por FLAVIO AGUIAR*
En Alemania hay más de 50 órdenes de deportación contra refugiados a quienes se les han negado sus solicitudes de asilo.
El gobierno alemán ha decidido endurecer su política hacia los refugiados considerados en situación ilegal en el país. La semana pasada el primer grupo fue deportado a su país de origen, Afganistán.
La decisión se tomó tras un ataque con arma blanca en la ciudad de Solingen, cerca de Colonia y Bonn, la antigua capital de Alemania Occidental. El ataque dejó un trágico saldo de tres muertos y varios heridos, algunos de gravedad. La policía detuvo a un sospechoso, un ciudadano sirio que había solicitado asilo en el país y se lo denegaron. El acusado desapareció y sólo reapareció en el trágico incidente de Solingen.
Había sido admitido en Bulgaria y de este país pasó a Alemania. El gobierno alemán había aprobado su deportación a ese país de donde provenía. Bulgaria aceptó la deportación, pero ésta finalmente no se produjo debido a la desaparición del acusado.
La organización Estado Islámico publicó un vídeo reivindicando el ataque como “venganza” por lo que les estaba sucediendo a los palestinos en la Franja de Gaza.
Se produjo una agitación política, en la que el líder del principal partido de la oposición, Friedrich Merz, de la Unión Demócrata Cristiana, acusó de negligencia al gobierno del Canciller Olaf Scholz, del Partido Socialdemócrata SPD, y propuso una acción conjunta para resolver el problema.
Sorprendentemente, el canciller aceptó la propuesta, lo que generó temores de que su coalición de gobierno, formada también por el Partido Verde y el liberal FDP, se dividiera. Esto no sucedió, ya que los dirigentes de este partido apoyaron la decisión de Olaf Scholz.
En Alemania hay más de 50 órdenes de deportación contra refugiados a quienes se les han negado sus solicitudes de asilo. Sin embargo, hasta la fecha sólo se han implementado poco más de 20. La inmensa mayoría de ellos proceden de países africanos o de Oriente Medio, muchos de los cuales entraron en la Unión Europea a través de otros países y luego se dirigieron a Alemania. Olaf Scholz se comprometió a restringir esa posibilidad de acceso, además de acelerar las deportaciones ya aprobadas y la sentencia de los casos pendientes.
El debate y las medidas restrictivas tienen lugar en un momento en que se han celebrado elecciones regionales en estados de la antigua Alemania Oriental, Turingia y Sajonia, y el gobierno federal se ve asediado por el crecimiento de los votos emitidos por la oposición tradicional, la Unión Demócrata Cristiana. – y la extrema derecha, en el partido Alternativa für Deutschland, Alternativa para Alemania. Esto, radicalmente dirigido contra inmigrantes y refugiados, viene dictando la agenda sobre esta cuestión en Alemania, como ocurre en otros países del continente.
Para complicar el escenario, la economía alemana se ha estado contrayendo en los últimos tiempos, en un proceso de desindustrialización, a pesar de los esfuerzos del gobierno por revitalizar la industria bélica alemana.
En este contexto, al borde del abismo de una recesión prolongada, prospera la búsqueda de chivos expiatorios, y los candidatos más populares para ese papel son los emigrantes del llamado Tercer Mundo, en particular los musulmanes, sobre los que siempre se cierne más sospecha. muchas veces, pertenencia indebida a grupos terroristas.
Organizaciones de derechos humanos, como Cáritas, han expresado su preocupación de que esta circunstancia pueda conducir a una discriminación generalizada.
Estos últimos acontecimientos en Alemania se producen en un contexto continental de creciente discriminación hacia los extranjeros no europeos, como ocurrió recientemente en el Reino Unido, donde un ataque mortal a niños, también con arma blanca, desencadenó una serie de vandalismos contra mezquitas y centros de acogida de inmigrantes. , inspirado en falsos mensajes de extrema derecha sobre la identidad del agresor, publicados en Internet.
Durante la década y media del gobierno de la canciller Angela Merkel, de la Unión Demócrata Cristiana, Alemania destacó por su generosa política de acogida a inmigrantes y refugiados de todas partes del mundo. Ahora esta apertura se va cerrando poco a poco, en parte debido a la presión de su propio partido, que, en disputa con el Alternativa für Deutschland, corre el riesgo de recurrir, también como la coalición gubernamental, a políticas que revigoricen el espectro de la xenofobia y la discriminación.
De Rádio França Internacional especialmente para Agência Rádio Web, Flávio Aguiar, directamente desde Berlín.
* Flavio Aguiar, periodista y escritor, es profesor jubilado de literatura brasileña en la USP. Autor, entre otros libros, de Crónicas del mundo al revés (boitempo). Elhttps://amzn.to/48UDikx]
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