Hipólito da Costa

Imagen: René A. Da Rin
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por CARLOS ALVES MÜLLER*

La existencia de un Press Day puede ser irrelevante. Las circunstancias de su adopción, sin embargo, no deben ser ignoradas.

El Presidente de la República sancionó, el 13 de septiembre de 1999, una ley resultante de un proyecto del Diputado Nelson Marchezan (PSDB-RS) que establecía, “en todo el país, la fecha del 1 de junio de cada año para las celebraciones del la prensa". En consecuencia, el Día de la Prensa ya no se celebra el 10 de septiembre, como se venía haciendo desde que Getúlio Vargas lo instituyó. La existencia de un Día de la Prensa puede ser irrelevante; una inofensiva idiosincrasia nacional. Las circunstancias de su adopción, sin embargo, no deben ser ignoradas.

Se adoptó el 10 de septiembre porque ese día, en 1808, se publicó la primera edición del Gaceta de Río de Janeiro1, precursor del actual Diario Oficial de la Federación. El carácter oficial de Gazeta y el hecho de que antes, el 1 de junio, Hipólito da Costa había fundado la Correo brasileño o depósito literario, en Londres, llevó al diputado Marchezan a proponer un cambio de fechas, siguiendo una sugerencia de la Associação Riograndense de Imprensa (ARI) y la Unión de Periodistas de Rio Grande do Sul.

La iniciativa fue apoyada por la Asociación Nacional de Periódicos (ANJ), presidida por Paulo Cabral de Araújo, entonces presidente del Correio Braziliense, fundado por Chateaubriand y principal periódico de Brasilia, y por otras entidades del sector. Aceptando que se oficialicen las efemérides, aun así el cambio no es tan pacífico como el calendario y la naturaleza de la Gazeta asumiría.

Por si fuera poco, el 5 de julio de 2010, el Vicepresidente José Alencar Gomes da Silva, en ejercicio de la Presidencia, sancionó la Ley 12.283, inscribiendo el nombre de Hipólito José da Costa Pereira Furtado de Mendonça en el Libro de los Héroes de la Patria. Este libro está depositado en el Panteão da Pátria Tancredo Neves, en la Praça dos Três Poderes, en Brasilia. Y la Ley fue aprobada por el Congreso Nacional con base en el proyecto del Poder Ejecutivo Nº 4401/2001 (Mensaje 260/1). Los primeros brasileños en tener sus nombres inscritos fueron Tiradentes y Marechal Deodoro da Fonseca, incluidos a través de una Medida Provisional (que, constitucionalmente, requiere pertinencia y urgencia) del entonces presidente José Sarney.

La controversia involucra cuestiones recurrentes en la historia de la prensa brasileña y en la legislación que la rige, incluyendo la nacionalidad de las publicaciones y de sus editores.

Existe una bibliografía relativamente abundante sobre el Correo Braziliense y tu redactor2, pero eso no resta polémica a la designación de ambos como mecenas de la prensa nacional. Hippolyto da Costa – Hippolyto Joseph da Costa Pereira Furtado de Mendonça – nacido en Colonia do Sacramento (hoy territorio uruguayo) editó el Correo Braziliense de junio de 1808 a diciembre de 1822, siempre en Londres, incluso después de que fue posible instalar imprentas en Brasil.

Entre los temas más controvertidos se encuentran: (1) en qué medida la Correo Braziliense puede ser designado como "independiente" en una confrontación con el funcionario Gaceta de Río de Janeiro? La circulación de Correo fue posible gracias a los subsidios de los ingleses y portugueses; (2) el trato reverente dado a Dom João, (3) el formato y la periodicidad del Correio Braziliense y, principalmente, (4) su oposición a la independencia de Brasil, como se muestra en el pasaje transcrito a continuación.

Al justificar el proyecto, el diputado afirmó que “Correio Braziliense predicó incesantemente la independencia de Brasil”. Esto es un error, deshecho por el propio editor en sus textos. Basta consultarlos en el original o en la colección realizada por Barbosa de Lima Sobrinho. Hipólito da Costa no sólo se opuso circunstancialmente a los movimientos independentistas. Por el contrario, sus manifestaciones en su contra aumentaron en frecuencia e intensidad a medida que avanzaba el proceso de emancipación.

Cuando ya D. Pedro se rebelaba contra la autoridad de Lisboa –el “Fico” de Dom Pedro fue el 9 de enero de 1822–, Hipólito da Costa seguía oponiéndose a la Independencia.

“…Recomendando la unidad, siempre hemos dirigido nuestros argumentos a los brasileños, ni siquiera la posibilidad de que estas ideas de desunión puedan existir entre los portugueses europeos; porque su utilidad, en la unión de los dos países, fue de primera prueba. Pero lamentablemente pensamos que las cosas van de manera muy diferente, y que es entre los portugueses y algunos brasileños, y no entre los brasileños.3, que alienta y adopta medidas para esta separación, que hemos juzgado imprudente, por extemporánea; y que hemos luchado, asumiendo que los portugueses europeos nos ayudarían en nuestros esfuerzos, para evitar, al menos por un tiempo, esta división”.4 afirmaba en la edición de febrero de 1822, retomando el tema en la edición de marzo: “…si los brasileños, imitando esta conducta desconsiderada de las Cortes, dan también el paso desconsiderado de declararse independientes…”. 5

Incluso si se acepta que una publicación editada en Londres, por una persona nacida en un lugar que no es territorio brasileño y que se opuso “obstinadamente” a la separación de Brasil, (observación del biógrafo Rizzini)6 ser tomado como un hito fundacional de la prensa brasileña, aun así las características de la Correo Braziliense proporcionaría fuertes razones para el argumento en contra del proyecto de Marchezan. Tales elementos se pueden encontrar en el libro de Sodré: “…la Correo era un folleto de más de cien páginas, normalmente 140, de portada azul oscuro, mensual, doctrinal mucho más que informativo, de precio muy superior... Mensual, recogía en sus páginas el estudio de los temas más importantes que afectaban Inglaterra, Portugal y Brasil, viejas o nuevas preguntas, algunas ya planteadas hace tiempo, otras surgiendo con los acontecimientos. en todos los Correo brasileño se acercó al tipo de periodismo que conocemos hoy como una revista doctrinal, no un periódico…”7

La pregunta fundamental en el debate es: ¿Cuál es la fuente histórica de inspiración del periodismo brasileño? El oficialismo de Gaceta de Río de Janeiro ou Correo Braziliense, de Hipólito da Costa explícitamente opuesto a la independencia de Brasil? ¿Por qué no Antônio Isidoro da Fonseca (el primer tipógrafo en instalarse e imprimir en Brasil, en 1746); João Soares Lisboa (editor de la Correos de Río de Janeiro, que se rebeló contra una ley de prensa promulgada por D Pedro y abogó por la convocatoria de una asamblea constituyente brasileña); Frei Caneca (Frei Joaquim do Amor Divino Rabelo, uno de los líderes intelectuales de la Revolución de Pernambuco de 1817 y, posteriormente, de la Confederación del Ecuador. Frei Caneca moriría baleado, convirtiéndose en el primer mártir de la prensa brasileña); Líbero Badaró (médico italiano Giovanni Baptista Libero Badaró, editor de la observador constitucional, igualmente vehemente defensor de la libertad y responsabilidad de la prensa, asesinado en noviembre de 1830) o incluso Bento Teixeira (autor del Prosopopeya, el primer libro escrito en Brasil y que, por sus convicciones, expuesto a quienes querían escucharlo, enfrentó la inquisición)?8

*Carlos Alves Muller, Periodista, Doctora en Ciencias Sociales por la UnB.

 

Notas


(1) SODRÉ, Nelson Werneck. Historia de la Prensa en Brasil. 4ª edición con capítulo inédito. Rio de Janeiro: Mauad, 1999. Sodré es claro al señalar las limitaciones gráficas y la escasa tirada del primer periódico impreso en Brasil: “Era un periódico pobremente impreso, preocupado casi exclusivamente por lo que pasaba en Europa, hace cuatro años. páginas en 4º, algunas veces más, semanalmente al principio, luego tres semanas después, una suscripción semestral que cuesta 3 $ 800 y 80 réis por el número único, que se encuentra en la tienda de Paul Martin Filho, librero. Fray Tibúrcio José da Rocha dirigía este periódico ficticio”. PAG. 19

(2) Las principales obras son: RIZZINI, Carlos. Hipólito da Costa y el Correio Braziliense. São Paulo: Compañía Editora Nacional, 1957; LIMA SOBRINHO, Barbosa. Antología del Correio Braziliense. Río de Janeiro y Brasilia: Cátedra/MEC, 1977; DORADO, Mecenas. Hipólito da Costa y el Correio Braziliense. Río de Janeiro: Editora de la Biblioteca del Ejército. 2 vols. 1957 y MONTEIRO, Rolando. Hipólito da Costa y la Independencia. Río de Janeiro y Brasilia: Cátedra/MEC, 1979.

(3) El mismo Hipólito da Costa aclaró: “Llamamos braziliense, al natural de Brasil; brasileño, el portugués europeo o el extranjero que va a comerciar o instalarse allí…”

(4) LIMA SOBRINHO, Barbosa. Op. cit. nota 24. pág. 363/364.

(5) Igual. pág. 371

(6) RIZZINI, Carlos. Op. cit. nota 24, pág. 207 (título del Libro IV).

(7) SODRÉ, Nelson Werneck. Op. cit. nota 22 pág. 22,

(8) VILAR, Gilberto. O Primeiro Brasileiro – Donde se cuenta la historia de Bento Teixeira, un cristiano nuevo, educado, franco y libre, el primer poeta de Brasil, perseguido y arrestado por la Inquisición. São Paulo: Marco Zero, 1995.

 

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