por EUGENIO TRIVINHO*
El destino de Assange coincide con el destino del modelo establecido de regímenes democráticos informatizados y también con la idea de la democracia como valor universal.
la indignación internacional
La comunidad internacional eligió el 25 de febrero para unificar esfuerzos a favor de Julian Assange. El ciberactivista australiano, fundador de Wikileaks, es refugiado y preso político desde 2010. Luego de vivir asilado en la Embajada de Ecuador en Londres, en el barrio de Knightsbridge, durante siete años, el programador informático más famoso y perseguido de este siglo fue, previa autorización de la Embajada, sustraído del inmueble por Policía Metropolitana, el 11 de abril de 2019, y conducido a un recinto policial en el centro de la ciudad.
Desde entonces, el periodista nacido en Townsville ha permanecido bajo la custodia de Scotland Yard en la prisión de máxima seguridad para hombres de Belmarsh en Thamesmead, al sureste de Londres. El desarrollador de software Livre, nacido el 3 de julio de 1971, está a la espera de la sentencia definitiva sobre la apelación de Estados Unidos para su extradición al país.
La condición de asilo, interrumpida por el gobierno de Ecuador bajo el argumento de que Assange violó convenciones diplomáticas y determinaciones legales del país, no dejó de ser una suerte de “arresto domiciliario”. Julian Assange no pudo salir de las instalaciones de la Embajada: el tránsito a lugares públicos británicos le daría a la Policía Metropolitana de Londres la prerrogativa legal de arrestarlo de inmediato, a pedido de la justicia estadounidense y británica (en este caso, por haber incumplido con el términos de su libertad provisional en el país). En febrero de 2016, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se pronunció al respecto, defendiendo el derecho de los refugiados a ir y venir sin amenazar su libertad.1
Desde entonces, se han observado varias manifestaciones y protestas a favor de la vida de Assange en Brasil y en varias ciudades del mundo. La indignación generalizada vinculó el absurdo internacional de la situación al socavamiento de la libertad de prensa y expresión. Organizaciones periodísticas, de derechos humanos y civiles como Reporteros sin Fronteras (RSF), Amnistía Internacional (AI-USA), Human Rights Watch (HRW) y Electronic Frontier Foundation, entre más de 20, así como abogados, periodistas y escritores. han exigido a la Presidencia y al Departamento de Justicia de Estados Unidos suspender los cargos, para que se cierre el proceso judicial.2
Documento dirigido al segundo órgano, el 08/02/2021, argumentó, correctamente, que la incriminación de Assange perjudicó por completo la actividad de prensa a nivel global. Escuche un extracto significativo del texto (en traducción libre, con adaptaciones formales): “la acusación del gobierno [de Estados Unidos contra Assange] representa una grave amenaza a la libertad de prensa [tanto en el país como en el exterior]. (…) [Amenaza] la libertad de prensa porque gran parte de la conducta descrita en la acusación es una conducta en la que los periodistas normalmente participan, y en la que deberían participar, para hacer el trabajo que el público necesita que hagan. En la mayoría de las publicaciones de noticias, los periodistas hablan regularmente con las fuentes, solicitan aclaraciones o documentación adicional y reciben y publican documentos que el gobierno considera secretos. En nuestra opinión, tal precedente en este caso podría criminalizar efectivamente las prácticas periodísticas comunes”.3
Aproximadamente dos años antes, Kristinn Hrafnsson, editora en jefe de Wikileaks, le había declarado Pública que la permanencia de la acusación contra Julian Assange significaba que “no editor, ningún editor, ningún periodista está seguro en ninguna parte del mundo”.4 Sobre todo, la fuerza de Wikileaks depende de la garantía de protección de la fuente, precepto de anonimato reconocido internacionalmente desde hace mucho tiempo, en regímenes democráticos, como base condición sine qua non de trabajo de prensa.5 Evidentemente, esta necesidad esencial es independiente de la Wikileaks haber sido acusado política y judicialmente de no gestionar el anonimato de sus informantes, poniendo en riesgo vidas.6
En diciembre de 2020, la ONU, a través de un relator independiente de derechos humanos, envió una carta abierta a la Presidencia de Estados Unidos pidiendo el indulto del ciberactivista australiano.7
la incriminación
O Wikileaks es una organización de medios multinacional sin fines de lucro interesada en divulgar material secreto o restringido, especialmente sobre guerra, espionaje y corrupción. Creado en 2006 por Julian Assange, con el apoyo de otros activistas, el Wikileaks mantiene relaciones formales con más de 100 medios de comunicación en diferentes países.8
En 2010, la organización filtró cientos de miles de archivos clasificados (considerados confidenciales y secretos) por el Departamento de Defensa de EE. UU. El lote incluía información sobre las guerras contra Afganistán (2001-2021) y contra Irak (2003-2011). los voluminosos fugas [filtraciones] contó con la colaboración de denunciante Chelsea Manning, ex soldado y ex analista de inteligencia del Ejército de EE. UU.
La visibilidad pública del material fue considerada un delito de violación de los Ley de espionaje [Ley de Espionaje] y la Ley de abuso y fraude informático (CFAA) [Ley de Abuso y Fraude Informático] del país. En total, 18 cargos penales, incluida la conspiración, podrían sentenciar a Julian Assange a 175 años de prisión.
No es necesario experiencia en artificios cavilosos, ni en la evocación de manuales de ética para saquear aparentes ambigüedades de lo evidente –recuerda con vehemencia la prudencia–: el conjunto de documentos filtrados sobre las dos guerras demuestra que hay crímenes y crímenes. Reabriendo controversias innovadoras y sin fronteras, el material incluía información sobre cientos de miles de civiles muertos y heridos, sobre la tortura de detenidos por parte del aparato represivo en Irak y sobre la eliminación de enemigos rendidos, en clara violación del derecho internacional; y un registro videográfico de disparos de helicópteros estadounidenses contra civiles y periodistas en los suburbios de Bagdad.9
Entre muchas otras publicaciones, la Wikileaks, en su trayectoria, filtró documentos referentes a torturas y otras formas de coacción contra presos en la Bahía de Guantánamo, entre 2002 y 2008.10
prisionero de la transparencia
La condición de Julian Assange como preso político tiene características específicas.
El creador de Wikileaks es un “prisionero de la transparencia”. Desde un punto de vista político, el concepto de “prisionero de la transparencia” –o encarcelado por actos de revelación de información oculta– está subordinado a (o mantiene afinidad con) el de preso de conciencia. Ambos, a su vez, entran en la categoría de preso político.
El encarcelado por la transparencia es un preso político típico de la cibercultura, la civilización cuyo desarrollo social depende del uso de las tecnologías digitales y las redes interactivas en todos los sectores.
La persecución de Julian Assange y su encarcelamiento son respuestas institucionales con un peculiar escudo de statu quo marcada por el agudo conflicto entre el secreto incondicional y la revelación escandalosa. Esta represión judicial y policial tiene como principal objetivo los actos dedicados a las revelaciones en línea liberaciones rápidas de contenido ocluido e importante para la sociedad – actos no interceptados y/o neutralizados previamente por mecanismos de velocidad igual o equivalente. El producto de fugas, desmoronando la línea de prohibición, termina en manos de miles de millones de personas, a través de teléfonos inteligentes e tablets, ante la televisión, la radio y los medios impresos.
Los presos de conciencia son personas encarceladas o forzadas a situaciones restrictivas similares únicamente por su origen étnico, color de piel, género, idioma, creencias, inclinación religiosa y/u orientación sexual. El adverbio en cursiva evita la duda: la represión recae sobre la condición existencial de la víctima, así como sobre su vida espiritual y su cultivo simbólico sin ejercer (o apoyar) violencias conexas (físicas o inmateriales).
En general, la manifestación pública o privada de estas convicciones y creencias se toma como una confrontación con los regímenes políticos de los países donde viven o han vivido los presos. ¿Cómo tienen fuerza? carácter distintivo (es decir, una forma de estar en el mundo), basta, en muchos casos, que sólo existan para renunciar invariablemente a los pretextos esperados por los sistemas institucionales, judiciales y policiales de estos regímenes. El sufrimiento corporal y psíquico del preso de conciencia se encuadra en el concepto internacional de tortura y/o trato cruel o inhumano.
La expresión Prisioneros de conciencia fue acuñado por Peter Benenson. En mayo de 1961, el abogado inglés publicó un artículo en la portada del La Revisión del fin de semana del observadortitulado Los presos olvidados [Los presos olvidados, en traducción consagrada].11 Benenson enumeró casos de violación de derechos básicos de víctimas pacíficas en varios países; y lanzó el “Llamamiento por Amnistía, 1961”, en nombre de un grupo de abogados, escritores y editores de Londres.
Seis meses antes de la publicación del artículo, dos estudiantes fueron detenidos y condenados a siete años de prisión en Portugal. El “delito” cometido: brindar por la libertad, con copas, en un restaurante de Lisboa, a la sombra de las mazmorras de Salazar. El absurdo autoritario inspiró un gran proyecto contradictorio: la campaña pacifista de Benenson culminó con la fundación, en Inglaterra, de la Amnistía Internacional. Amnistía Internacional, Premio Nobel de la Paz en 1977 y hoy presente en más de 150 países, es una organización no gubernamental y sin fines de lucro dedicada a la asistencia a los presos con el perfil y condición mencionados, así como a la promoción y defensa transfronteriza de los derechos humanos.
Actualmente, hay miles de presos de conciencia en el mundo.12
Teniendo en cuenta los rasgos contextuales y característicos anteriores, el preso por transparencia es, cabe recalcar, un tipo específico de preso de conciencia. Encarcelados por transparencia son personas sujetas a privación de libertad a instancias de gobiernos o estados por sacar a la luz, sin violencia física, lo que confronta intereses y/o legislaciones hegemónicas (como la seguridad nacional) y que, a la vez, es de interés para la sociedad en particular, la opinión pública en un grupo de países o el mundo.
Los detenidos por actos de transparencia son ciudadanos perseguidos por arrojar luz sobre lo que de otro modo estaría cerrado al ojo público y de amplio acceso, fuera de la historia (temporalmente o de por vida); numa palavra, por darem legitimamente visibilidade ao “proibido”, isto é, a segredos que conveniências institucionais tornaram sensíveis, colocando-os no centro da mesa de discussão, como pauta principal, e permitindo que os meios de comunicação e a opinião pública tomem posição acerca de. En caso de Wikileaks, incluyen, entre estos secretos, crímenes de guerra, prácticas corruptas y violaciones de los derechos humanos.
Estos profesionales llevan a cabo con audacia el precepto de la democracia en relación con una práctica tan trivial como libre de polémica en tiempos de movilidad digital e interactiva: la de hacer circular representaciones sobre hechos a través de su puesta a disposición y/o difusión. en línea, como una forma de libertad de expresión. La valentía que implica el ejercicio de esta libertad, sin embargo, logra más: la contribución política a la veracidad fáctica articula el estallido de lo inédito con la manumisión de lo encadenado. Con notable militancia, los presos de la transparencia lo hacen bajo la égida y en favor de los derechos humanos, políticos y civiles.
De acuerdo con la regla represiva de la orden, la molestia política y social causada es tan masiva que la inteligencia estratégica y el conocimiento pragmático de los acusados deben ser silenciados con aislamiento físico de la sociedad. En este litigio, el protofascismo de gobierno o de Estado recae sobre la cabeza, sobre la boca y sobre las acciones de la víctima, pretendiendo afectar no sólo su funcionamiento y circulación, sino también su imagen, su honra y su vida (ambas presente y futuro, por el pasado). Desde el punto de vista del ejercicio (profesional o no) de la libertad de expresión, la cobardía de las instituciones (políticas, judiciales y policiales) revela, en efecto, no su poder de domesticación, sino una mezcla vehemente de miedo y fragilidad sistémica.
La misión sociopolítica del preso de conciencia lo acerca a la misión del periodismo. El encarcelado pertenece a la historia de los trabajadores de este espacio internacional del saber y del actuar, llevando a cabo la misma lucha democrática contra todas las formas de autoritarismo y el cercenamiento de las libertades civiles.13 La diferencia básica, entre otras, es que la actividad informativa añade, invariablemente y no pocas veces, durante días o meses, recursos informativos y/o explicativos a los contenidos publicados. El prisionero de la transparencia, por el contrario, extrae datos de la (a veces inmoral) oscuridad informática, con la ayuda de denunciantes (informantes-denunciantes y transmisores de estos datos), y los entrega a la luz pública en línea, en bloque único o en serie, con presentación o descripción del material, a modo de contextualización, acompañada o no de análisis y artículos de opinión.14
Hay, sin embargo, algo más peculiar. La condena previa impuesta a Julian Assange y, por extensión, al Wikileaks está ligado umbilicalmente a una manzana exponencial y poco prioritaria: la velocidad.
O Wikileaks es un órgano de comunicación con resonantes reverberaciones mano a mano, cabeza a cabeza, donde el imaginario político, la infraestructura tecnológica y la know-how acumulados por gobiernos, estados y empresas privadas no alcanzan. En una metáfora de las pinturas estampadas, el fuga es altamente radiactivo: al revelar vísceras supuestamente impenetrables, tiene un efecto similar, a nivel simbólico, al de un descuido nuclear. Instantánea, la típica transparencia de fugas escandaliza las consecuencias a largo plazo.
El fundador de Wikileaks es un “prisionero de la velocidad”; y es sólo porque, antes, amarga prisión como militante de la transparencia digital e interactiva. Por lo tanto, debe exorcizarse lo antes posible: con una célula, digamos los intereses opuestos del statu quo – el fantasma de la espiral rápida, desatada por quien tiene la llave operativa del bunkers, bodegas y cajones establecimiento – nuevamente, donde las fuerzas de inteligencia y represión no pueden interceptarlo o prevenirlo de antemano.
Julian Assange es el "chivo expiatorio" construido internacionalmente para señalar que WikiLeaks y sus millones de seguidores y simpatizantes en todo el mundo animan un peligro público central: el peligro de la velocidad incontrolada y suelta. Neutralizarlo, bajo todas las coartadas legales y morales, es tan prioritario como erradicar el terrorismo. El bochorno autoritario de la predicción selectiva de este chivo expiatorio pierde sus orígenes en la antigüedad remota: pretende imponer, a través de la amenaza local y el miedo extendido a los cuatro costados, la imagen de lo que le puede pasar a cualquiera que se atreva a hacer lo mismo.
La ironía de la dialéctica
Los argumentos anteriores dan lugar a una reflexión de mayor escala, con aspectos históricos idiosincrásicos.
Desde la última década del siglo pasado, acciones digitales de enredo global y difusión incontrolable de contenidos, en pro de la transparencia incondicional, han desafiado la opacidad de los Estados nacionales y las grandes empresas. Estas acciones anticonfidenciales, tan simples, concretas y precisas -ni exclusivamente locales ni únicamente globales, sino glocales por naturaleza- han sido tomados indiscriminada y autoritativamente por las tecnoburocracias estatales y corporativas como “delitos” de espionaje, fraude y abuso informático y contra la seguridad nacional- transgresiones, en rigor, de visibilidad “ilegal” (desde la obtención de datos hasta la fuga), como si renovaran, en el plano simbólico de la cultura, el convencional “crimen de lesa patria”. Son, en todo, paradójicos: conllevan una severa sanción a quienes arrojen luz sobre lo que las voces del orden consideran que nunca podría suceder, y esto en un planeta articulado a través de redes interactivas.
Acciones digitales que democratizan, denunciando, lo reservado, lo secreto, lo oculto y/o escondido de utilidad pública, masificándolo(las), a través de la hipercirculación en las redes sociales vía teléfonos inteligentes, tablets e ordenadores portátiles, constituyen actualmente la mayor amenaza para las mencionadas tecnoburocracias – uno de los puntos centrales del conflicto macroestructural entre la visibilidad democrática y la invisibilidad totalitaria en el campo de los datos.
La impredecible ironía de la dialéctica en la historia ha hecho que, desde hace décadas, la represión política del Estado caiga ferozmente sobre este naciente e inesperado negativo: la rápida filtración de información a favor del interés público y la preservación de los derechos humanos y civiles sobre una base escala mundial, un objetivo primordial la prensa democrática y, más ampliamente, la defensa de la libertad de expresión. O statu quo pretextos estatal-corporativos razones legítimas: una fuga, empresa wiki o no, genera efectos devastadores sobre las relaciones políticas de fuerza y seguridad entre el Estado y la sociedad civil e incluso entre naciones –relaciones basadas en placas tectónicas barajadas. (Áspero hablando, la partícula wiki se refiere al trabajo de edición compartido, con el resultado disponible para el acceso universal).
Las “salidas” de esta naturaleza pueden tener lugar tanto a través de Wikileaks u organizaciones similares, así como acciones personales, como la de Edward Snowden, o periodístico-institucionales, como las de The Washington Post y The Guardian. En junio y julio de 2013, los dos diarios y Snowden, un extécnico de seguridad informática que prestaba servicios al Pentágono y desde entonces se encuentra asilado en un lugar indeterminado de Rusia, denunciaron, en una serie de artículos, el sistema de vigilancia global de la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (NSA).15
El foco social de esta “guerra” de la velocidad entre el secreto y la revelación fue y seguirá siendo la visibilidad multimedia, hoy en una racha digital e interactiva. La guerra contra el terror de grupos religiosos y políticos, así como la guerra cibernética (ahora en un ambiente de recrudecimiento de la Guerra Fría con epicentro en Ucrania y reprogramada a la invisibilidad de las redes de chantaje, espionaje y desinformación), solo otorgaron mayor legitimidad al fundamentalismo estatal , expresado en medidas persecutorias contra “faltas de conducta” informativas.
El cargo, en estos casos, es deja Vu, reeditando el viejo puñal policial: “conspiración” – “ataque contra el Estado” que también repite lo ya conocido: las tecnoburocracias democráticas temen paranoicamente las redes en tiempo real porque siempre han temido el alboroto multivocal generalizado, el común rápidamente reorganizado. No por casualidad, los monitorean, los vigilan, los sistematizan, en la vana perspectiva de algún día controlarlos. en total.
La inteligencia de la armadura a la establecimiento Se sabe que el mundo virtual, especialmente en el hemisferio norte, no es tan seguro como parece. La adhesión incondicional de las instituciones a las promesas funcionales de informatización y digitalización convergieron en la asignación de archivos en “lugares” sujetos a invasión – ya sea por fuga de denunciantes, ya sea por actividad la piratería. Nada está 100% protegido si está bajo código binario o cualquier lenguaje de programación. El cifrado es una barrera absoluta solo en la mente del profano.
Fugas de gran importancia, como señalaron Assange y Snowden, hacer que los Estados nacionales rearmen las garras que antes desplegaban mayoritariamente contra los movimientos político-sociales, las intenciones revolucionarias tradicionales, las huelgas generales, las articulaciones populares entre el campo y la ciudad, las protestas urbanas, entre otras formas “amenazantes” de dialéctica , a escala nacional o internacional.
Esta condición histórica enloqueció el léxico durante mucho tiempo: el estado de excepción, representado por tecnoburocracias democráticas, con modelos estatales paradójicamente autoritarios, se impone como legalidad y/o normalidad; y lo que nunca podría considerarse una excepción –en este caso, actuaciones legítimas a favor de los derechos de visibilidad, vinculados a la libertad de pensamiento, comunicación y recepción, incluso de contenidos sensibles de interés general– es estigmatizado públicamente como un fraude atroz, justificando un sinfín de persecución, en nombre de razones opacas de Estado y de confidencialidad de seguridad incondicional.
El talón de Aquiles de las democracias informatizadas
Bajo la furia autoritaria de los estados democráticos occidentales, la paranoia sobre la fuga, la amenaza" wiki y la hiperfragilidad de statu quo informatizado victimiza a los militantes de la visibilidad irradiada en la era de la cibercultura.
Julian Assange es el preso de la transparencia y la velocidad más conocido internacionalmente. Su trayectoria hace que sea poco probable que otros libertarios digitales aún no lleguen y sean encarcelados. O Wikileaks es la primera máquina global de develamiento digital eficiente frente a acciones de Estados, gobiernos y empresas que confrontan, con la oclusión de la información, el principio del interés público.
La condición del periodista australiano es el talón de Aquiles de las democracias ciberculturalmente irresueltas. Demuestra el índice permanente de tolerancia cero institucional para la divulgación de hechos veraces y absolutamente escandalosos.
La acusación contra Julian Assange, además de ser una pieza legal de valor ultraconservador y extemporáneo, es éticamente reprobable, cuando no institucionalmente cínica. Los hechos yuxtapuestos en los temas anteriores despejan dudas. El programador informático fue acusado de violar leyes en Estados Unidos y Reino Unido, nunca por haber divulgado documentos falsos, cometido falso testimonio, omitido su nombre en la filtración o insultado e insultado a autoridades gubernamentales y estatales que pretendían dejar hechos inadmisibles en el olvido. oscuridad para el resto de la historia. Salvo mejor prueba en contrario, en ningún momento la veracidad del material publicado por el Wikileaks.
La legislación que prohíba el acceso a material de valor histórico, social o colectivo debe ser catalogada como un crimen inaceptable del Estado democrático. A la inversa, la denuncia de esta incongruencia siempre sirve a la historia de la libertad de la contradicción.
El llamado “caso Assange” indica negativamente el grado de calidad y madurez de los regímenes políticos involucrados. En democracias maduras en términos de respeto legal y político a la libertad de prensa y expresión, Julian Assange nunca sería un refugiado o un preso político. Le seguiría pasando lo que el equipo de Wikileaks obtenido de 2008 a 2015: 17 premios y reconocimientos, una nominación al Premio Nelson Mandela de la ONU y seis nominaciones al Premio Nobel de la Paz (de 2010 a 2015).16
Igualmente, el destino de Assange coincide con el destino no solo del modelo establecido de regímenes democráticos informatizados, sino también de la idea de democracia como valor universal. Este eslabón esencial ilumina el presente: los Estados de Derecho que coaccionan, persiguen y/o encarcelan a los profesionales por actos de transparencia tienden a premiar a quienes “caminan en fila” y halagan a los statu quo – y aun así, mientras no desfallezca, para no sufrir la simbólica decapitación tras las rejas.
Tan depreciado nivel institucional se abre ante el conjunto de intentos de muerte física y simbólica sufridos por la editorial australiana. En 2017, el servicio secreto estadounidense lo amenazó de muerte por envenenamiento.17 Aún durante su estancia en la Embajada de Ecuador en Londres, el acusado de espiar para Estados Unidos fue espiado las 24 horas del día por microcámaras instaladas en su habitación.18 El intento de incriminarlo por violación y acoso sexual en Suecia, a partir de la denuncia de dos mujeres en el país en 2010, resultó, al final, sin efecto. Después de cinco años de investigación, la fiscalía sueca abandonó el caso.19 Ninguna compensación compensará esta campaña mundial de desprestigio.
Sobre todo, el sufrimiento personal de Julian Assange, su salud victimizada por el aislamiento continuo, la tortura psicológica y el accidente cerebrovascular,20 refleja el drama de la libertad de prensa y expresión en los tiempos irreversibles de las redes interactivas. el creador de Wikileaks pagado en el propio cuerpo, en el reducto de una vida individual permanentemente amenazada, por el agudo antagonismo que, en este caso, eludió el terreno convencional del conflicto de clases para absorber las crueles oscilaciones entre el secreto y la revelación vía ciberespacio.
* Eugenio Trivinho é Profesor del Programa de Posgrado en Comunicación y Semiótica de la PUC-SP.
Versión extendida del artículo publicado en Le Monde Diplomatique Brasil.
Notas
- El texto oficial está disponible en https://www.ohchr.org/EN/NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=17012.
- Para más detalles, véase el artículo de Óscar Gutiérrez publicado en El País, el 14/02/2021, en https://brasil.elpais.com/internacional/2021-02-14/o-que-julian-assange-ainda-faz-na-prisao.html.
- El documento completo, en el inglés original, se puede encontrar en site do Reporteros sin Fronteras, en https://rsf.org/en/news/us-rsf-joins-press-freedom-coalition-calling-bidens-department-justice-drop-case-against-julian.
Véanse también los artículos de Roxana Baspineiro, de la Agencia Latinoamericana de Información (ALAI), en https://www.alainet.org/en/articulo/210378; y Matthias von Hein, editor de Deutsche Welle (DW), en https://www.dw.com/en/opinion-a-blow-for-julian-assange-and-for-press-freedom/a-60084575. El primero es de enero de 2021, cuando la justicia británica prohibió la extradición de Assange a Estados Unidos; y el segundo, a partir de diciembre del mismo año, en que se autorizó la extradición. Una breve contextualización entre ambos momentos la hace Rafa de Miguel, en El País, en https://brasil.elpais.com/internacional/2021-12-10/justica-britanica-abre-as-portas-a-extradicao-de-assange-para-os-eua.html.
- La entrevista está disponible en https://apublica.org/2019/04/diretor-do-wikileaks-assange-pode-enfrentar-decadas-de-prisao-nos-eua.
- Véase la resolución unánime del International Press Institute (IPI), de junio de 2012, en https://ipi.media/ipi-general-assembly-resolution-2012-source-protection. El documento ratifica, en las prácticas periodísticas, el derecho a utilizar la información filtrada ya proteger las fuentes, así como la exigencia de que las autoridades respeten este derecho. Ver también el pronunciamiento del IPI, en 2016, sobre la protección de los periodistas, en https://ipi.media/international-declaration-on-the-protection-of-journalists.
La Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC), una red internacional de organizaciones civiles con sede en Sudáfrica, se pronunció con el mismo énfasis, en un documento titulado La protección de fuentes y denunciantes [La protección de fuentes e informantes-denunciantes, en traducción aproximada], presentado a la ONU en 2015. El texto está disponible en
https://www.ohchr.org/Documents/Issues/Opinion/Protection/AssociationProgressiveCommunications.pdf.
En particular, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU ya había defendido con firmeza este derecho, en un informe de 2012 dedicado a la protección y promoción de la libertad de expresión y opinión. El documento se puede leer en https://www.ohchr.org/Documents/HRBodies/HRCouncil/RegularSession/Session20/A-HRC-20-17_en.pdf. Ver, en particular, el ítem 109.
También en 2012, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) lanzó su plan de acción sobre la seguridad de los periodistas y la impunidad. La página de introducción del texto multilingüe está en https://en.unesco.org/un-plan-action-safety-journalists. La versión portuguesa del documento, publicada al año siguiente, está en https://en.unesco.org/sites/default/files/un-plan-on-safety-journalists_po.pdf.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) expresó la preocupación de la institución por la necesidad de fortalecer los sistemas nacionales de protección para denunciantes. Ver el texto en https://www.unodc.org/unodc/en/ft-uncac/focus-areas/whistleblower.html.
En Brasil, la Constitución Federal de 1988 insertó, en su artículo 5, inciso XIV, el secreto de la fuente entre los derechos y garantías fundamentales.
- Cf. Rafa de Miguel, en El País, en https://brasil.elpais.com/internacional/2020-02-24/acusacao-contra-assange-insiste-que-wikileaks-colocou-em-perigo-a-vida-de-informantes.html.
- La carta está disponible en https://www.ohchr.org/EN/HRBodies/HRC/Pages/NewsDetail.aspx?NewsID=26625&LangID=E.
- Los detalles adicionales se definen automáticamente en la página de la organización en https://wikileaks.org/What-is-WikiLeaks.html.
- El vídeo está disponible en https://collateralmurder.wikileaks.org.
- Los archivos están en https://wikileaks.org/gitmo.
- Um instrucciones de Amnistía Internacional (AI), con la reproducción de la versión impresa e íntegra del original en inglés en https://www.amnesty.org.uk/files/info_sheet_3.pdf. The Guardian volvió a publicar una versión sinóptica en https://www.theguardian.com/uk/1961/may/28/fromthearchive.theguardian.
La historización del artículo, evocando las motivaciones de Benenson y la creación de la IA, fue realizada por Christie Miedema, en https://www.geschichte-menschenrechte.de/the-forgotton-prisoners. Miedema es historiadora y activista de derechos humanos vinculada a la Campaña Ropa Limpia, una organización global con sede en los Países Bajos dedicada a defender los derechos de los trabajadores de la industria de la moda y la ropa deportiva.
- Consulte los informes globales de AI de 2021 y 2020 en https://www.amnesty.org/ar/wp-content/uploads/sites/9/2021/06/English.pdf e https://anistia.org.br/informe-anual/informe-anual-2021-22-o-estado-dos-direitos-humanos-no-mundo. Los informes anteriores se enumeran en http://ec2-54-207-3-163.sa-east-1.compute.amazonaws.com/direitos-humanos/informes-anuais.
- Véase, por cierto, la declaración de la Wikileaks en el Día Mundial de la Libertad de Prensa 2019 en https://wikileaks.org/WikiLeaks-statement-WPFD-2019.html. La organización rinde homenaje a más de 250 periodistas encarcelados simplemente por hacer su trabajo.
- Ver el site do Wikileaks, en https://wikileaks.org. La fugas se clasifican en seis carpetas: inteligencia, economía global, política internacional, corporación, gobierno, guerra y militar.
- Una historización del caso fue hecha por el G1, en https://g1.globo.com/mundo/noticia/2013/07/entenda-o-caso-de-edward-snowden-que-revelou-espionagem-dos-eua.html.
- Información disponible en la página de la organización en https://wikileaks.org/What-is-WikiLeaks.html.
- Cf. observó Yahoo! Noticias, en https://news.yahoo.com/kidnapping-assassination-and-a-london-shoot-out-inside-the-ci-as-secret-war-plans-against-wiki-leaks-090057786.html.
- Artículos de José María Irujo para la el país contextualizar los hechos, https://brasil.elpais.com/brasil/2019/04/13/internacional/1555189138_144555.html, https://brasil.elpais.com/brasil/2019/07/08/internacional/1562583133_563738.html e https://brasil.elpais.com/internacional/2021-01-05/novas-pistas-indicam-que-a-cia-espionou-assange-para-forcar-sua-extradicao.html.
- Compara las noticias el país de 2017, en https://brasil.elpais.com/brasil/2017/05/19/internacional/1495184926_238900.html, con el de Correo brasileño de 2019, en https://www.correiobraziliense.com.br/app/noticia/mundo/2019/11/20/interna_mundo,807696/suecia-arquiva-caso-de-assange.shtml.
- Cf. informe de G1, en https://g1.globo.com/mundo/noticia/2021/12/12/julian-assange-sofreu-pequeno-derrame-cerebral-na-prisao-afirma-companheira.ghtml.