por FRANCISCO FERNANDES LADEIRA*
Las noticias mienten sobre la geopolítica palestina
En los últimos días, vehículos del Grupo Globo –como National Journal y el portal G1 – utilizó los eufemismos “tumulto” y “confusión” para denunciar la masacre promovida por Israel, que mató a un centenar de palestinos que esperaban la entrega de ayuda humanitaria en Gaza.
Incluso otras organizaciones de prensa vinculadas a los intereses del statu quo occidental, como el país, no fueron tan atrevidos como para ocultar la verdadera naturaleza de este lamentable suceso (que ahora ha pasado a la historia como la “Masacre de la Harina”). “Israel dispara contra una multitud que intentaba conseguir comida”, subraya un titular del diario español. A su vez, el responsable de política exterior de la Unión Europea, Josep Borell, calificó el incidente como una “carnicería totalmente inaceptable”.
Sin embargo, los eufemismos utilizados para describir la “Masacre de la Harina” no son los únicos recursos de manipulación y falsificación de la realidad utilizados por los informativos internacionales de la empresa de la familia Marinho. De hecho, la cobertura de la Globo (y los grandes medios de comunicación en general) sobre la actual escalada del genocidio promovido por Israel nos ofrecen ejemplos del peor tipo de periodismo posible.
La narrativa creada en la prensa hegemónica, sobre el inicio del antagonismo entre palestinos e israelíes teniendo como hito el 7 de octubre de 2023, con la ofensiva de Hamás contra el sur de Israel, esconde ya al menos setenta y seis años de limpieza étnica promovida por el Estado sionista. . Se crea así el falso discurso de “Guerra entre Israel y Hamás”, legitimando como “autodefensa” las matanzas llevadas a cabo por el ejército israelí en Gaza.
Pero no basta con eliminar la historicidad de un determinado foco de tensión, limitándolo a su inmediatez; es necesario recurrir al llamado “periodismo adjetivo”. En este sentido, Hamás es tildado de “terrorista” (cuando ni la ONU ni Brasil reconocen tal clasificación). Israel, por otra parte, es la “única democracia en Medio Oriente” (otra falacia, dado que un Estado donde sus habitantes no tienen los mismos derechos –es decir, están divididos en primera y segunda clase– nunca podría ser considerado como “democrático”).
Demostrando que los principales medios de prensa brasileños son más sionistas que sus homólogos extranjeros, el BBC, uno de los mayores pilares simbólicos del imperialismo británico, por ejemplo, no utiliza el término “terrorista” para referirse a Hamás en sus artículos.
Reivindicando el principio de imparcialidad, el editor de asuntos mundiales de esta red de comunicación, John Simpson, afirma que “terrorismo es una palabra cargada, que la gente utiliza para referirse a una organización que desaprueban moralmente. No es la función de BBC Dile a la gente a quién apoyar y a quién condenar: quiénes son los buenos y quiénes los malos”.
Sin embargo, contrariamente a lo que dijo John Simpson, aquí en Brasil los medios hegemónicos parecen tener la función, precisamente, de decirle a la gente a quién apoyar y a quién condenar, quiénes son los buenos y quiénes los malos. En este periodismo de juicio de valores y opiniones prefabricadas, el “buen chico” es cualquier actor geopolítico vinculado a los intereses imperialistas de Washington y aliados; el “criminal” es quien se opone mínimamente al dominio imperialista.
Ningún líder político mundial relevante condenó la comparación de Lula entre las acciones sionistas en Gaza y el régimen nazi en Alemania (excepto, por supuesto, Benjamín Netanyahu). Pero, en realidad manipulada por la prensa hegemónica tupiniquim, esta declaración del presidente brasileño habría tenido repercusiones negativas en todo el planeta. Así, las opiniones de los escritores de El Globo, Folha e Estadão reemplazó a la comunidad internacional.
Esta obsesión por forjar una (inexistente) condena global al discurso de Lula (lo que significa, en la práctica, forzar el aislamiento diplomático de nuestro país) desembocó en un escenario bochornoso. Al intentar, durante una entrevista exclusiva, que el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, condenara públicamente al presidente brasileño (incluso apelando a que es judío), el reportero de Globo, Raquel Krähenbühl, dio un giro histórico.
Escuché la siguiente declaración: “Tenemos verdaderos desacuerdos sobre esto y los amigos pueden tener desacuerdos. […] Sé que el presidente Lula está motivado por el sufrimiento de la gente y quiere que termine. Justo como nosotros. También tenemos eso en común”.
Respecto al gran número de muertes de niños en Gaza debido a los ataques israelíes, Renata Lo Prete, presentadora del programa periódico globo, tiene una explicación inusual. Muchos niños mueren porque la pirámide de edad en el territorio palestino indica un predominio de jóvenes. ¡Simples así! El hecho de que Israel apunte indiscriminadamente a objetivos civiles y militares no viene al caso, por supuesto.
Recordando las palabras del fallecido Alberto Dinis, la prensa brasileña transforma meros informes en verdaderos editoriales. Esto significa que la cobertura periodística, que debería limitarse a transmitir información o reportar hechos, se convierte en mecanismos para transmitir una determinada agenda política.
En el caso de la geopolítica palestina, las posturas del Globo y sus homólogos pasaron de ser simples coberturas periodísticas a convertirse en planetas grotescos de la agenda bélica sionista. Para ello recurren a lo “no informativo” (como insinuar que Lula mencionó la palabra “Holocausto” al comparar las recientes acciones de Israel en Gaza con el nazismo), el uso inapropiado de adjetivos como “terrorista” o incluso recurrir a noticias falsas (basta recordar los “bebés decapitados por Hamás”).
En definitiva, cuando se trata de desinformación sobre lo que pasa en el mundo, los grupos bolsonaristas de WhatsApp todavía tienen mucho que aprender de lo que delirantemente llaman la “prensa extrema”.
*Francisco Fernández Ladeira es candidato a doctorado en geografía en la Unicamp. Autor, entre otros libros, de La ideología de las noticias internacionales (CRV). Elhttps://amzn.to/49F468W]
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