por ROBERTA RODRIGUES MARQUÉS DA SILVA & RAFAEL SHOENMANN DE MOURA*
Comentario al libro de Marcus Ianoni
Estado y coaliciones en Brasil (2003-2016): socialdesarrollismo y neoliberalismo busca hacer un panorama amplio de las principales transformaciones políticas, económicas y sociales generadas a lo largo de la experiencia de gobierno del Partido dos Trabalhadores (PT), el partido de izquierda más grande de América Latina y que, entre 2003 y 2016, estuvo al frente de el Ejecutivo en Brasil.
El libro de Marcus Ianoni arroja nueva luz sobre interesantes desafíos teóricos y empíricos para la ciencia política brasileña: por un lado, busca superar el estancamiento entre la literatura institucionalista y la sociopolítica, invitando al lector a establecer vínculos entre las coaliciones sociales e institucionales que operan en el arena política, a través de lo que él llama un enfoque ampliado de las coaliciones. El autor también busca analizar los realineamientos entre las principales coaliciones -clasificadas como neoliberales y social-desarrollistas, según las preferencias de cada una frente a las principales variables económicas- en los gobiernos de Lula da Silva y Dilma Rousseff, aportando su explicación sobre la controvertida deposición del presidente en 2016.
La clasificación hecha por el autor de la experiencia del PT como social-desarrollista, representando un paradigma de economía política diferente al nacional-desarrollismo clásico y excluyente que caracterizó a Brasil durante el proceso de industrialización por sustitución de importaciones en el siglo XX, resulta acertada . Al fin y al cabo, permite tanto resaltar un contenido enfático de la política económica sobre la inclusión social, aunque incapaz de apalancar -en un contexto de globalización financiera hostil a las iniciativas industrialistas- una transformación de la estructura productiva del país con mayor sofisticación tecnológica o un fortalecimiento de la sector manufacturero, cuánto distinguirlo del neoliberalismo y su énfasis en la estabilidad monetaria según los preceptos de la economía neoclásica.
La principal hipótesis operada en este trabajo es que tanto los éxitos como los fracasos en la materialización de la estrategia económica social-desarrollista del PT se explican por la acumulación de recursos de poder por parte de las diferentes fuerzas de la coalición, que van desde actores representantes del capital y el trabajo hasta las élites políticas, públicas la burocracia y los movimientos de la sociedad civil. Después de todo, las decisiones políticas en el sentido del autor están influenciadas y determinadas por características estructurales de las relaciones entre Estado y mercado en el capitalismo; y también por los intereses de actores sociales dotados de efectivos recursos de poder que, por ubicarse en diferentes sectores del tejido social y distinguirse por clivajes ideológicos, se articulan jerárquicamente, tanto en una dimensión formal como informal.
Teórica y metodológicamente, sin desmerecer los aportes de los enfoques existentes sobre coaliciones partidarias utilizados en gran medida por los politólogos, Marcus Ianoni busca ir más allá de ellos con una perspectiva que permea el presidencialismo de coalición. En esta clave de análisis, las instituciones políticas formales serían insuficientes para una comprensión fehaciente de las transformaciones recientes de la realidad nacional.
Por ello, considera fundamental mapear desde factores externos (coyunturales, relacionados con cambios en la división internacional del trabajo) hasta elementos estructurales y una amplia gama de actores sociales, detentadores de poder de agencia y capaces de condicionar el desempeño del Estado. aparato incluso si no está insertado. Estos factores mapeados son precisamente sus variables explicativas. El análisis de la política macroeconómica, en particular del trípode macroeconómico que constituye la principal arquitectura que rige el sistema productivo brasileño desde finales de la década de 1990, es a su vez la variable explicada que guía a Ianoni en su estudio de las disputas entre diferentes grupos de interés.[ 1 ]
El autor se complace en elegir la política macroeconómica como caso de prueba de su modelo analítico: el conjunto de políticas fiscal, cambiaria y monetaria incide en toda la agenda pública y, por tanto, en el conflicto distributivo. Además, se trata de políticas muy aisladas del Congreso –lo que es particularmente notable en el caso de la política cambiaria y monetaria–, pero permeables a los intereses de los grandes capitalistas.[ 2 ]
Por lo tanto, en resumen, para Marcus Ianoni, solo un enfoque ampliado de las coaliciones a nivel mundial explica los vínculos entre los actores sociales, en particular con la comunidad empresarial, pero también con los medios (que influyen fuertemente en el debate público) y otros movimientos de la sociedad civil como los que surgen después. las protestas de junio de 2013, los actores políticos, incluso en el Congreso, y las élites burocráticas. La interpretación de estos vínculos permite analizar el entorno sociopolítico exógeno al Estado y también el contenido de las políticas públicas –en particular la política macroeconómica– y sus efectos en el conflicto distributivo; que, en definitiva, son las claves para entender las disputas y los consensos que permitieron la gobernabilidad durante el gobierno de Lula, pero que llevaron a la destitución de Dilma en 2016.
En el capítulo 1, “Hacia un enfoque más amplio de las coaliciones”, Marcus Ianoni se sumerge en una revisión profunda y perspicaz de la literatura existente sobre el tema, comenzando con una crítica del neoinstitucionalismo hegemónico en Brasil, en particular el dedicado a desentrañar los mecanismos del presidencialismo de coalición. Para él, es una perspectiva con demasiado atractivo endógeno, siendo reduccionista por ignorar elementos que son ajenos al sistema político y electoral concreto e ignorar influencias exógenas en arenas institucionales sobre el comportamiento de los actores políticos. Esta literatura, además, enfatiza los aspectos formales asociados a las votaciones en el Congreso, pero no evalúa el contenido de leyes y políticas específicas, cruciales en la definición de la agenda pública y que son, por regla general, enmarcadas como excepciones en los modelos analíticos formulados por esta hebra. .
De esta forma, importa el contenido de las políticas, así como las razones por las cuales fueron aprobadas o rechazadas por el Congreso; o, sin embargo, se implementaron de forma predeterminada. En ese sentido, destaca la importancia que tuvo para el empresariado el fin del CPMF en 2007 -que fue derrocado a pesar de la amplia coalición mayoritaria y la alta popularidad que tenía Lula en ese momento- y el establecimiento por decreto del régimen de metas de inflación - y, por tanto, sin consultar a los parlamentarios-, aún en el gobierno de Fernando Henrique Cardoso. Este y varios casos enumerados en el capítulo muestran cómo visiones excesivamente centradas en aspectos institucionales “contables” no logran explicar cuestiones que están determinadas por factores extraños, exógenos o simplemente más complejos. Después de todo, las coaliciones sociales son parte de una compleja interconexión entre estructuras y agencias, que no necesariamente se formalizan dentro del marco representativo del Estado.
Cabe señalar también que, en la ciencia política brasileña, el conocimiento se ha producido de forma segmentada, a veces centrándose en la arena parlamentaria, a veces en la burocracia pública, a veces en los vínculos entre la empresa y el Estado. La delimitación traída por la literatura tiene como objetivo traer hipótesis que puedan ser comprobadas empíricamente a través de una recolección de datos cuidadosa y objetiva, contribuyendo a conferir cientificidad al trabajo de los politólogos brasileños, que han buscado, en los últimos treinta años, desenredarse de la tradición ensayística.
Sin embargo, como ha señalado Marcus Ianoni, la corriente principal teórico de la Ciencia Política en el país –en particular, del neoinstitucionalismo– fracasó estrepitosamente en predecir y explicar las consecuencias de la crisis política que condujo al juicio político a Dilma Rousseff. Esta literatura venía atestiguando y ratificando la gobernabilidad de la democracia brasileña en los últimos veinte años, lo que repentinamente dejó de ocurrir.
En el capítulo 2, “Coaliciones y política macroeconómica en los gobiernos de Lula: del trípode rígido al trípode flexible”, Marcus Ianoni finalmente pasa de la revisión teórica a la radiografía de la economía política brasileña, centrándose en la construcción de la economía social-desarrollista. coalición en Brasil –ya definida en la introducción–, que estuvo en constante tensión con los objetivos de la coalición neoliberal, hegemónica durante la década de 1990. El autor está particularmente interesado en entender las razones detrás de hacer una alianza con el sector productivo, el brazo empresarial del CSD, encontrando Límites.
El producto máximo de tal coalición habría sido la flexibilidad del trípode macroeconómico, resultado de la acumulación gradual de recursos de poder derivada del cambio en la correlación relativa de fuerzas entre capital y trabajo lograda con la elección de Lula en 2002. Por Para él, esta nueva correlación favorecía una convergencia parcial entre el empresariado nacional y los trabajadores asalariados, con toda una nueva gama de políticas económicas y sociales que ahora priorizaban el sector productivo (frente a las finanzas rentistas) y la lucha contra la pobreza.
Los magros resultados de mantener el trípode rígido durante el gobierno de FHC, junto a una nueva coyuntura internacional favorable marcada por el auge de los commodities provocado por el apetito chino, llevaron a Lula a instaurar, en su segundo mandato, el trípode flexible – un término que usa Marcus Ianoni de José Luís Oreiro. Se relajaron las metas de inflación y superávit primario, lo que permitió un aumento de las inversiones públicas (principalmente a través del Programa de Aceleración del Crecimiento) y el establecimiento de una prueba de desarrollo liderado por salarios, a través de políticas consistentes para valorar el salario mínimo. Un trípode tenso, por un lado, por el impacto de la influencia política de las fuerzas componentes de la coalición, pero, por otro lado, frenado por lo que Marcus Ianoni llama el poder estructural, institucional e ideológico de las finanzas (p. 28) . Esta flexibilización del trípode macroeconómico se profundizaría luego con la Nueva Matriz Económica (NME) en el gobierno de Dilma, sobre la que se detendrá Marcus Ianoni en el tercer capítulo.
El descontento dual de empresarios y trabajadores, por tanto, constituyó la base objetiva y estructural para la conformación de la coalición social-desarrollista; y sus impactos fueron producto tanto de procesos reales contradictorios como de mediaciones engendradas por instituciones y élites políticas. Aún así, tal coalición productivista no logró romper con la estructura liberal erigida por el gobierno anterior, sin abandonar nunca el trípode y, además, las altas tasas de interés y un tipo de cambio sobrevaluado permanecieron como elementos refractarios a un desarrollo exitoso. estrategia de promoción de inversiones productivas y cambio estructural, dentro de una “macroeconomía del estancamiento” acuñada originalmente por Luiz Carlos Bresser-Pereira. El desempeño positivo del PIB, sin embargo, sirvió durante el gobierno de Lula como garante junto al centro, en medio de una coalición ecléctica que sufría la triple influencia del sector financiero, empresarios del sector productivo y trabajadores de la formulación de políticas propiedad del estado.
Finalmente, en el capítulo 3, “Coaliciones y política macroeconómica en los gobiernos de Dilma: del trípode flexible al trípode rígido”, Marcus Ianoni argumenta que los cambios en la política macroeconómica promovidos durante el gobierno de Dilma I contribuyen a la comprensión de la deposición presidencial. Es en este capítulo, donde el autor hace un amplio uso de los aportes de Peter Gourevitch para la interpretación de la crisis que afectaría al presidente, es que su análisis sociopolítico adquiere mayor relevancia y también la más rica en cuanto a sacar a la luz la discusión. sobre los actores y entresijos no circunscritos formalmente dentro de la esfera estatal.
En el primer gobierno de Dilma, como se señaló, continuó el relajamiento del trípode macroeconómico iniciado con Lula, resultado nuevamente de influencias sobre el Estado de intereses contradictorios insertos en el seno de la coalición social-desarrollista. Sin embargo, en términos de resultados prácticos, comenzó a haber un desajuste entre las principales variables económicas para hacer incompatible la concertación capital-trabajo existente: el desempeño positivo de indicadores como el empleo y la distribución del ingreso, importantes para los trabajadores, pero pésimos en en términos de crecimiento, inflación, equilibrio fiscal y política cambiaria (sensible al empresariado en general), crearon un ambiente desfavorable e insostenible para el mantenimiento y avance de la coalición.
Así, si el primer mandato de Dilma está marcado por un acomodo y una disputa simultánea entre los intereses que se aglutinan en torno a la política macroeconómica, en su segundo mandato el tono lo dicta la disputa política, en la que sale victoriosa la coalición neoliberal que une a los sectores productivo y financiero. -rentista contra los trabajadores. Este realineamiento presionó a la presidenta, en su segundo mandato, a volver al rígido trípode –contradiciendo directamente las promesas hechas durante la feroz campaña electoral–, culminando en la pérdida de popularidad, juicio político y radicalización de la agenda neoliberal con el gobierno de Temer, a través de la aprobación de la reforma laboral y la congelación del incremento del gasto público a través de la Constitución, limitando la capacidad inversora del Estado.
A partir de 2013, la coalición social-desarrollista comenzó a desintegrarse y dar paso a la ortodoxia económica, que se ensayó en el breve gobierno de Dilma II a través de una política fiscal de austeridad y fuertemente procíclica, reforzando el rápido aumento del desempleo y la desintegración de fuerzas. grupos sociales que aún apoyaban al presidente. El período posterior está marcado por protestas masivas, nuevas fuerzas y actores políticos que lideran un giro conservador en las calles, convergiendo en un movimiento de oposición centrado en el tema de la corrupción específico del gobierno del PT, el objetivo central de las protestas.
En estas protestas, el oligopolio mediático jugó un papel clave en la comunicación opositora y projuicio político, difundiendo una narrativa sobre hechos de corrupción que criminalmente se centraba en los cuadros del gobierno y del PT, hasta entonces liderando un proyecto de transformación social alternativo al mercado exclusivo. -orientado- a cuestiones más profundas vinculadas al sistema político y de carácter más amplio.
Un aspecto central de esta revitalización del conservadurismo neoliberal fue precisamente la pérdida gubernamental de la batalla de la opinión pública, tanto sobre la política macroeconómica como sobre la imagen del propio partido, mostrando la importancia de considerar actores y procesos que no son captados por el análisis institucionalista. Por lo tanto, según Marcus Ianoni, se justifica el matrimonio propuesto entre las visiones político-institucional y sociopolítica.
A modo de conclusión, en la búsqueda de tejer un análisis amplio de la multifacética crisis brasileña, si Marcus Ianoni, por un lado, “sacrifica” un poco de la especificidad y el detalle de un campo particular, por otro lado, ofrece lectores una evaluación sucinta de la coyuntura que ciertamente captura los eventos clave y los puntos más relevantes que marcaron los gobiernos de Lula y Dilma – por supuesto, siempre con la política macroeconómica siendo la amalgama entre ellos.
En este sentido, el presente libro se convierte en referencia obligada para comprender la época, tanto para quienes deseen comprender los matices de la políticas cuantos de los política impregnando los aciertos y desventuras de la experiencia PT.
* Roberta Rodrigues Marqués da Silva Profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Federal Fluminense (UFF).
*Rafael Shoenmann de Moura Es pinvestigadora postdoctoral en el Instituto de Economía de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ).
Publicado originalmente en la revista Teoría y debate.
referencia
Marco Ianoni. Estado y coaliciones en Brasil (2003-2016): socialdesarrollismo y neoliberalismo. Río de Janeiro, Contrapunto, 2018, 208 páginas (https://amzn.to/3sdGDug).
Notas
[1] El trípode macroeconómico, establecido en 1999, es un conjunto de tres ejes que guiarían la economía brasileña. Comprende la adopción de un tipo de cambio flotante (determinado por los movimientos de capital y con interferencia ocasional del gobierno a través de la política monetaria), superávits primarios (para equiparar la relación entre deuda pública y producto interno bruto/PIB) y metas de inflación. Para ver: https://www.nexojornal.com.br/expresso/2016/11/07/O-que-%C3%A9-o-trip%C3%A9-macroecon%C3%B4mico.-Ele-ainda-existe-no-Brasil.
[2] Es interesante notar, sin embargo, que esta elección le permite al autor no detenerse en el nexo entre las coaliciones sociales y las coaliciones en la arena del congreso, que se deja para la futura agenda de investigación.
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