Jean-Jacques Rousseau – textos de intervención política

Patrick Heron, Tres rojos en verde y magenta en azul: abril de 1970, 1970
Whatsapp
Facebook
Twitter
Instagram
Telegram

por THIAGO VARGAS*

Presentación del libro recién editado

Revoluciones imperceptibles: Rousseau y la concreción política

En muchos sentidos, es posible afirmar que la filosofía de Jean-Jacques Rousseau, quien declara confesamente que entendía que “todo está radicalmente ligado a la política”, pretendía provocar un cambio en la manera de pensar la conducta de los gobiernos y sociedad de su tiempo. Sin desconocer la presencia de un público extemporáneo al que Jean-Jacques Rousseau se dirige en ocasiones en sus obras, esta interpretación engloba ambos textos que favorecen una aproximación eminentemente teórica a los principios que configuran su pensamiento, como se anuncia en las primeras líneas del Contrato social (1762), así como otros libros cuyos mismos postulados de su sistema se revelan y difunden bajo otras formulaciones y géneros, como, por ejemplo, la novela epistolar. Julie o la nueva Eloísa (1761) o el tratado de educación Emilio (1762).

Desde una perspectiva general, podemos señalar que en más de una ocasión, como en el Prefacio a NarcisoEn Discurso sobre las ciencias y las artes (1750) o en el fragmento El lujo, el comercio y las artes, Jean-Jacques Rousseau insiste en resaltar la dimensión crítica y reactiva que caracteriza su filosofía, cuyo objetivo es señalar y erigir aporías no contra uno u otro autor en particular, sino contra un pensamiento moderno aún en proceso de constitución.

Es cierto, por un lado, que el carácter intervencionista de una obra es muchas veces subyacente, y en ocasiones puede incluso ser secundario en relación con cualquier intención primaria que la guíe. Por otro lado, un expediente muy diferente se encuentra en obras que manifiestamente anuncian su deseo de reflexionar sobre una determinada coyuntura o situación histórica, con el objetivo de contribuir de manera más inmediata al estado actual de una cuestión política concreta. Desde Platón hasta Foucault, la historia de la filosofía está llena de ejemplos de autores que, urgidos a manifestarse o haciéndolo voluntariamente, buscaron comprometerse ante una situación precisa.

Esta última categoría incluye obras las cartas escritas desde la montaña (1763-64), el Proyecto de constitución de Córcega (1765) y el Consideraciones sobre el Gobierno de Polonia y su Proyecto de Reforma (1771), textos de Rousseau escritos en un período en el que el filósofo era ya un autor leído y discutido en toda Europa, momento en el que sus principales conceptos se consolidaron en un sistema político, moral y antropológico iniciado en la década de 1750 y cuyo ápice es alcanzado en el año 1762. Denominados “política aplicada”, “política concreta” o textos “prácticos”, estas obras forman un conjunto que podría ser convenientemente identificado como “textos de intervención política”, si entendemos intervenir tanto el acto de emitir un evaluación y opinión sobre un tema específico y que busca influir en las direcciones y desarrollos de un evento fáctico.

Cualquiera que sea el nombre que se dé a este grupo de textos, conviene advertir un matiz importante dentro de esta tríada: a diferencia de las Cartas, escritas por Rousseau como reacción a las acusaciones vertidas contra el Emilio y el contrato y escrito en medio de la agudización de la crisis con la república de Ginebra, el Proyecto e los consideraciones eran obras solicitadas formalmente por terceros, es decir, preparadas a petición de políticos corsos y polacos que representaban intereses de determinados grupos nacionales, con el fin de recabar apoyos para sus respectivas causas.

A esto hay que añadir que, a diferencia del Cartas, estas dos últimas obras tienen un carácter inacabado y durante mucho tiempo circularon clandestinamente en forma de manuscritos, habiendo sido publicadas sólo póstumamente. Estas particularidades ya parecen ofrecer razones suficientes para justificar la pertinencia de comprender el contexto en el que ambos fueron escritos, ya que nos ayudan a esclarecer algunos de los argumentos y hechos históricos presentes en el texto, así como ayudan a arrojar luz sobre algunas estrategias. , decisiones y recomendaciones concebidas por Rousseau.

1.

Comencemos con el caso de Córcega. En 1762, con la condenación de Emilio y Contrato social por el Parlamento de París y el Consejo Menor de Ginebra, Rousseau inicia sus años de huida por Europa. Es en este convulso periodo, más concretamente en el mismo año en que se inicia la obra Cartas escritas desde la montaña, que el filósofo fue buscado por el capitán Matteo Buttafoco, un militar aristócrata y partidario del movimiento independentista corso, quien realizó una labor de convencimiento de la causa ante las potencias europeas. Capaz de tejer buenas relaciones políticas y respetado entre sus compatriotas, Buttafoco formaba parte del círculo de confianza de Pasquale Paoli, máximo dirigente del movimiento “Paolista” por la liberación de la isla, y sería también futuro enemigo de Napoleón Bonaparte. , nacido en Ajaccio, y que en su juventud fue también admirador de Paoli y ávido lector de Rousseau. Buttafoco pretendía liberar a Córcega del dominio de la República de Génova y, para ello, combinó una inclinación pro-francesa con la expectativa de obtener un amplio apoyo de la sociedad alfabetizada, pretendiendo tener entre manos un plan previo de las instituciones a ser adoptada en el momento en que prevalecería la deseada liberación de Córcega.

Nada más natural para Buttafoco que tratar de persuadir a Rousseau para que asuma el papel de mecenas intelectual de las instituciones políticas de la isla. Después de todo, no Contrato social el filósofo había hecho un diagnóstico auspicioso: “todavía hay en Europa un país capaz de legislar: es la isla de Córcega. El coraje y la constancia con que este valiente pueblo supo recuperar y defender su libertad bien merecería algún sabio que le enseñara a conservarla. Tengo el presentimiento de que algún día esta pequeña isla sorprenderá a Europa”. Entusiasmado por los elogios y motivado por la disposición favorable de Rousseau, en un notable intercambio de correspondencia, Buttafoco lo convence para que escriba un proyecto de sistema político para los corsos.

Resumamos algunas de las diferentes razones que hacen del intercambio epistolar un registro importante. En primer lugar, la correspondencia ilustra la forma en que el capitán corso explica y ve la situación en Córcega y cómo reaccionará y responderá Rousseau ante tal información, como vemos en el texto que se encuentra en el manuscrito del Proyecto. En segundo lugar, demuestra la preparación del filósofo para la elaboración del texto, ya que Rousseau pretendía dedicar, a partir de 1765, un año de estudio en la isla y al menos otros tres años para la redacción final del proyecto.

Esta disposición revela que el plan publicado era sólo una parte de la etapa inicial –o, como escribe Rousseau, de unas meditaciones o “ideas provisionales”– del texto que finalmente sería dirigido a los corsos. En tercer lugar, y quizás lo más importante, expone un procedimiento metodológico importante en el proceso de recopilación de información de Rousseau: la forma en que organiza, estructura y prepara documentos para elaborar sus argumentos como un filósofo dispuesto a escribir sobre un problema político concreto. Con ello, también es posible entender cómo se acordó enviar los materiales y archivos necesarios para que pudiera comenzar la redacción del proyecto.

El contenido de las cartas demuestra que Buttafoco, militar abnegado, notable partidario de los paulistas y celoso en el servicio de los intereses nacionales de Córcega, fue también un escritor cuidadoso, lector asiduo de autores modernos, así como un individuo atento a los cambios en perspectivas teóricas observadas en la economía política de su tiempo. En sus cartas y documentos, el capitán no oculta la inspiración que encontró en Montesquieu, incorporando en varios pasajes la teoría de comercio doble, según la cual el comercio tendría el efecto de suavizar las costumbres, inspirar tolerancia y sustituir la beligerancia de las guerras por los intercambios. Con el fin de establecer buenas instituciones para Córcega, Buttafoco trató de reconciliar los principios que se encuentran en Del espíritu de las leyes (1748) con los expuestos en el Contrato social. Brevemente, podemos decir que el capitán corso pretendía combinar la independencia política de la isla con una forma de opulencia económica obtenida a través del comercio, es decir, buscaba establecer una forma híbrida que transitara entre el gobierno de las leyes del republicanismo y el mecanismo social de la sociedad mercantil, algo cercano a la república mercantil defendida en la cuarta parte del libro de Montesquieu. Veamos cómo se reflejan algunas de estas influencias en los escritos de Buttafoco que le fueron enviados a Rousseau.

No Examen histórico y justificación de la revolución de la isla de Córcega contra la República de Génova, el capitán critica el mal gobierno de los genoveses que exploraron Córcega, explicando los motivos de las revueltas y el derecho de los corsos a levantarse contra la tiranía. El examen afirma que la isla, un país fértil cuyos habitantes podían estar dispuestos a trabajar, había sido mal administrada por Génova, que no hizo más que despojar a los corsos, acabar con la productividad de la tierra, arrojar a sus habitantes a la pereza y la inacción, permitiendo la proliferación de crímenes y finalmente comenzando el declive de la población. También según Buttafoco, el pueblo estaba gravado por los impuestos y los particulares incluso vendían muebles y utensilios de sus casas con el fin de obtener dinero para pagar impuestos, lo que ahondaba la pobreza y desincentivaba el trabajo.

En el escenario representado por Examen observamos un gobierno explotador, que impide el florecimiento de una economía independiente y mantiene a la nación en la pobreza: “Buscamos a Córcega en Córcega y ya no la encontramos: ya no es reconocible. ¿Qué país podemos comparar con este? ¿En qué lugar vemos desolaciones, despoblamiento, abandono de la agricultura, de la industria, del comercio, fruto de perniciosas medidas y de la pérfida política del gobierno? ¿Dónde vemos al príncipe estableciendo un sistema en el que los súbditos son reducidos a la indigencia más extrema y espantosa? ¿Es culpa de los corsos que sean miserables? ¿Deberían ser amonestados o culpar a la insaciable crueldad de los opresores de esa infeliz nación?

Según esta valoración, Génova administraba el país manteniendo la miseria de sus habitantes, impidiendo cualquier actividad manufacturera, comercial o agrícola. Ahora bien, ¿cómo puede prosperar este país, oprimido por un gobierno extranjero, cuya economía está en constante declive? Lejos de insistir sólo en el papel de la agricultura en la isla, los documentos de Buttafoco destacan la libertad como fuente de industria y abundancia, y propugnan el estímulo del trabajo a través de una determinada pasión, amor o incentivo a la ganancia.

Este sería un afecto capaz de aumentar la producción, dinamizar el comercio y asegurar la abundancia de la isla: “Bastaba con fomentar la agricultura, la industria, el comercio y hubiéramos visto de lo que eran capaces los habitantes. Habría que asegurar las posesiones, habría que observar una justicia severa, y entonces el pueblo, lejos de entregarse a las armas, se vincularía al cultivo de la tierra y al comercio. El amor a la ganancia hubiera estimulado el amor al trabajo, y en poco tiempo la nación hubiera gozado de un bienestar que nunca debió jactarse de soportar, porque aquellos medios, ventajosos para ellos, no habrían sido ventajosos para los tiranos. . Querían apoderarse de la isla de Córcega y, para lograrlo, creyeron más razonable hacer reinar la ociosidad, la penuria y el crimen por encima del trabajo, la opulencia y la virtud. ¡Aquí están los frutos de un gobierno tan encaprichado!”.

Los corsos, reclamando impuestos más bajos para la exportación de bienes, buscaban la abundancia y la prosperidad a través de la inserción en el comercio realizado entre las naciones europeas. Fue en esta libertad de comercio, combinada con la protección de la propiedad privada, que Córcega aseguraría su abundancia. Como escribe Buttafoco, “las naciones vecinas atracan en las playas para participar en el comercio de trueque; los corsos, que bajo los genoveses estaban acostumbrados a no quitar nada a los de su especie, sienten cuán ventajoso es vivir bajo un buen gobierno y animados por el incentivo de la ganancia, por la seguridad, por la protección” y, luego, concluye que “ la libertad es la fuente de la industria y la abundancia. La industria y la opulencia sólo desean la seguridad de las posesiones”.

Por último, en el Memorándum de Vescovado, otro documento elaborado por Buttafoco que había sido enviado a Rousseau, el capitán comienza parafraseando el Contrato para luego elogiar el momento oportuno para recibir nuevas leyes, instituciones y costumbres: “la situación actual de Córcega hace que esta isla sea capaz de recibir una buena legislación. Como su gobierno aún no tiene una constitución fija y permanente, el cambio de sistema político no traería, en sí mismo, ningún inconveniente, ya que los jefes aún se encuentran en un estado de indecisión y preparados para recibir todo tipo de nuevas regulaciones”.

He aquí, pues, la descripción del estado de cosas en Córcega que Rousseau recibe de Buttafoco: un país bajo el yugo de la tiranía, que observa un declive demográfico, en el que los impuestos oprimen al pueblo, en el que no hay seguridad ni para los individuos ni para los por propiedades, donde el suelo fértil es mal aprovechado por la agricultura explotadora y, finalmente, un país donde se desalienta el trabajo. Sin embargo, la isla es un país prometedor, con un pueblo capaz de constituirse en un cuerpo político bien ordenado, aunque, como escribe Rousseau en uno de los fragmentos manuscritos, “los corsos están casi todavía en su estado natural y son, pero se necesita mucho arte para mantenerlos allí”. Este arte intervencionista es precisamente la política que, para ser eficaz, debe tener en cuenta las particularidades de la nación a la que se dirige y llevarse a cabo en el momento oportuno.

Como revelan los primeros intercambios de correspondencia, Jean-Jacques Rousseau ve la tarea de establecer un plan de gobierno, y no la formación de un código o cuerpo de normas constitucionales; mucho menos se sintió “en condiciones de alterar, por así decirlo, la naturaleza humana”, rasgo característico de la labor del legislador. De acuerdo con los términos utilizados por Buttafoco en su primera carta, se le pide al filósofo que proporcione un “plan del sistema político” para la isla. Por tanto, es importante subrayar que Rousseau no pretendió asumir un papel similar al de Licurgo o Numa Pompilio: más bien, actúa como un filósofo que, ante un caso concreto, lo analiza según las nociones establecidas en el Contrato para luego establecer un diagnóstico preciso y ofrecer sus recetas a la nación corsa y polaca.

Así, sus principios son como herramientas necesarias construidas por el propio filósofo para el funcionamiento de la ciencia del derecho político, en tanto posibilitan el ejercicio del oficio de escritor político y lo hacen capaz de ganarse la legitimidad de las instituciones de una nación, siempre teniendo en cuenta la variedad de condiciones que condicionan cada experimento. Un pequeño párrafo del Libro V de Emilio resume este proceso: “Antes de observar, es necesario hacer reglas para las observaciones; necesitamos hacer una escala para relacionar las observaciones con las medidas que tomamos. Nuestros principios de derecho político son esa escala. Nuestras medidas son las leyes políticas de cada país”. En este sentido, el título Proyecto de constitución de Córcega, atribuido posteriormente a la obra, ya que el manuscrito no contiene un título dado por el autor, puede inducir a error y desorientar las verdaderas intenciones y contenido del texto. En cualquier caso, y una vez consideradas estas salvedades, se decidió mantener en esta edición el ya habitual y canónico título de la obra, muy utilizado por la bibliografía crítica de Rousseau.

Finalmente, en cuanto al estilo presentado en el escrito sobre Córcega y la formulación de algunas ideas allí presentadas, es necesario tener en cuenta el carácter inacabado ya mencionado del Proyecto, publicado recién en 1861 –es decir, casi cien años después de su redacción– en la colección de obras inéditas y correspondencia organizada por Georges Streckeisen-Moultou. En ese sentido, la presente traducción cuenta con apuntes y contextualizaciones, además de traer apuntes y fragmentos encontrados en el manuscrito y en el cuaderno de trabajo de Rousseau, brindando a los lectores instrumentos capaces de brindar una comprensión más amplia del proceso de redacción del texto. En forma de borrador, la versión original del Proyecto carece de revisiones de puntuación y mayúsculas, lo que significa que incluso en las ediciones en francés se dejan ciertas decisiones importantes de redacción y vocabulario al intérprete o traductor.

Gracias a la conservación de documentos como el Manuscrito de Ginebra, una primera versión de Contrato social, y por el intercambio de correspondencia entre Rousseau y su editor Marc-Michel Rey, sabemos que el filósofo solía no sólo consentir ciertas revisiones editoriales, sino que él mismo corregía y alteraba el texto varias veces antes de su versión definitiva. Las recientes publicaciones de las obras de Rousseau por la editorial Vrin, realizando una edición crítica a través de un trabajo comparativo de los originales, demuestran muy bien este proceso genealógico, cronológico y editorial de las obras, permitiéndonos ver cómo operaba la construcción de conceptos. y el sistema filosófico de Rousseau.

2.

Pasemos a la segunda parte del volumen, el Reflexiones sobre el Gobierno de Polonia. Escrito entre 1770 y 1771, el consideraciones recién se publicaron en 1782. A partir de 1772, Rousseau comenzó a dedicarse a sus escritos autobiográficos, compuestos por confesiones; Jean-Jacques Juez Rousseau e Los sueños del vagabundo solitario, también publicado póstumamente. Con esto, es posible afirmar que el texto sobre Polonia es la última obra manifiestamente política escrita por el filósofo.

As consideraciones se realizaron a petición del conde polaco Michel Wielhorski, enviado por la Confederación de Abogados a Francia con el objetivo de realizar labores diplomáticas y recabar apoyos para la causa de los insurgentes. Lutando pela deposição de Estanislau Antoni Poniatowski (Estanislau II), monarca suscetível aos interesses do governo da Rússia e protegido da imperatriz Catarina II, a Confederação formou-se em 1768 e era liderada por Józef Pulaski e outros nobres poloneses que buscavam afastar as ingerências russas en el pais.

A lo largo del siglo XVIII, el destino de Polonia fue disputado por grandes potencias extranjeras, como Rusia, pero también Austria, Prusia y España, por no hablar de la simpatía de las autoridades francesas hacia la causa de los insurgentes; además, desde la Guerra de Sucesión de Polonia (1733-1738) hasta la absolución del trono de Estanislao II (1764), el país se había convertido en un objeto constante de atención para los escritores políticos. Es en este contexto que Wielhorski comienza a buscar apoyo diplomático y teórico, para tener reflexiones políticas, jurídicas, educativas, económicas, geográficas e históricas, con la intención de establecer las mejores instituciones posibles para su país.

Jean-Jacques Rousseau es entonces contactado a fines de 1770 y, al mismo tiempo que estudia los documentos que le envían y escribe sus reflexiones, finaliza el trabajo del consideraciones en 1771, enviándolo confidencialmente a Wielhorski. Sin embargo, rápidamente comenzaron a circular copias no autorizadas del manuscrito en las librerías parisinas; siendo el conde el encargado de mantener el secreto del texto del filósofo, el incumplimiento del acuerdo despertó una desconfianza incurable y provocó la ruptura entre ambos. En los diálogos segundo y tercero de Jean-Jacques Juez Rousseau, Rousseau describe brevemente, no sin morder, detalles sobre el episodio.

En uno de los extractos, leemos su impresión sobre el trabajo realizado y sobre la relación con Wielhorski: “Debo, sin embargo, agregar a los detalles que acabo de informar que JJ, en medio de todo este trabajo manual, todavía pasó seis meses en el mismo período tanto para examinar la constitución de una nación infeliz como para proponer ideas sobre las correcciones que en ella debían hacerse, y esto ante la insistencia, obstinadamente reiterada, de uno de los primeros patriotas de esa nación, quien presentó como un deber las obras que le impuso y quien, como única forma de agradecimiento por el celo y el tiempo que ponía en esta obra, dejó claro que no quería tener ninguna obligación con él, y luego quiso envíale vino”.

De la variedad de documentos remitidos a Jean-Jacques Rousseau, podemos destacar dos que me parecen dignos de atención. El primero consiste en un conjunto de textos fisiocráticos enviados a los polacos, que contienen escritos de Du Pont de Nemours (que tratan sobre el sistema educativo), Nicolas Baudeau y Le Mercier de la Rivière. De hecho, Polonia había llegado a interesar a todos los miembros del grupo de economistas, escuela dirigida por François Quesnay. Baudeau, uno de los editores de la revista fisiócrata efemérides ciudadanas, permaneció en Polonia por un tiempo y, entre 1770 y 1771, incluso publicó en el periódico El Opiniones económicas a ciudadanos ilustrados de la República de Polonia sobre cómo obtener ingresos públicos, recogido posteriormente en el Cartas históricas sobre el estado actual de Polonia y el origen de sus desgracias, lanzado en 1772.

Riviere también escribe El interés común de los polacos, manuscrito actualmente conservado en los Archivos Nacionales de Francia. Rousseau, que ya había leído una parte relevante de la obra fisiócrata y manifestó su rechazo a las ideas de esa escuela en su célebre correspondencia con Mirabeau, tuvo amplio acceso a los textos de los economistas (a los que se refiere el filósofo en el capítulo sistema económico) que Wielhorski tenía disponible. El segundo caso es el Del gobierno y las leyes de Polonia, al Sr. Conde Wielhorski, preparado a principios de la década de 1770 y no publicado hasta 1789.

Escrito por el abad Gabriel Bonnot de Mably, que también había pasado algún tiempo en Polonia, el manuscrito, más tarde organizado en forma de tratado, fue enviado a Rousseau a través del conde polaco. Así como el texto de Mably resulta ser un importante contrapunto a las consideraciones de Rousseau, el abad (para quien Rousseau consintió en abrir una excepción a la confidencialidad del manuscrito) fue uno de los primeros lectores del Consideraciones sobre el gobierno de Polonia, habiendo abordado sus objeciones en un manuscrito titulado Comentarios sobre el Gobierno de Polonia.

En cuanto al contenido de consideraciones, hay al menos dos puntos que lo hacen especialmente relevante no sólo en relación con la Contratoo, pero que lo elevan al estatus de pieza fundamental para una comprensión matizada del sistema político de Rousseau.

El primero se refiere a la crítica del sistema representativo. si no Contrato social la representación fue vista con desconfianza en relación a la soberanía y se concluyó que “en el momento en que un pueblo se otorga representantes, ya no es libre”, en el Reflexiones sobre el Gobierno de Polonia la representación en los grandes estados se ve como un hecho inevitable (y, en este caso específico, incluso será necesaria para el buen funcionamiento de las Dietas polacas).

El filósofo, por tanto, se ve instado ante la concreción política a establecer reflexiones inéditas al respecto, proponiendo medios que sean capaces de frenar el poder de los diputados y prevenir la corrupción de los parlamentarios. Plazos fijos para los mandatos, supresión de la inamovilidad de la mayoría de los senadores, limitaciones al poder de nombramiento del rey, número limitado para la reelección, producción de papeletas: aunque Rousseau recomienda evitar reformas que puedan dar lugar a turbulencias democráticas, refiriéndose sobre todo a una recurso retórico que suscita pasiones inflamadas y un estado de agitación y turbulencia que impide la discusión de propuestas efectivas para el interés común-, el texto muestra que su intención era ir insertando paulatinamente elementos de una democracia representativa en un país esencialmente feudal, cuya administración y la burocracia estaba enteramente dominada por familias vinculadas a la nobleza y al entorno real.

En el mismo sentido, a pesar del capítulo del Rey Comenzaré señalando que Polonia es un Estado extenso que no podía prescindir de la figura máxima de la realeza, ese momento de consideraciones presenta una de las críticas más ácidas de Rousseau a la forma monárquica de gobierno, especialmente al sistema de monarquía hereditaria. Siguiendo el consejo de Rousseau, incluso la corona electiva que adoptarían los polacos terminaría siendo tan limitada que la monarquía, con un rey sin poder real, se parecería más a una especie de parlamentarismo.

Finalmente, a pesar de muchos de los principios explorados en el capítulo Medios para mantener la constitución. ser inspirado por Contrato, citado expresamente en varias ocasiones a lo largo del texto, el carácter imperativo de la diputación en el caso específico de Polonia hace que Rousseau desarrolle instrumentos para que la representatividad exprese realmente la voluntad de los votantes y de la nación. No por casualidad, una de las principales propuestas del filósofo es reforzar los procedimientos de elección de nuncios en las Dietinas. Después de todo, al estar limitados a las provincias, el control y el establecimiento de reglas para la representación serían más fáciles de aplicar. En otras palabras, los medios de inspección de los diputados serían allí más efectivos, ya que recibirían instrucciones directamente de los ciudadanos de esa región, ya que habitan en la misma ciudad o provincia que sus electores, o, para citar a Rousseau, en las provincias. los nuncios “son más conocidos y […] plantan cara a sus competidores”.

El segundo punto a destacar es que, especialmente en el caso de Polonia –un país ya constituido, caracterizado por ciertas costumbres e instituciones–, se revela un autor mucho más proclive a la reforma gradual del Estado que la figura del revolucionario radical esbozado tras la publicación de Contrato social, cuyo retrato fue pintado definitivamente en el transcurso de la Revolución Francesa. En el consideraciones, leemos a un autor preocupado por no realizar rupturas bruscas que puedan arrojar a Polonia a nuevos conflictos internos y profundizar el estado anárquico en el que, según fue evaluado, se encontraba el país. Rousseau llega a aconsejar a los polacos la siguiente máxima: “nada cambia sin que sea necesario, ni restar ni sumar”.

¿Habría abandonado entonces el filósofo los ideales transformadores de sus principios de derecho político para conformarse con un realismo reformista? ¿No sería esta aparente diferencia entre “escribir” y “actuar” una de las contradicciones con las que se podría acusar a Rousseau de ser paradójico? Este no parece ser el caso, e incluso podemos recordar brevemente que Rousseau, lejos de haber negado los conceptos de Contrato, utiliza extractos de esa obra -a veces citados expresamente por el autor- a lo largo de los textos de Polonia y Córcega.

En cuanto a los detalles pertinentes al intrincado tratamiento entre textos teóricos y prácticos, la literatura crítica brasileña constituye una notable tradición en los estudios rousseaunianos, a la que remitimos a los lectores. No obstante, en esta presentación de los textos de intervención, parece pertinente subrayar dos aspectos presentes en el texto polaco, en cierta medida también identificados en el escrito sobre Córcega, que pueden contribuir al abordaje de algunas de las dificultades que plantean estas cuestiones. .

En primer lugar, hay que considerar la preocupación de Rousseau por impedir su plan de transición, que sin duda disgustaría a los funcionarios y nobles que se aprovechaban de los cargos y la statu quo, aparatos burocráticos que contribuyen a la estratificación social propia del régimen monárquico, desencadenan una guerra civil o profundizan el estado de anarquía en el país. Así, leemos en consideraciones una propuesta para la reorganización completa de la nación a través de un ajuste gradual en los sistemas de ascensos en los cargos estatales, en la reestructuración de los cuerpos militares, en la revisión de las funciones del rey, en la liberación gradual de los campesinos y siervos que aún sometidos a un sistema feudal y nobiliario, para que, por fin, un primer soplo de libertad pudiera llegar a los pueblos y ciudades del país.

Este recurso, concomitante con la introducción de elecciones y la reforma de la composición de las cámaras parlamentarias, pretendía que los polacos avanzaran gradualmente hacia una mezcla de democracia y aristocracia cuya soberanía residía en el poder del pueblo. Las nociones de gradación, de “pequeñas modificaciones” o “cambios sutiles”, para usar los términos de Rousseau, también están presentes en los escritos de Córcega, especialmente en lo que se refiere a la transición entre formas de gobierno y su relación con los diferentes sistemas económicos.

En segundo lugar, Rousseau considera que la sociedad civil está compuesta por “cuerpos” –asociaciones, partidos, militares, parlamentarios, nobleza, confederados, entre otros– que tienen cada uno una voluntad particular en relación con la voluntad general del cuerpo político, que se forma en último lugar. por todos los miembros de la sociedad, sin excepción. Recordemos también que en ambos textos de comisión, ya sea en el caso de Córcega o de Polonia, los demandantes, ya sea que estuvieran verdaderamente consagrados a los intereses nacionales, participaban en una causa compuesta por un grupo específico –en este caso, Buttafoco y Wielhorski formaban parte de una cierta parte de la nobleza local.

Ahora bien, si uno de estos “cuerpos privados” dentro del Estado dirigiera una revolución en nombre de todo el pueblo, esto no sólo significaría que la revolución se basaría inevitablemente en el problemático modelo representativo de los deseos políticos como horizonte de lucha , pero también se verificaría allí el triunfo de la voluntad particular de un cuerpo sobre todas las demás, incluida la voluntad general, que bien podría ser reprimida durante y después de la revolución. Podríamos formular esta afirmación en forma de pregunta en los siguientes términos: ¿en qué medida habría en la filosofía de Rousseau el rechazo de un modelo revolucionario que sólo puede pensarse y disciplinarse según el modelo problemático de representación de las voluntades, susceptible de caer en la trampa de reproducir la opresión a través del nuevo grupo que toma el poder?

si es cierto que Contrato se vislumbra la existencia de crisis o revoluciones capaces de hacer resurgir de las cenizas al Estado y recuperar su juventud, los textos de intervención política sólo permiten comprobar que el filósofo adopta una postura más inclinada a la prudencia, hablando de pequeñas e imperceptibles revoluciones, que gradualmente se asientan en la vida política, social, económica y moral a través de reformas. Ante la situación polaca, la propuesta de cambios institucionales, sociales, legislativos, militares y económicos, apunta a una emancipación paulatina de la población, modificando la constitución y el régimen político entonces vigente, haciéndolo pasar de una monarquía feudal a una democracia mixta. con la aristocracia.

En palabras de Rousseau, es necesario operar este cambio “sin revolución perceptible”, para que los polacos puedan “completar la operación a gran escala” devolviendo a los campesinos y a la población más pobre “el derecho que la naturaleza les dio a participar en la administración de su país", pero haciendo "absolutamente necesario hacerlo de manera que, en lugar de que la liberación del siervo sea gravosa para el amo, sea honrosa y ventajosa".

Con esto, el capítulo decimotercero presenta la siguiente conclusión: "lograría revivir todas las partes de Polonia, y unirlas de tal manera que constituyeran un solo cuerpo cuyo vigor y fuerza serían al menos diez veces mayores que los que tienen actualmente, y esto con la inestimable ventaja de haber evitado cambios intensos y repentinos y el peligro de revoluciones”. Por lo tanto, es necesario asegurar que, al mismo tiempo que todos sienten que obtienen ventajas particulares con la reforma propuesta, tales beneficios sean, de hecho, un medio para implementar una posible democratización y para garantizar el mayor grado de libertad. igualdad y legitimidad de un cuerpo político.

Escribir para Córcega y Polonia requerirá tanto los principios del derecho político como la garantía de un plan factible, eficaz, seguro, gradual y rentable para ambas naciones. En ambos casos, la tarea del escritor político es evaluar las condiciones para establecer el gobierno más conveniente y adecuado a las circunstancias, es decir, realizar un diagnóstico completo de un cuerpo político específico, teniendo en cuenta todas las características de cada uno. nación (población, territorio, clima, recursos naturales disponibles, etc.), a fin de administrar los mejores medios posibles para hacerla o mantenerla próspera y abundante.

Es necesario que un pueblo establezca una legislación que pueda sustentar y defina una administración que, dado el contexto histórico en el que se encuentra, sea la mejor posible para llevar a cabo los fines definidos por la voluntad general, como se explica en este pasaje desde el Contrato: “[…] estos objetos generales de toda buena institución deben ser modificados, en cada país, por las relaciones que surgen tanto de la situación local como del carácter de los habitantes, y es respecto de estas relaciones que es necesario asignar a cada pueblo un sistema particular de institución que sea mejor, quizás no en sí mismo, sino para el Estado al que está destinado”.

De esta compleja multiplicidad inherente a la confluencia o sincronía de circunstancias que hacen posible una buena institución deriva la dificultad de constituir un Estado lo más perfecto posible. Los textos de intervención son ejemplos únicos de cómo la filosofía de Rousseau se apoya en el fundamento de la inmanencia de los cuerpos políticos y asume que las condiciones concretas, cuando se transforman con el tiempo, exigen respuestas previamente irreflexivas: trabajar en el campo abierto de posibilidades es, después de todo, un atributo del arte político.

Así, la escala que ofrecen los principios del derecho político corresponde a la medida de la innumerable cantidad de relaciones que, en la historia humana, caracterizan a un país; y, en este caso, los múltiples modos de organización de la sociedad permiten tantos enfoques posibles como número de peculiaridades de un pueblo. A esta apertura al mundo de posibilidades realizada por los conceptos generales de Contrato combina, sin contradicciones, la concreción política presente en los textos de intervención, plasmada en la elección de proyectos capaces de proporcionar los medios y condiciones adecuados para la mayor utilidad y conveniencia de una determinada nación.

*Thiago Vargas. es investigadora posdoctoral en el Departamento de Filosofía de la Universidad de São Paulo (USP).

referencia


Jean-Jacques Rousseau. Textos de intervención política. Organización y traducción: Thiago Vargas. Revisión técnica: Thomaz Kawauche. São Paulo, Unesp, 2022, 314 páginas (https://amzn.to/3YAAdRL).


la tierra es redonda existe gracias a nuestros lectores y seguidores.
Ayúdanos a mantener esta idea en marcha.
CONTRIBUIR

Vea este enlace para todos los artículos.

10 LO MÁS LEÍDO EN LOS ÚLTIMOS 7 DÍAS

__________________
  • El reverso de Marxcultura del sol 14/09/2024 Por TIAGO MEDEIROS ARAÚJO: Comentario al libro recién publicado de José Crisóstomo de Souza
  • Cadena perpetua para Silvio AlmeidaLUIZ EDUARDO SOARES II 08/09/2024 Por LUIZ EDUARDO SOARES: En nombre del respeto que merece el ex ministro, en nombre del respeto que merecen las mujeres víctimas, me pregunto si es hora de girar la llave a la judicialización, la vigilancia y la penalización.
  • La bofetada del Banco CentralEdificio de la sede del Banco Central 10/09/2024 Por JOSÉ RICARDO FIGUEIREDO: El Banco Central pretende aumentar la tasa Selic, citando expectativas de inflación futura
  • Solicitud de impeachment de Alexandre Moraessuprema stf brasília niemayer 15/09/2024 Por MARCELO AITH: Los procesos de ruptura democrática comienzan invariablemente con el debilitamiento del Poder Judicial, como ocurrió en Hungría con el dictatorial Primer Ministro Viktor Orbán
  • El caso Silvio Almeida: más preguntas que respuestasyo también 10/09/2024 Por LEONARDO SACRAMENTO: Destituir al ministro menos de 24 horas después de denuncias anónimas de la ONG Me Too, por su implicación en una candidatura bloqueada por el propio ministro, es puro jugo de racismo
  • El triste final de Silvio Almeidasilvio almeida 08/09/2024 Por DANIEL AFONSO DA SILVA: La muerte de Silvio Almeida es mucho más grave de lo que parece. Va mucho más allá de los eventuales errores deontológicos y morales de Silvio Almeida y se extiende a sectores enteros de la sociedad brasileña.
  • Brasil paraleloLUIS FELIPE MIGUEL 2024 16/09/2024 Por LUIS FELIPE MIGUEL: Brasil Paralelo es el mayor promotor de contenidos políticos en plataformas sociodigitales de Brasil. No falta dinero en su labor de adoctrinar al público
  • Contradicción educativapizarra 4 15/09/2024 Por FERNANDO LIONEL QUIROGA: Los adjetivos del profesor y la máquina de moler el pasado
  • Pablo Marçal entre Goiânia y São Pauloir sp 13/09/2024 Por TADEU ALENCAR ARRAIS: Es un error imaginar que el éxito de Marçal se sitúa únicamente en el ámbito de la dinámica de las redes sociales
  • Las joyas de la arquitectura brasileñarecaman 07/09/2024 Por LUIZ RECAMÁN: Artículo publicado en homenaje al recientemente fallecido arquitecto y profesor de la USP

BUSQUEDA

Temas

NUEVAS PUBLICACIONES