laberintos de aprendizaje

Glauco Roddrigues, Picnic sobre la hierba, 1950.
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por FABIO AKCELRUD DURÃO*

Comentario al Libro de Marco Vinicius Mazzari

Este es uno de esos libros de sentimientos mixtos que son muy prometedores y causan cierta decepción. Resultado de una tesis de enseñanza libre, laberintos de aprendizaje comparte la naturaleza fragmentada de casi todos los estudios de crítica literaria en la actualidad. Muy pocos publicamos todavía libros concebidos como unidades orgánicas, en las que las partes no tienen sentido sin el todo. El modo de producción académico actual –que se ha impuesto casi sin que nos demos cuenta– conduce a la colección de ensayos (muchas veces ya publicados como artículos), a los que el autor, a posteriori, se esfuerza por dar coherencia en un libro.

Em laberintos de aprendizaje, sin embargo, la recopilación de textos separados no afecta la legibilidad; más bien, da fe del significado de las preocupaciones del autor, y aunque hay aristas que no han sido completamente suavizadas, los ocho capítulos esbozan un tema común y recurrente.

El primero aborda una cuestión básica, a saber, si Gran interior: caminos se acerca más al género fáustico o al romance de formación. Tras analizar el tipo de mal de que se trata, así como las condiciones y resultado del pacto demoníaco, la conclusión es favorable a la novela de formación. El segundo capítulo se propone definir este género, situando en él la henry verde, de Gottfried Keller, y apuntando a un “cambio de paradigma”, con “el fracaso de su héroe”. Luego está la comparación entre los Ateneo, de Raúl Pompéia, y Las tribulaciones del alumno Törless, de Robert Musil, que muestra la congruencia de diagnósticos en el internado, así como las diferencias en la superación de las marcas dejadas en los protagonistas.

También se postula que, al esbozar “mundos en los que se proyecta la precariedad de la autonomía individual frente a estructuras sociales cada vez más coercitivas”, las novelas estarían, cada una a su manera, anunciando los crímenes y genocidios del siglo XX. La segunda sección del libro, con textos más breves, se abre con un análisis de “Na Rua do Sabão”, de Manuel Bandeira; el siguiente capítulo, el quinto, vuelve a la lírica de Brecht leída según la influencia taoísta que valora la mutabilidad y la delicadeza; los sextos comentarios El castillo, de Kafka; el séptimo, obra de Günter Grass; y el octavo, Las penas del joven Werther, de Goethe, según la hipótesis de un paralelismo entre la biografía del autor y la novela.

Hay mucho que alabar en laberintos de aprendizaje. El enfoque incesante sobre el fenómeno literario, el enfoque rigurosamente comparativo (hoy en gran parte en crisis), la escritura elegante y la erudición notable hacen del volumen algo raro en la producción académica brasileña del presente. Añádase a esto el placer que seguramente tendrán muchos lectores al ver a los grandes autores brasileños comparados en pie de igualdad con los más grandes escritores alemanes. Pero la mayor promesa del libro es la de valorar la literatura como un objeto autónomo, por extraño que parezca.

Porque el volumen cobra especial interés cuando se considera que su preocupación por la literatura misma, por la convivencia con la tradición y con las grandes obras, es contraria a la práctica de aplicar teorías y modas que caracterizan gran parte de la producción crítica de este comienzo de siglo. . La interpretación de textos canónicos a partir de sí mismos, pero teniendo en cuenta su dilatada fortuna crítica, es más lenta y laboriosa que la relectura de objetos inestables con conceptos premoldeados, que facilitan la papel instantáneo.

Esto no significa, sin embargo, que laberintos de aprendizaje no tienen problemas, como una cierta positividad en el trato con la literatura, que presupone su grandeza antes de probarla. Por ejemplo, la novela formativa emerge indudablemente del libro con un contenido más rico, al incorporar al héroe débil; sin embargo, esto no es suficiente para que este género sea debidamente problematizado, en una época que se burla de la formación.

Tal vez sea esta solidez imputada a la literatura la que permite mencionar varias veces a “la condición humana” a lo largo del texto como una constante universal y atemporal, algo que el propio libro desmiente en su lectura de la mutabilidad radical en Brecht. Y quizás sea también lo que hay detrás de una representación idealizada de la infancia como pureza: “Y no se podría reconocer en estas imágenes de 'transparencia diamantina' la fuente arquetípica e inagotable de la que viene a extraer toda creación literaria comprometida con el recuerdo de una plenitud perdida [ … ] Así, surge en nosotros la 'idea' de una vida simple y activa, de una existencia autónoma, guiada por sus propias leyes, en el sentido de la eterna unidad del ser con la naturaleza y consigo mismo –la misma idea, en fin , que se vislumbra en el mundo de los niños”.

Esta positividad del concepto de literatura también podría explicar la exagerada preocupación, en los análisis, por la trama de las novelas de sus temas, en detrimento de las cuestiones formales. A falta de una inmersión en la interioridad de las obras, en lo que hay de contradictorio en ellas y en lo que las hace más de lo que son, expresiones como “alta elaboración artística” suenan más a invocaciones que a demostraciones. Es curioso que el texto contenga una cita de Adorno, en una nota a pie de página, que desmiente la esencia del libro: “El elemento ideológico, afirmativo, en el concepto de obra de arte realizada encuentra su correctivo en el hecho de que no hay obras de arte perfecto. Si tal existiera, entonces sí sería posible la conciliación en medio de los no reconciliados, a cuyo estatus pertenece el arte.” Al incorporar lo negativo en lecturas cercanas y mostrar que las grandes obras son grandes debido a la configuración de fracaso que traen, laberintos de aprendizaje pudo cumplir su promesa.

* Fabio Akcelrud Durão es profesor del departamento de teoría literaria de la Unicamp. Autor, entre otros libros, de Modernismo y coherencia; Cuatro capítulos de una estética negativa (Peter Lang).

referencia


Marco Vinicius Mazzari. laberintos de aprendizaje. São Paulo, Editora 34, 2010, 320 páginas.

 

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