por ANTONIO SIMPLICIO DE ALMEIDA NETO*
Al estilo de Millôr Fernandes
¡El Zorro tuvo una idea brillante! En lugar de cuidar ella misma el gallinero y aprovechar las ventajas de esta condición de cuidado del gallinero y sus alrededores, y el evidente conflicto de intereses de tal emprendimiento, conducta que ha recibido muchas críticas en la época contemporánea, ella Decidió colocar sus propias gallinas y gallos para cuidar desde la guardería de plumosos, plumosos y plumosos a cambio de porciones extra de alimento y un lugar destacado en las perchas.
Lo que no fue su sorpresa, sucedió que estos pequeños estímulos alimentarios y las limitadas condiciones privilegiadas del espacio, hicieron que estos bípedos eméritos abogaran por la elaboración de un código de ética para ellos mismos, bajo el argumento de que sería mejor estar bajo su propio yugo. . eso bajo el poder de los zorros, como uno de los líderes se rió en un evento para sus pares, dejando al descubierto toda su astucia y estrategia política.
Poco sabían estos seres de corto vuelo que los Zorros poseían no sólo una extensa red de gallineros y criaderos similares, sino también mataderos de propiedad pública en todo el territorio nacional, de modo que mientras picoteaban el maíz en el comedero y en el patio , El astuto canino regresó con los dólares de la venta de harina de maíz.
Por si fuera poco, para disipar cualquier sospecha sobre sus nobles intenciones, Raposa decidió invertir mucho en el debate sobre responsabilidad social y sostenibilidad, y para ello realizó varios eventos educativos organizados por las propias gallinas, donde tuvieron voz, por así decirlo, y se organizaron mesas redondas, círculos de conversación, temáticas, debates e invitados.
En uno de estos co-coloquios (perdón por el juego de palabras...), imbuido del mejor espíritu emprendedor de la agricultura, una subcelebridad emplumada propuso la creación del tratado “¡El gallinero que queremos!”. La propuesta fue aplaudida por los fans, que la consideraron un movimiento de pura audacia, un proyecto visionario, ¡una panacea aviar!
– “¡¿Cómo es que nadie había pensado en esto antes?!”, dijo emocionado un pollito al sabio, veterano y escéptico gallo, apodado Tiresias, quien respondió con aire indiferente: – “¿Alguna vez se te ha ocurrido que no ¿No necesitas rejas y jaulas? ¿Se te ha ocurrido alguna vez vivir libre y fuera de los confines del gallinero? ¿“Queremos” a quién, cara pálida”?
Atónitos ante la posibilidad nunca imaginada de vivir más allá de los límites de aquel parque, el pollo imberbe y su sabio oráculo de conocimientos ancestrales fueron capturados, atrapados por las patas en un anzuelo, levantados y llevados al matadero.
Moraleja: La reflexión, temprana o tardía, no nos salva de la masacre.
*Antonio Simplicio de Almeida Neto es profesor del Departamento de Historia de la Universidad Federal de São Paulo (UNIFESP). Autor, entre otros libros, de Representaciones utópicas en la enseñanza de la historia. (Ed. Unifesp). [https://amzn.to/4bYIdly]
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