por AFRANIO CATANÍ*
Comentario a una declaración de Jorge Paulo Lemann
leer el Folha de S. Pablo El 10 de abril de 2022, un domingo soleado, me sorprendió un breve artículo de Rafael Balago, en la página A 21, titulado “Brasil tendrá nuevo presidente el próximo año, dice Jorge Paulo Lemann”. Yo estaba intrigado. Lemann, según la revista Examen (10.04.2022), es el hombre más rico de Brasil, con un patrimonio de US$ 15,4 mil millones (R$ 71,6 mil millones), levemente inferior a los US$ 16,9 mil millones del año pasado.
Bueno, me imaginaba dos cosas: o está ejerciendo sus dotes de pitón de la periferia -sí, porque las elecciones son en el segundo semestre de este año y el presidente juramenta el 1o. de enero de 2023, que, admitámoslo, no son tan excepcionales, o afirman, en forma cifrada, que el nuevo presidente brasileño no será el actual presidente. Será ? estaba en duda
En declaraciones al diario El Globo (16.12.2019), quedó encantado con el gobierno del capitán, especialmente con lo que convencionalmente se llamó “Posto Ipiranga”: “El rumbo de Paulo Guedes fue correcto. Podría haber menos agitación en la parte política”. Ah bueno. El gobierno formado por miembros que no condenan las posiciones políticas a favor de la tortura y la violación (sino solo de quienes lo merecen), que quisieran brindar ayuda por la pandemia en una sola cuota de apenas R$ 200,00, que redujo a un nivel poco considerando las condiciones materiales de existencia de grandes segmentos de la población o que estuvieron años y años sin hacer ninguna corrección en las tasas del impuesto a la renta, podría, a juicio de Lemann, conducir el país con "menos agitación en la política", plácidamente, sin que hubo alguna reacción por parte de los afectados. Sin alboroto, por favor.
Otro que es muy rico, pero que come polvo en la lista de multimillonarios que encabeza el suizo-leblonés, ubicado un poco lejos del podio, es Abílio Diniz (US$ 3 mil millones), también lejos del verdeamarelista Luciano Hang (US$ 5,2 mil millones). , 8,9 mil millones) y, más aún, de Carlos Alberto Sicupira (US$ XNUMX mil millones), socio de Lemann. El ex propietario de Pão de Açúcar afirmó, encantado, en el Folha de S. Pablo (12.01.2020): “mi valoración [del gobierno] es muy positiva”.
Oh, lo siento, olvidé mencionar a Cândido Bracher, entonces presidente de Itaú Unibanco y actualmente columnista de Folha. En entrevista con Alexia Salomão (25.01.2020), elogió el Poder Ejecutivo nacional y se derritió como mantequilla en un plato caliente cuando, tras algunos debates en el Foro Económico Mundial, en Davos, comentó que Paulo Guedes “adquirió tanta credibilidad por lo que entregó en la economía que, eventualmente, no estaría mal si también tuviera mayor influencia en la política ambiental de Brasil, podría exigir: “Mira, esto es importante para la economía de Brasil. Si la abundancia de razones para la defensa del medio ambiente no es suficiente, puede argumentar que es importante para la economía”. Y, acto seguido, desvela el motivo de tanta admiración por el ministro: “Nuestro banco de inversión está teniendo un año récord”. Honestamente, me asusté, porque pensé, quizás ingenuamente, que todo el entusiasmo del gerente del banco se refería a los proyectos sociales del gobierno, a las condiciones de vida dignas que una buena política involucrando nuestro clima, nuestro medio ambiente, podría ofrecer a todos los brasileños. Lástima…
Pero volvamos a Jorge Paulo Lemann. En el evento realizado en Boston, organizado por estudiantes de Harvard y MIT (Massachusetts Institute of Technology), el Conferencia de Brasil, afirmó: “Mi objetivo básico en Brasil es tratar de mejorar la educación. Estamos preparando un nuevo kit sobre cómo mejorar la educación en Brasil, que es lo que creo que Brasil más necesita”.
Tal vez ahora podamos estar tranquilos, porque el JP Kit debe resolver nuestros males educativos. Más aún cuando leemos que Lemann y sus socios también invierten en educación básica, invirtiendo en Eleva Educação, un grupo que acababa de adquirir 51 escuelas en Cogna (antes Kroton). “El movimiento significó que tuviera en su cartera de inversiones al grupo de educación básica más grande del mundo en cuanto a número de alumnos”, revela el Wikipedia.
Lemann, educado en Harvard, aparece en el Wikipedia como “empresario, inversionista, empresario, autor, filántropo”, fue un exitoso tenista, jugó Copas Davis en Suiza y Brasil, y se convirtió en banquero en la década de 1970. Carlos Alberto Sicupira, recibió autorización para convertir la casa de bolsa que poseían en una financiera institución, creando Banco Garantia. Dos décadas al frente de este banco hicieron que el patrimonio del trío se multiplicara exponencialmente. Sin embargo, puede leer el Wikipedia que el banco “fue acusado de haber colaborado con la pirámide financiera de Bernard Madoff, además de haber sido multado por el Banco Central por la práctica de fraude cambiario, operaciones irregulares y remesas ilegales de dinero al exterior”.
Posteriormente, los negocios de Jorge Paulo y sus socios se diversificaron: compraron Lojas Americanas, la cervecería Brahma –que, en 1999, con la fusión con Antárctica, dio origen a AMBEV–, crearon GP Investimentos, con participaciones significativas en Telemar, Gafisa, América Latina Logística, entre otras empresas. Para no cansar al lector, baste decir que el grupo ahora posee la cervecería más grande del mundo, la cadena de comida rápida Burger King, de cadenas de restaurantes, además del fabricante norteamericano de ketchup Heinz, adquirida en 2015 por US$ 23,2 millones. También está la heladería Diletto, así como sus actividades en el campo educativo.
Con Fundação Estudar, una organización sin fines de lucro, financia becas en los niveles de pregrado, posgrado y liderazgo. todavía leo, Wikipedia, que en 2015, “varios periodistas investigaron la Movimiento Ven a la Calle, y en marzo del mismo año revelaron que la Fundação Estudar financió y brindó apoyo operativo al movimiento”. Y concluye: “Uno de los ex becarios del programa [Fundación] es el diputado federal Tabata Amaral”. ¡Ufá! Creo que el liderazgo formado dentro de tal organización no debe haber visto la película. Yo, Daniel Baker (Ken Loach, 2016), de lo contrario, Tabata podría no haber votado a favor de la reciente reforma de la seguridad social, que eliminó una serie de derechos sociales de los trabajadores brasileños.
Está la igualmente importante Fundación Lemann sin fines de lucro, creada en 2002, “que ofrece programas de becas en universidades de élite en Estados Unidos y Reino Unido. Según el director ejecutivo de la Fundación, el objetivo es formar líderes para trabajar con impacto social en Brasil”. Y no hay que olvidar que está el Tennis Institute (2002), apoyado por ellos, y que Jorge Paulo es uno de los patrocinadores de la escuela de negocios Insper, que ostenta la Cátedra Fundación Lemann, que patrocina la investigación académica.
El empresario dice en el citado artículo, de Rafael Balago, que está “tratando de mejorar la educación en términos de formar personas capaces de participar en la economía de startups o incluso ser competitivos en el mundo”. Soy un buen caballero y no me gustaría dudar de las buenas intenciones de Lemann, que quiere paliar nuestros problemas educativos. Pero, ¿esto pasará a través de la creación de escuelas privadas de elite y/o la elaboración y difusión de kits? ¿No sería necesario poner en práctica políticas educativas sólidas, inclusivas y de calidad, implementadas por un gobierno efectivamente comprometido con los segmentos sociales hasta ahora desatendidos o poco beneficiados? ¿Será que tales programas de formación de líderes no podrían argumentar que sin cierta burla al estado de bienestar, aunque sea un poco cojo, aquí en el trópico, la exclusión y la miseria experimentarían un gran aumento?
Pero lo que todavía me sigue inquietando es el contenido de ese kit de JP. ¿Y si por ella se forman tabatitas por los montones? ¿Qué haremos?
*Afranio Catani Es profesor jubilado de la Facultad de Educación de la USP y actualmente es profesor titular de la misma institución. Profesor invitado en la Facultad de Educación de la UERJ, campus Duque de Caxias.