por EDUARDO MARQUÉS & ADRIÁN GURZA LAVALLE*
Comentario sobre la obra de uno de los pioneros de la sociología urbana brasileña
El 24 de agosto, las ciudades brasileñas perdieron a Lucio Kowarick, uno de los pioneros más astutos de la sociología urbana brasileña. Yo, Eduardo, aún tengo conmigo la copia, pegada y golpeada, de el despojo urbano comprado en sebo en la Rua da Carioca en Río de Janeiro en 1989. Al igual que yo, muchos investigadores y activistas urbanos quedaron profundamente impactados por él.
Su visión de la ciudad fue informada por una comprensión amplia de los procesos sociales que producen desigualdades y la posición de los grupos subalternos en esta producción, como se muestra en el clásico de sociología, Trabajo y merodeo, publicado dos años antes (1987). Para quienes, como yo, Adrián, tuvimos la suerte de ser sus alumnos y/o asesores, esta mirada atenta a los procesos leídos en busca de las claves explicativas de la desigualdad fue profundamente formativa.
Lúcio ingresó a la Universidad de São Paulo en 1970 y se retiró del Departamento de Ciencias Políticas de la USP en 2008, que dirigió dos veces. Se doctoró en 1973 con una obra marcada por un rigor conceptual destacado por los cánones de la época, publicada posteriormente como el libro Capitalismo y marginalidad en América Latina, en 1975. Estas primeras exploraciones del carácter periférico de nuestro capitalismo desembocaron en una aguda mirada a nuestra formación social y nuestros patrones de urbanización.
Este aporte ya estaba muy presente en la historia São Paulo 1975: crecimiento y pobreza, producidos colectivamente en Cebrap. El libro fue financiado por la Arquidiócesis Metropolitana de São Paulo y tuvo consecuencias no sólo intelectuales sino también políticas, llegando incluso a provocar un atentado con bomba en la sede del Centro.
La contribución autoral de Lúcio a lo urbano, sin embargo, es más evidente en A Expolio Urbano de 1979. A nuestro juicio, es individualmente el libro más importante del inicio de nuestros estudios urbanos, conectando con sutil elegancia explicativa formas de producción del espacio periférico con patrones de acumulación, en el contexto omnipresente del régimen militar.
En las décadas siguientes, el campo urbano estuvo fuertemente influenciado por sus aportes sobre la pobreza, la precariedad habitacional, los movimientos sociales urbanos, las periferias y la vida vulnerable de sus habitantes, elaborados tanto en la DCP de la USP como en el Cedec. En Conflictos Sociales y Ciudad a vivir en riesgo, pasando por escritos urbanos, su trabajo se extendió por América Latina e influyó en generaciones de analistas y activistas de la ciudad.
Su mirada estuvo siempre permeada por una delicada sensibilidad sociológica asociada a una profunda y sincera preocupación por las (perdurables) desigualdades que marcan nuestra sociedad y nuestros espacios, como demuestra una vez más su interés por el estudio de la subciudadanía en los últimos años de su vida. carrera como investigador. Un pensamiento esencial en estos días, y que permanece con nosotros a través de sus muchos escrituras urbanas.
*eduardo marqués e Adrián Gurza Lavalle son profesores del Departamento de Ciencias Políticas de la USP.