Giambattista Vico – sabiduría poética

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por ANTONIO VALVERDE

Consideraciones sobre el libro “Nueva Ciencia”

“(Vico) Primeros tiempos del mundo. El silencio desvela, genera hijos explosivos del silencio, la metáfora, la onomatopeya. El gigante se corta las piernas para alcanzar al hombre”. (Murilo MENDES, “Sector del Texto Délfico”, poliedro).

“sin escapar al modo de ser, por encima del misterio de las fábulas”.

(Carlos DRUMMOND de Andrade, “La danza y el alma”, viola de bolsillo).

Vico, Nápoles y la recepción del racionalismo cartesiano

Durante nueve años, entre 1786 y 1795, Vico trabajó como preceptor de un joven aristócrata, hijo del marqués Domenico Rocca, en Vatolla (Cilento), al sur de Salerno. Pudiendo leer prácticamente todos los clásicos de la biblioteca de palacio, lo que le proporcionó una sólida erudición, además de perfeccionamiento en griego y latín. De esta manera, rehizo el circuito de la estudios humanitatis, inventado por Cicerón y retomado por los humanistas del Renacimiento desde Petrarca. Sin embargo, centró su interés en la filosofía platónica, especialmente en Crátilo.

Filósofo, historiador, jurista, pedagogo, poeta, orador, Vico fue autor de una obra extensa y compleja. Doctor en Jurisprudencia por la Universidad Federico II de Nápoles, en 1684, se convirtió en profesor de retórica, tras fracasar en concurso para la cátedra de derecho, ambos en la misma Universidad. Para el concurso de la silla escribió Il Dirito Universale (De un principio universi iuris et fine one), publicado en 1720, considerado el primer trabajo de su madurez intelectual.[i] Al año siguiente publicó Por Constantia Iurisprudentis, que complementa el trabajo anterior. De hecho, en las obras Vico aboga por la defensa de la ley natural, a partir de principios universales derivados de la experiencia histórica concreta, para distanciarse de la “naturaleza de las cosas”, si se las considera inmutables, como en Spinoza y Leibniz, basadas en una naturaleza perfecta y orden acabado, ya sea por sustancia o por mónada.

Nápoles,[ii] ciudad natal de Vico, lugar de su densa vida intelectual, en la época en que Italia había perdido su estado período filosófico y artístico del humanismo renacentista, estuvo marcado por el cambio de dominio de los españoles a los austríacos, olvidándose la Inquisición del beneficio de la renuncia, y bajo el impacto flagrante de la Discurso del método, de Descartes. De hecho, después de Galileo, ningún otro pensador o científico de su talla intelectual, en vista del desarrollo de la civilización europea, emigró a Francia e Inglaterra. Nápoles olía aún a los vapores de la renovada escolástica de Suárez, exhalados desde el siglo XVI,[iii] vapores, ahora sin fuerza. Sin embargo, en un movimiento de actualización científica y filosófica, en la época de Vico, los intelectuales napolitanos (todavía) buscaron asimilar los escritos de Giordano Bruno, Telesio, Mersenne, Pascal, la física de Gassendi y Boyle, las nociones de derecho de Grotius y de Selden, las astronomías de Kepler y Galileo. Una ola de eruditos autoproclamados principiante, dirigida por Leonardo de Capua y Pietro Giannone, incluyó a Marsílio Ficino, Pico della Mirandola, Bacon, Espinosa en la lista de autores a ser asimilados. Para mantenerse al día con el dinamismo de los nuevos desarrollos, se crearon muchas academias similares a las de Francia.[iv] Esta es la situación contradictoria: una ciudad conservadora abierta a los nuevos tiempos. Bajo esta tensión, Vico forjaría su compleja filosofía con el acero más fino, en el caldo de la cultura barroca, ilustrada y antiilustrada. Quizás una expresión de contradicciones en curso, sobre todo para entender, de antemano, que el progreso puede ser sinónimo de decadencia civilizatoria.[V]

Según Lima, en Nápoles, “uno de los primeros en leer las obras de Descartes (en Nápoles) fue Tommasso Cornelio,[VI] hacia 1646, seguido por Lucantonio Porzio. Cornelio es considerado el impulsor de la filosofía cartesiana junto con los eruditos napolitanos, cuya cultura se expandió hasta el siglo XVIII. En las primeras páginas de Autobiografía, Vico da fe de haber conocido la obra de Descartes y expresa su divergencia, desarrollada a lo largo del tiempo, en relación con el pensamiento cartesiano. De ahí que escriba: 'No pretendemos aquí lo que [Descartes] astutamente pretendía en torno al […] método de sus estudios, elevar su filosofía en la atemática y fundamentar todos los demás estudios que realizan la erudición divina (LIMA, 2012, p. 225).”

Vico había ascendido como intelectual y recibió su primer reconocimiento público cuando fue admitido en La Academia Palatina, a fines de 1698, presentando un breve informe titulado “Cene sumtuose de' romani” (Cenas suntuosas de los romanos), leído en 1699, poco comentado, pues no se menciona en el Autobiografía vikian Sin embargo, en la pieza de oratoria, Vico fomenta el interés por la Historia, desde sus aspectos aparentemente irrelevantes, abriendo la puerta a la investigación de la Antigüedad.

La modernidad bajo sospecha

Sería una afrenta a la filosofía cartesiana tratarlo sin reconocer su relevancia en el marco de la Modernidad. Porque, como quiere Hegel, aproximadamente, la filosofía es la filosofía de su tiempo. Así, Descartes es la expresión de la crisis heredada del siglo anterior y continuada en el siglo XVII, y de la novedad de la investigación científica. Sin embargo, la superioridad de las ciencias naturales en ese momento residía en el hecho de que todos los científicos eran también filósofos: Bacon, Galileo, Descartes. Vico, en el siglo XVIII, puede ser la punta del hilo desnudo de la crisis.[Vii]

Para Vico, la Modernidad, inaugurada y guiada por la filosofía cartesiana, apuntaba a la entrada en el escenario filosófico -desde la etapa del siglo XVII- de un racionalismo desmedido, al despreciar la Historia y las humanidades, fundadas en las fábulas, los mitos, la poesía, como frutos de la imaginación, fantasía e ingenio, creados a la moda por los primeros hombres, vistos como imanes, feroces. Si esos hombres inventaron tres lenguas y sus escrituras, también crearon la “dimensión estética (avant la lettre) de la sabiduría poética” para superar la barbarie primordial y proporcionar los elementos básicos de las naciones civiles.[Viii] Enclavada en la filosofía viquiana, está la predicción del horizonte de una posible barbarie futura, ante el enfriamiento de la creatividad humana por la fuerza de la razón, reducida a los planos de la luz ultra blanca (de la razón), por un lado, sobre todo, por el método de análisis y la geometrización del espacio, y, por otra parte, por la matematización de la ciencia de la naturaleza, desde la concepción cartesiana de una Mathesis Universalis.[Ex] Complementarios entre sí.

Sin embargo, para Vico, estos serían los ingredientes de la barbarie proyectada a la contemporaneidad, vivida fuera del centro del mundo, en la ciudad de Nápoles. Secuenciada, su vaticinio, de extenderse a los tiempos actuales, cumpliría el destino trazado por la línea adventicia del cartesianismo y la inauguración de un nuevo tiempo axial, basado en conocimientos teóricos, distante, prácticamente, de toda tradición mítica, fabulosa, poética y bajo otra concepción de la Historia, ligada al incipiente ideal de progreso. La ruptura que se produjo habría sido fatal, de no haber sido por el rescate y conservación de la poesía, siguiendo el modelo de la poesía de Homero, seguido por Virgilio y Dante.

Al fin y al cabo, Vico parece profetizar lo que en realidad puede faltar en el presente y en la civilización en crisis: poetas de la talla de esos vates, que piensen con mayúsculas sobre la humanidad y la historia, más allá de la reducción a medios de progreso científico y tecnológico, sin la necesario interrogatorio sobre los fines. Pues bien, hoy vivimos, de manera más seria, un tiempo de saggezza sin erudición, en comparación con lo vivido por Vico, que transitaba reforma conocimiento cartesiano (LIMA, 2012, pp. 233-250). Además de la necesidad de retomar el espíritu fundacional de las naciones civiles, que para Vico es uno de los resultados del proyecto humano de civilización.

Sin embargo, una lectura cuidadosa de la nueva ciencia, es posible inferir que la ley natural de los gentiles, basada en las costumbres, ha surgido a partir de la amalgama de la invención de tres instituciones básicas de la civilización: la religión, el matrimonio y la sepultura de los muertos. Pero, como quería Vico, la novedad de la Modernidad se habría producido, en parte, en el paso del “derecho” considerado “verdadero”, basado en el peculiar lastre del sentido común, y no de alturas especulativas, creadas extracostumbres vía teórica. modelos alejados de la vida cotidiana, comunes y comunitarios, en busca de una “verdad” engendrada desde fuera de la vida, es decir, vivida. Quizás, bajo ecos del análisis viquiano, en un movimiento de diapasón convergente, Nietzsche, en el § 110, de la ciencia gay, registrado: “El intelecto, a través de inmensos períodos de tiempo, no ha engendrado más que errores; algunos de ellos resultaron útiles y conservadores de la especie… Solo muy tarde llegaron los que negaban y cuestionaban tales proposiciones, solo muy tarde entró la verdad, como la forma más débil de conocimiento (NIETZSCHE, 1979, p. 200).[X]

Goethe, el primer alemán en conocer a Vico y en divulgarlo junto con Hamann y Herder, anotó en su diario de viaje por Italia, el 1787 de marzo de XNUMX: “El caballero (Filangieri)[Xi] luego me presentó a un antiguo escritor en cuyas profundidades insondables estos jóvenes italianos amantes de la justicia encuentran aliento e instrucción; su nombre es Giovan Battista Vico, y lo prefieren a Montesquieu. Una lectura rápida del libro, que me fue transmitido como si fuera una reliquia sagrada, me dio la impresión de haber encontrado allí adelantos sibilinos del bien y justo que algún día vendrán, o deberían llegar, adelantos basados ​​en la rigurosa contemplación de la tradición y de la vida. Es muy hermoso para un pueblo tener por antepasado a un hombre así; un día, Hamann se convertirá en tal códice para los alemanes (GOETHE, 1999, p. 229).”

Quizás la posición de Viquian tiene precedentes, porque si Maquiavelo hubiera inventado el principio de “verdad efectiva della che alla inmaginazione di epsa(verdad efectiva de la cosa que a la imaginación de ella),[Xii] según consta en el Capítulo XV, de El Príncipe, para sentar las bases de parte del “método” de conocimiento de la acción política y depurarlo de los “hechos” de la política y no de las idealizaciones;[Xiii] Vico incorporó dos aforismos latinos, complementarios entre sí, para la mediación del conocimiento básico, cotidiano y más allá de la vida cotidiana como fundamento de una cierta tradición hasta la novedad del cartesianismo. Los antiguos aforismos latinos incorporados y asimilados por Vico en un nueva ciencia ellos son: "Conversión verum et factum” (lo verdadero y lo ya hecho se convierten) y “verum ipsum factum(la verdad es el hecho mismo). para el maximoverum ipsum factum”, expresión emblemática de la filosofía viquiana, Mondolfo identifica su temprana apropiación en la filosofía de Filón de Alejandría, de la escritura Quod Deus sit immutabilis (Que Dios es un ser inmutable).[Xiv]

El Viquian sobre la antropología, como quiere Lima, registra que “Los hombres que no conocen la verdad de las cosas tratan de aferrarse a lo que es justo, porque, no pudiendo satisfacer el intelecto con la ciencia, a menos que la voluntad descanse en la conciencia [§ 137].”[Xv] Vico continúa afirmando que “los hombres primero sienten sin previo aviso (prima sentono senz'avvertire), luego advierten con un espíritu turbado y conmovido, finalmente reflexionan con una mente pura [§ 218].” El § 218 añade lo siguiente: “[219] Esta dignidad (Degnità) es el principio de las oraciones poéticas, que se forman con sentimientos de pasiones y afectos, a diferencia de las oraciones filosóficas, que se forman a partir de la reflexión con el razonamiento: para que estas últimas se aproximen los verdaderos cuanto más se elevan a los universales, y los primeros son tanto más ciertos cuanto más se aplican a los particulares.”

Vico ilustra y amplía el sentido del § 219 cuando anota: “como los primeros hombres del gentilismo tenían mentes muy singulares, poco menos que las de los animales, a los que cada nueva sensación borra, en realidad, la antigua (que es la razón por qué no pudieron combinar y discutir), por lo tanto, todas las oraciones deberían ser destacadas por aquellos que las sintieron”. (VICO, Libro Segundo – La Sabiduría Poética, [Sección Séptima – Física Poética], “Corolario de sentencias heroicas”, §703). Y complementa el registro con la reflexión contenida en § 825 y § 826, al excluir a Homero de tales vicisitudes (VICO, Livro Third – On the Discovery of the True Homer, “Chapter Five “Philosophical Proofs for the Discovery of the True Homer” , § 825 y § 826).[Xvi]

En cambio, para Vico el cartesianismo, a contrapelo de los aforismos romanos, operaba una actitud en el campo del conocimiento, que puede identificarse con el concepto de pseudomorfosis, tomado de mineralogistas.[Xvii] Si la invención humana derivó de la imaginación, la fantasía, la poesía y el ingenio, en un breve ejercicio, alguien podría recordar la imagen de un valle con atributos geológicos naturales, presente desde tiempos inmemoriales. Sin embargo, tras un accidente natural o provocado, como el desplazamiento de tierra y piedras de la cima de la montaña que la rodea, la configuración original parece perderse, ya que fue enterrada, y aparece una nueva forma como un nuevo paisaje, como si el primero nunca hubiera existido.

Así, el cartesianismo y sus derivaciones parecen -desde un punto de vista viquiano- haber provocado el mismo efecto devastador, al demoler toda concepción del saber construida desde la más remota Antigüedad, fundada en la tradición mítica, poética, teológica, filológica y filosófica, poniendo bajo sospecha el conocimiento de la Historia, la Literatura, la Teología, las Artes – las Humanidades, en general. Vico fue el primero en comprender el efecto demoledor del cartesianismo y su par complementario, la matematización de la naturaleza y la geometrización del espacio, al fundar un nuevo estándar de conocimiento más allá de las raíces tradicionales.

Sin embargo, si en nueva ciencia Vico fundamenta el verdadero conocimiento, el de la ciencia de la Historia, con un método distinto al de las ciencias naturales, a contrapelo del desvío cartesiano, será con el cartas leer duranteinauguración solonne de la regia Università del Regno di Napoli”, el 18 de octubre de 1708, cuyo título es una paráfrasis de un relación estudiorum, de los jesuitas, que presentará una crítica sistemática a la filosofía cartesiana, y la proposición de un nuevo método de estudios y su ventaja sobre el de Descartes. De hecho, es el trabajo El método de estudiar nuestro tiempo (Prolusione tenuta alla gioventù studiosa delle Lettere il ottobre 18 1708 in occasione della solene inaugurazione della Regia Università del Regno di Napoli indi accresciuta) (VICO, 2007, págs. 87-215).

A nueva ciencia es considerada la enciclopedia de drama barroco, escrito y reescrito en tres momentos hasta la forma definitiva, alcanzada en 1744. En la obra, Vico se presenta como un filósofo de la Historia, precedido por Ibn Khaldun (1332-1406), autor de una historia universal y filosófica, titulada en Los Prolegómenos (Muqaddimah). La nueva ciencia también corresponde a nuevo órgano de Francis Bacon, con diferencia entre las concepciones de la ciencia. Bacon, dedicado al conocimiento científico de la naturaleza y, por extensión, a la aplicabilidad técnica de la adquisición de dicho conocimiento, y Vico, a la Historia.

De hecho, Vico parece recuperar, sin nombrar ni hacer presente, la historia de la filosofía ensayada por Agustín de Hipona, en De Civitate Dei, sin la apelación a la salvación humana de naturaleza religiosa. Sin embargo, para Vico la divina providencia[Xviii] está siempre dispuesta a orientar y, en cierto modo, a corregir los caminos histórico-políticos de las naciones civiles. En la “Ideia da Obra”, en la que explica el Frontispicio, Vico describe: el “triángulo luminoso que tiene en sí mismo un ojo que ve es Dios, bajo el aspecto de su providencia, aspecto por el cual, en actitud extática, la metafísica contempla sobre el orden de las cosas naturales, orden en que hasta ahora lo han contemplado los filósofos; porque ella, en esta obra, elevándose más alto, contempla en Dios el mundo de las mentes humanas, que es el mundo metafísico, para demostrar su providencia sobre el mundo de las almas humanas, que es el mundo civil, es decir, el mundo de las naciones ( VICO, 2005, § 2).”[Xix]

Como hipótesis, Vico parece anticiparse al dicho contemporáneo “el progreso es decadencia”. Porque, según Croce, “ya ​​sea en miniatura o en germen”, Vico anticipó, filosóficamente, lo que sería el panorama del siglo XIX. – Raíz y antena de tu tiempo.

Tres edades, tres idiomas

Vico trabaja con una tríada, similar a la creada por Gioacchino da Fiore (1135-1202), como lo haría luego Hegel (1770-1831). En “La idea de la obra”, de nueva ciencia, Vico presenta y comenta cada uno de los iconos del “Frontispice”,[Xx] con el subtítulo “Explicación del cuadro propuesto (propuesta) en el frontispicio que sirve de introducción a la obra”. En el texto, Vico anticipa reflexiones sobre los poetas y la poesía, de acuerdo con las tres edades del mundo transcurridas: “- la edad de los dioses, en que los hombres gentiles creían vivir bajo gobiernos divinos y por oráculos, que son las cosas más antiguas de la historia profana; – la era de los héroes, en la que reinaban en todas partes en repúblicas aristocráticas, debido a una cierta diferencia de naturaleza que consideraban superior a la de sus plebeyos; – y, por último, la edad de los hombres, en la que todos se reconocieron iguales en la naturaleza humana y, por tanto, se celebraron primero repúblicas populares y finalmente monarquías, que son ambas formas de gobiernos humanos (VICO, § 31).”[xxi]

Para Napolitano, históricamente, las tres edades de la humanidad, si se consideran en clave de espiral, son las edades de los dioses, los héroes y los humanos. Bajo la espiral histórica, los hombres han ascendido de la mansedumbre a la civilidad, lo que se muestra en la fundación y mantenimiento de naciones civiles. Así, si las tres edades registradas se ordenan según tres tipos de naturaleza y gobiernos, delimitando el campo de la política, junto con el hallazgo viquiense señalando los vínculos entre política y lengua, la pareja complementaria de las tres edades tiene tres tipos de lenguas .

Vico argumenta que “– la primera, en el tiempo de las familias, cuando los hombres gentiles recién se habían acogido a la humanidad; que se prueba que era un lenguaje mudo, por signos u objetos que tenían relaciones naturales con las ideas que pretendían significar; – la segunda fue hablada a través de emblemas heroicos, es decir, a través de semejanzas, comparaciones, imágenes, metáforas y descripciones naturales, que forman el cuerpo mayor del lenguaje heroico, que resulta haber sido hablado en la época en que reinaban los héroes; – la tercera era la lengua humana mediante palabras convenidas por los pueblos, de las cuales los pueblos son dueños absolutos, la lengua de las repúblicas populares y de los Estados monárquicos, para que los pueblos den sentido a las leyes, que deben obedecer tanto a la plebe como a la los nobles; Por tanto, en todas las naciones, una vez puestas las leyes en lenguas comunes, escapa de la mano de los nobles el conocimiento de las leyes, leyes por las cuales, antes, como cosa sagrada, en todas se prueba que se conservó una lengua secreta. por los nobles. , quienes, también en todas partes, prueban haber sido sacerdotes: lo cual es la razón natural del secreto de las leyes entre los patricios romanos, hasta que surgió la libertad popular (VICO, § 32).”[xxii]

Vico interconecta la historia con la ontoantropología, las tres edades, los tres idiomas, la política inventada por las naciones civiles, pero esta novedad se presenta enmarcada, primordialmente, por la medida de la sabiduría poética de los gentiles, fusionando verdaderos saberes, derivados de la sensación y los sentimientos. sentidos, y poesía entendida como producción en todos los ámbitos humanos, como se verá en el ítem relativo a la “sabiduría poética”.

Pues, para Vico, el “principio de tales orígenes de las lenguas y de las letras está probado en el hecho de que los primeros pueblos gentilicios, por una necesidad manifiesta de la naturaleza, eran poetas y hablaban en caracteres poéticos;[xxiii] este descubrimiento, que es la llave maestra de esta Ciencia, [...], ya que, con nuestras naturalezas civilizadas, tal naturaleza poética de estos primeros hombres es, en efecto, imposible de imaginar y con mucha dificultad se nos permite comprender (VICO, 2006, § 34).” Continúa argumentando que tales “personajes poéticos están probados como ciertos géneros fantásticos (es decir, imágenes, en la mayoría de los casos de sustancias animadas o de dioses o de héroes, formados por su fantasía), a los que redujeron todas las especies o todos los detalles pertenecientes a cada género; precisamente como las fábulas de los tiempos humanos, que son las de la última comedia, son los géneros inteligibles, es decir, reflejados por la filosofía moral, a partir de los cuales los poetas cómicos forman géneros fantásticos (que ya no son las ideas óptimas de los hombres en cada uno de ellos). sus géneros), que son los personajes de las comedias (VICO, 2006, § 34).”

El Napolitano concluye que “estos personajes divinos o heroicos antes mencionados resultan ser fábulas, es decir, discursos verdaderos; y se descubren las alegorías, que contienen significados que ya no son análogos, sino unívocos, no filosóficos, sino históricos de aquellos tiempos de los pueblos de Grecia. Además, como tales géneros (que son, en su esencia, fábulas) fueron formados por fantasías muy robustas, como por hombres de razonamiento muy débil, se descubre en ellos las verdaderas frases poéticas, que deben ser sentimientos revestidos de pasiones muy grandes. y por lo tanto llena de sublimidad y de despertar admiración. Prueba, además, que las fuentes de toda locución poética de explicarse y hacerse entender; de donde proviene la evidencia del habla heroica, que inmediatamente sucedió a las hablas mudas por gestos u objetos que tenían relaciones naturales con las ideas que se pretendían significar, que, en tiempos divinos, se hablaba (VICO), 2006, § 34).

Sin embargo, si Vico se ocupa poco de cómo transcurre la historia curso e apelar, ya que en el primer movimiento las naciones civiles prosperarían, en el segundo, podrían ser rescatadas por la providencia cuando estuvieran bajo amenaza de regresión a la barbarie, como se muestra al final del nueva ciencia: “si los pueblos se pudren en ese último mal civil, que ni un monarca nativo consiente dentro, ni llegan de fuera mejores naciones para conquistarlos y conservarlos, entonces la Providencia, a este extremo mal suyo, aplica este extremo remedio (VICO, 2005, § 1106)”.[xxiv]

Vico continúa afirmando que “- una vez que tales pueblos, como animales, se habían acostumbrado a no pensar en nada más que en sus propios intereses particulares, y cada uno había llegado al colmo de la comodidad o, mejor dicho, del orgullo, a la manera de las bestias que , cuando hasta la más mínima contradicción, resentimiento y rabia, y así, en su mayor celebridad o locura corporal, vivían como animales imantados en una suprema soledad de mentes y voluntades, llegando a no poder poner dos como corresponde, cada uno de los dos siguiendo su propio gusto o capricho, por todo esto, con las más obstinadas facciones y desesperadas guerras civiles, proceden a hacer de las ciudades selvas y de las selvas guaridas de hombres; y así, a lo largo de varios siglos de barbarie, se oxidaron las groseras sutilezas de los artificios maliciosos, que los habían convertido en bestias más inmanentes a la barbarie del reflejo que a la primera barbarie del sentido (VICO, 2005 , § 1106).” Lo que quiere decir que la acción de la divina providencia hará que se produzca un retorno -del error inmanente-, para dar lugar a una nueva civilización. Para Vico, los caminos del “no pensar” podrían ser realineados por las naciones civiles, que se mantuvieran firmes en sus principios, con la ayuda de la providencia.

Ciertamente, apoyado en el § 1106, Bosi actualiza la reflexión de Viqui: “La caída en una 'barbarie renovada' aparece, en más de un paso de la nueva ciencia, como efecto negativo del exceso de refinamiento material de civilizaciones que ya habían llegado a la edad racional y civil, pero que abandonaron la práctica de la justicia y las costumbres sencillas y virtuosas. Ahogados en el lujo y la corrupción, las mentes de los hombres se volvieron áridas, perdiendo el don de la memoria y la fantasía poética. Una pedagogía puramente cerebral, ahistórica y geométrica es parte de la 'barbarie de la reflexión'” (BOSI, 2010, p. 52).

Sin embargo, a partir de estos tres lenguajes “se compone el vocabulario mental, que da los significados propios de todos los diferentes lenguajes articulados (VICO, 2005, § 35)”. En otro pasaje, Vico alude al “diccionario mental” (§ 145), que completa afirmando la necesidad “de que exista en la naturaleza de las cosas humanas un lenguaje mental común a todas las naciones, que comprenda uniformemente la sustancia de las cosas”. cosas que son factibles en la vida social naturaleza humana, y explicarla en las muchas modificaciones diferentes y en los muchos aspectos diferentes que estas cosas pueden presentar”, como se ve en los proverbios, “que son máximas de la sabiduría común, y son sustancialmente las mismas en todas las naciones, antiguas y modernas, expresadas de tantas maneras diferentes, por muchas que sean (VICO, 2005, § 161)”.

inundaciones y gigantes[xxv]

En la “Tabla Cronológica” II, Vico registra que el diluvio universal ocurrió en los años del mundo 1656, antes de la Era Cristiana, pues la tabla “presenta el mundo de las naciones antiguas, que desde el diluvio universal ha ido girando, desde el hebreos, pasando por caldeos, escitas, fenicios, griegos y romanos hasta su segunda guerra cartaginesa (VICO, 2005, § 43)”. Continúa Napolitano afirmando que “tanto tardó la tierra, desecada por la humedad del diluvio universal, en poder enviar al aire las exhalaciones secas para generar los relámpagos, por lo que los hombres, atónitos y asustados, abandonaron las falsas religiones de tantos Júpiter, […] y se entregaron a una especie de adivinación para predecir el futuro a través de truenos, relámpagos y vuelos de águilas, que creían que eran aves de Júpiter (VICO, 2005, § 62) .”

Tanto tiempo son doscientos años, pues desde el año del mundo 1856, año en que se registra la confusión de lenguas entre los caldeos, (VICO, 2005, IX), y también la aparición de Jápeto, del cual descienden los gigantes, uno de ellos, Prometeo (VICO, 2005, VIII y X). El Napolitano dedica un capítulo a analizar el diluvio universal y la aparición de los gigantes. Describe el físico de autobus gigante, además de confirmar la existencia de los patagones, cerca del Estrecho de Magallanes (VICO, 2005, § 369)”, tal como lo registran los viajeros modernos.

Considerando que los gigantes se esparcieron por la tierra, después del diluvio, para dar autenticidad al “hecho”, Vico se vale de argumentos de los filólogos latinos y de la fabulosa historia de los griegos, al identificar a los gigantes como autóctonos, indígenas. Sin embargo, la designación pasó a significar hombres nobles, y finalmente, significó aquel hombre ligado a las artes liberales, en el sentido antiguo de la expresión. En marcha, estos hombres comenzaron a ocuparse de los sacrificios públicos para purgar la culpa de los ciudadanos (VICO, 2005, § 370 y § 371).”[xxvi]

En un paso audaz, utilizando un lenguaje mito-poético, Vico muestra que con los lavados sagrados que propiciaban los sacrificios, la “tanta limpieza de los cuerpos y con el temor de los dioses y de los padres, […] aconteció que los los gigantes se hicieron más bajos hasta nuestras justas estaturas (VICO, 2005, § 371).” – “El gigante se corta las piernas para poder alcanzar al hombre”. – Está por ver quién o qué les romperá las piernas a los gigantes tecnológicos, de estos tiempos de regresión.

Sin embargo, la “compleción de tal degradación debe haber durado hasta los tiempos humanos de las naciones (VICO, 2005, § 372)”. Sin embargo, estos primeros hombres bestiales e insensatos “crearon las cosas a partir de sus ideas”, demarcadas por “una diferencia infinita en relación a la propia creación de Dios: porque Dios, en su más puro entendimiento, conoce y, conociéndolas, crea las cosas”. Mientras que los primeros hombres “por su robusta ignorancia, lo hacían en virtud de una corpulísima fantasía y, por ser muy corpulenta, lo hacían con una sublimidad asombrosa, tal y tal, que inquietaba en exceso a aquellos mismos que, fingiendo para crearlos, al menos a los que se llamaban 'poetas', que en griego significa lo mismo que 'creadores' (VICO, 2005, § 376).”

Una vez que la gran poesía depende de “encontrar fábulas sublimes adecuadas al entendimiento popular y perturbadoras (al máximo), para lograr el fin, que se proponía, de enseñar al vulgo a obrar con virtud, como se enseñó a sí mismo” (VICO, 2005, § 376).” Así, “de esta naturaleza de las cosas humanas ha quedado una propiedad eterna, explicada con noble expresión por Tácito: ¿Adónde se asustan los hombres?fingunt simul creduntque' (fingiendo, fingen creer) (VICO, 2005, § 376).” – El poeta es un pretendiente... desde Platón.

Tal naturaleza habrían poseído los primeros autores de la humanidad gentil, doscientos años después del diluvio, tiempo necesario para que la tierra se secara y “emitiera exhalaciones secas, […] materia inflamada, al aire, cuando se genera el relámpago” (VICO, 2005, § 377)”, el cielo finalmente “se iluminó, tronó con relámpagos y truenos muy espantosos” (VICO, 2005, § 377). En ese momento, unos cuantos gigantes fornidos, “que estaban esparcidos por los bosques en lo alto de las colinas, como las bestias más fornidas... […] gritando, rugiendo, expresaban sus pasiones muy violentas, pretendían ser suyo un gran cuerpo animado, al que por eso llamaban Júpiter, el primer dios del llamado pueblo 'mayor', que con el silbido de un relámpago y con el estruendo de un trueno quería decirle algo; y así pasó a celebrar la curiosidad natural, que es hija de la ignorancia y madre de la ciencia, que genera admiración al producir la apertura de la mente del hombre (VICO, 2005, § 377).”[xxvii]

Aunque es imposible penetrar en la mente de aquellos primeros hombres, “cuyas mentes no eran en nada abstractas, en nada sutiles, en nada espiritualizadas, porque estaban sumergidas en los sentidos, todas reprimidas por las pasiones, todas enterradas en los cuerpos : […] se puede comprender, sin poder imaginarse plenamente, cómo habrían pensado los primeros hombres, que fundaron la humanidad gentilicia (VICO, 2005, § 378).” Sin embargo, fue de esta manera que los “primeros poetas teológicos fingieron la primera fábula divina, la mayor de las cuales fingieron después, es decir, Júpiter, rey y padre de los hombres y de los dioses, y en actitud de fulminante, tan popular , inquietante y didáctico, que ellos mismos, que pretendían creer en él y con religiones espantosas […] lo temían, reverenciaban y respetaban (VICO, 2005, § 379).” Lo que se convirtió en el lema de la historia civil: “…completo iovi omnia(Todas las cosas están en Júpiter),[xxviii] pero para los poetas teólogos, “Júpiter no era más alto que la cima de las montañas (VICO, 2005, § 379)”.

Para Vico, la “primera ciencia que hay que aprender es la mitología, es decir, la interpretación de las fábulas” es “las historias gentiles tienen principios fabulosos (VICO, 2005, § 51)”. Y la primera gran fábula fue el mensaje que venía de los cielos a través de relámpagos y truenos. Al fin y al cabo, como medita Jorge Luis Borges: “La mitología no es una vanidad de diccionarios; es una eterna costumbre de las almas”, en el poema “La Jonction”, de Atlas (BORGES, 1984, p. 73).

Se pueden encontrar ecos contemporáneos de la creatividad viciana en la obra de James Joyce (1882-1941), quien se inspiró en la nueva ciencia para los ciclos de Finnegans Wake.[xxix] En la primera página del fragmento 1 de Finnegans Wake aparece la reproducción de “la voz del trueno”, que simboliza el final de la última fase (la caótica) del ciclo de Vico y el reinicio de la primera (la teocrática)” (CAMPOS In JOYCE, 1971, pág. 82).” Aquí está: “[bababadalgharaghtakamminarronnkonnbronntonnerronntuonnthunntrovarrhounawnskawntoohoohoordenenthurnuk!] (JOYCE, 1, 1971, pp. 34-35)”.[xxx]

sabiduría poética

“La locución poética nació, por necesidad de la naturaleza humana, antes que la prosaica (prima della prosaica); cómo por necesidad de la naturaleza humana estas fábulas, universales fantásticos, nacieron antes que los universales reflejados, es decir, filosóficos, que nacieron a través de estos discursos prosaicos. Porque antes, habiendo comenzado los poetas a formar el discurso poético con la composición de ideas particulares [...], de aquí salieron los pueblos a formar los discursos de prosa, contrayendo en cada una de las palabras, como en un género, la partes que habían compuesto el discurso poético.” (VICO, nueva ciencia, II, Segunda Sección, cap. V, § 460).

La sabiduría poética se funda en la metafísica, ciencia sublime, "que reparte sus asuntos justos a todas las ciencias subalternas". Así, hay que “partir la sabiduría poética de una grosera metafísica, de la cual, como de un tronco, la lógica, la moral, la economía y la política, todas poéticas, se esparcen en una sola rama; y por otro lado, todo también poético, la física, que habrá sido la madre de su cosmografía y, por tanto, de la astronomía, que nos asegurará de sus dos hijas, que son la cronología y la geografía (VICO, 2005, § 367) .”[xxxi]

De hecho, la sabiduría poética viquiana refleja la “experiencia original de los primeros hombres, ya sea como sabiduría de los sentidos (sensibilidad, sensación: aístesis), o cómo hacer creatividad (producción: poiesis) (LIMA, 2012, pág. 464).” Porque para Vivo, “los fundadores de la humanidad gentilicia con su teología natural (es decir, metafísica) imaginaron a los dioses, con su lógica inventaron lenguajes, con la moral engendraron héroes, con la economía fundaron familias, con la política ciudades; así como con la física establecieron los principios de todas las cosas divinas, con la física particular del hombre se generaron a sí mismos de cierta manera, con su cosmografía pretendieron tener un universo propio lleno de dioses, con la astronomía tomaron los dioses de la tierra al cielo, los planetas y las constelaciones, con la cronología, comenzaban el tiempo, y con la geografía los griegos, por poner un ejemplo, describían el mundo dentro de su Grecia (VICO, 2005, § 367).” Napolitano concluye que, de esta forma, “esta (Nueva) Ciencia se convierte a la vez en historia de las ideas, costumbres y hechos del género humano” (VICO, 2005, §367).

La exposición de la sabiduría poética está precedida por la de la sabiduría general. El segundo libro, de nueva ciencia, se ocupa sólo de la “Sabiduría Poética”, desde la consideración inicial sobre la “sabiduría general”, como para allanar los caminos de la sabiduría poética. Para Vico, “sabiduría” es “la facultad que domina todas las disciplinas (disciplina), por el cual se aprenden todas las ciencias y artes, que cumplen (compongo) la humanidad." Vico se refiere a Platón, quien “define la sabiduría como 'la perfeccionadora del hombre'”. A lo que añade: “el hombre no es otra cosa, en el mismo ser del hombre (en el sentido propiamente humano), sino mente y alma […], intelecto y voluntad”. Así, la sabiduría “debe cumplir ambas partes en el hombre, y la segunda siguiendo a la primera, para que, desde la mente iluminada, con el conocimiento de las cosas más elevadas, el espíritu (voluntad) sea llevado a la elección de las cosas grandes .” Porque, "las cosas más elevadas en este universo son aquellas que se entienden (s'intendono) y se reflejan (si regional) de Dios." Ya que “las mejores cosas son las que conciernen al bien de todo el género (enero) humanos: a aquéllos se les llama 'cosas divinas' ya éstos 'humanos'. Por tanto, la verdadera sabiduría debe enseñar el conocimiento de las cosas divinas para conducir las cosas humanas al sumo bien (VICO, II, § 364).” - en un nueva ciencia, Vico declara que su pensamiento se inspira en la filosofía platónica, la historia de Tácito, la modernidad de Bacon y la ley natural de Grotius.[xxxii] En otra parte se declara a sí mismo Agustín de Hipona "il mio particularolare protetore.[xxxiii]

Para Vico, “la sabiduría entre los gentiles comenzaba con la musa”, que había sido definida “por Homero, en un tramo dorado de la Odisea, como la 'ciencia del bien y del mal', que luego se llamó 'adivinación' [...]. De modo que la musa, primero, debe haber sido propiamente ciencia en divinidad de auspicios; que […] era sabiduría común de todas las naciones contemplar a Dios por el atributo de su providencia, por la cual, de 'divinaré', su esencia se llamaba 'divinidad'”. A lo que concluye que “de tanta sabiduría… han sido sabios los poetas teólogos,[xxxiv] que ciertamente fundó la humanidad de Grecia (VICO, II, § 365).”

De aquí deduce Vico que “debían hacerse tres clases de teologías, […]: una, la teología poética, la de los poetas teólogos, que era la teología civil de todas las naciones gentiles; otra, la teología natural, que es la de los metafísicos; […] por tercera especie nuestra teología cristiana, mezclada de civil y natural y la más alta teología revelada, y las tres unidas por la contemplación de la divina providencia (VICO, § 366)” Vico aclara que la divina providencia “conduce las cosas humanas de tal de manera que, desde la teología poética, que los reguló por ciertos signos sensibles, considerados avisos divinos enviados a los hombres por los dioses, a través de la teología natural, que demuestra la providencia por razones eternas que no caen dentro del dominio de los sentidos, las naciones fueron dispuesto a recibir la teología revelada en virtud de una fe sobrenatural, superior no sólo a los sentidos, sino a estas razones humanas (VICO, II, § 366)”.

Para el napolitano, “la lengua (la poética favela), como en virtud de la lógica poética [...], transcurre por tan largo tiempo dentro del tiempo histórico, como los grandes y rápidos ríos se derraman mucho en el mar y endulzan las aguas que se llevan con la violencia de su curso ( VICO, 2005, § 412).” Así como “en las aguas salobres de la Historia aún no se ha perdido el dulce sabor del mito y la poesía” (BOSI, 2000, p. 257).

Por casualidad, ecos revividos de la sabiduría poética viquiana migraron en el tiempo para transportar (metáfora), en la ola de Joyce, a los bellos versos contemporáneos: “Porque la frase, el concepto, la trama, el verso / (Y, sin duda, por encima todo el verso) / Es lo que puede lanzar mundos en el mundo”.

(Caetano VELOSO, canción “Livros”).[xxxv]

O en la prosa de Fernando Pessoa, tomada de la Libro de Desassossego, yo”, por Bernardo Soares, asistente contable en la ciudad de Lisboa”: “Me gusta decir. Lo diré mejor: me gusta hablar. Las palabras son para mí cuerpos palpables, sirenas visibles, sensualidades encarnadas. […] Mi deseo se transmutó en lo que en mí crea ritmos verbales, o los escucha de otros. Me estremezco si lo dicen bien. […] No tengo sentimientos políticos ni sociales. Tengo, sin embargo, en cierto sentido, un gran sentimiento patriótico. Mi patria es mi lengua. (PESSOA, 1982, [4 – 5 E 6, dact.] § 15, pp. 15 y 17).”[xxxvi] el tiempo era. Caetano Veloso se apropió de la espíritu de las reflexiones poéticas de Pessoa y lo parafrasea en los versos de la canción “Língua” (VELOSO, 1984).

Después de todo, quizás Vico tuvo un efecto considerable en la comprensión de la Historia, desde la invención de los modos institucionales por parte de los primeros hombres, en la época de la llamada prehistoria, hasta una primera síntesis relevante, desde el lenguaje poético. Siguiendo o no estos pasos, con amplia licencia poética y alguna probabilidad hasta remota, es una apuesta que para Paul Celan la verdadera Big Bang, el de las metáforas, que en griego significa transposición/transposiciones, cediendo a la tentación de vencer los efectos del exceso de racionalidad a través de la derivación poética, en tiempos retrocedidos -tiempos de barbarie-, para generar una nueva concepción de un lanzamiento de dados al comienzo del universo humano:

"una explosión: un

propia verdad

surgió entre

los hombres

en pleno

torbellino de metáforas"

(CELAN, Pablo, “Un golpe”)”.[xxxvii]

Giambattista Vico, por su filosofía y por su concepción inventiva de la sabiduría poética, puede ser considerado la raíz y antena crítica de la Modernidad. Si es cierto que hay anacronismos que insisten en volver.

*Antonio José Romera Valverde es profesor del Programa de Posgrado en Filosofía de la PUC-SP.

Ciência Nova – Vico, Giambattista – Enero 2017 – Edición portuguesa (https://amzn.to/47zQOJw)

Artículo publicado originalmente en Barricadas – Revista de Filosofía e Interdisciplinariedad, v. 1., no. 1, UFMA

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Discografía

VELOSO, Caetano, canción “Livros”, álbum Libros, 1997, segunda pista.

______, canción “Lingua”, álbum Verlo, 1984, undécima pista.

Notas


[i] Ambos fueron publicados bajo el título de Il Dirito Universale. Por cierto, echa un vistazo a “Sinopsis de “El Derecho Universal”, In VICO, G., ley universal, traducción al latín y notas Francisco J. Navarro Gómez, Barcelona/México, Anthopos/Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, 2009, pp. 735-754.

[ii] Prácticamente ciento cincuenta años antes, Campanella había registrado en la ciudad del sol, de 1602, que los “solaris”, habitantes de la ciudad utópica, tuvieron mejor suerte que los napolitanos. Para Campanella, los Solari “no tienen la sórdida costumbre de tener sirvientes, siendo su propio trabajo suficiente y muchas veces incluso excesivo. Entre nosotros, por desgracia, vemos lo contrario. Nápoles tiene una población de setenta mil habitantes, pero sólo quince mil trabajan y pronto son aniquilados por un cansancio excesivo. Los demás se arruinan por la ociosidad, la pereza, la avaricia, la enfermedad, la lujuria, la usura, etc., y, para mayor desgracia, contaminan y corrompen a una infinidad de hombres, sometiéndolos a servir, halagar, participar de sus propios vicios, con grave perjuicio a la función pública. Los campos, la milicia, las artes, o son despreciados o, con enormes sacrificios, mal cultivados por algunos (CAMPANELLA, 1978, p. 257).” – Bajo el techo cultural del Barroco, una época de poder centralizado.

[iii] “Se encuentra dentro de una orientación filosófica basada en la tradición italiana hostil al aristotelismo escolástico y abierta a las influencias de los nuevos horizontes del pensamiento europeo, por el contacto de algunos eruditos napolitanos (Di Capua, Valetta, entre otros), o con la Real Society of London, que con la Académie des Sciences de París, que se pueda comprender la reflexión emprendida por Vico sobre los caminos recorridos por el conocimiento en la Modernidad. Una respuesta a los riesgos que afectaron la cultura y la experiencia de los individuos en la vida civil: un tiempo de crisis de Relación de estudio y la antigua disposición de disciplinas, facultades y métodos en el sistema de conocimiento. Esto justifica la orientación del proyecto filosófico viquiano de restaurar la unidad del saber, en el que la Retórica asumió un papel decisivo (LIMA, 2012, p. 2014).”

[iv] Nicolini enumera las academias napolitanas, inspiradas en el modelo del Institut de France, como un movimiento cultural relevante, surgido tras el final de la epidemia resultante de la peste de 1656: L'Accademia Palatina; L'Accademia delle Scienze di Monseñor Celestino Galiani; La Regia Accademia Ercolanense; La Reale Accademia di Scienze e Belle Lettere (Instituto Fernando IV); L'Instituto Nazionale; La Prima Società Reale; La Società Reale borbónica; La Società Reale di Napoli e La Società Nazionale di Scienze, Lettere e Arti (NICOLINI, 1974, pp. 7-76). Además de L'Accademina degli Investiganti, “basado en la Royal Society inglesa (1660) y la Academia di Cimento (1657-1667). […] Tú investigador, además de seguir a Descartes, Galileo y Gassendi, también adoptó la orientación de Cornelio (Tomasso Cornelio), de relacionar los nueva filosofia a la tradición del propio país: 'al naturalismo y vitalismo de los filósofos sureños Bruno, Telesio, Campanella, al humanismo neoplatónico y al purismo lingüístico toscano'. En cuanto a la antigüedad, investigador tomaron a Platón, Demócrito, Epicuro y Lucrecio. Tomaron conocimiento de la obra de modernos como Cuiacio, Grotius, Selden y Punfendorf y, al mismo tiempo, conocieron el pensamiento de Pascal, Spinoza, el físico inglés Rob Boyle, Hobbes, Newton, Locke y P. Bayle. . Esto explica la diversidad de orientaciones de la academia de investigador y la cultura napolitana de los siglos XVII y XVIII: racionalismo, experimentalismo, escepticismo, libertinaje. (LIMA, 2012, págs. 221-222).

[V] Según Lima, “el giro cultural napolitano que se produjo a finales del siglo XVII: momento en que Nápoles se convirtió en el centro más importante de la renovación cultural italiana, después de la inercia posrenacentista, cuando Italia perdió definitivamente el papel de guía de los europeos”. cultura Surgió así una nueva orientación del pensamiento, marcada por un eclecticismo que en ocasiones llevó a conclusiones ateas (LIMA, 2006, pp. 213-214).” Para detalles sobre el lugar de Vico frente al nuevo humanismo del siglo XVIII, véase BATTISTINI, A., “Vico e il nuovo umanesimo del Settecento”, en Eugenio Garín: dal Rinascimento all'Illuminismo, a cura di Olivia CATANORCHI and Valentina LEPRI, Roma-Firenze, Edizioni di Storia e Letteratura / Istituto Nazionale di Studi sul Rinascimento, septiembre de 2011, pp. 229-248.

[VI] “…con el regreso de Tommaso Cornelio de su viaje de modernización cultural en Europa […] trajo consigo nuevos libros: obras de naturalistas italianos y extranjeros, de nuevos filósofos franceses e ingleses: Descartes, Gassendi, Hobbes, Newton y Leibniz. […] En tu Discurso dell'eclissi, de 1652, Cornelio presenta el programa de principiantes: '1) romper con la escolástica; 2) superioridad de los modernos sobre los antiguos (…); 3) concepción evolutiva de la naturaleza y la verdad; 4) controvertida elección de idioma vulgar; 5) rechazo a la alquimia y la astrología (…); 6) equivalencia de la física celeste y terrestre'. Vico y otros estudiosos, antes de elaborar su propio pensamiento, se confrontaron dentro de esta esfera de cuestiones científicas. A pesar de la diversidad de orientaciones en cuanto a los estudios, algo unía a los numerosos participantes: una fe común en razón crítica y la validez metodológica de la experimental (LIMA, 2012, págs. 220-221).”

[Vii] Por cierto, echa un vistazo a “Anticartesianismo: a) Vico”, In COLLINGWOOD, RG, La Idea de la Historia, 1972, págs. 88-96. Collingwood (1889-1943), intelectual que llevó la obra de Vico al campo de la historia, precedida por Croce (1866-1952), que la llevó al campo de la filosofía, particularmente al nivel de la estética.

[Viii] Ver ítem “6.3 La dimensión estética de la 'sabiduría poética': una experiencia proveniente de los sentidos” (LIMA, 2012, pp. 458-472).

[Ex] Sobre “Mathesis Universalis”, véase PATY, M., “Mathesis Universalis y la inteligibilidad de Descartes”, traducción de Maria Aparecida Corrêa-Paty, Cuadernos de Historia y Filosofía de la Ciencia, Serie 3, vol. 8, Campinas, 1998 (n°1, enero-junio), 9-57. (Se accede a través del enlace http://www.scientiaestudia.org.br/associac/paty/pdf/Paty,M_1998c-MathIntelDesc.pdf, el 20 de noviembre de 2017). Véase también VITIÉLO, V., “1. la fondazione della Matemática universal de historia”; “II. La lingua della Scienza nuova. Échale un vistazo Mathesis universalis y “III. prospezioni vichiane", In VICO, Giambattista La Scienza Nuova. Las tres ediciones de 1725, 1730, 1745, la cura di Manuella Sanna y Vincenzo Vitiello, Milano, Bompiani, 2012, pp. CXIX-CLXXII. Para Vitielo, Vico en un nueva ciencia también pretende fundar una Mathesis Universalis, sin embargo, desde la Historia.

[X] Complementando: “[…] Tales artículos de fe erróneos, que siempre fueron legados después y finalmente se convirtieron casi en despojo y fondo común de la humanidad, son, por ejemplo, estos: que hay cosas que duran, que hay cosas iguales, que hay cosas, materia, cuerpos, que una cosa es como siempre aparece, que nuestra voluntad es libre, que lo que es bueno para mí es también bueno en y por sí mismo. Sólo muy tarde llegaron los que negaron y cuestionaron tales proposiciones; sólo muy tarde entró la verdad, como la forma más débil de conocimiento. Parecía que no se podía vivir con ella, nuestro organismo estaba hecho para lo contrario a ella; todas las funciones superiores, las percepciones de los sentidos y toda clase de sensación en general cooperaron con esos antiquísimos errores fundamentales incorporados. Más aún: esas proposiciones se convirtieron, incluso dentro del conocimiento, en las normas según las cuales se midió la 'verdad' y la 'falsedad', incluso en las regiones más remotas de la lógica pura. Por lo tanto: la fuerza del conocimiento no está en su grado de verdad, sino en su edad, su incorporación, su carácter de condición de vida. Donde vivir y saber parecían contradecirse, nunca se combatió seriamente; allí la negación y la duda se tomaban como una tontería (NIETZSCHE, la ciencia gay, Libro III, aforismo 110, 1979, p. 200).”

[Xi] Gaetano Filangieri (1752-1788), jurista napolitano, autor de La ciencia de la legislación, publicado entre 1781 y 1788, en Nápoles, en ocho volúmenes.

[Xii] Maquiavelo, nosotros Discorsi sopra la prima déca de Tito Livio, asimismo, registró: “per lo eventos della cosa”, II, 22; e incluso “per il Sucesso della cosa”, III, 45. Príncipe, cap. XVIII, “con el evento della cosa”.

[Xiii] Parte del método, porque para Zanzi el método maquiavélico contiene un sustrato “naturalista-histórico”, combinando el conocimiento de la naturaleza desde la medicina, y la Historia, la maestra de los hombres. Lo cual terminaría fundando paulatinamente un método de carácter filosófico. (ZANZI, 2013).

[Xiv] Por cierto, ver “Una anticipación de Vico en Filón de Alejandria”, In MONDOLFO, R., Momentos de Pensamientos Griego y Cristiano, versión Oberdan Caletti, Buenos Aires, Paidós, 1964, págs. 66-73.

[Xv] El contenido del párrafo se explica y complementa a continuación: VICO, 2005, §138; §144; §321 y §322; §324 y §325.

[Xvi]Ver también, VICO, “[De Homero y sus dos poemas] In Perpetuo Perfection del Capítulo XII, Parte II” (VICO, Libro Segundo, IV, § 1 a § 79, 2009, pp. 548-570). Sin embargo, el extenso análisis del Homero de Vico queda para otra tarea.

[Xvii] "pseudomorfosis. En una roca se encuentran incrustados cristales de un mineral. Se producen aperturas. El agua cae y lava los cristales de tal manera que sólo quedan sus cavidades; después sobrevienen fenómenos volcánicos que rompen la montaña; masas incandescentes se precipitan en él, se solidifican, cristalizando a su vez, pero no en su forma adecuada; tienen que llenar las formas que esas cavidades les ofrecen y, así, resultan formas híbridas, cristales cuya estructura interior difiere de la construcción exterior, especies minerales que toman formas extrañas: los mineralogistas llaman a esto pseudomorfosis (pseudoforma) (TRAGTENBERG, 2009, p 168 )”.

[Xviii]La noción de providencia divina viaja en el tiempo histórico, teológico-filosófico. Mas conDiscours sur l'histoire Universelle. Monseñor el Delfín, del obispo de Meaux, Jacques-Bénigne Bossuet (1623-1704), publicado en 1681, bajo la inspiración directa de civitas dei, por Agustín, la noción cristiana de la divina providencia se vincula al campo político del absolutismo francés, orientando y justificando lo acontecido en la historia, tanto pasada como contemporánea. Por cierto, véase MENEZES, E., “Historia Universal y Providencia en Bossuet” (MENEZES, 2006, pp. 53-76). Véase también BOSSUET, “Sermon on Providence”, traducido por E. Menezes, In Op. ciudad, págs. 29-49. De verdad, Bossuetbautizala noción moderna de la providencia divina. En el “Prefacio”, Grespan registra: “Pero Bossuet dejó su huella en el pensamiento de la Ilustración al afirmar que 'cada pueblo tiene un papel y un destino' en la historia, preparando la idea, luego desarrollada por Voltaire y Herder, del 'pueblo' como unidad elemental de la evolución del espíritu del hombre, como figura básica de la sucesión histórica, cuya posición y articulación dentro de este orden lo constituyen en su conjunto (GRESPAN, Op.Cit., PAG. 10).” Le correspondió a Vico secularizar la noción de la providencia divina.

[Xix] Risério cuestiona el recurso de Vico a la divina Providencia, lo que podría ser un motivo retórico para sustentar el argumento, ya que podría haber seguido el artificio cartesiano de disfrazar las “verdades” descubiertas y anunciadas en sus obras. Véase RISÉRIO, A., “A Via Vico”, Revista USP, norte. 23, 1994, págs. 1-14. (consultado el 20 de enero de 2018, enlace http://www.revistas.usp.br/revusp/article/view/26973/28751).

[Xx] Respecto al “Frontispiece” de la obra de Vico, véase el excelente y minucioso estudio de Daniel Eid Tucci, “Ciencia Nueva: un análisis pictórico”, In TUCCI, DE, Vico, la imaginación de la imaginación: la imaginación del conocimiento, Saarbrücken, New Academic Editions, 2015, pp. 12-71.

[xxi] Con respecto a las edades, véanse también los § 52, § 54 a § 59, § 69, § 79 y § 80.

[xxii] Ver también § 928 a § 931.

[xxiii] Consulta “Sobre personajes poético-heroicos”, In SAMER, R. Los personajes poéticos de Giambattista Vico – filosofía y filología en nueva ciencia, tesis de doctorado en Historia, PUC-RJ, 2016, pp. 123-151,

[xxiv] Por cierto, argumenta Vico: “Porque éste descubrió una ferocidad generosa, de la que los demás podían defenderse, o salvarse, o esquivar; pero la primera, con vil ferocidad, con halagos y abrazos, tiende lazos a la vida y fortuna de sus confidentes y amigos. Por eso, los pueblos de aquella malicia reflexiva, así aturdidos y estúpidos con este último remedio aplicado por la providencia, ya no son sensibles a las provisiones, comodidades, placeres y pompas, sino sólo a las utilidades necesarias para la vida; y, con los pocos hombres que quedan al fin, y la abundancia de lo necesario para la vida, naturalmente se vuelven decorosos; y, por la retornada primera sencillez del primer mundo de los pueblos, serán religiosos, verdaderos y leales; y así volverán entre ellos la piedad, la fe, la verdad, que son los fundamentos naturales de la justicia y son gracias y bellezas del orden eterno de Dios (VICO, 2005, § 1106)”.

[xxv] Sobre la mitología de los gigantes, citado VICO, “Mitología de los Gigantes” (VICO, Libro Segundo, III, § 1 a § 18, 2009, pp. 545-548).

[xxvi] De los Gigantes, Vico no se refiere a los versos 151-162, de Metamorfosis, de Ovidio, inspirado en el teogonía, por Hesíodo. Aquí están:

“Si el alto éter no fuera más seguro que la tierra, / se dice que los Gigantes buscaron el reino etéreo / y se aglomeraron montaña tras montaña hasta las estrellas. / Entonces el padre omnipotente lanzó su rayo, destrozó el Olimpo / y sacudió el Pelio que sostenía a Ossa.* / Mientras los cuerpos feroces yacían bajo el montón que amontonaron, / se dice que la tierra se humedeció, se inundó con la mucha sangre / de sus hijos y a sangre caliente dio la vida. Y, para conservar / un testimonio de su linaje, lo transformó en seres / con rostro humano. Pero esta raza también se volvió violenta, codiciosa por los horrores de la carnicería y despreciaba a los dioses. / Se vio que era la sangre la que le daba origen (OVID, I, 2017, versos 151-162).”

*Ossa es uno de los nombres de Tesalia, así como Olimpo y Pelión.

[xxvii]Un gigante sobrevivió, al menos en la prosa de Guimarães Rosa. “Pedro Orósio: joven, nuca bien formada, cintura gruesa; y marcadamente erguido: no le faltaban ni cinco centímetros para tener el tamaño de un gigante, capaz de hundir un tronco de lentisco en cualquier terreno, de partir en cuatro cruces los huesos de la cabeza de un marruás, de un golpe en el pelo, y levantar un arnés enjaezado. burro del suelo [...], y sin aflojar siquiera el soplo de aire que Dios presta a todos (GUIMARÃES ROSA, 1960, p. 239).”

[xxviii] Agustín de Hipona había escrito: “el mundo está preñado de Dios”.

[xxix] Aquí está el párrafo inicial de estela de finnegan, fragmento 1: “río, más allá de Eva y Adán, desde el servicio de la orilla hasta la curva de la bahía, nos trae por un commodius vicus de recirculación de regreso al castillo de Howth y la bahía de Environs, nos devuelve por un comodius vicus de recirculación de regreso al castillo de Howth Ecercanias) ( JOYCE, 1, 1971, págs. 34-35).” Augusto y Haroldo de Campos informan que: “En el 1er párrafo, el principio masculino y femenino, Adán y Eva (en este caso, también, la Iglesia de 'Adán y Eva', a orillas del río Liffey, en Dublín) y el tema del 'ricorso' de Vico, en un círculo vicioso – un commodius vicus de recurrencia – vicus que significa 'calle', pero al mismo tiempo evoca a Giambattista Vico y al Vico Road de Dublín; commodius aludiendo al emperador Cómodo, de la decadente Roma (diu: lat., hace mucho tiempo)… (CAMPOS In JOYCE, 1971, pág. 81).”

[xxx] Sobre el tercer párrafo del fragmento 1, por estela de finnegan, en el que aparece el grito primigenio, Augusto y Haroldo Campos explican: “La caída de Finnegan, asociada a la de Humpty Dumpty (O Homem-Ovo de Alicia en el espejo) del muro, registrada por una inmensa palabra polilingüe, que reaparecerá en variantes polisilábicas de cien letras, en otros puntos del libro, por más de nueve veces [...]. Es la “voz del trueno”, que simboliza el final de la última fase (la caótica) del ciclo de Vico y el reinicio de la primera (la teocrática). Los 'disjecta membra' del gigante caído están esparcidos por la topografía de Dublín: la cabeza, en la colina de cómo, los pies, en el castillo Llamar, en un cementerio de Phoenix Tayrona, donde se encuentran los restos del Orangemen, invasores de Irlanda (CAMPOS In JOYCE, 1971, pág. 82).”

[xxxi] La Sabiduría poética se subdivide en las siguientes secciones del Libro Segundo, desde Nueva ciencia (1744): “[Primera Sección – De la Metafísica Poética]”, (§ 374 a § 399); “[Sección Segunda - De la Lógica Poética]”, (§ 400 a § 501); “[Sección Tercera – De la Moral Poética]”, (§ 502-519); “[Sección Cuarta - De la Economía Poética]”, (§ 520-581); “Sobre la política poética” (§ 582-678); “Sobre la historia poética” (§ 679-686); “Sobre la física poética” (§ 687-709); “Sobre la cosmografía poética” (§ 710-725); “Sobre la astronomía poética” (§ 726-731); “Sobre la cronología poética” (§ 732-735) y “Sobre la geografía poética” (§ 741-778).

[xxxii] vico leer “Aristóteles y todos los griegos, San Agustín y Santo Tomás, Gassendi y Locke, Descartes y Spinoza, Malebranche y Leibniz, siendo esclavos de nadie y contentos con la elección de cuatro modelos: Platón; Tácito; Bacon, que vio'que las ciencias humanas y divinas necesitan llevar más lejos sus investigaciones y que lo poco ya descubierto por ellas aún necesita ser corregido'; Grocio, esoreunió toda la filosofía en un sistema universal de derecho y basó su teología en la historia de los hechos, sean fabulosos o ciertos, y en la de las tres lenguas: el hebreo, el griego y el latín, las únicas lenguas cultas de nuestra antigüedad que fueron transmitido por la religión cristiana…'. Pero estos genios nunca actuaron sobre él hasta el punto de renunciar a la refundición de los elementos del saber. Vico es dolorosa y magníficamente él mismo (PELIGRO, 1948, pág. 317.

[xxxiii]Hay otra referencia, de carácter personal, que no está presente en el Autobiografía. Esta referencia forma parte de una serie de reflexiones que Vico compiló tras la publicación de la segunda versión del nueva ciencia, la de 1730. Este material fue publicado en la edición de Laterza, a cura de Fausto Nicolini, con el título de  Correzioni, miglioramenti y aggiunti terze. La mención precede a una serie de correcciones a la “Tabula Chronológica” y da la impresión de ser una pausa religiosa vivida por Vico, antes o después del trabajo de revisión de la nueva ciencia, de 1730. Vico registró: “Terminata la vigilia de Santo Agostinho (27 de agosto), mio ​​​​particolare protettore, l'anno 1731 (VICO, Obras, 5:377, la cura de Fausto Nicolini).

[xxxiv] La expresión aparece en el Libro Décimo Octavo, Capítulo XIV, "Los Poetas Teológicos", In SAN AGUSTÍN, La Ciudad de Dios (Contra los Paganos), Parte II, traducción de Oscar Paes Leme, Petrópolis, Vozes, 1990, p. 328.

[xxxv] VELOSO, Caetano, canción “Livros”, álbum Libros, 1997, segunda pista.

[xxxvi] mantenido en ortografía original. – Mensaje a los revisores: por favor mantenga la ortografía de las palabras de Pessoa, tal como están en su texto, ahora reproducido.

[xxxvii] En el original: [EIN DRÖHNEN] “Ein Dröhnen: es ist die Wahrheit selbst unter die Menschen getreten, mitten ins Metapherngestöber”, FONSECA, Celso Fraga, “Poemas de Paul Celan (1920-1950)”, In Literatura en Cuadernos de Traducción en el. 4, pág. 17, (enlace de acceso www.revistas.usp.br/clt/article/download/49340/53421, el 19 de octubre de 2017).

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