por ARI MARCELO SOLÓN*
Comentario sobre el libro “Kabale” de Michael Chighel
Ma tovu ohalecha ya'akov
Mishkenotecha Yisrael
(Qué hermosas son tus tiendas Ya'akov
y tus tabernáculos Israel)
Bendición de Balaam
El libro Kabale: Das Geheimnis Des Hebraischen Humanismus Im Lichte Von Heideggers Denken, de Michael Chighel es un enfrentamiento directo contra Heidegger desde el judaísmo, en el que se acusa al pensamiento de Heidegger de algo peor que el antisemitismo. No es más que un mago Balaam, retratado en la Biblia como el primer antisemita.
Para el autor sin pelos en la lengua, Heidegger proviene de “Heide”, pagano, y representa el antiadamismo, el humanismo antihebreo, al fin y al cabo, el libro del Génesis no parte de la historia nacional de un pueblo, sino de la creación universal. del mundo y del hombre, y la cuestión nacional sólo aparece en la mitad del texto bíblico.
Lo que está en juego en el humanismo hebreo es el fenómeno intencional en el sentido de Husserl, calificado como “jüdische” por Heidegger, una intencionalidad que representa el conjunto de la enseñanza de la humanidad. Por eso la Torá comienza con la creación del hombre, que ciertamente no era judío, y sigue así la historia de la humanidad hasta capítulos muy posteriores.
No es de extrañar, por tanto, que Heidegger fuera un patético defensor de Los Protocolos de los Sabios de Sión, como le confesó a Jasper. En efecto, lo que molesta a la filosofía nazi de Heidegger es el mensaje de una entidad sacerdotal levítica, encomendada por Dios como ministerio para difundir los mensajes del humanismo hebreo a la humanidad. Esto es lo que ven los sofisticados defensores de El Protocolo de los Sabios de Sión, como Évola, Heidegger y Schmitt, como una conspiración, de ahí el nombre del libro: “Kabale”, pues está presente en Schiller y en el diccionario del nacionalista Grimm.
El mérito de este libro es que es el primero en discutir la verdad del pensamiento de Heidegger desde el judaísmo, la Torá y el Talmud, además del jasidismo. Es como si Heidegger iluminara todo el judaísmo con su antiadamismo.
Así como se comparó a Balaam con Moisés por su grado de profecía, Heidegger no siempre se equivoca, sólo que su conocimiento tiene un origen demoníaco cuando ataca a la cultura intelectual judía, al Talmud y a la Torá, como una decisión para el “Seienden”, no por el "Sena". Nótese, en este sentido, la preferencia por el “Seienden” en intelectuales judíos como Husserl, y basta abrir una página del Talmud para ver el racionalismo judío. Lo que no ve Heidegger es el amor al prójimo como a uno mismo en cada página de ese mismo intelectualismo.
La gran novedad de este libro, junto con muchos otros que tratan sobre el nazismo y el antisemitismo de Heidegger, es que el autor es radical, pues ve que la enemistad entre el judaísmo y Heidegger es irreconciliable. Es en este sentido que Heidegger ataca la conspiración de la “Weltjudentum”, como una conspiración contra el pensamiento pagano.
En efecto, los judíos son los enemigos históricos del ser, contra los que Heidegger enfrenta al pueblo alemán.
Todo ello a partir del paralelismo entre el pensamiento de Heidegger y las fuerzas proféticas de Balaam, hijo de Beor, este libro es, ante todo, una enciclopedia del judaísmo desde sus fuentes primarias. La parte más hermosa del libro de Chighel involucra los últimos capítulos, donde hay un contrapunto entre las palabras seminales de la filosofía de Heidegger y las palabras seminales del judaísmo: ¿qué es, para el judaísmo, "Welt", "Boden" y "Erde"?
"Welt" es "Od"; “Boden” es “Erez”; “Erde” es “Adama”; además, “Ethos” es “Zelem”; y “Poiesis” es “Awoda”.
A partir de un ejemplo, veremos un contrapunto muy actual: la tierra para el judaísmo no es “Boden”, es decir suelo, al fin y al cabo no existe una conexión atávica entre el pueblo y el suelo, sino un mandato divino universal de santificar la tierra, que nunca puede ser un fin en sí mismo.
El humanismo hebreo, acusado de conspiración por Heidegger, queda ejemplificado en el maravilloso texto del Talmud, con el que Chighel finaliza el libro: “Rabí Meir würde sagen: Woher weiß man, dass selbst ein die Sterne anbetender Nichtjude, der sich mit dem Studium der Tora beschäftigt, wie ein Hohepriester ist? Aus dem Vers: ›Darum sollt ihr meine Satzungen halten und meine Rechte. Denn wenn ein Mensch sie tut, wird er durch sie leben.‹ (3. Moisés 18:5). Der Vers sagt nicht ›Priester‹, ›Leviten‹ oder ›Israeliten‹, sondern ›ein Mensch‹. So hast du gelernt, dass selbst ein sternenanbetender Nichtjude, der sich mit dem Studium der Tora beschäftigt, wie ein Hohepriester ist”. [El rabino Meir dijo: ¿cómo sabemos que incluso un pagano que adora las estrellas, que no estudia la Torá, es igual al sumo sacerdote? Del verso “Por lo tanto, debes hacer mis mandamientos y mis mandamientos. Si un hombre quiere, vivirá.” El versículo no dice “sacerdote”, “levita” o “israelita”, sino que dice “un hombre”. Así aprendes que incluso un pagano que adora las estrellas y que se ocupa de la Torá es un sumo sacerdote].
Planteamos una pregunta más provocativa: ¿no enfatiza el Zohar una analogía más profunda entre la teúrgia de Moisés y la magia de Balaam?
Si Heidegger es Balaam, entonces ¿no tendría un papel importante no en la Cabalá, sino en la verdadera Cabalá, que inspiró, en diálogo con elementos neoplatónicos, el idealismo alemán de Hegel, de Schelling, del que Heidegger es un gran intérprete?
¿Sería la diferencia tan irreconciliable, como dice nuestro autor, o habría algo impensable, como denominador común entre la tradición pagana y la tradición judía?
Después de todo, ¿no es correcta la pregunta de Wolfson? “[…] si no exclusiva—consecuencia de la propensión judía a la maquinación calculadora. En el análisis final, debemos preguntarnos, ¿la perspicacia de Heidegger no está a la par con la visión de Balaam, una ceguera salvaje que asombrosamente le otorga a uno la capacidad de ver la apariencia de la sombra de la verdad incluso cuando uno está cegado a la apariencia? de la verdad de la propia sombra es la intuición de Heidegger”.
*Ari Marcelo Solón es profesor de la Facultad de Derecho de la USP. Autor, entre otros, de libros, Caminos de la filosofía y la ciencia del derecho: conexión alemana en el desarrollo de la justicia (prismas)
referencia
Michael Chiel. Kabale: Das Geheimnis Des Hebraischen Humanismus Im Lichte Von Heideggers Denken. Fráncfort del Meno. Verlag Vittorio Klostermann, 294 páginas.