habitar, vivir, convivir

Imagen: Ciro Saurio
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por FRANCISCO LEANDRO DA COSTA SOARES & ANTONIO ADILIO COSTA DA SILVA*

El espacio urbano y el concepto de lugar en la ciudad de Crateús

Introducción

Las configuraciones del tejido urbano del municipio de Crateús existentes desde su formación, a partir de la década de 1980 y la consolidación durante la década posterior, contribuyeron a una considerable ampliación de su tamaño como ciudad sede de la citada división administrativa. Tal expansión se debe al proceso de urbanización, movida, no como resultado del proceso de industrialización, como ocurrirá con las ciudades metropolitanas regionales y nacionales de Brasil, por ejemplo, Fortaleza y el eje São Paulo-Río de Janeiro, respectivamente. Las verdaderas razones por las que se dio este proceso de urbanización están ligadas a las cuestiones sociales y ambientales de la época.

Entre los estudios epistemológicos de la historia posterior a 1945, tenemos la insurgencia de una de las ramas de los estudios geográficos, que es la denominada Geografía Humanística, cuya consolidación solo se dio durante la década de 70. Según LEITE (1998, p.9-10) , línea de pensamiento se caracteriza principalmente por la apreciación de las relaciones afectivas que desarrollan los individuos en relación con su entorno. Por lo tanto, se apeló a las filosofías del significado – fenomenología, existencialismo, idealismo y hermenéutica – que encuentran esencialmente en la subjetividad humana las interpretaciones para sus actitudes frente al mundo (Mello, 1990; Holzer, 1993; Holzer, 1997). Entre los grandes exponentes relacionados con este significado se encuentran Edward Relph, Yi-Fu Tuan, Anne Buttimer y JN Entrikin. En Brasil, se destacan las obras de Mello en el sentido de comprender las percepciones de los cariocas frente al proceso de urbanización de la ciudad de Río de Janeiro (a partir de las canciones del repertorio popular) y de Holzer, sin embargo, ésta más dirigido a reflexiones teórico-metodológicas dentro de esta perspectiva de estudio.

El mismo autor señala que en esta perspectiva de estudio se detalla el concepto de lugar como resultado de la experiencia antrópica y que para los humanistas, LEITE (1998, p.10), “(…) lugar significa mucho más que el sentido geográfico de ubicación. No se refiere a objetos y atributos de lugares, sino a tipos de experiencia e involucramiento con el mundo, la necesidad de arraigo y seguridad” (Relph, 1979). O bien, “el lugar es un centro de significados construido por la experiencia” (Tuan, 1975). En realidad, se trata de referentes afectivos que desarrollamos a lo largo de nuestra vida a partir de la convivencia con el lugar y con el otro. Están cargados de sensaciones emocionales principalmente porque nos sentimos seguros y protegidos (Mello, 1990); nos da buenos recuerdos y una sensación de hogar (Tuan, 1975; Buttimer, 1985a). En palabras de Buttimer (1985b, p. 228), “lugar es la suma de las dimensiones simbólica, emocional, cultural, política y biológica”.

Frente a las concepciones de Lugar en tiempos de conectividad informacional y técnica de la sociedad contemporánea, nos percatamos que las ocupaciones de los espacios comunes de esparcimiento en las ciudades medianas, a saber: plazas públicas centrales, iglesias, lugares públicos y otros, han aumentado considerablemente, o sea, tales lugares atraían a un número de personas para llenarlos como un momento más allá del ocio para construir relaciones sociales, y así, la consolidación de la vida social, actitud típica de seres sociales como los humanos.

Pero dados los avances tecnológicos y la variedad de producciones cinematográficas que ofrece la transmisión, por ejemplo, Netflix, Disney, Amazon y la brasileña Globoplay, ¿qué hace que la gente elija ir a estos espacios? Con base en este simple cuestionamiento, notamos que las razones por las cuales las personas prefieren ocupar estos lugares se deben a tres razones recurrentes. La primera está en la línea del discurso de Milton Santos (1997), sobre los lugares, que son una convivencia compartida entre las más diversas personas, formas, instituciones –la cooperación y las divergencias son las bases de la vida en común. En el segundo punto, enumeramos lo que Suertegaray (2001, p.6),

Este tratamiento ha asumido diferentes dimensiones. Por un lado, se distingue el lugar de visiones subjetivas ligadas a percepciones emocionales, como el sentimiento topófilo (experiencias felices) al que se refiere Yu-Fu Tuan (1975). Por otro lado, el lugar puede ser leído a través del concepto de geografia, término que, según Relph (1979), “encierra todas las respuestas y experiencias que tenemos de los ambientes en los que vivimos, antes de analizar y asignar conceptos a estos. experiencias". Esto implica comprender el lugar a través de nuestras necesidades existenciales, que son ubicación, posición, movilidad, interacción con objetos y/o personas. Esta perspectiva se identifica con nuestra corporeidad y, desde ella, nuestro ser en el mundo, en este caso, desde el lugar como espacio de existencia y convivencia.

Es decir, las condiciones que hacen que los sujetos cambien las prebendas y comodidades de sus hogares, se atribuyen a los puntos relacionados con las cuestiones sentimentales interpuestas en la subjetividad e identidades que establecen los diversos grupos sociales y familiares en estos ambientes a ocupar. Finalmente, cabe mencionar, como ya se escribió en la cita anterior, al referirse a las condiciones topofílicas de Tuan (1975), a saber, en las dimensiones artística, cultural, política, entre otras, explicitadas en estos lugares, y así, promover una identidad compartida incluso en la dialéctica de los hechos vividos de este pueblo.

El propósito de este artículo es averiguar las verdaderas razones que llevan a las personas a ocupar estos espacios, a partir de sus singularidades y de sus propias identidades. Como justificación en la ejecución de la investigación, se debe al hecho de discutir la importancia de invertir en más espacios habitables para las más variadas funcionalidades. Uno de ellos es combatir la delincuencia, aspecto común tanto en ciudades medianas como grandes, sin utilizar la violencia como principal estrategia de reversión del poder público. Otro punto se refiere a la calidad de las ciudades a través de medidas como la forestación de las ciudades, incentivos para el transporte público, sostenible y de bajo costo por parte de los civiles, asegurando un fuerte desarrollo socioambiental para Crateús.

Metodología

En la metodología se utilizó el levantamiento bibliográfico y el método observacional de espacios vividos. En la elaboración y fundamentación del artículo en el aporte teórico, utilizamos autores enfocados en la perspectiva de una geografía humanista y más cercana a la epistemología geográfica, tales como: Yi-Fu Tuan (1975)Lugar: una perspectiva experiencial, Anne Buttimer (1985 ) Aprendiendo el dinamismo del mundo vivido,Adriana Leite (1998) El lugar: dos significados geográficos, J. Mello (1990) Geografía humanista: la perspectiva de la experiencia vivida y una crítica radical del positivismo,E. Relph (1979) La base fenomenológica de la geografía, y finalmente Yi-FuTuan (1975) Lugar: una perspectiva experiencial. Además del peso teórico específico otorgado por estos autores a la discusión de la geografía humanística, atribuyen, como práctica, el estímulo de la observación con la condición de sentir el espacio, en sus dinámicas, funciones básicas, características presentadas y emociones transmitidas. Así, tal conocimiento condicionó, tanto en perspectivas teóricas como prácticas, el esbozo de la importancia de repensar y construir tales puntos en una investigación básica, teórica y cualitativa en sus dimensiones normales en los espacios urbanos de Crateús, objeto principal de este trabajo.

Resultados y discusiones

A partir de los puntos computados, hay que explicar el papel de la geografía humanística creada en el municipio de Crateús, en la línea del discurso de Entrinkin (1980, p.16), en el que señala que,

(…) los geógrafos humanistas argumentan que su enfoque merece la etiqueta de “humanista” porque estudian aquellos aspectos del hombre que son más distintivamente humanos: significados, valores, metas y propósitos. (...). De la valoración de la percepción y las actitudes surge la preocupación por verificar gustos, preferencias, características y particularidades de los lugares. También se valora el contexto ambiental y los aspectos que redundan en el encanto y la magia de los lugares, su personalidad y distinción. Existe el entrelazamiento entre el grupo y el lugar.

En este, los valores construidos y establecidos en Crateus, se dieron en la ocupación de diferentes espacios, ya fueran públicos o privados. Debido a las condiciones socioeconómicas de la población de Crateús, los espacios de sesgo colectivo fueron de suma importancia para las exportaciones e importaciones de conocimientos, dinero, bienes, animales, que fueran acordes con la vida de las personas, cuyo origen provenía de las zonas rurales y había en su núcleo el peso y la dinámica de lo rural, con presencia de animales, plantas, religiosidad expresiva, entre otros.

Adaptándose a las dimensiones actuales, los mismos espacios fundamentales en la interacción social, constituían caminos posibles para que se dieran los mismos principios del pasado, que debían promover la unión, la interactividad, la conexión y el contacto de habitar, de habitar y convivir en estos espacios cuyas funcionalidades se construyeron en la naturalidad de los hechos y la condición común de los agentes antrópicos ligados a los valores simbólicos de los ambientes artificiales.

Así, los poderes federativos deben invertir cada vez más en la ocupación y construcción de plazas, parques, jardines botánicos, museos y otros, a fin de estimular la ocupación continua de las personas en estos, garantizándoles el derecho a habitar, a vivir y a vivir. para vivir en el tejido urbano de Crateús.

Consideraciones finales

Toda percepción tiende a ser selectiva, creativa, fugaz, inexacta, generalizada, estereotipada y, precisamente, porque las impresiones imprecisas y parcialmente heterogéneas sobre el mundo en general son siempre más convenientes que los detalles exactos sobre un pequeño segmento del mundo.

Por tanto, los análisis sensibles y las percepciones del medio, a partir de las perspectivas de una geografía humanizada o humanista, vemos cómo es en lo colectivo, enriquece nuestros sentimientos, nuestros atributos y dimensiones particulares. En tal condición, el objetivo de este trabajo logró explicar, de manera sencilla, las subjetividades de los hechos y las percepciones colectivas captadas cuando se utilizó la metodología de observación y sentir los espacios en sus características micro y macro. También vale la pena señalar que esta investigación expresó con fuerza el papel de plazas, iglesias, jardines, museos, escuelas, universidades públicas y privadas, en promover estas acciones conjuntas y localizadas hacia otras similares en objetivos individualizados y cosmopolitas. Hemos visto que este tipo de ambientes son necesarios y requieren una continua revitalización a lo largo del tiempo y de los propios espacios.

*Francisco Leandro da Costa Soares se está especializando en Geografía en IFCE-Campus Crateo.

*Antonio Adilio Costa da Silva Profesor de Geografía en IFCE-Campus Crateo.

 

Referencias


BUTIMER, A 1985a. Aprender el dinamismo del mundo vivido. En:

PERSPECTIVAS DE LA GEOGRAFÍA. Antônio Carlos Christofoletti (org.).

São Paulo, Difel, pág. 165-193.

BUTIMER, A. 1985b. Hogar, Campo de Movimiento y sentido de Lugar. En:

TEORÍA Y MÉTODO EN LA GEOGRAFIA ANGLOSAJONA. María

Dolores García Ramón (org.), Barcelona, ​​Ariel, p. 227-241.

ENTRIKIN, J. Nicolás. Humanismo Contemporáneo en Geografía. Boletín de Geografía Teórica, Rio Claro, v. 10, núm. 19 págs. 5-30, 1980.

LEITE, Adriana Filgueira. El lugar: dos significados geográficos. Anuario del Instituto de Geociencias – UFRJ, Rio de Janeiro, v. 21, n.1, pág. 9-20, abril/mayo. 1998.
LOWENTHAL, David. Geografía, experiencia e imaginación: hacia una nueva epistemología de la geografía. En: CHRISTOFOLETTI, Antonio (Org.). Perspectivas de la Geografía. São Paulo: Difel, 1982. p. 101-130.
MELLO, JBF 1990. Geografía humanista: la perspectiva de la experiencia vivida y una crítica radical del positivismo. R. Bras. Geog., 52(4): 91-115 p.
SANTOS, m. La naturaleza del espacio. Técnica y Tiempo. razón y emoción. 2ª edición. São Paulo: Hucitec, l997.

RELPH, EC 1979. La Base Fenomenológica de la Geografía. Geografía, 4 (7): 1-25.
SUERTEGARAY, DMA UNO Y ESPACIO GEOGRÁFICO MÚLTIPLE. REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIASSOCIALES, Rio Grande do Sul, v. 1, no. 93, pág. 1-10, 15 de julio de 2001. Disponible en: www.ub.edu/geocrit/sn-93.htm. Consultado el: 2 de diciembre. 2020.
TUAN, Yi-Fu. 1975. Lugar: una perspectiva experiencial. Revista Geográfica, 65(2): 151-165 p.

 

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