por ALEX JANUÁRIO & ELVIO FERNANDES*
Prefacio al libro recientemente publicado de Michael Löwy
Michael Löwy es conocido por su profundo trabajo crítico en el marco del pensamiento marxista y libertario. Sin embargo, su práctica en el campo de las artes visuales es menos conocida. Tiene su origen en sus primeros contactos con el surrealismo cuando aún era joven, tras conocer a Benjamin Péret en 1958, en París.
Tras incorporarse al movimiento surrealista internacional a través del grupo parisino a principios de los años 1970, este pensador de las corrientes insurgentes, vinculado a Walter Benjamin, Karl Marx, Rosa Luxemburg, Emma Goldman, Charles Fourier y Flora Tristan, estableció sus afinidades electivas con André Breton, Péret, Franz Kafka, Vincent Bounoure, Michel Zimbacca, Guy Girard, Sergio Lima y muchos otros, revelando su visión crítica y poética, dialéctica y plástica.
Es evidente que el público no está familiarizado con el brío surrealista militante de Michael Löwy, tan evidente en libros como la estrella de la mañana[i] e el cometa que brilla intensamente[ii], en su activa participación en importantes revistas como fala, Salamandra, nieblas rubias, analogon, SOBRE…, Alcheringa y en exposiciones de movimiento[iii], ajeno también a sus collages, gouaches y dibujos, que son el resultado de una búsqueda permanente de un mundo reencantado en el que el hombre de la revolución llevaría consigo la luz negra de la iluminación profana.
El camino del libertario está iluminado por esta luz, en la que los principios del surrealismo no podían dejar de manifestarse plenamente. Después de todo, sabemos que el “arte”, para los surrealistas, es un mecanismo, una herramienta anticapitalista de transformación y emancipación del espíritu. No podemos dejar de subrayar la máxima de André Breton: “'Transformar el mundo', decía Marx; "Un cambio de vida", dijo Rimbaud. Para nosotros, estos dos lemas son uno”.
Frente a estas manifestaciones plásticas se establece lo que es tan querido por el hombre: la libertad. Y el artista transforma su existencia, su espíritu que brilla en lo más profundo de su ser, en rebelión total. Él ilumina la oscuridad. Extrae de la realidad cotidiana lo más salvaje y poético del hombre. Ahí radica el verdadero surrealismo, tal como se presenta en estas obras.
En una realidad ampliada, la sensación de automatismo psíquico, la desacralización de la mercancía/arte y su movilización crítica se presentan como fermentación. Las creaciones de Michael Löwy están dotadas de un lenguaje inquietante, a menudo de carácter ontológico, ya que muchos de los títulos de sus obras se inclinan más que hacia la filosofía y el humor.[iv] –en este caso diríamos humor negro– porque, como pocos, el artista ahondó en el abismo del romanticismo[V] y el surrealismo como prácticas revolucionarias.
Según Sarane Alexandrian, para comprender a los artistas surrealistas es necesario saber que todos ellos consideraban el arte no como un fin en sí mismo, sino como un medio para hacer valer lo más precioso, lo más secreto y lo más sorprendente de la vida. No querían ser artesanos ni estetas: sólo inspirados y divertidos.[VI]. Esto se puede ver en las obras de Michael Löwy, que también es un bromista inspirado: son collages, dibujos y pinturas creados cuando el espíritu surrealista interviene, tomando automáticamente la mano del artista y provocando que expanda la realidad en función de sus deseos.
Los “garabatos” de Michael Löwy, demonios del pensamiento insurgente que se organizan en una goética de colores y formas, nacen de la mirada que André Breton declaró existir “en estado salvaje”. Se trata de ver lo que es y, más allá de eso, lo que puede ser cuando nos ponemos en la frecuencia mágica del descubrimiento. Se trata también de poner en movimiento a estos demonios para que puedan ser invocados contra cualquier orden opresivo.
Para Max Ernst, el collage, como aproximación a realidades lejanas, equivale al lenguaje y la imagen poética de los surrealistas. La idea de un encuentro –amoroso, voluptuoso– entre imágenes dispares que perturban y transfiguran la realidad está en el centro de esta práctica. Es interesante notar que Michael Löwy utiliza esta práctica surrealista de diferentes maneras: en algunos casos, el artista reúne imágenes sobre un mismo soporte, creando así algo nuevo. En otros, crea algo similar a dibujar en una página resaltada, dibujando líneas de colores entre y encima de las letras. Y, en ocasiones, también encontramos collages en los que el recorte de una silueta humana, o de un rostro, en una página cartográfica genera efectos de imagen oníricos y de alta tensión.
m “¿Qué es la voluptuosidad?”, texto publicado en el número 3 de la revista surrealista fala, Michael Löwy declara: “El volumen es el único color que podemos oír con los ojos cerrados. Ni 'tranquilo' ni 'lujurioso', escapa a todo control de la razón”.[Vii]. Es con los ojos cerrados a la pequeña realidad que Michael nos presenta las imágenes de este libro, donde el juego de la voluptuosidad se desarrolla libremente.
Es un cadáver delicioso, voluptuosamente compuesto página a página, imagen a imagen, en el que su posicionamiento surrealista, sus conceptos filosóficos y poéticos, insurgentes y revolucionarios se encuentran en el esplendor filosófico profano de la imagen.
*Alex Januário es un artista plastico.
*Elvio Fernández es un musico.
referencia
Michael Lowy. Luz negra. Garabatos, collages y gouaches surrealistas. Edición bilingüe. São Paulo, Editora 100/cabedas, 2023, 134 páginas. (https://amzn.to/467fJDh)
Notas
[i] Lowy, Michael. L'étoile du matin: surrealismo y marxismo. París: Syllepse, 2000. [Ed. Brasileño: El lucero del alba: surrealismo y marxismo. Trans. Eliana Aguiar. Editorial Boitempo. 2018.]. (https://amzn.to/452gI6q)
[ii] Lowy, Michael. La comedia incandescente: romanticismo, surrealismo, subversión. Naranja: Éditions le Retrait, 2020. [Ed. Brasileño: El cometa incandescente: romanticismo, surrealismo, subversión. Trans. Diogo Cardoso y Elvio Fernandes. São Paulo: 100/ Cabeças, 2020]. (https://amzn.to/46h7Ri4)
[iii] Destacamos, entre otras, la exposición Campos magnéticos: collage y surrealismo, realizado en 2019 en la Biblioteca Octávio Ianni del Instituto de Filosofía y Ciencias Humanas de la Unicamp.
[iv] Jacques Vaché define el humor como “un sentimiento (…) de la inutilidad (y la falta de alegría) teatral de todo”. Para el poeta Diogo Cardoso, esta teatralidad que caracteriza cartas de guerra se manifiesta (pero no sólo) en la apropiación que hace Vaché de personajes y términos de otros autores. Las obras de Löwy presentadas en este libro van en la misma dirección. Véase Vaché, Jacques. Cartas de guerra. Traducción y notas de Diogo Cardoso. São Paulo: Ediciones 100/cabezas, 2021.
[V] Véase Lowy, Michael; Sayre, Robert. Révolte et mélancolie: romance a contracorriente de la modernidad. París: Payot, 1992. [Ed. Brasileño: Löwy, Michael Sayre, Robert. Revuelta y melancolía: romanticismo a contrapelo de la modernidad. Petropolis: Vozes, 1995].
[VI] Alejandrino, Sarane. El arte surrealista. París: Fernand Hazan editor, 1969. p. 8.
[Vii] Lowy, Michael. “¿Q'est-ce que la volupté?”. En: Lima, Sergio; Corrales, José Miguel Pérez. (org.). Phala. Almanaque con los temas La Ruptura Inaugural y el Cuerpo/Transgresión. Revista Movimiento Surrealista, n. 3, tomo II, pág. 137. Carnaval 2015.
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