por ALYSHIJO LEANDRO MASCARO*
Extracto del libro recientemente publicado “Curso gratuito de Engels: vida y obra”
Si bien son temas no sistematizados específicamente en sus textos, el derecho y el Estado son elementos centrales en la obra de Karl Marx y Friedrich Engels. En toda la trayectoria de la producción teórica de Marx, el derecho es un tema presente, desde su juventud, durante su formación jurídica, hasta su obra cumbre, La capital, en el que emerge el problema de la forma de la subjetividad jurídica.
Lo mismo sucede con el tema del Estado: Marx lo aborda en su compromiso de juventud y, en la madurez, alcanza la ciencia crítica sobre la forma política estatal. Con Engels, al camino de las obras en común con Marx, se suma, al final de su vida, un monumento al problema del Estado y otro al del derecho: El origen de la familia, la propiedad privada y el estado e socialismo legal.
Marx se ha enfrentado al derecho desde que era joven, cuando buscó aclarar su formación jurídica en textos como Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel. En ese mismo período de juventud, artículos como “Debates de derecho sobre el robo de madera” y Sobre la Cuestión Judía también toca temas legales. Pero si en ese período y, en particular, en el Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel, esta confrontación se da en negativo, mostrando los límites, contradicciones y errores del pensamiento jurídico hegeliano y el idealismo burgués de su época, en la ideología alemana, entonces, Marx va un paso más allá: apunta a la materialidad histórica del derecho y su determinación económico-productiva.
Al decir que el derecho comercial no proviene de la invención del jurista mercantilista, sino del comercio, y al decir que el derecho no tiene historia propia, propone, de manera positiva, que la legalidad está ligada al plano económico. Cuando se trata de La capital, Marx descubre el átomo de la sociabilidad capitalista, la mercancía, y de ahí infiere que, dado que las mercancías no se intercambian por sí mismas en los mercados, es necesario volverse hacia quienes las intercambian, sus portadores, los sujetos de derecho. Allí se revela la forma de la subjetividad jurídica: en el capitalismo, los lazos entre explotadores y explotados son contractuales, y los sujetos, que son equivalentes por este lazo, se vuelven iguales y libres para unirse al intercambio mercantil, a la ganancia y a la explotación.
Toda la vida y obra de Marx está entrelazada con los temas del Estado y la política. Él mismo manifiesto Comunista es ejemplar en este sentido. Sin embargo, el trabajo ineludible de Marx sobre asuntos políticos es El 18 Brumario de Luis Bonaparte, que incluso puede considerarse el inaugurador de la ciencia política contemporánea. En El 18 Brumario de Luis Bonaparte, se descubre que el Estado no es neutral, ni depende inmediatamente de quien lo dirija. Además de los sujetos que lo dirigen, sean o no burgueses, la forma política del Estado es capitalista. En las obras de madurez de Marx, el tema del Estado vuelve, tanto dentro de una problemática científica como en La capital, así como en la lucha política práctica, como en Crítica del Programa Gotha. En La capital, el mismo descubrimiento de la determinación por la producción, siendo la mercancía el átomo de la sociabilidad, hace pensar al Estado como una forma política que sustenta y garantiza su propia producción y circulación. En Crítica del Programa Gotha, la insignia del socialismo como superación de la propiedad privada y la explotación del trabajo, exigiendo a cada uno según su capacidad y dando a cada uno según su necesidad, rompe con la izquierda de su tiempo y con la mera administración política de las formas capitalistas. No se trata de dar mejoras salariales, sino de acabar con la explotación asalariada.
Engels desempeñó un papel decisivo no solo en el camino intelectual común con Marx, sino también, después de su muerte, en el establecimiento de las ideas, tesis y horizontes marxistas en un momento de reflujo y lucha contra el radicalismo revolucionario. Si es cierto que su pensamiento no es una mera copia del de Marx, también lo es que, en muchos aspectos, buscó enturbiar sus propias posiciones para, a su manera –y muchas veces de manera controvertida–, reforzar aquellas pensó que eran las lecturas más correctas sobre Marx. En la parte final de la obra de Engels, tras la muerte de Marx, se publica la que posiblemente sea la obra más conocida del marxismo sobre el tema del Estado, El origen de la familia, la propiedad privada y el estado.
En esta obra, Engels parte del supuesto de que las sociedades de explotación –esclavitud, feudalismo, capitalismo– operan mediante la toma de los medios de producción en manos de unos pocos frente a la mayoría, que, luego, explotada, es reprimida por el Estado. . Para ello, la aprehensión privada también organiza los grupos familiares y el patriarcado. Una obra altamente libertaria, tal libro, sin embargo, no bebe del rigor conceptual de Marx en La capital, que entiende la forma política estatal y la forma jurídica como relaciones sociales específicas del capitalismo. Para Engels, las formas políticas precapitalistas mantendrían un núcleo estatal, al igual que el estado contemporáneo; la antigua aprehensión privada se equipara a la propiedad privada, esta última específicamente jurídica y capitalista.
En un sentido diferente, un libro de Friedrich Engels escrito conjuntamente con Karl Kautsky, socialismo legal, representa una vigorosa inflexión hacia una lectura científicamente rigurosa del derecho. En esta obra, Engels se rebela contra las luchas reformistas que creían que era posible llegar al socialismo sin la destrucción de las formas sociales capitalistas, a través del Estado y la ley. Los socialistas legales se contraponen a los marxistas, cuya lucha es contra las formas del capital, no a favor de su mejor gestión.
Desde entonces, con los ejes marcados por Marx y Engels, ha habido una historia de luchas sociales y de clases en todo el mundo que afirma, niega, empeora o mejora este marco referencial sobre la política y el derecho. Aquí, pues, se trata de la historia del marxismo y de la historia frente al marxismo. La persecución de las tesis marxistas sobre el Estado y el derecho es variada: su péndulo pasa por acusaciones de cruenta y horrenda dictadura del proletariado hasta llegar a consideraciones de puerilidad por el proyecto marxista de acabar con las explotaciones de clase, de igualdad en la toma de decisiones en la campo de la política y la abolición de la represión legal. Por parte de los propios marxistas, los errores y aciertos teóricos y prácticos sobre el Estado y el derecho también son múltiples, y no es apropiado decir que, históricamente, hubo una sola posición que fue aceptada in total dentro de las luchas y teorías marxistas.
Propongo leer, dentro del propio pensamiento de Marx, tres ejes ejemplares de sus obras sobre el Estado, la política y el derecho: tales ejes corresponden, exactamente y en secuencia, a la etapa de juventud de Marx, a su primera maduración y, en definitiva, a su plena madurez como proposición científica. Después de las tres etapas del pensamiento de Marx, sigue otra etapa, la del balance engelsiano que, al menos en socialismo legal, es bastante fiel a La capital, sirviendo como un extracto completo para reflejar el pensamiento del Marx maduro. Al final de todos estos ejes de la obra de Marx y de Engels, se abren entonces los marxismos. A partir de ahí, se presenta otra etapa –amplia y lejos del unísono– de reflexión sobre la política y el derecho en el capitalismo.
el joven marx
Marx, cuando era joven y ya precozmente de izquierda, se enfrentó a la ley también por sus propios estudios jurídicos. Puede decirse que su reflexión inicial, aunque ya marcada por un carácter progresista ya favor de los excluidos de la sociedad, sigue siendo rehén de los horizontes de la izquierda tradicional. En un texto de 1842 en el que aborda la cuestión de la penalización del robo de leña por los pobres, “Debates sobre la ley referente al robo de leña”, publicado en los desposeídos, Marx se pone del lado de los pobres y argumenta que es un derecho consuetudinario permitir que los desposeídos recolecten leña para calentarse y sobrevivir. Este derecho natural, entonces, debe seguir respetándose, sin represión criminal. Se trata de una justificación basada en argumentos de jusnaturalismo -respeto a las costumbres, a la tradición- que, aunque utilizados aquí por la izquierda, son filosóficamente los mismos que, hoy en día, defienden la tradición familiar contra el divorcio o la lucha contra las orientaciones sexuales y afectivas llamadas divergentes, no de costumbre, por los reaccionarios. La filosofía del derecho del joven Marx ya es de izquierda; todavía no es marxista.
A Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel, de 1844, es una de las obras fundamentales del período formativo de Marx. Tras los años de estudiante en la Facultad de Derecho, primero en Bonn, luego en Berlín, el joven Marx hace un repaso a su formación jurídica y al hegelianismo reinante en el panorama filosófico alemán. el libro de Hegel Principios de la filosofia del derecho representó una lectura muy original del período en el que Europa se movía entre el Antiguo Régimen y el nuevo orden burgués. El mundo del derecho natural teológico y el racionalismo jurídico de la Ilustración estaba siendo reemplazado por el positivismo jurídico. El Estado se anunciaba, para Hegel, como razón en sí y para sí.
Marx, comentando párrafo por párrafo los escritos del propio Hegel, pero avanzando contra el hegelianismo, anuncia en su texto una crítica al Estado, al menos en la forma en que el Estado mismo se presentaba en la realidad y en el sistema hegeliano. Es una crítica a la dominación del Estado por parte de la burguesía, que revela la postura teórica romántica y comprometida de Marx, de izquierda, pero que, en realidad, aún no había alcanzado el carácter formal y estructural del Estado en el capitalismo. En el mismo libro, la crítica del derecho se hace contra el sentido de sus manifestaciones concretas, pero no contra su forma.
Meses después del comentario sistemático a la obra de Hegel, el propio Marx escribe un nuevo texto que le permitirá avanzar en su comprensión teórica, anunciando ya el problema de la política más allá de la propia interioridad jurídica del Estado. La introducción que escribió a su propia Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel da cuenta de un sujeto histórico específico, que comienza a perfilarse como el núcleo de la posibilidad de transformación social: la clase obrera. Es a partir de su acción política – por tanto, desde el horizonte de los explotados del capital – que se reconfigura el problema del Estado. Así, en esta primera fase, Marx anuncia la toma del Estado por la clase obrera como el gran horizonte crítico de la política.
Después de la ideología alemana
El descubrimiento de las herramientas categóricas que permitirán la ciencia de la historicidad y sociabilidad capitalista comienza con el trabajo la ideología alemana, de 1845. Aquí, Marx se distancia de los idealismos filosóficos –típicos de la Alemania que no había realizado una revolución burguesa y se quedaba en fantasiosas justificaciones de su peculiar carácter– y se propone explorar el terreno del materialismo histórico y dialéctico. El derecho será tomado, entonces, como un elemento ejemplar de tal cambio teórico. Para Marx, los institutos jurídicos no provienen de la mera creación voluntaria de juristas. Provienen de relaciones materiales concretas, ubicadas en el plano económico. Es el comercio el que engendra el derecho comercial, no el conocimiento o la voluntad de los abogados comerciales. Si Italia tiene primacía histórica en la formulación del derecho comercial, incluso al final de la Edad Media, como en la creación de títulos de crédito, esto se debe únicamente al hecho de que en Italia, en este período, surgió el comercio moderno. Marx descubre y afirma, de manera contundente y polémica, en la ideología alemana, que la ley, como la religión, no tiene historia propia. Su historia es la de las relaciones económicas, productivas.
si poco despues la ideología alemana estalla la que es la obra más popular de Marx y Engels, la manifiesto Comunista, de 1848, en el que se plantea el pareado de la unión internacional de la clase obrera para la toma del poder y la realización de una revolución comunista, la reflexión de Marx sobre la política, sin embargo, dará un gran salto con su libro El 18 Brumario de Luis Bonaparte, de 1852, obra también de su producción intermedia, pero ya en pleno avance de su maduración teórica. Aquí, Marx entiende, de manera muy original, la naturaleza del Estado en la reproducción de la sociabilidad capitalista. Contrariamente a lo expuesto en sus trabajos iniciales, los análisis del pensamiento marxista, en El 18 Brumario de Luis Bonaparte, las estructuras políticas que persisten en la reproducción capitalista, aun cuando no estén controladas directamente por la burguesía. En un Estado cuyos arreglos políticos liberales, directamente burgueses, no son capaces de mantener las condiciones para la reproducción del capital, el golpe de Estado promovido por Luis Bonaparte saca a la burguesía de la administración estatal para, precisamente con eso, resolver las disputas internas de clase. y, entonces, sostener la marcha misma de la continuidad burguesa.
En su libro, Marx expone que el Estado no es simplemente un aparato neutral disponible para el dominio de las clases, moldeado a partir de su control por ellas. El estado es estructuralmente capitalista, incluso si las clases que lo controlan inmediatamente no lo son. Con esto, hay un salto cualitativo en la teoría marxista en términos de política: no es el dominio de clase, sino la forma política del Estado el horizonte que exige el combate por parte de los socialistas.
El libro El 18 Brumario de Luis Bonaparte, al analizar el caso específico de un golpe de Estado dentro de una sociedad ya burguesa, logra comprender cómo se llevan a cabo las relaciones políticas bajo la determinación de las relaciones económicas del capital. Por lo tanto, un golpe de Estado no es un cambio en el nivel político que, por eso mismo, también puede cambiar el modo de producción. Napoleón Bonaparte saca a la burguesía del poder político para que luego las fracciones de clase burguesas, que no pudieron resolverse en la disputa por ese mismo poder, se reorganicen políticamente a favor de la primacía de unas de las fracciones sobre las otras. Más allá del cambio cuantitativo y de la lucha bajo y por el poder político, es el descubrimiento de una forma política específicamente estatal, necesariamente capitalista, lo que permite una ciencia sobre la política y su materialidad social relacional. Marx brinda, aquí, los instrumentos más decisivos para aprehender la dinámica interna de la política en el capitalismo, permitiendo comprender las estabilidades de la reproducción bajo las instituciones, pero también los golpes y las rupturas. Más allá de la administración y los administradores y sus clases y fracciones, descubre la forma política estatal, inexorablemente capitalista.
La capital
La reflexión sobre el Estado, la política y el derecho alcanzará su apogeo en La capital, publicado en 1867. No porque esta obra esté específicamente dedicada a tales asuntos –históricamente, una de las hipótesis en la disputa sobre cuál es el proyecto completo de Marx para La capital implica considerar que dedicaría uno de los volúmenes no escritos íntegramente al Estado. La capital es la obra más importante sobre el Estado y el derecho en cuanto devela, en la lógica misma del capital, los elementos necesarios y fundantes de su sociabilidad y de su reproducción. La mercancía es su núcleo –basado, en particular, en la universalización del trabajo asalariado como mercancía– que instaura una totalidad social basada en las formas del valor, la subjetividad jurídica y la separación de la política de los agentes de producción. El Estado y el derecho encuentran allí su naturaleza social estructural. No se trata sólo de buscar quién los controla, ni se trata de una lucha por eventuales conquistas parciales en sus bases. Estado y derecho son, irremediablemente, manifestaciones del capital.
La importancia científica central de La capital. Esto se debe a que el Estado y la ley no pueden pensarse desde dentro de sí mismos. No tienen historia propia, como ya señaló Marx en la ideología alemana, y, por tanto, es necesario descubrir qué categorías científicas tienen su propia historia y son determinantes, explicando así determinados fenómenos sociales.
El descubrimiento del valor a partir del trabajo, sus formas y manifestaciones históricas, y la nucleación de todo este proceso en la mercancía, con la acumulación como ley general, llevan a Marx a entender el derecho como un elemento central de la propia dinámica capitalista. Las mercancías no se intercambian por sí mismas en el mercado. Es necesario que sus portadores lo hagan. Marx descubre que, en el capitalismo, la principal mercancía es la fuerza de trabajo del trabajador, ya que es la única que permite la extracción de plusvalía. Cuando se completa la sumisión del trabajo al capital, no sólo a través del control formal del trabajador y de los medios de producción por parte del capitalista, sino especialmente con el control del conocimiento en la producción, haciendo del trabajo un mero gasto indistinto de energía y tiempo, tiene lugar la subsunción real del trabajo al capital. El trabajo asalariado se convierte entonces plenamente en una mercancía.
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*Alysson Leandro Mascaró Es profesor de la Facultad de Derecho de la USP. Autor, entre otros libros, de Estado y forma política (Boitempo).
referencia
Alysson Leandro Mascaro (et al.). Curso gratuito de Engels: vida y obra. São Paulo, Boitempo, 2021, 128 páginas.