Lecciones de un editorial

Imagen: Fábio Miguez (Jornal de Resenhas)
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por RENATO NUCCI JR.*

editoriales de Folha deja una lección sobre el enfoque del periódico sobre el bolsonarismo

El 30 de marzo, víspera del 59 aniversario del golpe militar de 1964, Jair Bolsonaro quiso aprovechar la efeméride para aterrizar en Brasil tras pasar tres meses escondido en Estados Unidos. Con su regreso en una fecha tan significativa para la extrema derecha brasileña, esperaba un digno recibimiento por parte de sus más fieles seguidores. Sin embargo, lo que resultó ser un fiasco. La partida de desembarco “flopou”, como se dice en la jerga moderna. Media docena de gatos chorreantes le daban la bienvenida. Aun así, no se deben pasar por alto las posibilidades que se presentan en la situación de Jair Bolsonaro ocupando el rol de oposición al nuevo gobierno. La política de tasas de interés del Banco Central “autónomo” apunta a producir una crisis económica que haría completamente inviable al actual gobierno y así preparar el escenario para que el capitán lidere la lucha de la oposición fascista y reaccionaria.

El desembarco del ilustre genocida no pasó desapercibido para operadores políticos de distintos matices ideológicos. Lula habría cancelado su viaje a China por precaución, ante el temor de que su ausencia del territorio nacional pudiera ser aprovechada por Jair Bolsonaro y sus partidarios para dar uno propio, como un nuevo golpe que dejaría vacante la presidencia. por ausencia del titular. Ya sus refugiados dentro del Partido Liberal, como el presidente del acrónimo Waldemar da Costa Netto, saludaron el anuncio del regreso de Bolsonaro "... para luchar juntos por un Brasil más justo y libre". 

Pero, entre las manifestaciones, una que se destacó fue la editorial del diario Folha de S. Pablo. O mejor dicho, las dos editoriales. una versión En línea publicado el 30 de marzo a las 21:30 horas, concluyó en su último párrafo con una nota de esperanza, que “Al oponerse al PTismo, el bolsonarismo puede dar vigor a la política brasileña, siempre que abandone la violencia, la actitud antidemocrática y la polarización irracional”. ". Ante las críticas a la desastrosa editorial, apareció la edición impresa con una corrección en el último párrafo. La convicción presente en el presente de indicativo, que el bolsonarismo “puede dar vigor a la política brasileña”, fue sustituida por otro tiempo, el futuro de indicativo, que expresa duda y probabilidad, condicionando su realización al ejercicio de ciertas condiciones, en el que “El bolsonarismo podría incluso, si abandonara la violencia y el autoritarismo, liderar una sana oposición al PT. Desafortunadamente, este no es el resultado más probable”.[i].

Sin vergüenza, el diario de la familia Frías, sin importar el tiempo empleado, “olvidó” el desastre económico y social que representó el gobierno de Jair Bolsonaro para gran parte de la población, en particular para los sectores más empobrecidos. El editorial ignoró la gestión genocida de Jair Bolsonaro en la pandemia, cuya irresponsabilidad al anunciar tratamientos ineficaces y alentar aglomeraciones, que ya se cobró la vida de 700 personas. Ignoró el crecimiento absurdo de la inseguridad alimentaria en todos los niveles, especialmente en su forma extrema, que deja a alrededor de 30 millones de brasileños y brasileñas literalmente sin nada para comer. Ni siquiera recordaba el desastre humanitario contra los yanomami, provocado por una política que buscaba simplemente exterminarlos a través del hambre y las enfermedades.

Sin exagerar, la línea editorial del Folha y sus expectativas con el regreso de Jair Bolsonaro es la misma que absolver a Hitler de sus crímenes. Y, si hubiera sobrevivido al final del conflicto que él mismo provocó, pídale que abandone la violencia y el autoritarismo para liderar una “sana oposición” a los gobiernos alemanes de la posguerra.

Esta es la primera lección que dejan ambos editoriales del Folha. Independientemente del tiempo, hay un esfuerzo por olvidar los crímenes cometidos por Jair Bolsonaro y el bolsonarismo contra el pueblo brasileño. Incapaz de firmar una “tercera vía” que consiga un apoyo popular significativo, queda la burguesía liberal con visos democráticos, espectro político al que los dueños de la Folha autolocalícense, no descarten a Bolsonaro y no desprecien el bolsonarismo.

Ese es el objetivo de la operación para borrar y limpiar la imagen del expresidente: mantenerlo vivo políticamente como una opción a utilizar en una futura disputa electoral. Sin mantener una contradicción antagónica con el liberal-fascismo, los liberales con un barniz democrático insisten en ver el fascismo como una reserva de representación, tanto para “dar vigor a la política brasileña” como para “dirigir una sana oposición al PT”. No hay contradicción antagónica porque el programa de ambos es el mismo: aplicar un profundo ajuste ultraliberal y una agenda de regresión social. Lo que los divide es la forma, ya sea de manera “violenta y autoritaria”, como quiere el bolsonarismo, o de manera más “democrática”, respetando las liturgias institucionales y construyendo un “neoliberalismo con rostro humano”, como quiere la burguesía liberal. -democrático.

el sueño de Folha, de Jair Bolsonaro al frente de una oposición al petismo trae una segunda lección, importante para Lula, el PT y todo un vasto campo que va desde el progresismo hasta sectores políticos que reivindican el socialismo. Por mucho que el actual gobierno busque mantener una relación amistosa con el “mercado”, complaciéndolo con el mantenimiento de una política económica recesiva, la burguesía con visos democráticos no le dedica confianza alguna. Una razón es que la base social del petismo, formada por los segmentos más empobrecidos de las masas trabajadoras, presiona al gobierno por reformas incluso dentro del alcance del régimen de acumulación neoliberal. Estas reformas están ligadas a la lógica de las políticas compensatorias, que obviamente representan un alivio para sus beneficiarios, pero que no apuntan a la universalización de derechos a través de una ampliación de los servicios públicos.

Es que la burguesía brasileña ya ni siquiera admite la política rebajada de reformas en el neoliberalismo. Desde el juicio político de 2016 se profundizó la política de ajuste fiscal, uno de los trípodes macroeconómicos de la acumulación neoliberal, que pretende garantizar el interés del parasitismo financiero. La Enmienda Constitucional 95 impuso una política de techo al gasto público que recortaba el gasto social en políticas públicas, pero excluyendo de él la deuda pública. En 2014, el Presupuesto General de la Unión ejecutó el valor de R$ 978 mil millones para el pago de intereses, cargos y amortización de la deuda pública. En 2018, la cantidad saltó a BRL 1,065 billones y en 2022 saltó a BRL 1,879 billones.[ii]

En este escenario, incluso las políticas públicas compensatorias y focalizadas, defendidas por los propios economistas liberales, se vuelven obsoletas e inadmisibles frente a la agenda de un ultraliberalismo duro, desenfrenado, marcado por la regresión social, pero que, para los liberales con visos democráticos, sería tienen que asumir un rostro humano, basado en el emprendimiento representativo y aplicarse “democráticamente” sin violencia y autoritarismo.

Este intento de reconciliar lo irreconciliable lo entendió Jair Bolsonaro, quien, desde el punto de vista de la masa de la burguesía, captó la esencia del momento histórico que iba a romper el pacto político y social establecido en la Constitución de 1988. único capaz de ejecutar la agenda ultraliberal sin prurito moral ni consideraciones humanitarias. Su candidatura representó una ruptura con esta masa burguesa y pequeñoburguesa de sus representaciones y operadores políticos tradicionales, ubicados principalmente en el PSDB, que fue esa burguesía que hegemonizó la representación de los intereses de su clase desde la redemocratización hasta el golpe de juicio político.

La actual masa burguesa de carácter advenedizo y depredador vio en la política ultraliberal, inaugurada por Michel Temer y adelantada por Jair Bolsonaro, un medio para explotar aún más a los trabajadores y saquear el país. Para no quedar completamente excluida del poder del gobierno, la burguesía tradicional busca mantener relaciones fraternales de clase con esta nueva burguesía. Las editoriales de Folha, los medios virtuales e impresos, ejemplifican esta política de derecha de buena vecindad con un barniz democrático con el bolsonarismo y, por extensión, con el fascismo.

La última lección que queda para esta aproximación de Folha con el bolsonarismo está en ambos editoriales, que lo reconocen como una “... corriente capaz de mantenerse fuerte por mucho tiempo”. Una hipótesis a pensar sobre estos editoriales indica que esta burguesía con visos democráticos estaría adoptando una táctica que la haría oscilar, según sus conveniencias, entre apoyar al liberal-fascismo o apoyar una candidatura desde el campo democrático. . Al posicionarse como la tercera vía entre el bolsonarismo y el PTismo, pero sin la fuerza electoral para derrotarlos, se presentaría como una fuerza capaz de hacer que el peso de la decisión electoral se incline hacia el lado que apoya. Y, con ello, reviviría la dinámica del juego político desde la redemocratización, al forzar la conversión de la derecha y la izquierda al centro del espectro.

La derrota electoral del campo liberal-fascista, representado por Jair Bolsonaro, debe ser total. La diferencia entre éste y los liberales con un barniz democrático, como ya hemos señalado, es más de forma que de contenido. Para ello, es necesario que las masas trabajadoras se pongan en movimiento para presionar al nuevo gobierno a fin de que se hagan realidad sus expectativas, aunque difusas, de un cambio total en la política económica. Solo así se disputará la base de masas del bolsonarismo. Esta es la última lección que deja el editorial de Folha.

Para evitar cualquier ligero cambio en la política económica y sus poderosos intereses, la burguesía brasileña busca mantener asediado al gobierno, aunque eso signifique limpiar la imagen de Jair Bolsonaro. Es necesario que los trabajadores se pongan en marcha, tanto para evitar un nuevo ascenso del fascismo como para presionar al gobierno para que adelante una agenda económica de interés para las masas populares, único medio de imponer una regresión al fascismo.

*Renato Nucci Jr. es activista de la organización comunista Arma da Crítica.

Notas


[i] “Folha” es criticada por diferencia en editorial sobre Bolsonaro: https://www.poder360.com.br/midia/folha-e-criticada-por-diferenca-em-editorial-sobre-bolsonaro/

[ii] https://auditoriacidada.org.br/


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