por DIOGO VALENCIA DE AZEVEDO COSTA*
Florestan fue muy consciente de los cambios de rumbo de su pensamiento, ya que sus ideas eran respuestas a los problemas de su tiempo.
Ayer se cumplieron 28 años de la partida de Florestan Fernandes. No es fácil ser justo con tu trabajo. Muchas interpretaciones de su pensamiento sociológico parecen asumir primero lo que dijo o debería haber dicho y luego buscar ejemplos extraídos de sus textos que prueben tales “hipótesis” autosostenidas. Esta es una manera injusta de proceder, que el mismo Florestan Fernandes no recomendó.
Nacido en el siglo XX, el 22 de julio de 1920, y habiendo producido hasta los momentos finales de su muerte el 10 de agosto de 1995, la obra intelectual y política de Florestan Fernandes se despliega en diferentes temáticas, fruto de su labor de investigación sociológica, y asume contornos teóricos y metodológicos diferentes, pero siempre marcados por la coherencia, la consistencia y la síntesis original.
Florestan Fernandes fue muy consciente de los cambios de dirección de su pensamiento, ya que sus ideas eran respuestas a los problemas de su tiempo. Al mismo tiempo, podemos ver en su esfuerzo de autoanálisis sociológico una clara conciencia de continuidad y un hilo conductor en sus reflexiones. Si hubo rupturas en su pensamiento, las continuidades son igualmente decisivas, demostrando que fue un autor que se repensaba todo el tiempo.
En 1986, en una reunión celebrada en el campus de la UNESP en Marília, Barbara Freitag lanza la tesis del corte epistemológico, dividiendo la trayectoria de Florestan Fernandes entre una primera fase académico-reformista y una segunda político-revolucionaria. La línea divisoria entre las dos etapas fue el retiro forzoso de Florestan Fernandes de la Universidad de São Paulo (USP) en 1969. La dictadura militar-empresarial lo castigó por su resistencia democrática, impidiéndole enseñar en cualquier otra universidad brasileña (Freitag, 1987).
La fase académico-reformista se caracterizaría por el uso de los instrumentos conceptuales y metodológicos de la sociología positivista y funcionalista en un horizonte político liberal, basado en la concepción mannheimiana del intelectual y de la reforma a través de la planificación experimental y democrática. La fase político-revolucionaria estaría marcada por el uso de categorías marxistas como modo de producción, formación social e imperialismo para interpretar las condiciones históricas y concretas del capitalismo dependiente. Florestan Fernandes ahora estaba interesado en la revolución socialista.
Esta excesiva simplificación no hace justicia a la tesis del corte epistemológico, que busca relacionar las posiciones epistemológicas de Florestan Fernandes con su práctica política en el ámbito educativo en cada uno de los dos momentos. Sin embargo, la exposición recoge la esencia de sus argumentos. Posteriormente se vulgarizó la tesis del corte epistemológico como una distinción entre una fase académica y otra política. De hecho, expresa dos modos distintos de acción política, uno a través de las reformas y el otro a través del socialismo revolucionario. La política no estuvo ausente en la primera fase.
El mérito de la tesis del corte epistemológico es señalar que hubo cambios significativos en la obra de Florestan Fernandes. Sin embargo, estos cambios no pueden interpretarse como una ruptura epistemológica. La idea de que Florestan Fernandes fue alguna vez positivista también sería errónea. Si comparamos los textos de sociología teórica de Florestan Fernandes de la década de 1950 con los de la década de 1970, nos damos cuenta de que nunca sintió que estaba en desacuerdo con sus soluciones metodológicas anteriores.
un libro como La naturaleza sociológica de la sociología. (Fernandes, 1980) revalúa los límites teóricos de trabajos como Fundamentos empíricos de la explicación sociológica (1959) Ensayos de sociología general y aplicada. (1960) y Elementos de la sociología teórica (1970), enfatizando que los intentos de síntesis metodológica de las corrientes clásicas y modernas de las ciencias sociales allí avanzados no serían posibles en una sociedad antagónica e irremediablemente fracturada como la capitalista. Pero en ningún momento Florestan afirma que este esfuerzo de síntesis sería inútil e innecesario.
Además, en muchas cuestiones teórico-epistemológicas debatidas en la década de 1970, como la relación entre naturaleza, sociedad e historia o las subdivisiones de la Sociología, Florestan Fernandes no se encontró en contradicción con las ideas que defendía cuando estaba inmerso en el trabajo académico en la USP. Florestan Fernandes no asumió dogmáticamente una perspectiva metodológica y así se definió a sí mismo. Hacer uso del estructural-funcionalismo no te convierte en un funcionalista. Al mismo tiempo, ya elaboraba sus ideas sobre las subdivisiones de la sociología y señalaba la importancia de Karl Marx para la construcción de una sociología histórica.
Si queremos evaluar con equidad su producción académica durante este período, debemos cuestionarnos hasta dónde logró avanzar en sus esfuerzos de síntesis y qué límites legó a las nuevas generaciones, que habría que superar en un trabajo colectivo. Asimismo, el hecho de haber profundizado e incorporado a Karl Mannheim no lo convierte en una copia en miniatura del sociólogo húngaro en tierras brasileñas. En un ensayo de 1946 titulado “La política como ciencia en Karl Mannheim”, Florestan Fernandes revela que esta asimilación nunca fue acrítica, cuestionando el supuesto de Karl Mannheim según el cual la situación política e histórica europea proporcionó una base social para la “síntesis de perspectivas”. y la implementación de la planificación democrática.[ 1 ] Una sociedad dividida en clases no permitiría la realización de tal proyecto reformista.
Hay, de hecho, una profunda reorientación en el pensamiento de Florestan Fernandes entre fines de la década de 1950 y la de 70, pero no como un corte epistemológico. Esta reorientación radical se produce en medio de una reelaboración más consistente de viejas concepciones teórico-metodológicas en sociología. Su visión de Brasil y América Latina se vuelve más históricamente concreta, aprehendiendo las especificidades del capitalismo dependiente y la autocracia burguesa en la periferia del sistema mundial. Pero esta rica caracterización sociológica sólo fue posible gracias a un original esfuerzo de síntesis que Florestan Fernandes ya practicaba desde hacía más de 25 años en sus investigaciones.
El enfrentamiento con las fuerzas conservadoras y reaccionarias en la Campaña en Defensa de la Escuela Pública (1959-1962), el desvelamiento de las formas racistas que subyacen al subdesarrollo dependiente y los enfrentamientos contra la “reforma universitaria” que pretendía la dictadura cívico-militar (1967- 1968) fueron algunos de los hechos históricos decisivos que hicieron que Florestan Fernandes abandonara la idea de que la Revolución Burguesa aún contenía un potencial progresista. Las transformaciones “dentro del orden” ahora son vistas como un proceso político permanente de profundización de la “revolución contra el orden”. Los tiempos históricos de las revoluciones democrática y socialista se iluminan mutuamente.
Florestan Fernandes no desprecia la “revolución dentro del orden”, pero la vincula al proyecto socialista de transformaciones cada vez más radicales y profundas, adelantadas desde “los de abajo”. Por cierto, sus reflexiones sobre el movimiento socialista y el partido político revolucionario a fines de la década de 1970 tienen en cuenta la necesidad de incorporar a las masas desposeídas ya las clases trabajadoras a un horizonte revolucionario, a un acto histórico que se lanza hacia el futuro. Es en este momento que se revela plenamente el Florestan humanista, pero no el de un humanismo abstracto con enfoque liberal, centrado en el individuo egoísta, atomizado y alienado en las relaciones cosificadoras capitalistas.
Hay una afinidad entre Florestan Fernandes y los marxismos críticos de Europa del Este, activos en el período de la Unión Soviética, en esta defensa de un socialismo humanista. El retorno al “joven Marx”, al Marx de Los manuscritos parisinos de 1844, tuvo el sentido político e ideológico de resistir a las estructuras burocráticas y autoritarias legadas por el estalinismo como fenómeno histórico y cultural integral. En el caso brasileño, la brutalización de los seres humanos por parte de las relaciones capitalistas, colonialistas, racistas y patriarcales hizo urgente recuperar el legado humanista de las tradiciones revolucionarias marxistas. Florestan discrepó con la tesis de la ruptura epistemológica entre el joven y el viejo Marx, señalando la necesidad de recuperar la perspectiva humanista de la crítica de la alienación en los caminos de la lucha socialista.
Ninguna forma de explotación, dominación y opresión pasaría ilesa el escrutinio crítico del socialismo humanista. As formas especificamente capitalistas baseadas na extração de mais-valia relativa, associadas à mais-valia absoluta e à recomposição permanente de processos espoliativos de acumulação primitiva entre centros e periferias, de exploração de classe se combinam a relações colonialistas, sexistas e racistas na divisão social del trabajo. El Estado burgués que emerge de tal panorama histórico cultiva la democracia restringida de los más iguales como forma de vida, cooptando a las capas medias como medio para evitar transformaciones radicales de abajo hacia arriba.
En la entrevista con Paulo de Tarso Venceslau, publicada el 20/01/1991, Florestan Fernandes defiende la tradición humanista en el pensamiento marxista. Este humanismo se entendía como un desarrollo multilateral de la personalidad y de las potencialidades humanas en una perspectiva comunitaria y de autogestión de los trabajadores libremente asociados.
Se trata de superar el humanismo individualista, burgués, y todos los humanismos anteriores: “Soy socialista, por lo tanto, creo que vamos a construir una sociedad socialista, que tendrá que empezar por una democracia de mayorías, llegar a la igualdad con libertad y desarrollar todos los elementos fundamentales de la personalidad humana. Es un socialismo que defiende un humanismo, una síntesis, una superación de todas las otras formas anteriores de humanismo. (Fernandes, 1991).
Rescatar el socialismo humanista en Florestan Fernandes nos ayuda a reinterpretar aspectos de su trayectoria intelectual. Las investigaciones previas sobre los pueblos originarios, la discriminación racial en la sociedad de clases, la educación y los dilemas históricos de la periferia y el capitalismo dependiente conducen a una militancia socialista que se posiciona contra todas y cada una de las formas de opresión, contra el racismo, el colonialismo y la dominación masculina, contra la degradación del entorno socioambiental y, finalmente, contra todo lo que nos degrada en la civilización de la barbarie capitalista.
La perspectiva de la emancipación humana alimenta los análisis sociológicos de Florestan Fernandes y orienta prospectivamente la investigación del presente y del pasado en la transformación del futuro. Este es el sentido del acercamiento entre socialismo y sociología que Florestan cultiva, a partir de la década de 1970, en su práctica revolucionario.
Finalmente, podemos preguntarnos cómo el socialista humanista Florestan Fernandes, o en la feliz expresión de Heloísa Fernandes (2008), el sociólogo-socialista que se funde en una sola persona, empieza a resignificar el conjunto de toda su producción teórica anterior. Si el criterio para juzgar a un individuo es su práctica efectiva y no lo que dice de sí mismo, Florestan Fernandes se posicionó a la altura de sus quehaceres históricos y, como pocos, supo superar la distancia entre la palabra y la acción. La autenticidad es la mayor característica de su pensamiento y forma de ser.
*Diogo Valença de Azevedo Costa Profesor de Sociología de la Universidad Federal de Recôncavo da Bahia (UFRB).
Referencias
FERNÁNDES, F. Fundamentos empíricos de la investigación sociológica. São Paulo: Compañía Editora Nacional, 1959.
______. Ensayos de sociología general y aplicada.. São Paulo: Pionero, 1960 (https://amzn.to/3YFx8Qq).
______. Elementos de la sociología teórica. São Paulo: Compañía Editora Nacional, 1970 (https://amzn.to/44hwNVv).
______. La naturaleza sociológica de la sociología.. São Paulo: Ática, 1980 (https://amzn.to/3YwqPi4).
______. Florestán Fernández, Teoría y Debate, No. 13 de enero de 1991. Disponible en: https://teoriaedebate.org.br/1991/01/20/florestan-fernandes/.
Fernández, Eloísa. Florestan Fernandes, sociólogo socialista. In: Fernández, Florestán. dominación y desigualdad: El dilema social latinoamericano (Antología). Bogotá: Siglo del Hombre, CLACSO, 2008. p. 9-35 (https://amzn.to/3KFl7on).
FREITAG, B. Democratización, universidad, revolución. In: d'Incao, MA (org.). el saber militante: ensayos sobre Florestan Fernandes. Río de Janeiro/ São Paulo: Paz e Terra/ Unesp, 1987. p. 163-180 (https://amzn.to/47yhACq).
Nota
[1] El ensayo puede consultarse en Fernandes (1970)
la tierra es redonda existe gracias a nuestros lectores y seguidores.
Ayúdanos a mantener esta idea en marcha.
CONTRIBUIR