Javier Milei y Casta

Imagen: Selim Çetin
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por EMILIO CAFASSI

Por estos trucos de la historia, Javier Milei supo detectar el rechazo popular ante la descomposición y decadencia política, calificándolo de “casto”

La celebración de la independencia argentina el 9 de julio marcó el final de una etapa intensamente buscada por el presidente Javier Milei, luego de poco más de seis meses de complejas -aunque exitosas- negociaciones, chantajes y corrupción. El nivel de colaboración de un amplio espectro político para lograr el resultado de la firma del llamado “Pacto de Mayo” (con el propósito original de celebrarlo y firmarlo en un aniversario más de la nacionalidad) es mucho más decisivo que las propias iniciativas presidenciales.

Este pacto representa la culminación de una ofensiva de magnitud sin precedentes contra sectores populares, el Estado e incluso sectores empresariales más pequeños y menos concentrados, que en conjunto generan una mayor demanda de empleo de la fuerza laboral.

La colaboración se refleja en la vigencia del extenso y amplio Decreto de Necesidad y Urgencia (70/23), que la Cámara de Diputados no deroga, a pesar de que el Senado sí lo ha hecho; la aprobación de la ley de “Bases…”, una versión limitada de la original que se hundió ante la incapacidad y desconocimiento normativo de los diputados, pero que luego resucitó con algunos recortes; y la vigencia del protocolo de seguridad, que dejó decenas de víctimas del terror represivo, culminan en este gesto político-simbólico coronado a la mañana siguiente con un desfile militar.

En definitiva, Javier Milei no está solo ni es un fenómeno que desaparece con excentricidades pasajeras. Es, por el contrario, la culminación de una maraña de acuerdos, entre regalos y favores diversos, para una gran mayoría de la “casta” política –cuya condena la mayoría de los ciudadanos encomendaron la ejecución a Javier Milei– mientras él públicamente sólo verbaliza esta condenación, para ungirla con bálsamos entre cuatro paredes.

Para firmar el acuerdo de diez puntos fueron convocados todos los gobernadores y, a juzgar por el resultado, también los presidentes de las dos cámaras legislativas nacionales y, como siempre lo acompaña, su propia hermana. La cosecha no fue menor: logró que las tres cuartas partes de los gobernadores (18 de los 24, todos hombres, de hecho) firmaran una declaración genérica, rescatando la fraseología hegemónica de hace más de un cuarto de siglo, conocida como la El Consenso de Washington, también prescrito originalmente en diez puntos por el economista John Williamson.

Ambos dicen prácticamente lo mismo como se puede comprobar en la tabla creada con fines comparativos. Ambos se centran en la disciplina y el equilibrio fiscal, enfatizan la reforma fiscal y consagran la plena liberalización del comercio y las barreras, la privatización, la seguridad jurídica y la propiedad privada. A lo sumo difieren en cuestiones de forma en relación al gasto público, donde en el caso nacional, hay avances aún mayores en la reforma laboral y de seguridad social, además de detallar el énfasis en compartir impuestos federales, que tanto atrae a los gobernadores. .

Sin tener un solo gobernador de su propio partido político”,La libertad avanza(LLA), no debe haber dudas sobre la genuina colaboración de los peronistas, los radicales y el partido de Mauricio Macri (PRO). Se puede argumentar que se trata de un mero gesto simbólico, incluso extraño por realizarse después de la fría medianoche austral, sin consecuencias ejecutivas concretas ni costos políticos. Podría ser una simple participación en un evento, como los aburridos días escolares.

Comparación entre los 10 puntos del Consenso de Washington y el Pacto de Mayo

PuntosConsenso de WashingtonPacto de Mayo
Disciplina fiscal y equilibrio fiscalPromueve la disciplina en la política fiscal, centrándose en evitar grandes déficits fiscales en relación con el PIB.Insiste en un equilibrio fiscal no negociable.
Reforma fiscalPropone una reforma tributaria que amplíe la base impositiva y adopte tasas impositivas marginales moderadas.Propone una reforma tributaria que reduzca la presión tributaria y simplifique la vida de los argentinos.
Apertura ComercialPromueve la liberalización comercial y la eliminación de restricciones cuantitativas.Defiende la apertura al comercio internacional para que Argentina vuelva a ser protagonista en el mercado global.
privatizaciónDefiende la privatización de las empresas estatales.Aunque no menciona explícitamente la privatización, el compromiso de las provincias con la exploración de recursos naturales y otras reformas podría implicar una privatización indirecta.
Seguridad jurídica para los derechos de propiedadDestaca la importancia de la seguridad jurídica de los derechos de propiedad.Insiste en la inviolabilidad de la propiedad privada.
Reducción de Gastos PúblicosReorientar el gasto público en subsidios para la inversión en servicios esenciales para el desarrollo.Su objetivo es reducir el gasto público a niveles históricos del 25% del PIB.
EducaciónMayor inversión en educación primaria.Propone una educación inicial, primaria y secundaria útil y moderna, con alfabetización plena y sin abandono escolar.
reforma laboralNo aborda directamente la reforma laboral.Promueve una reforma laboral moderna que fomente el trabajo formal.
Reforma del Seguro SocialNo especifica reforma de las pensiones.Propone una reforma previsional que garantice la sostenibilidad del sistema y respete a quienes cotizaron.
Compartir impuestos federalesNo lo menciona.Rediscusión sobre el reparto de impuestos federales para eliminar el actual modelo extorsionador.
Inversión Extranjera Directa (IED)Liberalización de barreras a la inversión extranjera directa.No menciona explícitamente la inversión extranjera directa.
DesregulaciónAboga por la abolición de las regulaciones que impiden el acceso al mercado o restringen la competencia.No menciona explícitamente la desregulación, aunque las reformas propuestas pueden implicar menos regulación.

No ocurre lo mismo con la pomposa ley “Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos”, que siendo una versión reducida de la ley general febrero original (por eso se llama ley combi), está sujeto a todo tipo de negociaciones desde hace meses, aunque no menos exhaustivas, pero con amplias y profundas consecuencias.

Esta ley, si bien en el Senado hubo empate -calculado detalladamente para permitir la aprobación final por parte de la vicepresidenta- en la Cámara tuvo un respaldo abrumador luego de 64 horas de sesión. Obtuvo 147 votos a favor, 107 en contra y dos abstenciones. Su complemento, la ley de “Medidas Fiscales Paliativas y Relevantes”, denominada paquete fiscal, obtuvo 144 votos a favor, 108 en contra y tres abstenciones.

De manera sintética y exclusivamente descriptiva, la ley declara emergencia en materia administrativa, económica, financiera y energética por un año, donde el Poder Ejecutivo recibe facultades especiales para gestionar estas áreas, informando mensualmente al Congreso (art. 1). En cuanto a la Reforma del Estado, enfatiza la reorganización administrativa, incluyendo la modernización de los procesos y la reducción del gasto público (art. 20).

En cuanto a la privatización y la desregulación, destaca medidas para fomentar la inversión privada (art. 40) y la desregulación de sectores clave de la economía, la venta de activos estatales no estratégicos para reducir el déficit fiscal. También introduce flexibilidad en el mercado laboral con el argumento de promover el empleo y la competitividad a través de la simplificación de las regulaciones laborales y la reducción de la carga fiscal para los empleadores (art. 60).

Mención especial merece el capítulo sobre el “Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones” (RIGI), que establece incentivos y protección de “derechos adquiridos” para inversiones que superen los 200 millones de dólares con un período de adhesión de 2 años a partir de la sanción de la ley. prorrogable por un período de hasta un año. Ofrece incentivos fiscales, aduaneros y cambiarios por 30 años, incluyendo una reducción del Impuesto a la Renta del 35% al ​​25%, devoluciones aceleradas del IVA y cero retenciones a las exportaciones resultantes de estas inversiones. Al parecer los artículos fueron escritos para servir a los grandes grupos de exploración de hidrocarburos, además de a los extractivistas en general (artículos 164 al 207).

Por su parte, el llamado paquete tributario establece un régimen excepcional de regularización de deudas tributarias, aduaneras y de seguridad social que incluye beneficios y condonaciones de intereses y multas para los contribuyentes que se adhieran (arts. 1 a 4). Además, implementa medidas temporales para aliviar la carga tributaria de las personas físicas y jurídicas afectadas por la crisis económica, ofreciendo facilidades de pago y reducciones de intereses de las deudas tributarias (art. 6). Crea un régimen para la regularización de bienes no declarados, tanto en el país como en el extranjero, utilizando el reconocido “blanco"[i] en la historia económica argentina, estableciendo plazos y condiciones específicas para la declaración y pago de impuestos sobre estos bienes (artículos 18 y 28).

Este resultado difiere sustancialmente de la iniciativa original, la ley general? O, en otras palabras, ¿debió sucumbir ante la resistencia y el dinamismo de la “casta” que combatía, renunciando a aspectos cardinales de su estrategia? Por un lado, tuvo que reducir el alcance y la duración de las facultades delegadas (arts. 3 y 4), mientras que, por otro, tuvo que limitar la declaración de empresas públicas sujetas a privatización (arts. 8 a 11).

Además, algunas iniciativas quedaron en el camino, como la creación de un régimen único de contratación pública, la regulación de la publicidad de eventos públicos sin promoción política y personal de los servidores públicos (algo precisamente progresista y particularmente irritante para la “casta”), así como reformas más detalladas de la legislación energética y medioambiental o del sistema educativo. Prefiero considerar todo esto como un costo político de su registro y consecuente emisión como miembro de esa misma “casta”.

Ninguna de las normas, ya vigentes, contradice el rumbo económico-social que el gobierno está implementando con base en el DNU, que el parlamento se niega a revocar. Al contrario, la profundiza con consecuencias devastadoras. En términos generales, un detallado estudio del Instituto Interdisciplinario de Políticas Públicas de la Universidad de Buenos Aires y el Conicet (IIPE) sostiene que la actual recesión es una de las mayores de la historia en términos sectoriales, seguida por la de 1975-1978 (la fin del gobierno de Isabel Perón y terrorismo de Estado), aunque las pérdidas se repartieron un poco más equitativamente que antes.

Sin espacio para entrar en detalles, destacamos que el Producto Interior Bruto (PIB) cayó un 5,1% interanual en el primer trimestre de 2024, con el crecimiento exclusivo de las exportaciones debido al impulso del sector agrícola, que mejoró respecto al año anterior, el de sequía prolongada.

Por si la analogía del citado estudio no fuera suficiente en materia económica, el evento finalizó con un desfile militar. Una de las objeciones más extendidas a la firma del Pacto de Mayo en Tucumán y al desfile es la magnitud del costo financiero de ambos actos en un contexto de desgarrador aumento de la pobreza y de la proclamada reducción del gasto fiscal. Comparto esta crítica, pero no me parece esencial.

La exhibición obscena de la parafernalia de la guerra y la represión, de las uniformidades y disciplinas en su sentido más amplio, me resulta repugnante. Lejos del honor y orgullo demostrados, sus instituciones merecen repudio y vergüenza. Además de mi impacto subjetivo, esta “reconciliación” forzada con la sociedad tiene consecuencias políticas y no es casualidad que la receta económica y su implementación sean tan similares al período del terrorismo de Estado.

Cerca del escenario había pancartas que reivindicaban a los golpistas de los años 1980, los líderes que entregaron a los niños a las Malvinas. En Avenida Cabildo hubo desfile de autos halcón vestidos con símbolos patrios, modelo utilizado por la dictadura para secuestrar a quienes luego desaparecieron. No es casualidad que el vicepresidente, defensor del genocidio y de la institución criminal, se sumara a esas payasadas a bordo de un tanque junto a Javier Milei, quien también hacía gestos de disparo, al estilo Bolsonaro.

A través de estos trucos de la historia, Javier Milei supo detectar el rechazo popular a la descomposición y decadencia política, llamándola “casta”, para excluirse -no sin cierto derecho a considerarse-. forastero – termina fusionándose íntimamente, atrapado en las garras de una corrupción innegable o simplemente seducido por su dulzura en una forma de contaminación orgánica y sistémica.

*Emilio Cafassi es profesor de sociología en la Universidad de Buenos Aires.

Traducción: Arturo Scavone

nota del traductor


[i] Blanco Se refiere a la regularización de dinero obtenido a través de medios que buscaban escapar del control fiscal.


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