por Daniel Brasil*
Comentario a la última novela de Philip Roth (1933-2018).
Desde el comienzo de la pandemia del coronavirus, hemos sido bombardeados en conversaciones virtuales con diversas referencias y citas de clásicos de la literatura universal. Claro que La plaga (Record), de Albert Camus, es el campeón, aunque sospecho que mucha gente lo indica sin haberlo leído. Ensayo sobre la ceguera (Companhia das Letras), de José Saramago, es otra muy recordada. Pero nadie, que yo sepa, ha citado Justicia, de Philip Roth. Una pequeña y última novela que releo hoy gana luces de asombrosa anticipación.
Philip Roth (1933-2018) es uno de los escritores más destacados del cambio del siglo XX al XXI. Escribió mucho y fue debidamente premiado y felicitado por ello. novelas como complejo portnoy ou Pastoral americana son indispensables para todo aquel que quiera conocer la literatura americana contemporánea. Aunque escribió cuentos y ensayos, es como novelista que se ganó su lugar en la eternidad. Justicia, obra menor, retoma de manera angustiosa el desafío presente en sus últimas obras: la acción del azar sobre nuestras vidas, la catástrofe de las elecciones impulsivas, la impotencia del individuo frente al drama colectivo.
Justicia termina siendo notable por ser la última pieza de ficción de Roth. Como ocurre con varios escritores, no tiene el brillo intenso de las obras más célebres (ver Machado de Assis y su Memorial de Ayres), pero lleva en su escritura toda la sabiduría y claridad de quien sabe adónde quiere ir. .
El comienzo tiene la objetividad de un reportaje: “El primer caso de poliomielitis de ese verano se informó a principios de junio, justo después del Día de los Caídos, el feriado que marca el comienzo de la temporada, en un barrio pobre italiano al otro lado de la ciudad. .” Es el año 1944, en la ciudad de Newark, New Jersey. El protagonista es un joven judío atlético, profesor de deportes, que sufre por ser despedido de la Guerra debido a su alto grado de miopía. Detrás de sus gruesos anteojos, Bucky Cantor es adorado por los estudiantes, tiene una novia ideal, extraña a sus amigos peleando en el Pacífico. Un buen tipo, entonces.
Pero la enfermedad comienza a entrar en su vida. Primero, robando a sus estudiantes. Entonces, provocando que abandone la ciudad, atormentado por una crisis de conciencia: ¿debe quedarse y luchar para minimizar los efectos nocivos de la epidemia, o refugiarse para salvar su propia vida? Vale recordar que Némesis, en la mitología griega, es la diosa de la venganza divina, del desquite.
En menos de 200 páginas, seguimos el drama de Bucky Cantor, su prometida, sus alumnos, con el Segador haciendo un daño predecible (el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt fue víctima ilustre de la polio, también conocida como parálisis infantil). Sería un relato competente pero común, si no fuera por el último capítulo, una verdadera obra maestra literaria.
Unos años más tarde, un ex alumno se reencuentra con el protagonista y entablan una conversación sobre el período infernal. Es entonces cuando surgen todas las inseguridades, rencores, sospechas, descreimiento en la medicina y la fe, que dan una dimensión mítica a la historia. Se expone crudamente la impotencia del hombre ante las circunstancias, al mismo tiempo que se demuestra que muchas veces hacemos la elección más desacertada ante la tragedia.
Roth reafirma su talento con las palabras y culmina su brillante carrera de manera digna, con la vieja hoja, aún afilada, clavándose profundamente en nuestras convicciones.
* Daniel Brasil es escritor, autor de la novela traje de reyes (Penalux), guionista y realizador de televisión, crítico musical y literario.
REFERENCIAS
Nemesis Paperback – Septiembre 2011 – Philip Roth (https://amzn.to/3qBINn0)