por GÉNERO TARSO*
En Rio Grande do Sul, ante los avances de la extrema derecha aquí y en el mundo, Lula dio una lección de institucionalidad democrática y centró su discurso en el peligro que representa la hidra del fascismo.
1.
Para situar dónde creo que nos encontramos estos días, recuerdo textos de José Luís Fiori en los que ve “una crisis histórica de dimensiones no cíclicas: un largo proceso de transición entre una forma ya agotada de organización y desarrollo capitalista y una nueva ciclo que (aún) está en construcción”; (…) procesos conflictivos que “obedecen a lógicas autónomas, aunque interconectadas (…) de mutaciones macro y microeconómicas y de transformación de las instituciones políticas”.[ 1 ]
Ahora busco un reflejo de la situación histórica narrada por José Luís Fiori, en el presente, recordando a Marcio Pochmann: en 2003, tras el golpe de Estado contra Dilma, “la barrera al avance de la desregulación, establecida desde 2003, rápidamente se desmanteló , permitiendo la reanudación de reformas neoliberales que destruyen los derechos sociales laborales y privatizan el Estado”. El tenue espacio para que el Estado Social se recreara dio paso al reformismo demencial de la derecha radical, cuyo objetivo era destruir y matar.
La crisis histórica de “dimensiones no cíclicas” buscó entonces una solución estructural. A través de él, las clases dominantes brasileñas, que ya habían renunciado a un proyecto nacional, se lanzaron en manos de un bautismo global definitivo y promovieron así la simbiosis de enanos morales: los “ceos”, sin país y sin fascinación, generaron una dinámica política. que fue interrumpida por la difícil victoria de Lula, contra todo el esquema de poder global, político y mediático, del rentismo insaciable.
En una reciente entrevista concedida al periódico el país (10 de marzo de 2024) El presidente de Chile, Gabriel Boric, dijo que “los principios de nuestro gobierno se mantienen completamente firmes”. Y continúa: “la profundidad de los cambios que imaginamos en un momento determinado iba en contra de lo que quería la mayoría de la población. Esto es innegable. Y eso implica ajustarnos, pero sin –por tanto– desviarnos de nuestros principios: las prioridades y la velocidad han cambiado, pero no el sentido de nuestros principios”.
Gabriel Boric, joven y gran gobernante, reconoció en la entrevista el cambio de prioridades y su velocidad, sin expresarse, sin embargo, sobre la debilidad programática de su “coalición” para enfrentar la crisis, que -por cierto- no es su debilidad. , pero parece pertenecer a la izquierda en su conjunto en términos planetarios, todos “huérfanos de la utopía” y medio perdidos en una noche sucia donde la perra fascista –como dijo Brecht– no saldrá de su apuro.
En el espacio político europeo, noticias de la BBC (11 de marzo de 2024) anunció recientemente la derrota del gobierno del Partido Socialista en Portugal, en las recientes elecciones parlamentarias. Y anunció la nueva estrategia socialista: “no dejar nunca el liderazgo de la oposición a la extrema derecha”, subrayando -también- que el PS no será una “clave” para que el centroderecha constituya un gobierno, cuya victoria redujo La contundente victoria del movimiento socialista en enero de 2022, cuando el primer ministro António Costa obtuvo más de 116 escaños en el Parlamento.
Pero ojo: también fue el momento en que la extrema derecha se convirtió en la tercera fuerza política del país. Parecía –era cierto– que la tormenta fascista volvía a golpear las ventanas coloniales de Lisboa, extendiéndose por el Rocío y alcanzando a los campesinos del norte, las verdes orillas del Duero y el Arco de São Jorge. vigilante de las doradas aguas del Tajo.
Los ejemplos de Portugal y Chile sirven para mostrar el malestar de amplios sectores de la sociedad, independientemente de su extracción de clase, con la democracia liberal-representativa, sentimiento que se suma a la frustración de las promesas sociales engendradas en el siglo pasado, que no lograron implementar la coherencia. en el Estado de Bienestar y, al mismo tiempo, carecen de imaginación creativa para renovar el pacto democrático moderno a través del socialismo.
Por un lado, no recuperaron algo del espíritu utópico-democrático que ilusionó a amplios sectores del mundo del trabajo, de la juventud y de la clase obrera industrial, proveniente de la Revolución de los Claveles y, por el otro, no lograron programar en Chile. una síntesis identitaria, para la que sobran propósitos, pero carecen de estrategias para universalizar sus luchas fragmentarias.
2.
El acto del Gobierno Federal en la FIERGS, el viernes (15 de marzo), en un auditorio repleto de militantes del PT y de muchos de los mejores cuadros y dirigentes de izquierda y centro izquierda del Estado, fue un acontecimiento significativo para Rio Grande do Sul. Y para la país. El discurso presidencial, pronunciado en una casa de negocios desde la que – antes de la crisis del 8 de enero – tímidamente apuntaba al golpe de Estado contra la toma de posesión del presidente Lula, situó dinámicamente el nuevo espacio político, posible en Rio Grande do Sul, en el concierto de la Federación. Parecía que allí era donde Rio Grande do Sul podía empezar a hablar consigo mismo.
En la mutilada Federación, primero por el vergonzoso apoyo que la mayoría de los medios tradicionales dieron al golpe contra Dilma, luego por el personalismo, el autoritarismo y el fascismo, latentes en todas las actitudes del patético bolsonarismo que devastó la nación, el evento no sólo mostró un republicanismo vivo y con principios que marcan al Gobierno Lula, así como su capacidad de diálogo y persuasión política.
Su discurso, pronunciado después de una agotadora presentación de cifras y datos –seguida de la inteligente transición realizada por el ministro Paulo Pimenta– para preparar el terreno para el discurso presidencial, mostró lo que se le ocurrió. Sin desconocer la importancia de los números y los “hechos”, Lula basó su discurso en un balance de la situación latinoamericana y global, ante el ascenso de la extrema derecha, en todos los continentes.
Destacó que sólo la fortaleza de la democracia, expresada en las instituciones formales de la República y el fortalecimiento del pensamiento democrático en la sociedad civil, puede conjurar el peligro fascista. Lula dio una lección de institucionalidad democrática y centró su discurso en el peligro que representa la hidra del fascismo, que tiene mil cabezas ardientes y millones de espadas mortales escondidas en sus traicioneros clavos.
Fue el espacio ecuménico donde también estuvieron presentes algunos empresarios, el gobernador Eduardo Leite, figura de centroderecha que aceptó y reforzó la invitación de Lula al diálogo republicano –así como el alcalde de Porto Alegre–, notorio bolsonarista y negacionista, tratado por protocolo y por los ministros de Lula con el respeto institucional que se le debe. El encuentro fluyó como un viento de reconciliación con la democracia política, que tanto necesita nuestro Estado, arrinconado entre el Uruguay neoliberal y la Santa Catarina seminazi, entre Paraguay y la nueva Argentina de Javier Milei: Lula brilló como pocos.
El 16 de marzo, un día después de este suceso, el portal Power 360 divulgó una encuesta que informa que el gobernador de São Paulo, Tarcísio de Freitas, aumentó su apoyo popular en casi 10 puntos – del 23/diciembre al 24/marzo – en la región de Santos, cuando el operativo policial lanzado por el gobierno paulista ya había abandonado la zona. ciudad de Santos 47 muertos!
Entre los muertos y desaparecidos en la Franja de Gaza, hoy ya hay más de 30 víctimas (entre ellas más de 6 niños y 7 mujeres) debido a las acciones militares israelíes que son apoyadas -con el coste directo sólo en el Estado-. Presupuesto de Israel, que asciende a nada menos que 14 mil millones de dólares, en los dos primeros meses de 2024. La humanidad arde y sufre las muecas rancias de la ideología del terror nazi-fascista.
Lula ya había lamentado, en la clausura de la 46ª Cumbre de Jefes de Gobierno de la Comunidad del Caribe, que el mundo gasta 2,2 billones de dólares al año en armas, datos que sólo ilustran las grandes políticas de Estado. de carácter necrófilo, que recogen las conciencias de sociópatas de todo el mundo, inclinados al fascismo y al neonazismo.
Lula, después de Mandela, es la última gran figura política contemporánea, cuya voz tiene alcance global en defensa de la doctrina de la paz, que sólo podrá prevalecer universalmente con la derrota del carácter distintivo fascista que asola el Planeta y ya se ha apoderado del Gobierno de Israel. Como nada es del todo perfecto, se puede decir que aquel viernes de democracia en Porto Alegre, irónicamente en la casa de los empresarios más bolsonaristas de nuestro Estado, Lula ganó y se conmovió. No todo está perdido, pues fue “un día casi perfecto”.
* Tarso en ley fue gobernador del estado de Rio Grande do Sul, alcalde de Porto Alegre, ministro de Justicia, ministro de Educación y ministro de Relaciones Institucionales de Brasil. Autor, entre otros libros, de utopía posible (Arte y Artesanía). [https://amzn.to/3ReRb6I]
Notas
[1] José Luís Fiori y María Conceição Tavares. Desajuste global y modernización conservadora. Paz e Terra, 1993, p. 128, 129.
[2] Márcio Pochmann.El gran abandono histórico. Ed. Ideas e Letras, p. 33-34.
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