por DANIEL DE SOUZA VENTAS BORGES*
Entrada del “Diccionario de marxismo en América”
Vida y praxis política
Luis Emilio Recabarren Serrano (1876-1924) era hijo de José Agustín Recabarren y Juana Rosa Serrano, dos pequeños comerciantes y padres de cinco hermanas más y un hermano. Estudió durante cuatro años en el colegio de los sacerdotes salesianos Santo Tomás de Aquino, antes de que su familia se mudara a Santiago, en busca de mejores condiciones de vida.
En la capital, la necesidad de ayudar a su familia le hizo conseguir trabajo como tipógrafo en un pequeño taller, cuando apenas tenía 14 años. De forma autodidacta, a través de sus compañeros de trabajo y del pequeño movimiento obrero santiaguero, comenzó a tomar contacto con obras de la literatura y la filosofía, que serían la base de su formación.
En 1894, a la edad de 18 años, Luis Recabarren se casó con Guadalupe del Canto, su prima, y permaneció con ella hasta 1911, teniendo dos hijos, Luis Hermenegildo y Armando (que murió siendo un bebé).
La labor de Luis Recabarren como periodista militante se inició hacia 1898, cuando publicó en el periódico La Tarde, desde Santiago, una carta dirigida al director del periódico, con quien discutió defendiendo el socialismo y afirmando su simpatía por las ideas socialistas -con miras a realizar "transformaciones sociales" y "hacer desaparecer las injusticias".
Al año siguiente se dedicó decididamente a la actividad publicitaria socialista, pasando a ejercer como secretario del Comité Directivo del periódico. La democracia, de Santiago, de la que al año siguiente asumió como director. La publicación fue editada por Partido demócrata (PD), un pequeño partido compuesto principalmente por trabajadores urbanos, al que Luis Recabarren se había afiliado en 1894.
En 1901, diferencias llevaron a este partido a dividirse en dos organizaciones: la dirigida por Malaquias Concha, llamada “regularía”; y el liderado por Francisco Landa –al que se sumó Luis Recabarren–, conocido como “doctrinal.
La naturaleza de sus actividades partidistas y la difusión socialista en los periódicos obreros llevaron a Luis Recabarren a regresar a Valparaíso en 1902. Al año siguiente pasó su primer período en prisión, acusado de fraude en actas electorales. Liberado después de tres meses, fue elegido vicepresidente de la junta directiva de la organización. II Congreso Nacional de Trabajadores, en septiembre de 1903. Ese mismo año, su activismo se intensificó y alcanzó mayor relevancia, al ser invitado por Gregorio Trincado, presidente de la Sociedad Comunitaria de Tocopilla (una sociedad de ayuda mutua mantenida por trabajadores), para fundar y editar una revista con el objetivo de representar y defender los intereses de esta organización laboral.
Las demandas de libertades democráticas, aunque consagradas en la ideología liberal, encontraron eco entre los mineros del norte del país, quienes a pesar de vivir la expansión del ciclo del salitre, fueron subyugados por la superexplotación de su fuerza laboral –y en este caso contextualizar el sociedades comunales Fueron importantes para lograr mejores condiciones laborales, además de fortalecerlas en las negociaciones colectivas con los empleadores. Participación en sociedadeses comunal y la cercanía con los mineros del norte del país forjó su formación en estos tiempos, con su pensamiento y activismo impactado por las luchas, formas de asociación y difusión de ideas de aquellos trabajadores. Así, en octubre de este año apareció la primera edición del periódico. El trabajo, en el que Luis Recabarren mantuvo una intensa actividad militante, aportando 43 artículos –por lo que sería detenido nuevamente, en enero de 1904, acusado de “subversivo”.
Durante su encarcelamiento, participó en controversias con anarquistas chilenos sobre la dirección del movimiento obrero del país. Luis Recabarren, hombre de partido, aunque también había sido influenciado por el anarquismo, fue crítico de muchas concepciones autonomistas; Poco antes de ser liberado, escribió un texto en el que definió firmemente su posición política, declarándose “socialista revolucionario”. En octubre de 1904, al salir de prisión, retomó su actividad periodística en El trabajo e El Proletario, siendo este último el periódico de la sección local de PD.
En 1906, su reputación, construida como periodista obrero entre los trabajadores, contribuyó en gran medida a que el PD lo eligiera diputado nacional por el estado de Antofagasta. Con esta elección puso fin para él a un ciclo de intensa actividad en el norte chileno, trasladándose nuevamente a Santiago para asumir el cargo. En la capital, Luis Recabarren fue impedido de asumir el mandato parlamentario debido a maniobras jurídicas y políticas, tanto dentro de su partido, el PD, como del Partido Radical, que derivaron en una acusación de fraude y una nueva amenaza de prisión.
“Para Luis Recabarren, el patriotismo significaba defender a los ciudadanos de su país y brindarles una vida digna.
Luis Recabarren se exilió luego en Argentina, desembarcando en Buenos Aires en 1907. Allí mantuvo su actividad periodística y, desde su llegada al país, integró tanto el partido Socialista El movimiento obrero argentino y local, al que admiraba por su avanzado proceso de conciencia de clase -aunque influenciado por ideas anarquistas (de las que se distanció). Ese mismo año se intentó agrupar a las dos principales asociaciones de trabajadores de Argentina, la Unión General de Trabajadores y Federacion Obrera Regional Argentina, para fusionarse con el Confederación General del Trabajo. Así, entre marzo y abril de 1907, en el Teatro Verdi (capital federal), el Congreso de Unificación de las Organizaciones Obreras, con la participación de más de un centenar de sindicatos y agrupaciones, entre ellos el Unión Gráfica, entidad por la que Luis Recabarren se presentó como representante -realizando una dura intervención contra los discursos de los dirigentes anarquistas presentes-. El resultado, en aquel momento, fue el fracaso de las negociaciones para unir a las dos asociaciones.
Rompiendo definitivamente con el anarquismo, Luis Recabarren reforzó sus convicciones marxistas, trabajando activamente –aunque sin éxito– para revisar el programa (de 1887) del PD, así como para su cambio de nombre a Partido Socialista Democrático, con el objetivo de afiliarlo a la II Internacional (Socialista). Con este objetivo, en 1908 viajó a Europa y se reunió con líderes socialistas, como Jean Jaurès en Francia, Pablo Iglesias en España y Emile Valdeverde, en Bélgica –habiendo asistido, en octubre, a la reunión del Buró de la Internacional Socialista, en Bruselas, donde su Partido demócrata fue aceptado como miembro de la organización.
A finales de este año regresó a Chile, donde fue nuevamente detenido, permaneciendo en prisión hasta agosto de 1909. Luego de este nuevo período de detención, mantuvo su actividad militante y de difusión socialista, promoviendo conferencias, escribiendo artículos y colaborando en publicaciones periódicas. .
En las elecciones de 1912, tras postularse (sin éxito) a un escaño de diputado, Recabarren participó en la creación del Partido Socialista de los Trabajadores (POS) –con efectos a partir del 4 de junio de este año–, redactando su programa de partido.
En 1915 presidió la 1er Congreso Socialista, en el que fue elegido miembro del Comité Ejecutivo del POS. En esta ciudad, donde a principios de 1916 se radicó con su segunda esposa, Teresa Flores –una trabajadora norteña que formó parte del Comité Ejecutivo fundacional del POS–, participó en la fundación del semanario El Socialista de Valparaíso, así como el Sociedad de Defensa Laboral y Federación Regional Obrera.
En agosto de 1916 viajó nuevamente a Buenos Aires, donde mantuvo su activismo periodístico, escribiendo para distintos periódicos obreros –como La Vanguardia.
La Revolución Rusa de 1917 y las consecuencias de la Primera Guerra Mundial provocaron un gran cisma entre los militantes argentinos agrupados en torno al partido Socialista. Una parte se alineó con los mencheviques y el gobierno de Kerensky, mientras que otra, a la que estaba vinculado Luis Recabarren, se alineó con la defensa de los ideales bolcheviques y la crítica de la guerra. Esta postura frente a la situación internacional le llevó a fundar, en enero de 1918, junto con otros disidentes socialistas, la Partido Socialista Internacional, regresando a Chile en marzo del mismo año.
Establecido esta vez en Antofagasta, participó en la fundación de otro periódico también llamado El Socialista, en la que ocupó los cargos de administrador y editor. Todavía en 1918 asumió como secretario general de la sección de Antofagasta del Federación de Trabajadores de Chile (FOCH), que ayudó a fundar.
A pesar de haber sido arrestado nuevamente, en abril de 1920, su partido nominó su candidatura a la presidencia, en una convención extraordinaria celebrada en junio del mismo año. La candidatura presidencial no prosperó, pues en ese momento existía una gran división entre los sectores populares de la FOCH, así como entre los propios socialistas, lo que provocó que gran parte de estos sectores votaran por Arturo Alessandri Palma, en un perjuicio. estrategia de reducción que debilitó la candidatura de Luis Recabarren (que incluso había sido propuesta como forma de presión para su liberación). Liberado a fines de 1920, el marxista inició los preparativos de su campaña para diputado por Antofagasta. Elegido en 1921, se trasladó nuevamente a la capital, Santiago, esta vez para asumir verdaderamente su mandato, junto con otro diputado electo por el POS, Luis Víctor Cruz.
Mientras tanto, en diciembre de 1920, durante su III Congreso, celebrado en Valparaíso, el POS inició los trámites para adherirse a la Tercera Internacional, actualizando las resoluciones del partido. Así, en enero de 1922, reunidos en su IV Congreso Nacional, en la ciudad de Rancagua, el POS cambió entonces su nombre a Partido Comunista de Chile (PCCh), ratificando su adhesión a la Internacional Comunista (CI), en un evento que se conocería como I Congreso del PCC (aunque el reconocimiento del partido como sección chilena de la Internacional Comunista recién se produjo en 1928).
Luego de este congreso, Luis Recabarren recorrió el sur del país como representante de la FOCH, apoyando varios movimientos huelguísticos en el sector minero del carbón. En noviembre de 1922 viajó a Moscú, asistiendo al IV Congreso de la Internacional Comunista (como representante del PCC), que tuvo lugar ese mismo mes, y, posteriormente, al II Congreso de la Internacional Sindical Roja (como representante de América del Sur) – hay evidencia de que en su momento participó en la redacción del texto “A los trabajadores y campesinos de América del Sur" (publicado por La Correspondance Internationale, en enero de 1923).
Luego de regresar a Chile publicó el escrito “la rusia obrera y campesina”, impreso en Santiago por la gráfica Talleres Gráficos, en marzo de 1923.
En 1924, el diputado Luis Recabarren vio aprobada, en sesión del 5 de febrero, una moción de pésame a la URSS con motivo de la muerte de Lenin.
Entre el 18 y el 24 de septiembre de 1924, el PCC celebró una Congreso extraordinario, en el que quedaron expuestas algunas diferencias entre dirigentes ya consolidados (como Luis Recabarren) y personal más joven -cuyo foco principal estaba relacionado con la política municipal-. Este tema, que impactó de inmediato en la vida cotidiana de la población, se presentó como un dilema político: tender puentes y establecer acuerdos específicos con la burguesía y sus representantes; o mantener una especie de purismo doctrinal y no hacerlo (lo que tendía a llevar al partido al aislamiento político).
La situación era especialmente crítica en las secciones de Viña del Mar y Valparaíso, donde se consideraba que la flexibilidad táctica había privilegiado a sectores burgueses. En el caso de Valparaíso, un grupo disidente incluso mantuvo su propio secretario general. En el mismo congreso, Recabarren fue elegido, aunque ausente, para el cargo Comité Ejecutivo Nacional del partido, junto con otros seis miembros. Sin embargo, se negó a aceptar su nominación y publicó el 12 de octubre un artículo en el que criticaba la falta de experiencia de los activistas elegidos para la dirección del partido.
Tras el agotamiento provocado por las polémicas suscitadas en el congreso extraordinario, el comunista también realizó algunos viajes por Chile, dando conferencias –antes de suicidarse, a los 48 años–.
El 19 de diciembre de 1924 Luis Emilio Recabarren se pegó un tiro con una pistola automática en su casa de Santiago. Según trascendió, dijo estar descontento con algunas situaciones personales y políticas, además de sufrir fuertes dolores de cabeza, lo que dificultaba su trabajo. Una comisión de investigación creada conjuntamente por su partido y la FOCH recopiló información sobre un intento de suicidio anterior y la existencia de una carta escrita por él, en la que afirmaba tener “somnolencia y mal cerebro”.
Aportes al marxismo
A natureza da produção escrita de Luis Recabarren está intimamente ligada aos diversos momentos de sua vida e de sua militância, como as polêmicas com opositores e a intensa atividade nos jornais operários, ou de suas experiências de classe, sua formação cultural e suas próprias reflexões durante la vida. Si bien no elaboró una sistematización teórica sobre los grandes temas del marxismo, sí llevó a cabo un trabajo reflexivo sobre la historia de Chile, desde el contexto de la lucha del naciente movimiento obrero en la industria minera -en sus luchas por mejores condiciones de vida- y confrontación con el propio Estado chileno (forjado en la línea de las elites santiagueras).
Siendo un “intelectual orgánico” –según la formulación de Gramscian–, Luis Recabarren, por un lado, no tenía los vicios academicistas que afectan a tantos marxistas; por otro lado, carecía del refinamiento que le proporciona la experiencia académica. Su marxismo era, por tanto, heterodoxo, práctico, forjado por sus lecturas y por las cuestiones del contexto histórico impuestas a la dirección del movimiento obrero y del proletariado chileno.
Un ejemplo de las ideas de Luis Recabarren está en una de sus intervenciones más famosas, “Ricos y pobres a través de una vida republicana del siglo” – texto presentado en una conferencia, en Rengo, en 1910, con motivo del centenario de la independencia de Chile, pero escrito en prisión el año anterior. En él hace un balance crítico del proceso de independencia y de consolidación de la burguesía como clase hegemónica en el país y señala las consecuencias de ello para la sociedad chilena en su conjunto. Bajo la división fundamental “ricos” y “pobres”, Luis Recabarren buscó establecer los orígenes de la dominación de clases en Chile, que a su juicio no era sólo “económica”, sino también “moral”.
En relación con las incipientes condiciones materiales para la supervivencia de las clases trabajadoras, se refiere directamente al alto nivel de analfabetismo, las jornadas de trabajo intermitentes y la influencia militar sobre el pueblo – afirmando que “la pobreza, y la pobreza en grado excesivo, sobre todo , impide todo progreso". Sobre la pobreza material a la que sometía al pueblo se construyeron todos los aparatos institucionales encaminados a preservar el poder burgués. Una de las críticas más duras de Luis Recabarren estuvo dirigida al sistema judicial y penitenciario, que él, con la propiedad de haber sido detenido varias veces, identificaba con los privilegios de los capitalistas: ambos pretendían impedir cualquier intento de transformación social, arrojando a la población a la desorden, pobre en un sistema penal en el que estaba expuesta a vicios y crímenes.
Luis Recabarren entendió que tanto la pobreza como la decadencia moral eran productos de la hegemonía burguesa que comenzó con la independencia. Según él, las clases trabajadoras chilenas no tenían motivos para celebrar la independencia ya que no participaron en este proceso, no fueron llamadas a decidir su rumbo y quedaron víctimas de la opresión de clase constituida en forma republicana y, sólo en teoría, "democrático". También hubo una crítica a la idea de nacionalidad, considerada desde una ruptura historiográfica -con el imaginario de los próceres de la patria y la exaltación nacionalista de los personajes del proceso independentista-.
Las críticas al sistema judicial y sus operadores fueron recurrentes en las publicaciones del marxista chileno. En respuesta a la demanda oficial contra el Comunidad de Tocopilla (1905) –uno de sus primeros escritos para estructurar su pensamiento político de manera más sistemática– destaca la persecución contra los trabajadores y sus asociaciones de ayuda y ayuda mutua.
En 1912, entre el 8 de octubre y el 21 de noviembre, continuando con la labor de difusión de las ideas marxistas, publicó en el periódico El despertar de los trabajadores, de Iquique (donde años antes había ocurrido una masacre de mineros), una serie de escritos que integraron el texto Socialismo: ¿qué es y cómo se logrará?, en el que expuso y sistematizó de manera didáctica los principios del socialismo marxista, buscando analizar las condiciones y posibilidades de su realización en Chile.
En su exposición de estos principios, Luis Recabarren combinó la universalidad del proyecto de emancipación socialista con las necesidades particulares inmediatas de los trabajadores chilenos a principios del siglo XX, una de las cualidades de su texto. Identificó a los ejércitos, la policía, la justicia y la legislatura como dispositivos para mantener el poder burgués, y pidió la creación de fábricas y almacenes cooperativos bajo control de los trabajadores y su organización en federaciones de defensa, que pudieran sostener la lucha entre el capital y el trabajo.
Ese mismo año publicó el Programa y reglamento del Partido Socialista de los Trabajadores, partido del que fue uno de los fundadores. Además de las disposiciones internas del partido, propuso medidas prácticas, aunque no ofreció un plan detallado para llevarlas a cabo y algunas de ellas contenían un alto grado de voluntarismo –como las propuestas de extinción de las fuerzas armadas, expropiación y nacionalización de los bienes de la Iglesia, y la sustitución del cargo de presidente de la República por una comisión ejecutiva elegida directamente por el pueblo. De hecho, había propuestas muy avanzadas como la universalización de la educación pública laica, el pago de salarios en moneda nacional, la abolición del sistema de vales y la recaudación de impuestos progresivos sobre la propiedad de bienes inmuebles. La parte programática, en su totalidad, apuntaba a un horizonte lejano, pero definía el carácter de las reformas defendidas por el partido recién creado y la comprensión de sus militantes de los profundos males sociales resultantes de la dominación de clases en el país.
El marxismo de Luis Recabarren puede entenderse como una acumulación de la trayectoria de una vida militante. No es un pensamiento estático, pero tampoco hay cambios profundos, rupturas. Hay un refinamiento progresivo proporcionado tanto por su experiencia de lucha como por los cambios en la situación internacional. Luis Recabarren que agredió al director del diario La Tarde La defensa de los socialistas del movimiento obrero chileno, distinguiéndolos de las fracciones anarquistas, todavía estaba arraigada en la actividad sindical.
Su frecuente movimiento por Chile y, posteriormente, por América y Europa, lo hicieron transitar por diferentes realidades y culturas políticas. El contacto con los socialistas argentinos le hizo intensificar sus esfuerzos por inscribir al PD en la Internacional Socialista, justo cuando el estallido de la Revolución Rusa reforzó en él un sentido de acción más doctrinal –que lo llevaría a la construcción del PCC, alineado con el Internacional Comunista. El punto central del marxismo de Recabarren fue la lucha de clases manifestada en las extremadamente difíciles condiciones de vida de los trabajadores chilenos de su época; Es a partir del contacto con esta realidad y la lucha obrera que se estructuran sus formulaciones.
En definitiva, los mayores aportes de Luis Recabarren al marxismo latinoamericano fueron su labor de conciencia de clase y difusión del pensamiento marxista, así como su labor de organización política -especialmente la creación del POS y, posteriormente, la Partido Comunista de Chile.
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Como se indicó anteriormente, la naturaleza de la producción escrita de Luis Recabarren se caracteriza por su variedad temática y su íntima conexión con su activismo político y trayectoria de vida –compuesta por artículos publicados en revistas y folletos, así como transcripciones de conferencias e informes.
Entre las principales iniciativas editoriales para publicar la obra del autor se encuentran Luis Emilio Recabarren: obras seleccionadas, libro publicado en 1965 por la Editorial Recabarren –que presenta un estudio introductorio del historiador y militante marxista chileno de partido Socialista (PD) Julio César Jobet. Además de la transcripción de un discurso de Luis Recabarren en la Cámara de Diputados, del 15 de julio de 1921, titulado “Los inicios de la revolución social en Chile”, la obra contiene la transcripción de la conferencia “Ricos y pobres a través de una vida republicana del siglo”, pronunciado el 3 de septiembre de 1910 con motivo del centenario de la independencia, y el texto “la rusia obrera y campesina”, escrito a raíz del viaje del marxista a Rusia –publicado como folleto en 1923.
Como se mencionó, "Ricos y pobres a través de una vida republicana del sigloAborda críticamente la evolución histórica del proceso de independencia de Chile y establecimiento de la República. Desde una perspectiva que problematiza y enfatiza las contradicciones de clase en el periodo republicano hasta entonces, Luis Recabarren hace un aporte a una historiografía crítica que cuestiona, choca o, al menos, agrega matices a la historiografía oficialista y liberal –profundamente ligada a las oligarquías nacionales y a una historia histórica–. concepción que naturaliza o exalta la formación del Estado nacional y sus transformaciones realizadas no por el pueblo, sino “desde arriba”.
Otra conferencia suya transcrita tiene un contenido similar, titulada “patria y patriotismo”, resultado de una conferencia dada en el Teatro Municipal de Iquique, en 1914 – publicado en el diario La aurora, de Taltal, en 1916. Tal como lo hizo en “Rico y pobre…”, aquí el autor cuestiona las contradicciones del capitalismo y la dirección del país – en la que los trabajadores no participaron. Rechaza todas las acusaciones hechas entonces de que los socialistas –especialmente los de su partido, el POS– eran “antipatriotas”. Por el contrario, afirma que los socialistas eran los verdaderos “patriotas”, ya que estaban preocupados por la degradación social de los trabajadores, oponiéndose a los intereses del Estado.
También evoca el internacionalismo al abordar el tema de la guerra y la oposición a ella por parte de los socialistas, argumentando sobre la “humanidad” que es inherente a las personas de todas partes del mundo. También expresa su preocupación por los efectos del conflicto, que provocó muertes, niños huérfanos y pobreza. Para Luis Recabarren, el patriotismo significaba defender a los ciudadanos de su país y brindarles una vida digna.
Ya estoy en eso "la rusia obrera y campesina”, se dedicó a analizar, a partir de su estancia en el país, los principales aspectos políticos y organizativos del modelo soviético. Luis Recabarren consideró positivas las transformaciones en la Unión Soviética, donde, según sus palabras, la “expropiación de los exploradores había sido completa”. La materialización y consolidación de la Revolución Rusa había tenido un profundo impacto en la militancia comunista en todo el mundo: el viaje de Luis Recabarren en Rusia también fue emprendido por muchos militantes, patrocinados o no por sus respectivos partidos (secciones de la Internacional Comunista), especialmente en la década de 1930. El informe del comunista chileno es detallado, predominantemente descriptivo y elogioso de la nueva situación rusa; Esta no es una problematización de los desafíos de la Revolución, sino un trabajo diseñado para informar y difundir los ideales socialistas entre el público chileno y latinoamericano.
Entre las otras recopilaciones de textos del autor que merecen mayor consideración, destacan: la edición organizada por Jobet, Barria y Vitale, Recabarren: obras seleccionadas, publicado por Editorial Quimantú en 1971; y uno compilado por Diego Castañeda Fuertes y publicado por Casa de las Américas, en 1976, Luis Emilio Recabarren: obras.
Además, la extensa producción de artículos e intervenciones de Luis Recabarren para la prensa proletaria y diversos órganos de difusión obrera fueron recopiladas por Ximena Cruzat y Eduardo Devés en Recabarren: escritos de prensa (1898-1924), obra publicada en 1985 (en 4 volúmenes), por Nuestra América e Terranova, que fue reeditado en 2015 (en un solo volumen) por Ariadna Ediciones – también disponible en versión digital, en el portal memoria chilena.
Por la relevancia y contexto de producción, también vale la pena destacar algunos escritos que representan las posiciones socialistas y las intervenciones públicas de Recabarren. Entre ellos, uno de los principales es la serie de textos Socialismo: ¿qué es y cómo se logrará?, publicado entre el 8 de octubre y el 21 de noviembre de 1912 en el periódico El despertar de los trabajadores (también disponible en memoria chilena) – en el que el autor teoriza sobre el socialismo en general. Utilizando elementos históricos, económicos y éticos, nos presenta al mismo tiempo una síntesis de la necesidad histórica del socialismo –como medio de emancipar a los trabajadores– y una concepción muy particular de sus características.
Entiende el socialismo como un proyecto integral –en el que están incluidos todos los ámbitos relacionados con la existencia humana– y universal, aunque debe realizarse según las condiciones de cada país. Considera fundamental colocar la organización autónoma de los trabajadores en el centro de este proyecto e incluso sugiere la formación de federaciones -como la FOCH- como una mayor expresión de la organización de los trabajadores en conjunto con gremios y sindicatos. Para el autor, la moral socialista está comprometida con la justicia social, la satisfacción de las necesidades y la dignidad de los trabajadores, por lo que no basta con lograr una división equitativa del producto del trabajo, sino que es necesario combatir los vicios entre la clase trabajadora. Tales ideas, como ya se dijo, están relacionadas con sus lecturas e influencias, pero principalmente con su experiencia como trabajador y con los trabajadores.
En el artículo titulado “Socialismo puro” – publicado el 23/03/1914 en El despertar, periódico proletario que circula en Iquique–, el comunista chileno lamentó la hostilidad de algunos trabajadores hacia la publicación, ya sea por su orientación socialista o por su campaña contra el alcoholismo (vicio que consideraba parte de la dominación burguesa sobre los trabajadores).
Respecto al tema nacional chileno cabe mencionar “Papeles viejos: la tierra y el hombre (II)” (El Proletario, Tocopilla, 8 de abril. 1905), en el que Luis Recabarren caracteriza la revolución independentista chilena (siglo XIX) como un proceso “burgués”, de manera que, con tal interpretación, sugiere un programa revolucionario directamente socialista (sin etapas).
Entre sus textos de juventud, la correspondencia dirigida al director del periódico La Tarde, de Santiago, conocido como “Carta al director”, publicado el 15 de marzo de 1898, es probablemente su primer escrito que se hizo público. En él, Luis Recabarren cuestiona una asociación hecha por el periódico entre los nacientes ideales socialistas del movimiento obrero chileno y las ideas y acciones del líder anarquista Luis Olea. Rechazando con vehemencia la comparación, critica al movimiento obrero y repudia la conducta de Luis Olea; Afirmó que los socialistas eran “constructores” y que pedían “justicia”, y no una “amenaza”, al no mantener una conducta como la del anarquista, considerado violento por Luis Recabarren. En ese momento ya se ensayaban las innumerables desavenencias del autor con el anarquismo.
De joven también escribió “El deber de la prensa trabajadora”, artículo del 7 de abril de 1901 y publicado en el periódico la democracia, de Santiago, en el que se exponen sus ideas sobre las tareas de la prensa proletaria. En el texto, explica el papel formativo que la prensa proletaria – políticamente orientada y combativa – puede desempeñar en el universo cultural de los trabajadores: fuente de ilustración y arma de combate contra la ideología política de los explotadores.
Poco después publicó en el periódico La democracia, de Nueva Imperial, el pequeño artículo manifiesto “El inquilino(25/09/1904). En él se opone “arrendatario” – régimen de trabajo históricamente establecido en el país, según el cual vivían en él los trabajadores rurales “haciendas(latifundios) y recibían sólo una pequeña parte de su salario en efectivo, lo que significaba que inquilinos Mantuvo un enorme grado de dependencia de los empresarios y de la dinámica económica de la propia propiedad. El autor compara la situación con un régimen esclavista y llama a todos los socialistas y luchadores a “liberar a estos hermanos”.
El año siguiente, en su defensa de Comunidad de Tocopilla - "Caso oficial contra la Sociedad Mancomunal de Tocopilla: respuesta a la acusación fiscal”-, de 1905 e impreso en forma de folleto, el marxista defiende la libre organización de los trabajadores y denuncia la persecución estatal que se le impone; reconstruye la historia de este comunal y su periódico (El trabajo), señalando su importancia para la causa obrera. Denunciando la acusación de subversión y las amenazas vertidas por un fiscal fiscal contra el directorio de esta sociedad obrera – lo que incluso lo llevó a prisión e interrumpió la publicación de El Trabajo –, demuestra la persecución y arbitrariedad contra las formas de asociación laboral. Contrariamente a la supuesta neutralidad institucional de la Justicia chilena, la crítica de Luis Recabarren la muestra como un instrumento más de la burguesía para ejercer el dominio de clase sobre los trabajadores y los pobres en general.
En un artículo emblemático publicado dos años después, “Democracia-socialismo (I)” (La reforma, Santiago, 28/12/1907), Luis Recabarren presenta argumentos para mostrar que el programa “democrático” es muy diferente al “socialista”. Ésta es “pálida”, “insignificante”, “vaga”; contiene sólo reformas “suaves”, que no amenazan las actuales “instituciones coercitivas de libertad dominadas por la burguesía”. El programa socialista, por otra parte, proclama la sustitución de “instituciones inútiles” por otras “completamente diferentes”; el socialismo quiere la “socialización de la propiedad de la tierra” – y la “confiscación” de los bienes con los que la revolución transformará el orden estatal será “sin compensación”, ya que “el nuevo Estado asegurará el bienestar de cada individuo, con el único condición de que contribuya a la producción útil”.
Aunque ha habido pocas ediciones, parte de la obra de Luis Recabarren es accesible al público, estando muchos de sus escritos disponibles en línea. Hay secciones dedicadas a ello en el portal. Marxistas (www.marxistas.org), iniciativa para la difusión general del marxismo; y en el sitio web oficial Memoria chilena, mantenido por Biblioteca Nacional de Chile (www.memoriachilena.gob.cl). Además de estos portales, sus textos también podrán leerse en: Colectivo Luis Emilio Recabarren (https://luisemiliorecabarren.cl); Ediciones Ariadna (https://ariadnaediciones.cl); Edición ilimitada (https://books.openedition.org).
*Daniel de Souza Sales Borges Es doctor en historia por la UNIRIO y profesor de la SEEDUC-RJ..
Publicado originalmente en el Núcleo de Praxis-USP.
Referencias
COMISIÓN DE INVESTIGACIÓN DE LA FOCH/PC. “Informe de la Comisión Investigadora de la Federación Obrera de Chile y del Partido Comunista de Chile sobre la muerte de Luis Emilio Recabarren”, 1924. Disp.: https://luisemiliorecabarren.cl
CRUZAT, Ximena; DEVÉS, Eduardo (org.). Luis Emilio Recabarren: escritos de prensa (1898-1924). Santiago: Ariadna Ediciones, 2015.
GREZ T., Sergio. Historia del comunismo en Chile: la era de Recabarren. Santiago: Lom Ediciones, 2011.
JOBET, Julio C.; BARRÍA, Jorge; VITALÉ, Luis. Recabarren: obras seleccionadas. Santiago: Quimantú, 1971.
MASSARDO, Jaime. La formación de la imaginación política de Luis Emilio Recabarren: contribución al estudio crítico de la cultura política de las clases subalternas de la sociedad chilena.. Santiago: Lom Ediciones, 2008.
PINTO V., Julio. Luis Emilio Recabarren: una biografía histórica. Santiago: Lom Ediciones, 2013.
RUEDA, María Alicia. La filosofía educativa de Luis Emilio Recabarren: educación obrera pionera en América Latina. Nueva York/Londres: Routledge, 2021.
VITALÉ, Luis. “Luis Emilio Recabarren”. Archivo Chile, 2005. Disp.: www.archivochile.com.
WITKER, Alejandro. Las obras y jornadas de Recabarren. Ciudad de México: Editorial Nuestro Tiempo, 1977.
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