por ODILON DE BARROS PINTO JUNIOR*
Lula agradece el trabajo realizado por Cristiano Zanin en Lava-Jato. Esta es la deuda personal de Lula con Cristiano Zanin, no la de la sociedad brasileña
Hace diez años, nuestro país vivió movilizaciones gigantescas. Era junio de 2013 y vivíamos el inicio del segundo gobierno de Dilma Rousseff, el cuarto gobierno consecutivo del PT, que culminó con el golpe de Estado contra la primera mujer presidenta del país, hoy sí, demostrado por su absolución en el TRF1.
Y luego vinieron Michel Temer, Lava-Jato, Sérgio Moro, el arresto del presidente Lula y el infierno de Bolsonaro. Comemos el pan que el diablo ha amasado durante los últimos cuatro años. Desmatamento e invasões recordes de terras, 700 mil mortes de COVID, muitas evitáveis, deboches, rachadinhas, aparelhamento do estado, liberação generalizada de armas, tentativas de golpe, desrespeitos a direitos humanos, a minorias e tantas e tantas ações que colocaram nossa democracia seriamente en riesgo.
Y las elecciones generales se produjeron con una victoria muy estrecha de Lula y la elección de un Congreso hostil que, día tras día, dificulta la gobernabilidad. Deshacer y/o reparar la maraña de leyes, nombramientos y proyectos mal plantados es, de por sí, una agenda muy pesada para quien afirmó que no permanecería al frente de la nación por más de un mandato y exigirá mucho. habilidad por parte del presidente, que sabemos que tiene Lula, pero también poco margen de error en decisiones que pueden requerir cargos futuros.
Es bien sabido que la elección de los miembros del Tribunal Supremo es una elección que corresponde únicamente al Presidente de la República. Por tanto, la elección de Cristiano Zanin para una de las vacantes que Lula tiene derecho a nominar es de su estricta responsabilidad. A él le corresponde, eso sí, cuestionar cuestiones sobre temas queridos por la sociedad brasileña. Y más, banderas históricas del partido y campo progresista brasileño.
Incluso con toda la confianza y competencia que Lula siempre ha declarado depositar en el nuevo ministro, no creo que el presidente desconociera las ideas de su competente abogado sobre drogas, pueblos indígenas, Amazonía, minorías, aborto, etc.
Sabemos también que Lula está sumamente agradecido por el trabajo realizado por Cristiano Zanin en Lava-Jato, donde el abogado jugó un papel fundamental en la anulación de los procesos y la consecuente libertad del presidente. Sin embargo, ésta es la deuda personal de Lula con Cristiano Zanin, no la deuda de la sociedad brasileña con Cristiano Zanin.
Si en su comparecencia en el Senado Federal hubo habilidad política para evitar cuestiones espinosas que son muy caras para la sociedad brasileña, que espera desde hace mucho tiempo una posición definitiva del poder judicial brasileño, hubo falta de transparencia a la hora de presentar sus pensamientos ante Brasil, como era el deber de un candidato al más alto cargo del Poder Judicial brasileño, después de tanto sufrimiento vivido con el COVID, la minería ilegal, el genocidio de los pueblos originarios con acción en la Corte Penal Internacional en espera de sentencia, sea claro en sus declaraciones. ¡Y eso seguro que no pasó!
La sociedad brasileña no quiere un Ministro amigo del poder de turno, sino alguien que, además de los notorios conocimientos jurídicos, tenga la capacidad de comprender que nuestro país está formado por un número importante de mujeres que padecen Hombres sexistas y misóginos.
Tenemos una élite egoísta que cree que sus necesidades son mayores que las del resto de la población; que debido a la esclavitud seguimos siendo un pueblo racista y lleno de prejuicios. Esto debe resolverse definitivamente; el personal militar no es ciudadano por encima de la ley; que a pesar de la libertad de practicar religiones en todo el país, somos un Estado laico; que cada ciudadano brasileño puede ser libre de ser lo que quiera ser. Y que los pueblos originarios no llegaron aquí para la celebración de la promulgación de nuestra Constitución el 5 de octubre de 1988.
Estimado Presidente, querido Ministro del STF.
Que se le hizo justicia al Presidente Lula con su libertad y que Cristiano Zanin tiene todos los méritos por el importante trabajo realizado, es un hecho y lo aplaudimos. Que ahora en el STF, el ministro Cristiano Zanin tiene la sensibilidad de combinar los tecnicismos y la fría letra de la ley con la concreción de las desigualdades e injusticias.
La elección fue de Lula. El voto es de Cristiano Zanin. ¡El derecho a acompañar es nuestro!
*Odilón de Barros Pinto Júnior es administrador, posgraduado en Responsabilidad Social y Tercer Sector en la UFRJ.
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