.

Hay tiroteos, emboscadas, muertes de compañeros por explosiones de minas, enfermedades, miedo, nostalgia. Se dirige a Nambuangongo y luego a Quicua, casi en la frontera con el Congo. Allí prácticamente no reciben correo, se enfrentan a peleas y durante casi un mes sólo hubo garbanzos y atún para comer. Manuel enferma en Quicua, termina siendo evacuado, su esposa va a su encuentro y le informa que pronto será arrestado – lo que ocurrió el 17 de abril de 1963. Está en Luanda, no puede salir de allí, lo ponen en espera. y sin salarios.

En noviembre de 1963 recibió autorización para trasladarse a Lisboa. Manuel recupera la frase de René Char, “hay guerras que nunca terminan”. Para el oficial portugués, esa guerra “se nos quedó pegada a la piel”; "Nunca regresa por completo". Y hay exiliados “de los que una parte de nosotros ya no regresa”. Además, reforzó: “nadie va a la guerra con alegría”.

Manuel pasa a ser seguido y vigilado en todo momento por la PIDE, cuando se encuentra en Coimbra. Escribió su famosa “Trova do Vento Que Passa”, un poema del exilio que luego fue musicalizado por António Portugal, su cuñado, y cantado por Adriano Correia de Oliveira y Zeca Afonso:

Incluso en la noche más triste
en tiempo de servidumbre
siempre hay alguien que se resiste
Siempre hay alguien que dice que no.

Su vida transcurre entre poesía, música, teatro, política, pasiones, angustias y fiestas; Se temía que el timbre sonara temprano en la mañana, con la PIDE en la puerta. Estuvo escondido algún tiempo, durmiendo fuera de la casa. "Yo estaba cansado. Había venido de la guerra y la prisión. Quería paz”. Continuó con el PCP y, poco a poco, organizó su salida al exilio, ya que se escondía y la PIDE lo buscaba. Tenía 28 años y recibió la noticia del asesinato del general Humberto Delgado y su secretario, Arajaryr de Campos, por parte de la policía política, traicionados por personas en las que confiaba.

Abandona Portugal y se traslada a Argel, donde reside durante diez años, trabajando en voz de Libertad, locutor del Frente Patriótico. Día a día preparaba las transmisiones de radio, recopilando noticias, escribiendo los textos, pensando en editoriales y grabando siempre en la mañana de la transmisión, con una duración de 45 minutos cada una. Acaba separándose de su mujer, Isabel, tras diez años de matrimonio y, al poco tiempo, se une a Mafalda, con quien vive hasta el día de hoy. En agosto de 1973 nació Francisco, su primer hijo. Manuel entrevista a Amílcar Cabral, Agostinho Neto, Mário Soares (que fue deportado en Santo Tomé), Álvaro Cunhal, Che Guevara… Más tarde acaba dimitiendo del PCP.

tus libros Plaza de la canción (1965) y La canción y las armas (1967) fueron incautados en Portugal, pero ambos circularon en copias manuscritas y mecanografiadas. La esquina…daría origen, con el mismo título, a un álbum de Adriano Correia de Oliveira, además de otros poemas musicalizados y cantados.

Manuel siempre se definió, por las circunstancias de su vida, como un escritor solitario, sin pertenecer nunca a ningún grupo literario ni a un movimiento literario o café concreto. “He estado dentro del poder político, pero nunca dentro del poder literario, que es el más sectario y totalitario de todos. Casi no pude compartir lo que escribí. La mayor parte del tiempo, como en la celda de la PIDE en Luanda, lo decía en voz alta, para mis adentros”.

Haciendo una especie de balance parcial de su carrera, escribió que sólo tenía 28 años pero “ya había vivido varias vidas (…) La lucha estudiantil, la salida a las Azores, el regreso a Lisboa, el avión a Angola, la guerra, Luanda, Nambuangongo, Quipedro, Muxima, Sá da Bandeira, Sanza Pombo, Quicua, prisión de la PIDE en São Paulo, Vera Cruz, término de identidad y residencia en Coimbra, poemas, poemas, canciones, meses intensos, el asedio que se aprieta, la división sentimental.”

4.

Manuel es recibido en Águeda el 10 de mayo de 1974, dos días antes de cumplir treinta y ocho años, reencontrandose con sus padres. Dice que quizás los exiliados sean casi intrusos cuando regresen. Se siente como si faltara una parte de él a pesar de toda la emoción. Todavía estaba efectivamente vinculado al PCP, del que había sido miembro desde 1958. Sin embargo, se encontró cada vez más alejado de su identificación con la Unión Soviética y los países del Pacto de Varsovia, “especialmente después de la liquidación de la gran esperanza que había Ha sido la Primavera de Praga, encabezada por Dubcek”.

De ahí en adelante, recuerdos de mi Narra una serie de acontecimientos y acontecimientos políticos, relacionados con la redemocratización portuguesa, que contaron con la participación decisiva de Manoel. Ingresó al Partido Socialista (PS) y tenía un proyecto: “la construcción de un nuevo modelo de sociedad, el socialismo en libertad. No era un eslogan. Fue una convicción. El 25 de abril había creado un fermento político extraordinario. Todo parecía posible, incluso lo que nunca se había logrado hasta entonces: el socialismo con democracia y libertad”.

Manuel repasa el ascenso dentro del PS de António Guterres, Jorge Sampaio y José Sócrates, entre otros dirigentes, además de largas y detalladas consideraciones sobre Mário Soares. El intento de golpe del general Spínola el 11 de marzo de 1975, la lucha por la colocación de carteles durante las primeras campañas electorales y las luchas intestinas dentro del propio partido. En las primeras elecciones el PS ganó con el 37,9% de los votos, pero el PPD, en segundo lugar, obtuvo el 26,4%, lo que obligó a los socialistas a defender en las calles su victoria en las urnas.

Se dedican más páginas a otro intento de poner en riesgo la democracia, cuando más de cien mil trabajadores de la construcción rodean la Asamblea Constituyente con el pretexto de exigir un contrato colectivo de trabajo. Manuel también se refirió al ataque de paracaidistas, el 25 de noviembre de 2015, a instalaciones de la Fuerza Aérea, que generó una grave crisis en el país, llevándolo a escribir que “Ramalho Eanes es la cara militar del 25 de Noviembre; Mário Soares es su cara política”.

Al mismo tiempo que se postuló para un cargo y fue elegido diputado en varias legislaturas, continuó escribiendo poesía, editando sus libros y llegó a ser secretario de Estado de Comunicación Social tras las elecciones de 1975, cargo que le provocó profundo fastidio y arrepentimiento.

En ese momento enfrentó una peridiverticulitis y, años después, sufrió un infarto. Una vez curado, continuó escribiendo, habiendo publicado 25 libros más tras este revés. El 24 de diciembre de 1975 nació Afonso, su segundo hijo, y tiempo después llegó Joana.

Dejó la Secretaría de Comunicación Social y pasó a ser Subsecretario de Estado del Primer Ministro, sin funciones definidas. Creó una serie de propuestas, pero acabó siendo invadido por los desplazados venidos de África, cuando todos los edificios públicos fueron requisados. “Y mis proyectos se quedaron en el tintero”.

Ramalho Eanes fue Presidente de la República durante dos mandatos (1975-1985), con Mário Soares como Primer Ministro (1976-1978; 1983-1985). Soares fue posteriormente presidente, de 1986 a 1996. Manuel Alegre detalla las alianzas y los juegos políticos que se desarrollaron a lo largo de este período, mostrando cómo las divisiones internas del PS distorsionaron lentamente su carácter. También narra los diversos puntos de convergencia y divergencia que vive con Mário Soares.

Se formulan críticas sobre la forma en que Portugal ingresó a la Comunidad Económica Europea (CEE), que tuvo lugar el 12 de junio de 1985, firmada por Soares.

El escritor Miguel Torga se pronunció en contra de la adhesión, diciendo que sería una Europa de Francia y Alemania, una Europa capitalista que liquidaría a los partidos socialistas. Más tarde, cuando se aprobó el Tratado de Maastricht, dos poetas se pronunciaron en contra: el mismo Torga y Natália Correia. Para ambos, el Tratado “consagraba el triunfo del capitalismo neoliberal contra la tradición socialista europea”. Se acercaban nuevas influencias, con Rocard, Blair y Clinton y, poco a poco, la tercera vía se iría apoderando del Partido Socialista. Con la institucionalización de la democracia, Mário Soares estaba más interesado en obtener la Presidencia de la República.

Manuel habla de las revisiones constitucionales, de la elección presidencial de Soares y del ascenso de Cavaco Silva como primer ministro, de la elección de Jorge Sampaio (1989) como secretario general del PS y luego de su victoria y posterior reelección en 1993, para alcalde de Lisboa, en una gran coalición. Destaca el ascenso de António Guterres, cuyas familias eran amigas, pero subraya: mantuvo una cierta reserva hacia él, no emocional, sino política, ya que “pensaba que era más democristiano que socialista”. Jorge Sampaio también fue un representante de la izquierda formada en la oposición antifascista. Guterres tenía otro camino, “venía de los movimientos católicos y de la intervención social en los barrios pobres”.

Guterres derrota a Sampaio, es elegido secretario general del PS y transforma el partido en un grupo cada vez más centrista, avanzando hacia la tercera vía. Manuel se siente cada vez más incómodo, pues se considera un “socialista de izquierdas”: “había vivido la utopía de querer alcanzar el socialismo en libertad. Sabía que el tiempo había pasado”.

En 1996, Sampaio fue elegido Presidente de la República (gobernará hasta 2006), derrotando a Cavaco Silva, con el apoyo del PS y del PCP. Guterres, en octubre de 1995, ganó las elecciones, pero sin mayoría absoluta. Manuel enumera los nuevos líderes socialistas que están surgiendo, casi todos ellos partidarios del laborismo de Tony Blair y, poco a poco, asumiendo posturas neoliberales. "El ala derecha del PS se ha instalado en la superestructura del PS". Este es el caso del ascenso al poder de José Sócrates.

5.

Los años 1992 y 1994 fueron años de luto, con la muerte de su padre y su madre, ambos a los 87 años, y de su cuñado, António Portugal. Zeca Afonso y Adriano Correia de Oliveira ya habían desaparecido. Manuel siguió escribiendo: entre 1992 y 1998 publicó 13 libros y recibió, en 1998 y 1999, 5 premios literarios. Además, continuó practicando la pesca, el tiro y la caza, que siempre había practicado.

Otras páginas tratan de su relación de amistad y fricciones con Mário Soares, hablando de la ruptura, reconciliación y muerte de su amigo, además de su larga relación de amistad y complicidad con Sophia de Mello Breyner Andresen, poeta y diputada, fallecida en 2004. 

Manuel Alegre estaba descontento con la dirección del PS, especialmente con José Sócrates, no contó con el apoyo del partido y lanzó su candidatura a la Presidencia de la República en 2006, siendo derrotado por Cavaco Silva. Mário Soares quedó tercero y el ambiente era pesado. Se lanzó nuevamente contra Cavaco, siendo nuevamente derrotado, en 2011. Y el 23 de julio de 2009 se despidió de la Asamblea de la República, de la que seguía siendo vicepresidente, y donde estaba desde la Asamblea Constituyente. , hace 34 años.

En sus escritos políticos, se pronunció contundentemente contra la “ocupación” de Portugal, en 2015, por tres funcionarios que desembarcaron en el aeropuerto de Portela como representantes de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. "Vinieron a Lisboa para dar órdenes a un gobierno elegido por los portugueses".

En las elecciones legislativas de octubre de 2015, el PS quedó en segundo lugar y, sumándose a los demás partidos de izquierda, logró la mayoría absoluta en el parlamento, con más del 50%. Entonces surgió el nombre de “geringonça”. A pesar de la mala disposición del presidente Cavaco Silva, el artilugio permaneció y funcionó.

Manuel recibió muchos otros premios literarios relevantes y un doctorado. Honorario de la Universidad de Padua (2016). En las páginas finales confiesa, ya anciano, su desinterés por la vida de fiesta y quiere aprovechar el tiempo que le queda para escribir. Revela que escribió sus memorias como una especie de “autodefensa”: “O cuentas lo que hay en ellas o otros cuentan otras historias en sentido contrario”.

Tu amiga Hélia Correia, en la elegía La tercera miseria, respondió a la vieja pregunta de Hölderlin: "¿Qué pueden hacer los poetas en tiempos de miseria?" Manoel nos revela la respuesta de su amigo: “escribir un poema que es, en sí mismo, un acto de resistencia y de liberación”.

Pero Manuel va más allá y recuerda al poeta José Terra quien, en Esquina hundida (1956), escribió: “un día alguien se topará con un verso mío”. Y, con falsa modestia, el autor de recuerdos de mi concluye: “Espero que algún día alguien tropiece con un verso mío, o una prosa, o cualquier palabra, ni siquiera escrita, que haya quedado ahí en el aire y no se sepa a ciencia cierta de dónde salió”.

*Afranio Catani Es profesor jubilado de la Facultad de Educación de la USP y actualmente es profesor titular de la misma institución. Profesor invitado en la Facultad de Educación de la UERJ (campus Duque de Caxias).

referencia

Manuel Alegre. recuerdos de mi. Alfragide, Portugal: Publicações Dom Quijote, 2024. 408 páginas.

Bibliografía
[https://amzn.to/3yVJnzJ]

Manuel Alegre. La canción y las armas.. Alfragide: Don Quijote, ed. especial, 2024.

Manuel Alegre. Otro recuerdo. Escritura, Portugal y camaradas de ensueño. Alfragide, Portugal: Dom Quijote, 2016.

Manuel Alegre. Barrio occidental. Lisboa: Don Quijote, 2015.

Manuel Alegre. Abril País. Lisboa: Don Quijote, 2014

Manuel Alegre. Todo es y no es. Lisboa: Don Quijote, 2013.

Manuel Alegre. El niño que clavó clavos en una tabla. Lisboa: Don Quijote, 2010.

Manuel Alegre. Nambuangongo, mi amor. Lisboa: Don Quijote, 2008.

Manuel Alegre. Alma. Lisboa: Dom Quijote, 2008 [bolsillo].

Manuel Alegre. Viajes africanos. Romance de amor y muerte del Alférez Sebastião. Lisboa: Don Quijote, 3º. ed., 2007.

Manuel Alegre. La plaza. Lisboa: Don Quijote, 2005.

Manuel Alegre. cuadrado de la canción. Lisboa: Don Quijote, 2005.

Manuel Alegre. Siete sonetos y un cuarto. Lisboa: Don Quijote, 2005.

Manuel Alegre. Rafael. Lisboa: Don Quijote, 3º. edición, 2004

Manuel Alegre. Coímbra nunca vista. Lisboa: Don Quijote, 2003.

Manuel Alegre. Libro del portugués errante. Lisboa: Don Quijote, 2001.

Manuel Alegre. Contra la corriente. Lisboa: Don Quijote, 1997.

Manuel Alegre. Atlántico. Lisboa: Don Quijote, 1981.


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