por LUCAS TRINITY*
Comentario al libro de Diogo Valença de Azevedo Costa y Eliane Veras Soares
1.
La obra aquí reseñada, que forma parte de la serie “Teoría social latinoamericana clásica y contemporánea”, editado por Adrian Scribano, toma en serio las proposiciones formuladas en los años 1950 y 1960 por autores como el propio Florestan Fernandes y Luiz de Aguiar Costa Pinto sobre la importancia decisiva de la teoría social (re)elaborada en las (semi)periferias del sistema mundial capitalista para la producción sociocientífica internacional.
Sigue también la agenda trazada por una miríada de autores – como Brandão (2010), Maia (2011), Lynch (2013), Tavolaro (2014), Botelho (2019), Ribeiro, Dutra y Martins (2022), Rios y Klein (2022), Oliveira y Alves (2023) – de no sólo cuestionar la división entre teoría social (en el Norte) y pensamiento social (en el Sur), sino de destacar que la Teoría Social se hace aquí también, con mayúsculas deliberadas, ofreciendo instrumentos para la comprensión global del mundo moderno y contemporáneo que no se limiten a la comprensión de una singularidad formativa regional o nacional como, respectivamente, América Latina o Brasil.
Como se sugirió en el evento de lanzamiento[i] De la coautora del libro, Eliane Veras Soares, la publicación contribuye a dos movimientos importantes: (a) ofrecer a los lectores de habla inglesa un enfoque sintético y fundamentado que, sobre todo, resalta la contribución de Florestan Fernandes a la teoría social tomada globalmente; (b) debido al reconocimiento que la lengua inglesa tiene en la dinámica académica internacional, el libro llama la atención de la comunidad científica brasileña sobre la relevancia supranacional de la obra de Florestan Fernandes y su vigencia.
Con el fin de resaltar el alcance de la teoría social de Florestan Fernandes – su trabajo de síntesis teórica y su inventiva en apropiarse y dialogar con diferentes vertientes de las ciencias sociales de los siglos XIX y XX – el trabajo se sitúa en la estela de importantes trabajos en torno a las contribuciones de Fernandes, como los de Octavio Ianni, Gabriel Cohn, Miriam Limoeiro Cardoso, Elide Rugai Bastos, Antonio Brasil Jr., entre otros.
La larga trayectoria de investigación de los autores en torno a la obra de Fernandes permite un trabajo riguroso que combina la reconstrucción de la trayectoria biográfica e intelectual del sociólogo de la USP, especialmente a partir de una interpretación de sus narrativas autobiográficas, y la presentación simultáneamente profunda y clara de sus contribuciones centrales a una teoría social crítica.
En el libro se aborda diacrónicamente, en sus continuidades y discontinuidades, la obra de Florestan Fernandes publicada entre las décadas de 1940 y 1990, un trabajo que se nutre de la estrecha relación de los autores con el archivo personal y la biblioteca del sociólogo, albergados en la UFSCar.
El libro se estructura en tres partes, además de la introducción, la conclusión y el índice. La primera parte (“Desde el Lumpén ambiente social de la Universidad de São Paulo”), fuertemente inspirada en la sociología del conocimiento de Karl Mannheim, propone la noción de “estilo de pensamiento lumpen"que funciona, en la economía del texto, en un doble sentido: (i) resalta las complejas mediaciones que vinculan el pensamiento del autor con su existencia en un tiempo-espacio particular; (ii) singulariza, en contraste con otras teorías sociales, una "manera" única de pensar y, por tanto, de concebir y organizar la experiencia social e individual.
La tesis del “estilo de pensamiento” lumpen” recorre no solo la primera parte y la interpretación de la trayectoria intelectual de Florestan, sino todo el libro. Así, la segunda parte (“La construcción de la sociología crítica de Florestan Fernandes: De los “dilemas sociales” brasileños a la categoría de “capitalismo dependiente” en América Latina”) aborda su obra en su conjunto y reconstruye sus conceptos centrales, teniendo siempre presente su saturación por ese estilo, que lleva, a partir de los años 1970, a proponer un marxismo latinoamericano original y una “sociología crítica y militante”.
La tercera parte (“Brasil y América Latina en una perspectiva socialista: dilema racial, capitalismo dependiente y autocracia burguesa”) analiza el período desde su exilio en Canadá (1969-1972) hasta sus mandatos como parlamentario de 1987 a 1995 y reconstruye la interdependencia entre las reflexiones de Florestan Florestan sobre el dilema racial brasileño, el capitalismo dependiente y la autocracia burguesa, así como entre la práctica teórica del autor y su práctica política.
Al caracterizar el “estilo de pensamiento” lumpen” de Florestan Fernandes, los autores, a partir de testimonios y semblanzas autobiográficas, destacan cómo el origen social del sociólogo[ii] Posteriormente, permitieron una comprensión no solo interpretativa, sino también empática o endopática de las dificultades que experimentan los individuos y los grupos subalternizados en la sociedad brasileña. También destacan el carácter activo de un florestano en formación que, al experimentar el contraste entre «dos mundos»,[iii], permanecerá fiel a su procedencia social”(P. 14).
Lealtad lumpen que incluso permitió una reelaboración crítica y creativa de la “patrón típicamente europeo de análisis de clases” (p. 14), considerando siempre, en sus elaboraciones, segmentos poblacionales excluidos, explotados y no integrados, ininteligibles desde una noción restringida y eurocéntrica de la clase trabajadora.
Su “socialización política indirecta” lumpen, o “socialización plebeya” (expresión utilizada por el propio Florestan y resaltada por los autores), sería la base de una formación ética, en el sentido de incorporar conceptos de solidaridad y compromiso colectivo forjados en la experiencia de camaradería con aquellos con quienes pudo contar a lo largo de su difícil trayectoria, valores antitéticos al ultraindividualismo antisocial del “orden social competitivo”.
Valle carácter distintivo plebeyo condicionaría, siempre a través de la carne de lo vivido, la percepción de los impasses insolubles del capitalismo, en general, y del capitalismo dependiente, en particular, para la consolidación de estándares civilizatorios aceptables de igualdad (material y simbólica) y de participación política de las mayorías.
La tesis del estilo de pensamiento lumpenPensar la teoría social de Florestan Fernandes permite hablar de una perspectiva de conocimiento capaz de arrojar luz no sólo sobre las contradicciones del mundo del trabajo típicamente capitalista, como lo hace el punto de vista que fundamenta la crítica de la economía política en el contexto de la revolución industrial europea.
Un estilo de pensamiento lumpen, cuando surge como una perspectiva fecunda para la producción de conocimiento teórico-científico, permite ver (explicar y comprender) el mundo del no trabajo, en el sentido de los sectores no incluidos en los patrones típicos de la llamada fuerza de trabajo asalariada libre, veta central de sus principales obras, como La integración de los negros en la sociedad de clases e La revolución burguesa en Brasil.
2.
Dentro de los límites de una revisión, es importante destacar la originalidad de los autores al establecer las mediaciones entre este estilo de pensamiento. lumpen y la formación interdependiente de los conceptos centrales del dilema racial brasileño, el capitalismo dependiente y la autocracia burguesa, aspecto particular del libro desarrollado en la segunda parte, en la que se busca destacar: (a) por un lado, la red que vincula esos conceptos, formulados en las décadas de 1960 y 1970, con los trabajos de las décadas anteriores (1940 y 1950); (b) por otro lado, las redes de la teoría social de Florestan con otros autores latinoamericanos, marxistas o no, y con las apropiaciones y críticas de las teorías de la modernización y del desarrollo.
Respecto a este último aspecto, que abre toda una agenda de investigación para los interesados en la obra de Florestan Fernandes y cómo el autor “se convirtió en parte de un movimiento más general hacia la latinoamericanización de las ciencias sociales” (p. 78), el diálogo más o menos explícito con el trabajo de instituciones como CEPAL, FLACSO, CLAPCS y autores como Costa Pinto, Celso Furtado, Fals Borda, Torres Restrepo, Guerreiro Ramos, Stavenhagen, Pablo Casanova, Eliseo Verón, Theotonio dos Santos, Aldo Solari, Sergio Bagú, Prado Jr., Orlando Albornoz, Gino Germani, Mendieta y Nuñez, Isaac Ganón, Louis Se destaca Swenson, Manuel Diégues Jr., Medina Echavarría, FH Cardoso, Octavio Ianni, José Nun, Roger Vekemans, Domingo Rivarola, Jorge Graciarena, Gérard Pierre-Charles, Julio Le Riverend, Roberto Retamar, Armando Dávolos, entre otros.
Los autores, siguiendo las redes intelectuales de Florestan Fernandes en América Latina, sugieren una periodización de esta relación político-intelectual: (1) desde principios de la década de 1960 hasta su jubilación obligatoria, el período de investigación en el CESIT y el diálogo sobre las posibilidades de superación del subdesarrollo y la dependencia en América Latina; (2) desde el período en la Universidad de Toronto (1969-1972) hasta finales de la década de 1970, cuando leyó "América Latina"a través del prisma del pensamiento crítico anticolonial, antiimperialista y marxista” (p. 122); (3) el período de participación en la Asociación Cultural José Martí de São Paulo y en el movimiento de Solidaridad con Cuba hasta mediados de la década de 1980.
Respecto al primer aspecto, que saca a la luz con rigor el hilo rojo que conecta las obras producidas entre los años 1940 y 1970, señalo, de entrada, la rica sugerencia de los autores de que desde sus primeros escritos sobre el folclore, Florestan ya había expresado un esfuerzo por reevaluar una cognición dualista al pensar las relaciones cambiantes entre lo tradicional y lo moderno: “Una de sus conclusiones es que el folclore en el entorno social urbano sigue desempeñando un papel constructivo en el ajuste de los grupos familiares y de los individuos dentro de una sociedad altamente competitiva.”(P. 61).[iv]
A partir de sus estudios sobre las relaciones raciales en Brasil, Florestan concluye, de manera similar, que “El mero desarrollo de una sociedad de clases no eliminaría los prejuicios raciales ni la discriminación racial.” (p. 75). En la década de 1970, siempre atento a la “límites a la realización de una democracia auténtica, impuestos por la discriminación racial brasileña” (p. 77), Florestan escribe sobre los procesos de “modernización de lo arcaico” y “arcaicización de lo moderno” (Fernandes, 2009, p. 48) que caracterizan al capitalismo dependiente.
Este concepto, “basado en una interacción dialéctica entre imperialismo, dependencia y subdesarrollo” (p. 88), representa la culminación de una crítica de la razón dualista (Oliveira, 2003) en la obra de Florestan Fernandes, “deconstruyendo las fronteras entre los sistemas sociales en forma de pares conceptuales opuestos: avanzado y atrasado, moderno y arcaico, central y periférico, autónomo y dependiente, desarrollado y subdesarrollado”(P. 88).
Esta crítica, que se realiza a través de una síntesis creativa de las teorías sociales clásicas y contemporáneas de Florestan Fernandes y ofrece aportes teóricos originales “al estudio sociológico del capitalismo y del sistema capitalista mundial” (p. 86), está directamente relacionada, argumentan los autores, con “su posición de marginalidad como sociólogo políticamente activo en una sociedad periférica, subdesarrollada y dependiente de origen colonial”(P. 85).
Destacar esto también significa traerlo al presente, como un desafío”para los científicos sociales ubicados en las múltiples periferias del sistema mundial” (p. 90), la forma de trabajar de Florestan, que desde sus sistematizaciones teóricas de los años 1950 buscó ubicar “La reflexión epistemológica en los contextos concretos” (p. 90) de su producción intelectual.
3.
Respecto de los estudios teóricos y metodológicos de Florestan en la década de 1950, mucho antes del famoso “nuevo movimiento teórico” (Alexander, 1987) de los años 1970 y 1980, los autores destacan cómo Florestan buscó sintetizar los aportes de los clásicos de la sociología (Marx, Weber y Durkheim) no desde una postura ecléctica.
En cambio, su trabajo de síntesis se realiza a través de la cuidadosa proposición de posibles complementariedades teóricas a partir de la clara puesta en evidencia de las diferencias entre contextos, tradiciones, autores y, sobre todo, las distintas formas de construcción de tipos (tipo ideal, tipo medio y tipo extremo) proporcionados, respectivamente, por el método comprensivo (Weber), por el método genético-comparativo u objetivo (Durkheim) y por el método dialéctico (Marx), destacando cómo cada uno de estos alberga una concepción peculiar del tiempo histórico y sus propios márgenes de abstracción/concreción para el sujeto de conocimiento.
Si en los ensayos escritos en la década de 1950, especialmente los recopilados en Fundamentos empíricos de la explicación sociológica, la síntesis teórica se produce en un alto nivel de abstracción, a partir del ensayo de 1959 (en el texto “Actitudes y motivaciones desfavorables al desarrollo”), según la datación precisa de los autores, el trabajo se realiza con el objetivo de arrojar luz sobre un problema específico: “Los problemas de investigación de las naciones del Tercer Mundo comprometidas con la superación del subdesarrollo”(P. 95).
Una forma de síntesis teórica que opera también en textos básicos para la formulación del concepto de capitalismo dependiente, como Sociedad de clases y subdesarrollo (1967) y la intervención en Seminario sobre los problemas de la conceptualización de las clases sociales en América Latina (1971). Existe, por lo tanto, una relación intrincada y mutuamente enriquecedora entre la síntesis teórica de Florestan y la sociología de la dependencia, relación que debe profundizarse para considerar la validez de su obra.
El concepto de capitalismo dependiente no solo caracteriza una forma original y productiva, tanto teórica como políticamente, de pensar la integración de algunos países latinoamericanos, siendo Brasil un caso extremo (p. 121), al sistema mundial en términos amplios (económicos, sociales, políticos y culturales). También representa una nueva forma de pensar los modos de articulación de esas esferas o instancias dentro de las formaciones sociales (véase Silva, 2022a).
El surgimiento de esta nueva forma de pensar es evidente en el paso, destacado por los autores, de la noción de retraso cultural (concepto propuesto por William Ogburn y comúnmente utilizado en la teoría de la modernización) a la noción de dilema. La primera aún se vincula a un imaginario de los procesos de modernización basado en etapas, progresivo y unilineal; la segunda apunta decisivamente a…a las imposibilidades estructurales de transformar el orden social hacia la realización de sus costumbres o valores ideales consagrados”(P. 120).
Así, en este último caso, la compatibilidad entre lo arcaico y lo moderno en la articulación entre y dentro de las esferas sociales no se percibe como un conflicto entre el pasado y el presente, como remanentes de la tradición, sino como un modo de articulación estructural capaz de (re)producción y transformación mediante la agencia colectiva, guiado por valores. Aquí, la modernidad y los procesos de modernización pueden concebirse en sus contradicciones y ambivalencias fundamentales —a nivel de las múltiples formas de articulación estructural y la perpetuación de formas de opresión, dominación y explotación— y como un conjunto de valores utópicos capaces de desencadenar y sostener movimientos de transformación reformistas o revolucionarios, dentro o en contra del orden. En Florestan, la modernidad no está terminada ni es un proyecto inacabado; es a la vez lo que es y lo que promete.
Al rechazar la tesis de una ruptura epistemológica que dividiría a Florestan en una fase “académico-reformista” y una fase “político-revolucionaria”, y al buscar presentar al político presente en el científico y al científico presente en el político en una trayectoria marcada por continuidades y discontinuidades, los autores caracterizan al Florestan de la década de 1970 “como marxista brasileño y latinoamericano” (p. 132). Una caracterización que, paradójicamente, adquirió contornos fundamentales en su exilio”en una universidad de uno de los países capitalistas y hegemónicos centrales del Norte Global” (pág. 136), Universidad de Toronto[V].
4.
Me interesa destacar, al abordar los capítulos finales del texto (que se centran en las actividades políticas e intelectuales de Florestan en los años 1970, 1980 y 1990), los aportes que la obra hace a la comprensión del concepto de autocracia burguesa.
Este concepto guarda una estrecha relación con la radicalización teórico-política del autor en la década de 1970, cuando el socialista marxista y el sociólogo se compenetraron sin ambivalencia alguna en la búsqueda de «interpretación, negación y alteración» (p. 144) de los dilemas brasileños y latinoamericanos. Los autores destacan elementos decisivos para comprender dicho concepto.
En primer lugar, se trata de un desarrollo conceptual directamente vinculado a sus tesis previas y simultáneas “Sobre el capitalismo dependiente y las contrarrevoluciones burguesas en las periferias del sistema capitalista mundial” (p. 147). En segundo lugar, como explica en su Apuntes sobre la “teoría del autoritarismo” (curso impartido en la PUC-SP en 1977 y publicado en 1979), el concepto se despliega en claro contraste con las raíces liberales en la noción de autoritarismo, que, para Florestan, “naturaliza la violencia institucionalizada inherente al Estado burgués sin cuestionar sus raíces históricas y estructurales en la sociedad civil”(P. 147).
En tercer lugar, no puede pensarse independientemente de la reconfiguración de las funciones del Estado en la consolidación del capitalismo monopolista, del desarrollo desigual y combinado de un nuevo tipo engendrado por él y de las tensiones con el campo socialista, que a la vez reforzaron el carácter represivo del Estado burgués y crearon profundos y nuevos desafíos para el pensamiento.la 'transición al socialismo''” (pág. 148).
En cuarto lugar, el concepto de autocracia burguesa, aunque fuertemente vinculado a una reflexión sistemática sobre la implementación y consolidación de la dictadura corporativo-militar brasileña a partir de 1964 (ver especialmente pp. 171-172), no se limita a ese período, y es fundamental para comprender tanto la República antes del golpe como, a partir de 1985, “el paso de una autocracia burguesa abierta a una democracia restringida” (p. 150), como se evidencia en las intervenciones de Florestan desde mediados de la década de 1980 en adelante y su tesis “que la dictadura se prolongó por otros medios y se institucionalizó” (p. 150). Tesis que ofrece elementos importantes para pensar la fuerza de la extrema derecha y los grupos fascistas en el Brasil contemporáneo.
En quinto lugar, los autores destacan cómo Florestan señala claramente la posibilidad de generalizar los atributos del capitalismo dependiente y, por tanto, de la autocracia burguesa a nivel global (p. 151), sin tomarlo como una desviación o singularidad periférica del Estado burgués clásico (véase Silva, 2022b).
En sexto y último lugar, la reflexión sobre la autocracia burguesa no puede disociarse del estudio sistemático que Florestan realiza, desde los años 1950, sobre “|Las formas históricas de combinación entre la explotación capitalista, la división racial del trabajo y el racismo" (p. 154). Como se refuerza varias veces a lo largo del texto, si Florestan toma "La historia del negro como la verdadera historia del surgimiento del pueblo en la sociedad brasileña”, lo que nos permite afirmar que “El estudio de las relaciones raciales fue su puerta de entrada para comprender los dilemas del capitalismo dependiente.”(P. 154).
En lugar de identificarse con regímenes gubernamentales específicos, el concepto de autocracia burguesa arroja luz, al considerar el capitalismo dependiente, sobre las formas de poder y dominación (institucionales y extrainstitucionales) capaces de reproducir una sociedad capitalista moderna estructuralmente cerrada a las clases trabajadoras y a los amplios segmentos subalternos en términos económicos, políticos y socioculturales. En una formulación precisa, basada íntegramente en las palabras de Florestan, los autores escriben:La autocracia burguesa constituye el punto de partida histórico para la consolidación de formas distorsionadas de democracia en el capitalismo periférico y dependiente.”(P. 172).
Cuando se moviliza el aparato analítico presentado para pensar el tiempo presente, los autores sugieren no sólo la relevancia actual del concepto de autocracia burguesa, sino su vigencia más allá de las formaciones sociales subdesarrolladas y dependientes: “Al destacar la dominación de clase específica de la periferia del sistema en la era del imperialismo y del capitalismo monopolista, la categoría de "autocracia burguesa" captura precisamente una característica estructural de las sociedades capitalistas a escala internacional y que hoy quizás tiende a generalizarse. La dominación de clase se ejerce autocráticamente frente a la hegemonía de fracciones parasitarias del capital financiero en los centros y periferias del sistema mundial capitalista.”(P. 174).
La interdependencia entre capitalismo dependiente, autocracia burguesa y dilema racial en la teoría social de Florestan Fernandes nos permite volver a uno de los temas rectores de todo el libro: el estilo. lumpen del pensamiento del autor. Después de todo, una de las tesis fundamentales del clásico La integración de los negros en la sociedad de clases Se trata precisamente de la incapacidad del llamado orden social competitivo, en un país con un pasado esclavista y colonial como Brasil, para integrar a los hombres y mujeres negros a los atributos típicos de la sociedad de clases y del trabajo asalariado moderno.
Esto implica reconocer que los hombres y mujeres negros formaron y forman la mayor parte de la lumpen Lélia Gonzalez (2020), basándose en José Nun, prefiere la noción de masa marginal, de la cual provenían y lucharon doña María y su hijo, Florestán. Con la formulación del concepto de capitalismo dependiente y autocracia burguesa, se produce un refinamiento teórico de los mecanismos que hacen de la superexplotación, la exclusión y la no integración (en términos de ingresos, prestigio y poder) elementos normales e incluso necesarios de la dinámica de una formación social.
Por lo tanto, desde el punto de vista de una sociología del conocimiento, existe un triángulo de posiciones espacio-temporales que condicionaría los aportes de Florestan a la teoría social: la periferia dependiente en el sistema mundial (lugar privilegiado para analizar las ambivalencias de la modernización y el entrelazamiento entre lo arcaico y lo moderno); continuum La frustración temporal de los populismos desarrollistas y las múltiples modernizaciones autocráticas en América Latina; su condición social lumpen.
El estilo de pensar lumpen ofrece elementos no sólo para pensar los aportes teóricos de Florestan, sino también sus posiciones dentro de la práctica política, especialmente a partir de la década de 1970, cuando una concepción del socialismo democrático, antagónica a todos los atributos de las formas explícitas o sutiles de dominación autocrática, emerge de un análisis profundo de la experiencia cubana –en De la guerra de guerrillas al socialismo: la Revolución Cubana, de 1979 (véase págs. 175-179) – y sus intervenciones político-intelectuales en los años 1980 y 1990.
En estos escritos, los autores destacan: “Surgen sus primeros intentos de caracterizar la «revolución brasileña» como una unión entre las clases trabajadoras y las masas desposeídas. Florestan Fernandes no desestimó el papel de los estratos sociales lumpen en las transformaciones democráticas.” (p. 150). Caracterización que guía su militancia en el Partido de los Trabajadores y su concepción de un partido revolucionario, “Capaz de aglutinar las distintas banderas de la ecología, de las mujeres, de los pueblos indígenas, de los negros, de los trabajadores y de las luchas sociales juveniles con la participación de los diversos grupos disidentes marginados por el capitalismo periférico.”(P. 153).
Para los autores, uno de los mayores ejemplos de la fuerza práctica de las ideas de Florestan es su influencia en el MST, cuya principal escuela de formación, la Escola Nacional Florestan Fernandes (fundada en 2005), lleva su nombre: “|Un símbolo del regreso de Florestan Fernandes a sus orígenes lumpen y campesinos.”(P. 184).
5.
Concluyo con dos observaciones finales. Por un lado, el libro reseñado invita a una reflexión sistemática y colectiva sobre cómo la obra de Florestan Fernandes reflexiona y da respuesta a preguntas consideradas centrales por una definición ya canónica (y eurocéntrica) de la teoría social, a saber: “¿Qué es la acción?”; “¿Qué es el orden social?”; y “¿Qué determina el cambio social?” (Joas y Knöbl, 2017, p. 33); así como el desarrollo de estas respuestas en los diagnósticos de la época.
La respuesta a estas preguntas y los diagnósticos de época presentes en la obra de Fernandes están indisolublemente ligados –y esta conexión sólo se intensifica a lo largo de su trayectoria político-intelectual– a un compromiso de transformar radicalmente las formas de vida social, por tanto, como una “teoría social crítica” (Collins, 2022).
Por otra parte, el trabajo nos lleva a pensar en las limitaciones de las definiciones consagradas y eurocéntricas de la teoría social y a tantear una definición de la misma a partir de los esfuerzos de autores que, como Florestan, pensaron sistemáticamente los dilemas latinoamericanos desde una perspectiva totalizadora, tomando en serio las implicaciones que el estudio de las relaciones raciales, los problemas del subdesarrollo, la dependencia y la dominación autocrática tendrían en la definición de una teoría social que no sólo refleje, sino que deliberadamente anhele ser un instrumento de reflexividad y de lucha junto a los condenados por un sistema global.
*Lucas Trindade es docente del Instituto Humanitas de la Universidad Federal de Rio Grande do Norte (UFRN).
Publicado originalmente en la revista Sociologías, v. 27, núm. 64, pág. e138453, 2025. DOI: https://doi.org/10.1590/1807-0337/e138453
referencia

Diogo Valença de Azevedo Costa y Eliane Veras Soares. La sociología crítica de Florestan Fernandes: una teoría social de Brasil y América Latina. Oxon y Nueva York, Routledge, 2024, 194 págs.https://amzn.to/4kdPKjG]
Bibliografía
ALEXANDER, Jeffrey. El nuevo movimiento teórico. Revista Brasileña de Ciencias Sociales, v.2, n. 4, São Paulo, 1987.
BOTELHO, André. El retorno de la sociedad: política e interpretaciones de Brasil. Petrópolis, RJ: Editorial Vozes, 2019.
BRANDÃO, Gildo Marçal. Linajes del pensamiento político brasileño. 2da ed. Nueva York: Oxford University Press, 2010.
COLLINS, Patricia Hill. Mucho más que ideas: la interseccionalidad como teoría social crítica. São Paulo: Boitempo, 2022.
FERNANDES, Florestán. Capitalismo dependiente y clases sociales en América Latina. 4ª ed. Nueva York: Routledge, 2009.
GONZÁLEZ, Lelia. Por un feminismo afrolatinoamericano: ensayos, intervenciones y diálogos. Organización: Flavia Ríos. Río de Janeiro: Zahar: 2020.
JOAS, Hans; KNOBL, Wolfgang. Teoría social: veinte lecciones introductorias. Petrópolis, RJ: Voces, 2017.
LYNCH, Christian. ¿Por qué pensamiento y no teoría? La imaginación político-social brasileña y el fantasma de la condición periférica (1880-1970). Datos, v. 56, núm. 4, pág. 727-767, 2013. DOI: http://doi.org/10.1590/S0011-52582013000400001.
MAIA, João Marcelo. Al sur de la teoría: la relevancia teórica del pensamiento social brasileño. Sociedad y Estado, v 26, n.2, p.71-94, 2011. DOI: http://doi.org/10.1590/S0102-69922011000200005.
OLIVEIRA, Francisco de. Crítica de la razón dualista/El ornitorrinco. Sao Paulo, Boitempo, 2003.
OLIVEIRA, Lucas Amaral de; ALVES, Ana Rodrigues Cavalcanti. Releyendo la teoría sociológica brasileña a la luz de la crítica poscolonial. Sociedad y Estado, v. 38, núm. 01, pág. 211–242, 2023.
RIBEIRO, Marcos Abrão; DUTRA, Roberto; MARTINS, Maro Lara. Más allá del atraso y la singularidad: el estado actual del pensamiento social y político brasileño. Tercer Milenio, v. 18, n. 1, pág. 7-28, 2022.
RÍOS, Flavia; KLEIN, Stefan. Lélia González, teórica social. Sociedad y Estado, v. 37, núm. 03, pág. 809–833, 2022. DOI: http://doi.org/10.1590/s0102-6992-202237030003.
SILVA, Lucas Trindade da. Diferenciación sistémica e integración en Florestan Fernandes. Sociología y Antropología, v. 12, no. 2, e200108, p. 1-28, 2022a. DOI: http://doi.org/10.1590/2238-38752022v1226.
SILVA, Lucas Trindade da. Un florestán más allá de la “tesis de la singularidad brasileña”. Tercer Milenio, v. 18, n.1, pág. 81-111, 2022b.
TAVOLARO, Sérgio BF La tesis de la singularidad brasileña revisitada: desafíos teóricos contemporáneos. Datos, v. 57, núm. 3, p.633-673, 2014. DOI: https://doi.org/10.1590/00115258201420.
YOUTUBE. Presentación del libro: La sociología crítica de Florestan Fernandes30 de noviembre de 2023. Disponible en: https://www.youtube.com/live/sWyvgslXyvA?si=_Q6wnkXqH9BEu4bA.
Notas
[i] El evento se podrá ver en el enlace de YouTube (2023).
[ii] Hijo de doña María, madre soltera, trabajadora doméstica; “Un niño lanzado precozmente al mundo del trabajo” (p. 19), limpiabotas y camarero en su juventud.
[iii] El mundo lumpen de doña María y el mundo de opulencia de doña Hermínia, jefa de la primera y madrina de Florestan.
[iv] Aún en las primeras monografías de Florestan, al apreciar sus estudios sobre los tupinambá, los autores señalan cómo estos arrojan sospechas sobre “las visiones etnocéntricas de los autores de los siglos XVI y XVII” y “se acerca a una contrahistoria de los pueblos originarios ‘vencidos’ sometidos a un violento proceso de destribalización”.”(P. 65).
[V] El libro contiene una riqueza de documentos y testimonios que arrojan luz sobre el corto período de Florestan en Canadá y su regreso a Brasil (ver especialmente el capítulo 7, pp. 135-143), además de reproducir las primeras páginas de los programas de los cursos ofrecidos en Toronto (ver las figuras en las pp. 139-141).
la tierra es redonda hay gracias a nuestros lectores y seguidores.
Ayúdanos a mantener esta idea en marcha.
CONTRIBUIR