¡Toma en serio a Donald Trump!

Imagen: Ferbugs
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por PIETRO BAJO*

La América de Donald Trump no dará regalos, suponiendo que el Tío Sam los hiciera en otros tiempos, con otras presidencias. Sembrará caos y guerra en todo el mundo.

1.

Nos repetimos, lamentablemente. Pero parece indispensable porque ni siquiera la última conferencia de prensa de Donald Trump, por explícita que sea, se está tomando verdaderamente en serio. El histrionismo llevado al extremo por este gran basurero puede inducir a error. Pero se trata de tener en cuenta otro histrionismo ilimitado, el “delirio” razonador de un Hitler (o de un Mussolini, considerando las debidas proporciones) para darse cuenta de que en tiempos de aproximación de una nueva guerra global, así son nuestros tiempos, el uso de propaganda sobre la necesidad de confrontación, de guerra sin límites y sin reglas contra los enemigos, es –para la clase dominante de los países imperialistas– esencial.

Después de todo, en tiempos como estos, se trata de lanzar a grandes masas de explotados y oprimidos a enfrentamientos en los que podrían perder todo lo que aprecian, en interés de sus explotadores y opresores. Se trata de motivarlos (no sólo obligarlos) a aceptar todo tipo de sacrificio, a sembrar muerte y destrucción contra sí mismos, a convertirse en corresponsables de un terrible asesinato-suicidio en masa.

Por eso es imprescindible, para enmascarar mejor el contenido real de los enfrentamientos en preparación, recurrir a la demagogia, a la mentira, a la manipulación descarada de la realidad, a la exaltación de los mitos identitarios, a una Tradición –verdadera o falsa– hecha de glorias. , la promesa de grandeza/gloria futura (el obsesivo de nuevo Trumpiano), al racismo exhibido y reivindicado, a la necesidad “varonil” de fuerza, de violencia, de brutalidad, incluso la más gratuita, con el pedido de devoción a los líderes carismáticos, y fidelidad a la disciplina, a la jerarquía, a la patria y a la familia como eternas. fuerzas naturales y vitales. En medio de escenas de este tipo, en las que lo ridículo y lo trágico se mezclan hasta confundirse, alguien como Donald Trump lo hace muy bien.

Pero después de todo, ¿qué dijo Donald Trump que fuera tan irracional?

Para recuperar el terreno perdido durante décadas en la producción directa de valor, Estados Unidos necesitaría incorporar a Canadá, como su propio estado, y tratar a México como una colonia, también para evitar que ambos sean –como en parte lo son– plataformas invitadas. para la producción de valor de capital chino. Para hacer frente al semimonopolio de tierras raras que actualmente pertenece a China e imponer su propio control sobre las nuevas rutas marítimas que está creando la inminente catástrofe ecológica, la anexión de Groenlandia sería un verdadero golpe maestro.

Para relanzar la industria armamentista estadounidense, tanto tradicional como nueva (redes informáticas y espaciales), sería necesario que los aliados multiplicaran las compras a empresas estadounidenses, inmediatamente, sin excepciones. No lo dijo, pero lo sabe perfectamente (junto con todo su séquito de asesores y colaboradores): todo esto es indispensable para evitar que las contradicciones de clase, raza, género, territorio y valores exploten sin control en territorio americano. , que en los últimos años dio lugar a la reanudación de las huelgas obreras, la llama del movimiento de mujeres. Feminismo para el 99%, al movimiento (no solo negro) Negro Materia Vidas, a múltiples impulsos autonomistas y guerras culturales. En su momento, la promesa de llevar a cabo la “mayor deportación” de inmigrantes indocumentados (indocumentados) de la historia estadounidense, permaneció en la sombra, pero fue el caballo de batalla de su campaña electoral hasta tal punto que no fue necesario reiterarlo nuevamente, especialmente cuando se dirigía al mundo exterior.

2.

Se trata de un programa perfectamente racional para “hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande” revirtiendo su largo declive como potencia hegemónica. Hablamos, por supuesto, de la “racionalidad” típica de un sistema capitalista cada vez más intrínsecamente irracional, que sólo puede sobrevivir al agotamiento de su función histórica produciendo violencia y devastación a escala planetaria, con el único propósito de preservar la búsqueda de la prosperidad. El beneficio como ley que regula la reproducción social y la relación con la naturaleza no humana.

No importa si Donald Trump tiene o no conocimiento personal de esto; Ciertamente absorbió la lección del historiador Paul Kennedy expuesta en Ascenso y decadencia de las grandes potencias: en la historia, la vitalidad productiva es, por regla general, un factor fundamental en el ascenso de las grandes potencias, donde la consolidación de intereses económicos y territoriales excesivamente difusos, con el relativo compromiso diplomático-militar para protegerlos, termina con el tiempo por erosionar , socavando la vitalidad productiva que estaba en el origen del poder: “el bienestar económico no siempre se traduce inmediatamente en eficiencia militar, ya que esto depende de muchos otros factores, desde la geografía hasta la moral nacional, la competencia táctica y de mando. Sin embargo, el hecho es que todos los principales cambios en los equilibrios militares y de poder en el mundo tuvieron detrás cambios en los equilibrios productivos; y que, además, el ascenso y caída de los diversos imperios y estados del sistema internacional fue confirmado por los éxitos en las principales guerras entre las grandes potencias, en las que la victoria siempre fue para quienes tenían mayores recursos materiales”.

El crónico –y gigantesco– déficit comercial de Estados Unidos, su persistencia tras la adopción de las políticas proteccionistas de la última década, y el déficit paralelo en la balanza de pagos, ante una situación especulativa del enemigo estratégico que es China, que ya dura veinte años, configura que el “riesgo existencial” de dejar de ser “maravillosa”, superpotencia, que la clase dominante estadounidense quiere eliminar de sí misma. Tanto a través de los demócratas como de los republicanos.

Igualmente racional es la forma “provocativa” con la que Donald Trump presentó su programa, que imitaba la presentación del “nuevo mapa de Oriente Medio” sin Palestina, realizada por Netanyahu en octubre de 2023 en la Asamblea de la ONU. En ambos casos el mensaje es: lo haremos, cueste lo que cueste, hay que afrontarlo, tenemos la fuerza para hacerlo. La capacidad intimidatoria de un discurso así reside en el simple hecho de que se pronuncia. ¡Ay de quien subestime que, especialmente en tiempos de guerra, la propaganda es una parte integral y extremadamente importante de la política! Influye fuertemente en las masas, y también en los más duros de los hermanos enemigos capitalistas.

Hemos explicado nuestra posición en otros textos: un retorno a la hegemonía estadounidense en el mundo es imposible; También sacamos a la luz cómo las recetas de tipo proteccionista lanzadas por Trump-1 no se vieron coronadas por el éxito. Pero el imperialismo estadounidense no pretende en modo alguno renunciar a su dominio sobre el mundo, escapando a la regularidad histórica anteriormente reivindicada. De lo contrario. Trump-2 está decidido a radicalizar las guerras comerciales en curso con adversarios y aliados, y a recurrir a la intervención militar cuando sea necesario (también ha amenazado con hacerlo en relación con Rusia, si no acepta sus propuestas de “paz”).

En torno a esta perspectiva logró unir a una parte mucho mayor de la clase dominante que en 2016. Donald Trump ahora tiene mayoría en el Senado, la Cámara y la Corte Suprema. También es fuerte con el duro golpe impuesto a la Unión Europea por su predecesor Joe Biden, con la ruptura casi total de las relaciones económico-diplomáticas entre la Unión Europea y Rusia.

3.

En lo que respecta a los aliados, Estados Unidos ciertamente, mediante métodos brutales (la guerra provocada en Ucrania, la destrucción del North Stream), recuperó puntos. Y ahora Donald Trump está listo para enfrentarlos y poner a la Unión Europea en dificultades aún mayores y atacar a China y sus aliados con una Unión Europea lo más alineada posible, lo cual no es simple, dado lo que tal alineación aporta a Alemania y Francia. el riesgo de una profunda desestabilización social y política, que ya ha comenzado. La “soberanista” Giulia Meloni ya se ha dicho que está dispuesta, esperando sacar provecho de los intereses que Gran Bretaña del Brexit, seis años después de la apuesta, ni siquiera lo vio con el telescopio de los deseos.

La América de Donald Trump no dará regalos, suponiendo que el Tío Sam los hiciera en otros tiempos, con otras presidencias. Sembrará caos y guerra en todo el mundo. Caos económico y social también en los países aliados, si es cierto que los nuevos impuestos, además de China como primer objetivo, afectarán a empresas y países europeos. Caos económico y feroz reacción política antiobrera y antipopular en los países sudamericanos, para lo cual el modelo de Javier Milei estaba indicado.

Y, en cuanto a la siembra de guerra, basta por ahora la intimidación de los gánsteres dirigida a Hamás y a los palestinos si no se libera a los rehenes israelíes, y a los dirigidos a países amigos desobedientes (Dinamarca, Panamá, México). Naturalmente, detrás de todo está la intensificación de los preparativos para la guerra con China. Mientras que China, a su vez, busca por todos los medios ganar tiempo, ponerse en condiciones de contrarrestar a Estados Unidos en su propio terreno.

Por ahora, simplemente reafirmemos que debemos tomar a Trump en serio.

* Pietro Bajo es profesor jubilado de sociología en la Universidad Ca'Foscari de Venecia..

Traducción: Mauro Titton.

Publicado originalmente en Il Pungulorosso, periódico internacionalista.

Referencias


https://pungolorosso.com/2024/11/07/la-sola-cosa-grande-che-puo-fare-lamerika-di-trump-e-seminare-altro-caos-e-guerra-nel-mondo-intero/

https://pungolorosso.com/2024/12/16/il-ritorno-di-trump-guerra-commerciale-e-guerra-militare/

https://pungolorosso.com/2024/12/22/la-guerra-di-trump-agli-immigrati/

https://pungolorosso.com/2025/01/08/luragano-trump-si-abbatte-sulla-salute-dei-proletari-americani/


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