por AIRTON PASCHOA*
cuatro piezas cortas
amor romántico
Pasó por Monique y extrajo todas las erres y errores que puedas imaginar. Tenía el cálido frescor de las madrugadas en el campo y hacía pensar en todo lo que iba en contra de la Civilización. Sombra, agua fresca... e hijos, tantos que siempre estaba embarazada y moría prematuramente. Asqueados, íbamos al prostíbulo y hacíamos política revolucionaria. Regidor, alcalde, caudillo y escaldado, hizo erigir un busto en la plaza principal, debidamente revestido de moral y buenas costumbres, en honor de la Primera Dama, patrona de la ciudad. Entonces, champán en mano, hablamos con los ojos rojos y desde arriba, solo nosotros mirando, Monique abrió las piernas sobre nosotros. Con la brusquedad esperada, acosándolo la fanfarria, se rompió la botella en la cabeza.
Apendicitis
Tenía señales que existían lejos de mí, en cualquier agujero negro del cosmos. Un amigo, noticias, y donde hay humo, debe haber gris. Pasamos una buena parte de la vida juntos. Más que juntos, pegados. No se cansaba de decirme que era su vida, colgada de mi brazo, y con tanta convicción o persuasión que naturalmente me hinchaba, hinchaba, hasta que tuve una crisis de apéndice y me vi arrojado de nuevo al hospital. Otra vez porque lo mismo había sucedido hace cinco décadas. Pero había una excusa para mi madre, Dios la había llamado. ¡No ella, el diablo hizo señas! No puedo decir que realmente sufrí, pero no se puede negar un cierto peso alrededor del brazo, una cierta ausencia casi palpable. Por eso opté por el bastón, que me sirve de apoyo y que también uso como percha cuando necesito usar ambas manos. Por conveniencia, le puse el mismo nombre que la mujer disoluta y estoy seguro de que no tengo miedo de otro desafío. Donde lo tiro, se pega, y no suelo dejarlo muy lejos de mí. A veces le paso la mano por la cabeza y, si digo eso, casi me inclino de gratitud, sé que no me creerán. Yo tampoco lo creía hasta que me casé con ella. Fe es la esposa perfecta. Además del cafuné o de rascarme la espalda y, sin decir palabra, los dedos de los pies, ¡ay! con unos deditos tan regordetes! Ya maneja la distancia para agarrarme las pantuflas. Y llegará un día, no lo dudo, un día en que, al encontrarla, el pérfido tocayo no escatimará esfuerzos para hacerle sentir toda la furia de nuestra justa ira. Tan seguro pero tan seguro como un día tras otro, un bastón tras otro...
Kiki
Dos tortolitos, dos picos bebiendo del cielo lo que Dios dio. Y el Creador no regateó, les dio el paraíso terrestre, el éter que inspira, el azul que embriaga, la linfa que consuela al sol, el olor que el capullo trescala, la manzana que desentona con la corona, la filomella que deja pájaros cantores, el candor el de las fieras y caterva, el Edén en cascada, en fin, y sin serpiente de cascabel. Y a través de tales nubes, los dos siempre tan unidos que, decretó el Señor, no nacieron el uno para el otro, nacieron el uno del otro. Y así fue. En qué momento del trabajo se cansaron, o quedaron satisfechos, en tan sublime caso de xifopagia edenista, es motivo de especulación. Lo que no se especula es el nombre completo, Valquíria e Quirino, y el hipocorístico, por extensión, Ki & Ki.
Lo que lograron, lo que legaron, nunca se supo. No cantaron, no pintaron, no bordaron, no escribieron ni clavaron… salvo la infame lápida: “Aquí yace Kiki”. El diablo que el... perdón, que el... amén: ¡O – vete!
Moción por la tolerancia
Señor Presidente, ¿dónde desovar hoy el semen sedicioso del hombre honrado y devoto del ganado público? Asistir a la república de amigos dudosos resulta imprudente. Asistir a asadores humanos viola los más elementales principios del decoro republicano. Bajando a chozas, sospechamos que ni siquiera las autoridades sanitarias lo hacen.
La renovación general, señor Presidente, la renovación de los hombres, de las costumbres, de la Nación, no se logra, por regla general, si no es empujándose, perdóneme, cultivando la buena tradición de la tierra. O sea, la globalización tiene un límite, señor Presidente, ¡y quien nos lo da es la casa de la tolerancia!
En vista de lo anterior, apelamos a Vuestra Excelencia a realizar todos los esfuerzos, presupuestarios y totalitarios, a fin de dotar al cuerpo social, de arriba abajo, de esta hermosa hacienda que alguna vez fue dueña de palos brasil — BURRILLAS DECENTES, lugares públicos apropiados a la libre y soberano (sin perjuicio del suberanus, Excelencia, igual de grato) ejercicio del poder con ph, señor Presidente, práctica que debe estar guiada por el respeto a la más primigenia y venerable institución del copulismo nacional, a saber, la insinuación.. .arte de tocar las campanas, si la licencia poética es lícita, sin abrir de par en par la capilla. Esto es porque el desnudo y la acción misma, Vuestra Excelencia, pueden estar perfectamente bien, la puerta cerrada y la agenda abierta, por cuenta de nuestros valerosos compatriotas.
Hago saber, a quien le interese, que la política pública se mantiene y se mantiene, que actos continuos Fui llamado a Brasilia para asumir la cartera de Relaciones Interiores, con el fin de difundir el programa de distribución de ingresos en el fundão, hasta que alcanzar los ingresos mínimos.
*Airton Paschoa es escritor, autor, entre otros libros, de Ver barcos (Nanquín).