idea de carrera

Imagen: Hamilton Grimaldi
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por Geraldo Oliveira*

Subterfugios del afrodescendiente frente al racismo fenotípico

Al expresarse sobre la formación étnica nacional, uno de los puntos enumerados y propicios para los debates es la consideración con referencia a las diferencias raciales, y su consecuente mestizaje producido desde la época colonial. Esta mezcla racial produjo una variación de características físicas, que van desde el color de la piel, el aspecto del cabello y la forma del rostro, y que, en cierto modo, debieron influir en la concepción de una nación fundada en la democracia racial de su pueblo.

Respecto a esta idea de raza, es importante aclarar que en el sentido biológico del término, esta concepción es inapropiada, debido a la existencia de más variación genotípica entre individuos que entre razas. Además, la raza es una construcción social asociada a la creencia biológica, con el objetivo de diferenciar la capacidad y los derechos de los grupos, con características genotípicas o fenotípicas reales o imputadas. (MASÓN, citado Santos, 2005).

En cuanto a la teoría de la democracia racial y la política de blanqueo producida a fines del siglo XIX y en los umbrales del siglo XX, es fundamental resaltar que tanto el racismo encubrió como la negación cultural, que como señala Souza (2019), expresa la no percepción de la no virtualidad en el negro, incluido y en sus manifestaciones culturales.

Para sostener tesis racistas (RODRIGUES citado MUNANGA, 2009) señala que el médico de Maranhão, Raimundo Nina Rodrigues, influenciado por el pensamiento de la época -especialmente por las escuelas evolucionistas inglesas, la escuela criminológica italiana y la nueva escuela médico-legal francesa- elaboró ​​sus teorías raciales sobre la umbral del siglo XX, en el que señala que el único camino para el desarrollo de una civilización en Brasil sería apostar por el blanco. Porque los negros, por su inferioridad racial, en el proceso de mestizaje no contribuirían a la civilización y elevación racial, por el contrario, produciría desequilibrio, degeneración y perturbación que se perpetuaría en las generaciones futuras.

Ciertamente, tales argumentos ideológicos, sustentados en el poder político y económico de los blancos, diseminaron la abnegación de los negros, y los llevaron a tener como único referente plausible, o su propio espejo de sentido y significado, la identidad impuesta por los blancos.

Por eso, al analizar la desigualdad racial en Brasil, Ribeiro (2017) apunta al fenómeno del blanqueamiento entre la población negra, que ocurre ya sea frente a la movilidad social ascendente, producida por factores económicos, o bien por el proceso educativo, que como sabemos, toda su estructura, organización y contenido, lleva la marca del grupo dominante y blanco.

La teoría bourdieusiana, en este sentido, es muy peculiar para explicar la inculcación de los intereses de los grupos dominantes a través del proceso educativo. Comentando sobre Bourdieu, Silva; São João (2014) expresa que a través de la acción pedagógica, los grupos dominantes inculcan arbitrariamente sus convicciones, valores y preferencias, y por otro lado, el estudiante acepta y naturaliza los contenidos impuestos.

El proceso de negación e introyección del otro, en el caso referenciado el blanco, produjo a nivel nacional una especie de clasificación o jerarquía racial, que según Ribeiro (2017) puede definirse como una jerarquía de estatus. Según el autor, como la raza en Brasil se define por la apariencia y no por el origen o la ascendencia, como en los Estados Unidos, surge entonces una clasificación de estatus, que va desde el blanco claro (caucasoide) hasta el negro muy oscuro (negroide). Y en esta estratificación, también llamada continuo racial, las personas que no tienen piel oscura o negra, y que no son claras o blancas, tienden a clasificarse más cerca del blanco, o blanco, llamado por el autor como una clasificación ambigua.

Pero como esto se basa en el racismo fenotípico y la abnegación, Nascimento (2016) señala que en su investigación de campo en Río de Janeiro puede ver en las entrevistas, el discurso de las madres a las hijas, que deben “blanquear el útero”. ”, lo que, en otras palabras, significa oponerse al propio marco de referencia y generar hijos que reflejen y tengan las características del caucásico europeo.

Sin embargo, cuando reflexionamos sobre el deseo de blanquear el útero, y lo combinamos con la propuesta de los gobiernos de principios del siglo pasado de fomentar la emigración blanca, nos damos cuenta de que la intención no es valorar las diferencias que producen los matrimonios interraciales, sino más bien, la creencia bien fundada en la pseudociencia de la época, de que la formación genética de los negros africanos no se sustentaría en los cruces interraciales, y que con el tiempo la sociedad sería menos negra y estamparía la característica de los caucásicos blancos. (NASCIMENTO, 2016).

A pesar de los matrimonios interraciales en Brasil, Ribeiro (2017) señala que, a pesar de la inexistencia de leyes segregacionistas, y que los matrimonios interraciales son más comunes que en los EE. UU., por otro lado, señala que los patrones de matrimonio no son aleatorios. . En barrios y regiones de clase baja, donde los niveles de segregación espacial (blancos versus no blancos) son más moderados, la sociabilidad y las amistades raciales facilitan los matrimonios interraciales, que en los barrios ricos predominantemente blancos. Además, el autor atestigua que las barreras interraciales están disminuyendo, y que son más débiles en las regiones del noreste, y que son más fluidas entre blancos y pardos que entre negros y pardos. Y otro fenómeno evidenciado es que los negros pobres tienden a casarse entre ellos por su presencia mayoritaria en los estratos sociales más bajos, y con los blancos suele depender de si el negro tiene educación alta. Y todavía tenemos el llamado intercambio de estatus, lo que significa que los hombres negros y marrones más educados tienden a casarse con mujeres blancas menos educadas.

Este contexto impuesto a los negros, en el que una etnia se convierte en el único referente y definidor de comportamientos y cosmovisiones, sólo puede redundar en la aniquilación de las diferencias y la imposibilidad de la convivencia en la diversidad. Estratificar o clasificar es determinar una escala de valores, lo que sin duda borra la comprensión de que todo ser humano es una persona, dotada de capacidad y derechos y que merece ser alabada.

* Gerardo Oliveira Magíster en Ciencias Sociales de la PUC-Minas.

 

Referencias


MUNANGA, Kabengele. Negros y mestizos en la obra de Nina Rodrigues. In: ALMEIDA, Adroaldo José Silva; SANTOS, Lyndon de Araújo; FERRETTI, Sergio (org.). Religión, raza e identidad: coloquio por el centenario de la muerte de Nina Rodrigues. São Paulo: Paulinas, 2009. (Colecciones de Estudio ABHR; 6)

NASCIMENTO, Abdías do. El genocidio del negro brasileño: proceso de racismo enmascarado. San Pablo; Perspectivas, 2016.

RIBEIRO, Carlos Antonio Costa. CONTINUO RACIAL, MOVILIDAD SOCIAL Y “BLANQUEAMIENTO”. Rdo. sostenes ci. Soc., Sao Paulo, v. 32, núm. 95. 2017. Disponible

SANTOS, José Alcides F. “Efectos de clase sobre la desigualdad racial en Brasil”. datos, v. 48, núm. 1, págs. 21 al 65 de 2005. Disponible en: http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0011-52582005000100003

SILVA, Joao Henrique; SÃO JOÃO, Adriano.Bourdieu: escuela y dominación. Revista de Filosofía Ciencia y vida, n. 95, p.15-23, junio de 2014

 

 

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