por PEDRO TTC LIMA*
Léo Lins insiste en que su ironía fue malinterpretada, pero la ironía presupone un pacto de reconocimiento. Cuando el escenario se convierte en un púlpito de prejuicios, el público ríe —o no— desde el mismo lugar donde sangra la víctima. Y esto no es una figura retórica, es una herida real.
1.
El comediante Leonardo de Lima Borges Lins fue recientemente condenado, en el ámbito penal, por cometer actos prejuiciosos y discriminatorios al publicar, en YouTube, “videos con contenido prejuicioso y discriminatorio contra minorías y personas vulnerables, incluyendo un video que contiene la grabación de la presentación del espectáculo de stand-up comedy que realizó [en la ciudad de Curitiba, en 2022], titulado 'Léo Lins – Perturbador'”, según consta en la sentencia dictada por la jueza federal Barbara de Lima Iseppi, en la Acción Penal No. 5003889-93.2024.4.03.6181, en curso ante el 3er Juzgado Penal Federal de São Paulo.[i] El vídeo mencionado “tenía alrededor de tres millones de visualizaciones cuando se suspendió su exhibición en YouTube en agosto de 2023”.[ii], pero la versión completa aún se puede acceder en el propio YouTube, en otros canales disponibles en la plataforma, por ejemplo, en el video “Léo Lins – Perturbador (show completo en 4K) #CensuraNão @leolins.oficial | KFTV Play”, que se utilizó como fuente para este estudio.[iii]
Este caso es paradigmático, pues representa no solo la condena penal de un comediante notoriamente reconocido por sus “chistes” discriminatorios[iv], sino que también plantea a nivel nacional el debate sobre los límites de la libertad de expresión en el contexto del humor, basado en el discurso de odio, y sienta un precedente importante para la aplicación del §2º-A de la Ley n.º 7.716/1989 (ley que define los delitos derivados del prejuicio racial o racial). Esta disposición legal (§2º-A) fue incluida recientemente por la Ley n.º 14.532/2023 para añadir una circunstancia agravante al tipo penal cuando se comete una conducta discriminatoria o prejuiciosa en el contexto de actividades artísticas o culturales:
Ley N° 7.716/1989
Arte. 20. Practicar, inducir o incitar a la discriminación o prejuicio por motivos de raza, color, etnia, religión u origen nacional.
Pena: prisión de uno a tres años y multa.
§ 2º- A Si alguno de los delitos previstos en este artículo se comete en el marco de actividades deportivas, religiosas, artísticas o culturales destinadas al público: (Incluido por Ley N° 14.532 de 2023)
Pena: prisión de 2 (dos) a 5 (cinco) años y prohibición de concurrir por 3 (tres) años a lugares destinados a actividades deportivas, artísticas o culturales dirigidas al público, según el caso. (Incluido por Ley N° 14.532 de 2023)
El tema es controvertido y los debates son intensos. Por un lado, algunos artistas y entidades se han posicionado en defensa de la condena. Entre ellos, destaca el discurso de Pedro Cardoso, publicado en su perfil de Instagram (@pedrocardosoeumesmo).[V], el 06/06/2025:
Cuando Ruth Aquino se asombra al descubrir que Léo Lins se ha convertido en un "icono de la libertad de expresión" y enumera los actos agresivos que cometió en su comedia, pero también se preocupa por el espectro de la censura, comparto la misma inquietud. Y pienso: estar en el escenario no produce inevitablemente un acto ficticio. Un escenario teatral puede usarse como una mera plataforma política; y un acto real puede asumir la apariencia de un acto ficticio para, en la supuesta ficción, proteger al comediante del delito que pueda cometer. Pero ¿quién puede distinguir entre un acto ficticio y uno real? ¿Quién puede distinguir cuándo un actor, al dar vida a un personaje agresivo, está denunciando la agresividad y no elogiándola? Esta distinción puede ser evidente, como dice Argolo, pero puede ser imperceptible para muchos. Un mundo confuso favorece al fascismo.
Por otro lado, algunos comunicadores y otros artistas, principalmente comediantes, se manifestaron en contra de la condena. Algunos medios de comunicación importantes, como Folha de S. Pablo (“Risas atrapadas”) y la Estado de São Paulo (“Cuando un chiste lleva a la cárcel, cada uno por sí mismo”), en sus respectivos editoriales del 05 y 06/06/2025.[VI]
2.
Ante este intenso escenario jurídico-artístico, este breve estudio buscará abordar uno de los aspectos de la teoría literaria que, en este caso particular, está estrechamente relacionado con una de las líneas de defensa del comediante: la que busca desestimar la condena penal con el argumento de que los discursos discriminatorios y prejuiciosos corresponderían a un texto dramático ficticio, es decir, pronunciado por un personaje, en este caso, el personaje “Léo Lins”, quien supuestamente no correspondería a su creador-actor, el comediante “Leonardo de Lima Borges Lins”, también conocido como (pausa dramática) “Léo Lins”. En otras palabras, Léo Lins sería un personaje de Léo Lins… “Y esto no es una broma”, en palabras del propio comediante al comentar la sentencia que lo condenó.
Al leer la sentencia, es posible observar que uno de los primeros argumentos que presenta la defensa del comediante para intentar evitar responsabilidad penal es que su espectáculo cómico stand-up Se trataría de una pieza teatral de ficción, cuyo texto sería interpretado por un actor que representaría a un personaje, como podemos ver en el siguiente extracto de la decisión judicial que reproduce el testimonio de Léo Lins.[Vii]:
Durante el interrogatorio, Leonardo respondió que la acusación era falsa y la consideraba absurda. Dijo que era evidente que el ambiente era ficticio, que él era un personaje en escena. A menudo afirmaba que se encontraba en el ambiente adecuado. La gente entraba por voluntad propia. Es un espectáculo teatral con texto y vestuario, lo que deja claro el contenido. Tanto es así que es uno de los pocos comediantes que usa un solo atuendo durante toda la función. Al final, se baja del escenario y conversa con el público, dejando claro cómo el ambiente teatral es diferente.
La misma línea argumental utilizó el comediante a través de una publicación en su perfil de Instagram (@leolins), el 08/06/2025[Viii]Cabe destacar que el perfil de Léo Lins en la red social es @leolins. Es decir, Leonardo de Lima Borges Lins utiliza este perfil para hablar de un asunto serio (su condena penal), pero también lo utiliza el comediante para hacer chistes.
Por ahora, antes de profundizar en el análisis que resulta de esta mezcla de antagonismos, centrémonos en el siguiente extracto de su declaración sobre la frase, transcrito libremente a continuación: «Este video no es un chiste. Estoy en casa con mis gatos. Este es el personaje Leonardo de Lima Borges Lins y no el comediante Léo Lins [mostrando un atuendo usado en otras actuaciones], un personaje cómico, creado a lo largo de los años, que hace chistes ácidos y críticos, y que sabe que no todos los chistes son para todos. Quizás no todos lo sepan, pero un comediante en escena interpreta un personaje, un personaje cómico. En la construcción del texto, utilizamos figuras retóricas (hipérbole, metáfora, ironía) con una licencia estética y, por lo tanto, un análisis literal de este texto no se aplica a la estructura de la comedia. Esta no es mi opinión. Este es uno de los conceptos del humor según el autor Simon Critchley (…). ¿Por qué cito esto? Porque es de esperar que una frase tan contundente como esta tenga una carga teórica igualmente profunda. Fundamento. ¿Sabes cuál fue uno de los fundamentos teóricos del juez que me condenó a más de ocho años de prisión? Wikipedia. Y no es broma.
Podemos observar que el comediante usa el término "personaje cómico" para referirse a la interpretación del "personaje" que estaría en escena, vinculando una noción con la otra, como si fueran sinónimos. Esta aproximación conceptual entre "personaje" y "carácter" es la piedra angular de su defensa. Pero veamos si esta diferenciación se sostiene.
Sin embargo, primero, antes de seguir adelante, es necesario decir que en al menos un punto del extracto transcrito arriba, Léo Lins tiene razón: si bien los aspectos teóricos literarios son correctos en el razonamiento jurídico de la sentencia, como desarrollaremos más adelante, el hecho de que una condena penal extraiga fundamentos teóricos literarios de una búsqueda en Wikipedia parece una mala broma; y, en el fondo, demuestra una triste realidad en la que los campos del conocimiento están trágicamente distantes entre sí en nuestra sociedad.
Sin embargo, fue esta misma percepción la que motivó este texto, pero ahora, para moverse en la dirección opuesta, buscando acercar la teoría literaria a la búsqueda de la justicia.dique). Así, el objetivo de este estudio es profundizar en el análisis teórico-literario que vaya más allá de los posibles límites de la comedia y, quién sabe, incidir en las reflexiones jurídicas, sociales y literarias en la valoración del caso “Léo Lins”.
3.
Incluso antes de subir al escenario, es decir, hablando en serio, es necesario establecer algunas premisas importantes: la libertad de expresión constituye uno de los derechos más importantes conquistados por la humanidad, lo que hace de esta situación una ocasión muy delicada, ya que, por regla general, la palabra debe ser siempre estimulada y la expresión ejercida libremente.
Por lo tanto, cualquier forma, ya sea legal o social, que permita su restricción debe ser lo más mínima posible; lo cual, en consecuencia, da lugar a una interpretación restrictiva de las leyes y los comportamientos sociales que, excepcionalmente, justifican cualquier restricción a dicha libertad. Esto solo demuestra lo aterrador que resulta el caso de “Léo Lins”, pues se ha condenado a un hombre blanco en un país que, tradicionalmente, siempre ha permitido que estos tipos sociales se expresen a su antojo.
Por otra parte, existe el temor de que esta condena pueda abrir espacio para un fortalecimiento del aspecto punitivo –aunque excepcionalmente justificado en este caso–, ya que la forma jurídica y sus instrumentos, históricamente, tienen la condón Reprimir a las clases menos favorecidas de la sociedad brasileña y del mundo. Para que el castigo por un delito de odio no se refleje en la condena de muchos de quienes se manifiestan a favor de un arte crítico que puede perturbar, es necesario destacar que la crítica artística es muy diferente de reproducir el discurso de odio en un contexto que no se limita al ámbito de la ficción.
En este sentido, la libertad de expresión debe ser aún más exaltada «en el contexto de actividades deportivas, religiosas, artísticas o culturales dirigidas al público», según los términos de la mencionada ley antirracismo. Por lo tanto, una restricción a este derecho casi sagrado, y más aún en estas ocasiones tan marcadas por la libertad de expresión (actividades deportivas, religiosas, artísticas o culturales), solo debería ocurrir cuando esta se ve contrarrestada por una de las ofensas más graves posibles, como la práctica de actos discriminatorios, que, tras largos siglos de lucha, unas pocas leyes recientes han logrado frenar.
Desde esta perspectiva, es posible entender por qué la ley de 2023 aumentó la pena en estos casos en los que la libertad de expresión debe ser lo más protegida posible (actividades deportivas, religiosas, artísticas o culturales), porque, cuando se trata de situaciones en las que la libertad de expresión está más expuesta o, quizás, más vulnerable, es decir, cuando nadie podría imaginar que ocurriría un crimen terrible, alguien fue allí y cometió el acto de “practicar, inducir o incitar a la discriminación o el prejuicio por motivos de raza, color, etnia, religión u origen nacional” a todo pulmón ante una gran audiencia y en un ambiente recreativo.
Esto refleja un potencial de daño increíble, cuyas repercusiones nunca se pueden calcular, especialmente hoy en día cuando la desinformación y el discurso de odio se propagan rápidamente, creando una colección que será leída, vista y, posiblemente, replicada por las generaciones futuras. [Aparece en la rúbrica de la guión:“en ese momento el actor llora”].
Parafraseándolo de otra forma, podríamos decir que sí, tanto la libertad de expresión como el arte tienen límites, pero estos límites deben ser lo más pequeños posibles y ejercidos siempre con sensibilidad, con cautela, de manera justificada y excepcional.[Ex].
Sin embargo, cuando un delito muy grave se produce en un entorno en el que claramente no debería producirse, hay una razón para aumentar la pena, como, por ejemplo, en el caso del delito de violación de una persona vulnerable; y que Léo Lins así “satirizó”.[X]Una vez, en un evento, el camarero se me acercó y me dijo: "¿Quieres un whisky con bebida energética?". Le dije: "¿Estás loco?". Para mí, el whisky tiene que ser igual que el de una mujer. Solo y añejado durante 12 años.
Una vez vi una encuesta en internet que decía: "¿Qué dices cuando terminas de tener sexo?". Así que fui y escribí: "No le digas a tu madre que te voy a regalar una muñeca". Me insultaron mucho... ese día me sentí mal. Solo me sentí mejor al día siguiente, cuando fui al parque a ver a los niños.
Estoy totalmente en contra de la pedofilia, más a favor del incesto. Si vas a abusar de un niño, abusar del niño, ¿qué va a hacer? ¿Decírselo al padre?
Tales expresiones hieren, ofenden, matan y, además, se dicen en un supuesto contexto artístico que, en teoría, provocaría risas en un ambiente relajado. Léo Lins justifica su conducta bajo la apariencia de arte, teóricamente envuelto en la máscara de un personaje teatral ficticio. Pero ¿se sostiene tal ficción? Cuando Léo Lins sube al escenario, podemos preguntarnos, como Pedro Cardoso: "¿Pero quién puede distinguir entre un acto ficticio y uno real?".
4.
En un rápido repaso histórico, tenemos que, en sus orígenes en la Antigüedad, el arte de la comedia utilizaba máscaras cómicas en su representación (mimetismo)[Xi]. Sin embargo, al menos desde Ted Ray, destacado comediante inglés entre las décadas de 1940 y 60, y Billy Connolly, comediante escocés con mayor influencia a partir de la década de 1980, este género comenzó a adoptar el llamado “yo desnudo”, la forma en que el comediante se presenta, de pie (stand-up), en el escenario, sin acompañamiento de escenografía ni vestuario.[Xii]
Esta nueva forma que adopta la comedia se acerca a la mera exposición (por oposición a la representación), pues no contiene esencialmente el momento clave en el que opera la magia de la entrada del actor en el personaje, y, con ello, se aleja conceptualmente de la “esencia del teatro”, como la caracteriza Anatol Rosenfeld: “El texto, la obra, la literatura meramente recitada, se convierten en teatro en el momento en que son representados, en el momento, por tanto, en que los declamadores, mediante la metamorfosis, se transforman en personajes”.
Y, más adelante, Anatol Rosenfeld continúa: «La metamorfosis, un hecho fundamental del teatro, está simbolizada por la máscara. La máscara es el símbolo del disfraz. El dios griego de la máscara es Dioniso, a cuyo culto se atribuye el origen del teatro griego».[Xiii]
Este giro copernicano se materializa en la forma que adopta la comedia. stand-upSi bien se alejaba del drama ficticio del teatro y sus personajes, trajo consigo varias ventajas prácticas para los comediantes, quienes comenzaron a sonar mucho más "auténticos" y, con ello, se ganaron la confianza del público, forjando un aire de intimidad que daba más libertad a los chistes que luego se contaban. Sin embargo, el "acercamiento" entre los comediantes sin... “piensen de nuevo sobre los incrementos de precio” y su público no encaja en los conceptos teatrales de “empatía” o “distanciamiento”.
En el teatro, por ejemplo, tanto la proximidad empática de un espectador apegado a las pasiones de un personaje como el distanciamiento que proporciona un efecto escénico que anestesia a su público pueden mantener al espectador hipnotizado. Bertold Brecht, a su manera, para evitar esta condición teatral hipnótica, utilizó la noción de «distanciamiento».Verfremdungseffekt) para forjar una perspectiva que escapara de la ilusión y permitiera la construcción de este “teatro que se proponía producir espectadores perceptivos”.[Xiv]
En otras palabras, en teatro, el análisis de términos como «empatía», «proximidad», «distancia» e «ilusión» merece ser matizado, ya que sus categorías pueden presentarse de maneras contradictorias, como una distancia que, contradictoriamente, mantiene una fuerte influencia, una empatía que termina volviendo apáticas a las personas, o una ficción que nos conecta con la realidad. Esto culmina en la consideración de que, en teatro, su modo de exposición puede acercarse a la noción filosófica de representación.representación) y el correspondiente desvelamiento de la esfera ilusoria, incluso de la ilusión ficticia que proporciona la escena teatral.[Xv]
Sin embargo, es posible que tal revelación no ocurra en la comedia de stand-up que se guía por el mero exposiciónEs decir, no tiene un devenir escénico que la acompañe. En este caso, una comedia expuesta de forma auténtica, cercana y empática.desnudo”, por sí solo, no corresponde a un desvelamiento de las intenciones semánticas detrás del humor de quien lo presenta.
Recordemos que el campo semántico de la comedia, que permea la sátira, la ironía y la parodia, es coherente con la relatividad típicamente carnavalesca.[Xvi] y, por tanto, exige la existencia de algo doble para que haya un contraste entre dos planos del discurso, uno serio y otro cómico, que se relacionan para proporcionar la deconstrucción de dogmas y jerarquías en favor de la construcción de un discurso libre y cuestionador. ] Notamos, por tanto, que la representación es intrínseca a lo cómico y a la noción de cambio o pasaje que lo acompaña, precisamente porque se requiere una oposición entre la literalidad de lo dicho y el sentido de lo dicho, para romper la expectativa y, con ello, crear risa.línea final). Así, es necesario crear una esfera ficcional dentro del propio discurso cómico, a riesgo de caer en la simple exposición de un opinión (doxa), que, aunque pueda adquirir un aire irónico, se mantendrá en el plano de la apatía que acompaña al sarcasmo y al cinismo, es decir, no provocará la risa ligera y sin compromiso de la comedia.
La forma adoptada por stand-up, al privilegiar la “autenticidad” sobre el “carácter”, exige que el cómico construya esta esfera “teatral” dentro del discurso que él mismo emplea –lo que exige habilidad, sensibilidad y cuidado–, ya que, de no hacerlo, el cómico puede estar cumpliendo únicamente el papel velado de mantener al público apático, meramente entretenido, sin que de ello resulte ningún movimiento cómico de cambio, ni siquiera irónico.
El caso de Léo Lins es aterrador porque representa una inversión del cuestionamiento cómico, que tradicionalmente se opone a la jerarquía dominante. En el siglo XXI, el comediante adopta las opiniones más conservadoras, insensibles y maliciosas para construir la literalidad de su discurso "cómico", que aún se presenta en el espectáculo. stand-up como la opinión (doxa) de él mismo, Léo Lins. Aquí se rompen las expectativas del público (línea final) se debe al asombro que provoca la audacia de alguien que, sin utilizar ningún tipo de máscara escénica o discursiva, reproduce en escena expresiones literalmente discriminatorias.
5.
Con esto podemos ver que la estrategia adoptada por la comedia stand-up de Léo Lins, está mucho más en línea con una estrategia lingüística de retórica, que busca persuadir al público de que él es él mismo (y así romper la expectativa del público de que el comediante, siendo él mismo y, como mínimo, una persona que se respeta a sí mismo, se guardaría sus opiniones discriminatorias para sí mismo), que con la construcción de un nuevo tipo de personaje, ahora, "desnudoAl fin y al cabo, para lograr el efecto deseado rompiendo las expectativas, quien sube al escenario es el propio comediante, Léo Lins, no Mussum ni Doña Hermínia. Desafortunadamente, en el caso de Léo Lins, este binomio verdad-absurdo corresponde a uno de los delitos más graves de nuestra sociedad, que aún necesita un profundo cambio social.
Tan fuerte era este nuevo apego retórico a stand-up de Léo Lins –no más teatral– que un notable teórico de la comedia, nada menos que el propio Léo Lins, en su libro Secretos de la comedia stand-up[Xvii], escribió: “Lo que transmites debe estar en consonancia con lo que dices. Muchos principiantes dicen: "Odio la ensalada", pero solo se nota con la palabra "odio". El lenguaje corporal, las expresiones faciales y el tono de voz no transmiten esto. Si estás celoso, piensas que algo es estúpido o estás enojado, es importante transmitir esta emoción con palabras, gestos y lenguaje corporal. ¿Qué pasa cuando tus palabras dicen una cosa, pero tu cuerpo y actitud dicen otra? No estás siendo sincero. Esto es visible para el público y hace que tus chistes no tengan sentido. Ser auténtico es muy importante en el monólogo cómico. Después de todo, no estás interpretando un personaje, usando máscaras o disfraces”.
Más adelante, el propio Léo Lins continúa: «Jamás me presentaría a un concurso en el que tuviera que interpretar un personaje, por la misma razón que jamás me presentaría a un concurso de ventriloquia. Simplemente nunca lo hice».
Y concluye: «Un factor que determina la diferencia entre la grosería y un chiste es, en primer lugar, el chiste en sí y, en segundo lugar, la forma en que se cuenta. Es posible llamar al espectador «hijo de puta» sin usar un tono agresivo. Esto no es algo que pueda enseñar con frases de un libro; depende de muchos factores: tu personalidad en el escenario, el ambiente del espectáculo, el tipo de público».
Es posible ver, a partir de esta breve retrospectiva teórico-histórica, que la stand-up de Léo Lins (y algunos otros), en cierto modo, se alejaron de la Poético y se acercó a la RetóricaRecordemos que uno de los conceptos principales de la tragedia dramática es el de mimetismo de una acción; las unidades de tiempo y lugar sirven para enriquecer la acción y, en consecuencia, preservar la verosimilitud. En otras palabras, en la tragedia, se construye una representación (que no es un «espejo»).
Sin embargo, al adoptar un discurso directo sobre sí mismo, sin la mediación de un personaje y aún en un tono “auténtico”, capaz de instigar cercanía a su oyente, el comediante stand-up no está actuando, sino siendo “él mismo” contando una “historia” que vivió, supuestamente verdadera, o mejor dicho, en un tono de verdad que acerca a su oyente y lo cautiva.
Desde esta perspectiva, en general, podemos decir que la stand-up Fue muy eficaz al adoptar una nueva estrategia de comunicación, adaptando sus declaraciones, que ahora ya no necesitan intermediarios y, por tanto, pueden sonar en un tono mucho más sincero y cautivador, forjando una atmósfera de complicidad que permite el libre desarrollo de discursos que generalmente no se dirían entre “desconocidos”, o, como es común en las familias brasileñas, no delante de las “esposas”.
Este razonamiento nos lleva a darnos cuenta de que, en esta búsqueda de “autenticidad”, la stand-up por Léo Lins abandonó el concepto de personaje y la tradicional metamorfosis báquica de los actores transmutados en sus papeles dramáticos, para, debido a la adaptación del discurso, relacionarse con el concepto psicoanalítico de persona, es decir, el uso de un determinado tipo de máscara social adaptada a diferentes contextos sociales.
En palabras de Jung, la persona se puede caracterizar de la siguiente manera[Xviii]Nadie desconoce lo que significa asumir un aire oficial o desempeñar su papel en la sociedad. A través de la personalidad, el hombre quiere aparentar esto o aquello, o bien se esconde tras una máscara, o incluso construye una personalidad definida, como un muro protector.
Adoptar una personalidad es común y le sucede a todas las personas y profesiones, en las situaciones más diversas, ya sea un profesor frente a sus alumnos, un juez en un tribunal, una gimnasta en una actuación o incluso dentro y fuera de la oficina. Los aspectos de nuestra personalidad que dejamos traslucir en diferentes contextos pueden ser muy diferentes en cada uno de ellos, pero eso no nos hace diferentes ni nos permite eximirnos de responsabilidades según el tipo de trabajo que realizamos. persona que estamos asumiendo.
Asimismo, adaptar la declaración al contexto es intrínseco a la comunicación misma; de lo contrario, correríamos el riesgo de no ser comprendidos. Por lo tanto, no estamos haciendo un juicio de valor "moral" en relación con... stand-up y las diferencias lingüísticas y personales resultantes. No es necesariamente bueno o malo adaptar el discurso según la situación ni mostrar cierta parte de la personalidad en diferentes contextos. Solo pretendemos demostrar que esto no debe confundirse con «actuar», como pretende Léo Lins.
6.
Señalamos que nada impide la creación de personajes en stand-up, como el personaje "Joker" interpretado por el comediante Maurício Dollenz. Sin embargo, en muchos casos, el enfoque adoptado por stand-up, como se ve, puede partir de aspectos lingüísticos (no teatrales), involucrando los matices de las formas de comunicación en diferentes situaciones de la vida, especialmente cuando el concepto lingüístico de “audiencia” en la teoría del acto enunciativo[Xix] se presenta como una “audiencia” real, llena de gente ansiosa por conocer el siguiente chiste.
O stand-up, como todas las demás profesiones y situaciones de la vida, también da lugar a la construcción de una personaEs lógico creer que un comediante de stand-up Intentaría adaptar su discurso para que sonara más auténtico, o incluso, si estaba teniendo un mal día o para librarse de la apariencia que da la rutina de una gran carga de trabajo, dejaría las huellas de su persona Es más probable que cautiven al público, pero también lo hacen los camareros, las camareras, los repartidores, los futbolistas, los profesores, los cantantes, ninguno de los cuales se convierte en personaje de ficción. Todos son responsables de sus actos, especialmente si difunden discursos de odio. El entorno escénico no es, en sí mismo, un lugar seguro para la práctica de actos discriminatorios.
Léo Lins afirma y reafirma que quien está en el escenario es un personaEs decir, un rasgo de tu personalidad o una máscara social que asumes al actuar, y que puede incluso resultar extraña para quienes conviven contigo en tu intimidad, diferenciándose de la personalidad que demuestras en el escenario. Sin embargo, persona (personalidad) no debe confundirse con un personaje (ficción). Y esto traerá consecuencias trágicas para Léo Lins cuando confunda persona con carácter y ficción con realidad, principalmente cuando cree estar siendo irónico (supuestamente diciendo lo contrario de lo que dice), pero suena como un verdadero y auténtico Léo Lins.
Alguien debe recordarle que el uso de la ironía “implica el reconocimiento del potencial de mentira implícito en el lenguaje”.[Xx]Por lo tanto, si alguien quiere expresarse irónicamente, especialmente mediante un discurso expresamente discriminatorio, debe ser muy cauteloso y extremadamente sensible para que su discurso se reconozca efectivamente como irónico y, por lo tanto, pueda expresar lo contrario de lo que literalmente expresa. Sin la distancia efectiva que permite reconocer la ironía, existe un gran riesgo de simplemente recurrir a la explotación de prejuicios arraigados.[xxi]
Una forma de dejar claro que los versos son irónicos sería crear un personaje diferente a él mismo. Pero ese no es el caso de Léo Lins/Léo Lins.
Léo Lins parece considerarse un narrador intradiegético de su propia vida, entrometiéndose entre la gente como si fuera un personaje de sí mismo, confundiendo la máscara social que utiliza (persona), y que permite la autenticidad retórica en stand-up, con una supuesta esfera ficticia de sí mismo (personaje), también llamado (imagínense) Léo Lins.
Respecto a la ausencia de personaje en el caso Léo Lins, podemos destacar los siguientes puntos:
Vestuario: No existe ninguna diferenciación en el vestuario que permita caracterizar a un personaje, incluido el mismo “vestuario” que vestía el supuesto “personaje” Léo Lins en el programa que lo llevó a su condena (una camiseta roja con detalles de smiley amarillo) fue usado por Léo Lins cuando habló “en serio” en el canal. Flow.[xxii]
Ambientación: No hay ninguna construcción de ambientación que sugiera que quien actúa es un personaje, al contrario, la stand-up se consolidó precisamente al abolir la creación de un ambiente ficticio, para que el cómico pueda aparecer como “yo desnudo.
Redes sociales: En el perfil de Instagram (@leolins) no hay separación entre Léo Lins (presunto personaje) y Leonardo de Lima Borges Lins (persona física), igualmente sin ninguna diferenciación en cuanto a vestuario o ambientación, ya que el comediante utiliza el mismo canal de comunicación, la misma ropa y los mismos entornos para hablar de temas más “serios”, como la fecha de los espectáculos y la condena penal, así como para hacer “bromas”, por ejemplo, sobre la muerte de judíos en los campos de concentración nazis: “Cuando tú [un descendiente de judíos y alemanes] entras en la cocina, ¿dudas si poner el horno o encender el gas?”[xxiii]
Trama: No existe una composición textual mínima que delimite la posible presencia plausible de un personaje distinto al persona Léo Lins, sobre todo, por la falta de acción, diálogo y desarrollo del personaje del supuesto (éter), además de que no se menciona el proceso de pensamiento que la habría llevado a tomar esas decisiones (dianoia) expresarse de la manera discriminatoria en que se expresan (lexis);
En resumen, no hay un proceso de transmutación de actor a personaje. Léo Lins entra y Léo Lins sale. Así que todo nos lleva a creer que quien está en escena es Leonardo de Lima Borges Lins, también conocido como Léo Lins. Podríamos decir, como Bajtín, que nos queda «solo una precaria ilusión de un acontecimiento artístico: la falsificación (el engaño artístico de sí mismo); el acontecimiento artístico es irreal, no ocurrió realmente».[xxiv]
7.
El análisis del discurso de los minutos finales del programa por el que fue condenado ("Perturbador") —y que, en teoría, serviría para demostrar la supuesta diferencia entre actor y personaje— solo demuestra que Léo Lins es una persona carente de empatía, pues, incluso cuando justifica la ironía de sus discursos, culpa a quienes sufren sus "bromas", quienes, en su visión distorsionada, eligen tener contacto con sus discursos discriminatorios. Léo Lins olvida por completo que vivimos en un mundo donde las plataformas digitales insisten descontroladamente en bombardearnos con contenido que no queremos, desde el marketing de las casas de apuestas, spoilers desde series que aún no hemos visto, hasta vídeos de “humor” que, en realidad, contienen contenido altamente destructivo para una gran parte de la población.
Léo Lins todavía asume que el proceso de curación que puede proporcionar el humor puede venir de afuera, a través de sus espectáculos, cuando, de hecho, el proceso de superación de ciertos traumas es mucho más interno y mucho más complejo que ver una actuación. stand-upContrariamente a la máxima que utiliza en su espectáculo, el humor no alivia el dolor, sea cual sea, al menos no este humor, basado en la discriminación pura y simple, sin subterfugios, incapaz de caracterizar un plan ficticio o incluso de construir un discurso irónico para decir o, al menos, sugerir lo contrario de lo dicho.
Cuando no se observan estas precauciones dramáticas y lingüísticas, no se reconoce que hubo ironía ni que se está ante un personaje, restringiéndose la transmutación a la triste transformación de “broma” en “disculpa” y del ejercicio de la “libertad de expresión” en “racismo recreativo”.
Lamentablemente, la táctica de usar un supuesto velo ficticio para eximirse de responsabilidad es bien conocida en el mundo jurídico. Abundan los ejemplos de fraude laboral y fiscal que siempre favorecen a los más favorecidos, todos llevados a cabo con la defensa de que existiría una esfera ficticia que eliminaría la caracterización de la realidad como ilegalidad o delito.
Sin embargo, hay que decir que el mundo teatral se rige por las leyes de Baco, Dioniso, dios de la ambigüedad desde su “doble” nacimiento (ditirambo), lo que da a las personas la posibilidad de elegir entre seguir la sensitiva procesión de las Bacantes o la obtusa racionalidad de quienes se posicionan dogmáticamente, sin escuchar a los demás miembros de esta sociedad. Baco, por lo tanto, nos ofrece el poder de decidir cómo actuaremos en un «universo de valores ambiguos donde nada es estable ni unívoco».[xxv]La bendición dionisíaca, sin embargo, conlleva la responsabilidad de asumir las propias decisiones, desde la primera copa de vino.
Al no admitir que sus “chistes” son discriminatorios y al seguir reproduciéndolos, Léo Lins elige seguir el camino de Penteu, un personaje de la comedia bacantes, de Eurípides, y, como el soberano de Tebas, sigue cuestionando con arrogancia a quienes se le oponen, incluso después de haber sido condenado penalmente e incluso después de todas las repercusiones negativas contra sus “bromas”.
Si, en el bacantesPenteu se viste de mujer para espiar al coro báquico de mujeres. Léo Lins no hace mucho al afirmar estar libre de prejuicios, «que ya no deberían existir, como el indio, ya no son necesarios», la última «broma» del espectáculo por la que fue condenado. Con esto, al igual que Penteu, Léo Lins parece estar sumido en un delirio, completamente desconectado de la realidad que lo rodea y de la historia del país en el que vive, con sus contradicciones y desigualdades sociales.
Confinado en las burbujas que nuestra sociedad digital nos ofrece, Léo Lins, ahora condenado por un delito, no ve que su castillo se derrumba y sigue atrayendo la ira de Dios. Por lo tanto, asumirá la responsabilidad de sus decisiones, que, con el tiempo, podrían representar el verdadero contenido trágico de su propia vida si un día se da cuenta de lo terribles que fueron sus decisiones y de la cantidad de personas a las que lastimó.
Si bien Léo Lins no pasa por un proceso de reconocimiento (anagnórisis) sobre sí mismo –y esperamos que tenga mucho tiempo para reflexionar sobre ello en prisión–, podemos quedarnos con la máxima de que “algunas cosas ni siquiera se dicen en broma” o con un pasaje de Sobre el humor, un libro de Simon Critchley, a quien Léo Lins cita en su perfil de Instagram poco después de su condena[xxvi]"Sin embargo, la tesis que me gustaría desarrollar es que el humor es una forma de sensus communis, de sentido común. Es decir, los chistes son expresión de sociabilidad y poseen una razonabilidad implícita. Expondré ahora las razones de esta afirmación, pero lo esencial es que el humor es compartido. Todo comediante sabe que si no provoca risas, no es un chiste; punto final..
(En traducción libre: “Sin embargo, la tesis que pretendo desarrollar es que el humor constituye una forma de sentido comúnO sentido común. En otras palabras, los chistes expresan la sociabilidad humana y conllevan una lógica implícita. Presentaré los fundamentos de esta proposición más adelante, pero la idea principal es que el humor es algo compartido. Todo comediante sabe que si no provoca risa, no es un chiste, y punto.
Ahora bien, eso es irónico.
*Pedro TTC Lima Es máster en Filosofía por la Unicamp..
Referencias
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Notas
[i] BRASIL. Tercer Juzgado Penal Federal de São Paulo. Sentencia. Caso n.º 3-5003889. Resuelto el 93.2024.4.03.6181/30/05. Publicado el 2025/04/06, id. 2025, pág. 366336475.
[ii] Ídem. PAGS. 7
[iii] Disponible: https://www.youtube.com/watch?v=FVRhVwOgDCM – consultado el 08/06/2025.
[iv] CNN Brasil elaboró una breve historia del comediante. Disponible en: https://www.cnnbrasil.com.br/entretenimento/quem-e-leo-lins-humorista-condenado-a-prisao-por-discurso-preconceituoso/ – consultado el 08/06/2025.
[V] Disponible: https://www.instagram.com/pedrocardosoeumesmo/reel/DKjRMNDNTW5/ – consultado el 08/06/2025.
[VI] Disponible en: https://www1.folha.uol.com.br/opiniao/2025/06/riso-preso.shtml e https://www.estadao.com.br/opiniao/quando-piada-da-cadeia-salve-se-quem-puder/ – consultado el 08/06/2025.
[Vii] BRASIL. Tercer Juzgado Penal Federal de São Paulo. Sentencia. Caso n.º 3-5003889. Resuelto el 93.2024.4.03.6181/30/05. Publicado el 2025/04/06, id. 2025, pág. 366336475.
[Viii] Disponible: https://www.instagram.com/reel/DKpkMXzJ5hy/?utm_source=ig_web_copy_link&igsh=MzRlODBiNWFlZA== – consultado el 09/06/2025.
[Ex] Por ejemplo, Hannibal Lecter, o cualquier otro asesino múltiple En la vida real, no tendría éxito al usar este argumento "artístico" si estuviera siendo juzgado. De la misma manera, por ejemplo, a nadie se le da la libertad de expresarse ininterrumpidamente en detrimento de los discursos de otros, bajo pena de que le corten el micrófono, ni siquiera en las cámaras legislativas brasileñas.
[X] La lista de tonterías se puede leer en: https://veja.abril.com.br/coluna/veja-gente/as-falas-absurdas-de-leo-lins-que-o-levaram-a-prisao/ – consultado el 10/06/2025.
[Xi] Aristóteles. Poético. Edición bilingüe. Traducción, Introducción y Notas. São Paulo: Editora 34, 2017. p. 51.
[Xii] DOBLE, Oliver. Caracterización en el stand-up comedyDe Ted Ray a Billy Connolly, pasando por Bertolt Brecht. New Theater Quarterly, vol. 16, n.º 4, págs. 315-323, 2000.
[Xiii] ROSENFELD, Anatol. Prismas de teatro. São Paulo: Perspectiva / Prensa de la Universidad de São Paulo; Campinas: Prensa de la Universidad Estadual de Campinas, 1993. – (Debates; v. 256). págs. 21-22.
[Xiv] MENDES, Cléise Furtado. La risa de Ulises: catarsis en la comedia. Perspectiva / Salvador: Fundación Gregório de Mattos, 2008. – (Estudios; 258 / dirección J. Guinsburg). pag. 17.
[Xv] Podemos recordar que Marx comienza el modo de exposición de La capital por la esfera ilusoria de la mercancía, al igual que Pachukanis, en Teoría general del derecho y marxismo., criticará la ley basándose en la abstracción que es la forma jurídica.
[Xvi] FIORIN, José Luis. Introducción al pensamiento de Bajtin. São Paulo: Contexto, 2020. pp 97-123.
[Xvii] LINS, Leo. Secretos de la comedia stand-up. Panda Books, 2015.
[Xviii] JUNG, Carl Gustav. El yo y el inconsciente (Vol. 7.2). Petrópolis, RJ: Vozes, 2015. p. 61.
[Xix] Véase BAKHTIN, Mijail. Los géneros del discurso. Paulo Bezerra (Organización, Traducción, Epílogo y Notas); Notas a la edición rusa: Seguei Botcharov. São Paulo: Editora 34, 2016; y VOLÓCHINOV, Valentin. La palabra en la vida y la palabra en la poesía: ensayos, artículos, reseñas y poemas; organización, traducción, ensayo introductorio y notas de Sheila Grillo y Ekaterina Vólkova Américo. São Paulo: Editora 34, 2019.
[Xx] DUARTE, Lelia Parreira. Ironía y humor en la literatura. Belo Horizonte: Editorial PUC Minas, 2006. p. 18
[xxi] MENDES, Cléise Furtado. La risa de Ulises: catarsis en la comedia. Perspectiva / Salvador: Fundación Gregório de Mattos, 2008. – (Estudios; 258 / dirección J. Guinsburg). pag. 197
[xxii] Disponible: https://www.youtube.com/watch?v=q0HXPZsINL4 – consultado el 12/06/2025.
[xxiii] Disponible: https://www.instagram.com/reel/DJpgckLBgFY/?utm_source=ig_web_copy_link&igsh=MzRlODBiNWFlZA== – consultado el 10/06/2025.
[xxiv] BAKHTIN, Mijaíl. Estética de la creación verbal; prefacio a la edición francesa de Tzvetan Todorov; introducción y traducción del ruso Paulo Bezerra. 6ª edición. São Paulo: WMF Martins Fontes, 2011. p. 185.
[xxv] VERNANT, Jean-Pierre; VIDAL-NAQUET, Pierre. Mito y tragedia en la antigua Grecia. Editorial Perspectiva. pág. 3.
[xxvi] CRITCHLEY, Simón. Sobre el estado de ánimo. Routledge, 2011. págs. 79-80.
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